Nada más acabar
la Guerra Civil el Plan Peña revisa todo lo desarrollado desde 1879 y
asume los objetivos de Félix de los Ríos, “manteniendo el caudal hacia Alicante”.
La penuria económica hizo que no se ejecutara. Se trataba del Plan
General de Obras Públicas (1939) elaborado bajo la dirección de Alfonso Peña Boeuf, que ministro del
ramo entre 1937 y 1941; el poco dinero que había se destino a carreteras, pero
el escrito quedó bien redactado.
Y así fuimos tirando,
en plena autarquía, hasta que desde Murcia, Falange Española y de las JONS
impulsa un Plan Hidrológico Nacional que comenzó a diseñar en 1942, y
que se fue diluyendo sin mayores resultados finales que la propia noticia en la
prensa del Moviemineto. Otra vez la falta de recursos
En 1953 se
produce una inflexión en la tónica dominante. Entra en vigor el Decreto Regulador
del Río Segura (25.04.1953) que entre otras cosas incluye la construcción
del Pantano del Cenajo y la
regulación de su afluente, el río Mundo,
con el Pantano de Camarillas. La
Cuenca comienza a prepararse para recibir los aportes del progreso.
Pero poco más. Los años sesenta comienzan con la recreación del Centro de Estudios
Hidrogeográficos (1960; creado en
1933) que de momento se pone a trabajar sobre el Plan Peña y todas las
propuestas de Manuel Lorenzo Pardo y Félix de los Ríos con el objetivo de “resolver
los problemas de riegos de Levante”[1].
Para ello. Lo primero, se realizó (1961) el Inventario de Recursos Hidráulicos.
Sabiendo lo poco que teníamos, ya se podía a ir más en serio en cuanto a
planificación.
Y claro,
planifica que te planifica, llegó (1966)
el 2º Plan de Desarrollo en el
que, atención, se solicitan expresamente “1.200 hm3/año del río Ebro para
las tierras de Alicante y Murcia, 1.400 Hm3/año para Cataluña y 600
Hm3/año para Castellón”[2].
Histórico de las aportaciones del Tajo-Segura |
Para hacer esto realidad, en 1967 entra en vigor el llamado Plan Maestro que da
prioridad a los trasvases Tajo-Segura, Ebro-Júcar y Ebro-cuencas
catalanas del interior, en ese orden, consignando los fondos económicos que,
por cierto, no llegarían conforme a lo previsto para que se ejecutasen las
obras. No obstante, en 1.968 se realiza ya el Estudio Económico del
Trasvase Tajo-Segura y tan solo un años después, 1969, se realiza el
Estudio de Explotación del ya llamado Acueducto Tajo-Segura. Y ese clima de adrenalina pura, en 1971
se promulga la Ley de Aprovechamiento Conjunto del Acueducto Tajo-Segura
que establecía .insisto, por ley- el trasvase en 2 fases: una, primera, de 600
Hm3/año y la segunda de 400 hm3/año más, hasta alcanzar los 1.000 Hm3/año. Y
se confía en desarrollar los demás trasvases previstos en el Plan Maestro
de 1967.
Y, claro, tanta celeridad se nos atragantó y hubimos de esperar a 1979
para que entrara en
funcionamiento el Acueducto Tajo-Segura.
A pesar de la
previsión por ley de un aporte de hasta 1.000 hm3/año… sólo una vez, en el año 2000, se llegó a trasvasar a la
cabecera del Segura 600 hm3/año dado que con los años ha ido asumiendo otras
competencias como la de suministrar al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
y algunas más. Vamos, que…
No hay comentarios:
Publicar un comentario