Y así íbamos hasta que el 17 de abril de 2004 Aznar deja de ser
presidente del Gobierno de España y le sustituye José Luis Rodríguez Zapatero
quién el 18 de abril nombra ministra a Cristina Narbona… quien el 18 de junio
de 2004 materializa el corte del agua a estas tierras surestinas al derogar el
trasvase del Ebro del PHN.
En honor a la verdad, estábamos avisados. El domingo, 6 de junio. La prensa (Las Provincias, El Mundo-CV/Alicante, ABC, La Razón… que yo recuerde) publica que “Aragón apoya su NO
al trasvase en la riqueza valenciana”, “Aragón se opone al
trasvase para evitar que se acentúe la “pujanza” de la Comunidad Valenciana”,
“Aragón basa su no al trasvase en que desarrollaría más a la Comunidad
Valenciana”, “El Gobierno de Aragón se niega al trasvase por
negar desarrollo a otros”.
Y así, el lunes 7 de
junio de 2004 el diario El País publica un esclarecedor “cara a cara” sobre el PHN entre
Francisco Camps y Marcelino Iglesias, presidentes autonómicos de la Comunidad
Valenciana y Aragón donde se le veía muy crecido al maño aunque andara cargado
de razones el levantisco. El martes 8 de junio de 2004 un destello de esperanza
llegó cuando el Tribunal Supremo
autoriza la asignación de aguas del Júcar a la Marina Baixa y desestimaba, como
ya hiciera el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, la
aportación de los 2 raquíticos Hm3, aprobados en 1996, aunque
establecía la necesidad de que figurasen en el PHN.
Pero el 17 de junio de
2004 el nuevo Gobierno de España deroga el trasvase del Ebro, del PHN, sin
disponer de una alternativa al mismo. Pensaban haberlo hecho el día 11, pero la
inmediatez a la cita electoral de las Europeas le hizo retrasarlo hasta ese día
17 de junio.
Resulta que para
estas tierras todo se fió al Programa AGUA
El Programa
AGUA (Actuaciones para la
Gestión y la Utilización del Agua) es un programa que pretende la reorientación de la política del agua en España. Se pretendía, contaban,
dar un nuevo enfoque de la política del agua más acorde con la Directiva Marco del Agua (Directiva
2000/60/CE). Se anclaba en el Real
Decreto Ley 2/2004 por el que se modifica la Ley 10/2001 del PHN que, en resumidas cuentas, deroga el trasvase del Ebro y que, para tener mayor credibilidad,
incluía nuevas actuaciones en las cuencas mediterráneas (Anexo IV, ya que en el
Anexo III se declaran de interés general y parece que no iba a servir para nada)
y que implantaba desaladoras (21 en
el periodo 2004-20008) a troche y moche bajo el epígrafe “Actuaciones en incremento de la disponibilidad de recursos hídricos”,
aunque también pasaba el pincel del maquillaje con “Actuaciones en mejora de la gestión de recursos hídricos” (vamos, modernización de regadíos, reutilización) y “Actuaciones en mejora de la calidad del
agua, prevención de inundaciones y restauración ambiental” (que traducimos
por potabilizadoras, encauzamientos). Como planificación, muy española: hasta
el último detalle… menos la memoria económica que dice cuando se podrá hacer.
Un timo.
Y de las desaladoras, ¿qué?; ¡Qué, de qué! Que están hechas la del PHN de Aznar, que
las preveía. Las del Programa AGUA, ha hecho eso, agua. El programa era
extensísimo 2004-2011. Ya en enero de 2008 hasta el mismísimo Diario El País
las cuestionaba: han chocado con la escasez de clientes: “el plan más ambicioso de
Occidente (ahí es nada)… se está yendo a pique…”. Ya en 2013,
además de que muchas duermen el sueño eterno, las pocas que están en marcha son
capaces de hacernos subir estratosféricamente el precio del agua de boca, que
ni te digo la de riego. La consellera Isabel
Bonig dejaba caer una bombita cuando el 14 de febrero de 2013 recordaba a
sus señorías (de la bancada opuesta) que la inversión en desaladoras que no funcionan
en la Comunitat Valenciana había sido de 400 millones de €. Y a nadie
se le caía la cara de vergüenza. Recordemos que se desala a golpe de kilovatio;
o lo que es lo mismo: a golpe de euro y emisiones de CO2. Que eso todos estos
parecen ignorarlo. (Yo, insisto, en que el CO2 no es malo, pero…)
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