De las primeras veces que supimos de vikingos[1]
por la vieja piel de toro fue por el año 840.
Yo es que cuando echo la vista atrás, la echo… ¿eh?
Saquearon entonces una aldea a los pies de la Torre de
Hércules y enterado el rey Ramiro I
puso en pie un ejército… y cuentan que “les
dio p’al pelo”… pero aquellos siguieron a lo suyo y se les sintió por
Lisboa y tal y tal. En los Annales Complutenses se narran otras
“visitas”… como la del año 844 en bajaron
más abajo: hasta Sevilla, que saquearon. Abd
al-Rahman II también puso en pie un ejército y cuentan que también “les dio p’al pelo” -siempre les daban, y
ellos volvían- y, como años después los “japos”
de Hasekura Tsunenaga, algunos de aquellos vikingos se quedaron a vivir en Isla Menor, un territorio que forma el
Guadalquivir, con el Brazo del Este, frente a Los Palacios, y se dedicaron,
durante varias generaciones, a la elaboración de quesos[2].
En torno al 860 ya descubrieron el Sur de la provincia de Alicante
y como para ellos un río era la puerta abierta al interior, “visitaron” Orihuela y Murcia. Por el Ebro
también “visitaron” Zaragoza y
Pamplona, que es hacer turismo de interior. Clifford E. Bosworth, el británico que más ha estudiado el tema,
señala a los vikingos asentados en el Golfo de Valencia hacia el año 1031.
Vamos que la cosa de estos vikingos por aquí no es de hoy.
Habría mucho que contar de aquellos vikingos y sus descendientes
por España. Aquí en este blog ya los hemos hecho (14.01.2012), por ejemplo, con
Cristina de Noruega (Bergen, 1234 - Sevilla,
1262) esposa de Felipe de Castilla y
Suabia, hermano de Alfonso X,
enterrada en Covarrubias, con banderas y fastos propios desde 1958.
Pero ahora toca hablar de modernos vikingos, y en
particular, de noruegos.
Por “Los cafés del Meliá” ha pasado
(tertulia 134, tenemos ya los ojos como platos de tanto café) Pilar de la Cuesta, profesora del Colegio Noruego de l’Alfás del Pi (45
profesores y 250 alumnos), esposa del cónsul noruego (Jan A Nilsen), y eventual contertulia cafetera.
Queríamos saber más de Noruega
y de los noruegos por aquí, pues
en la provincia de Alicante -especialmente en l’Alfàs del Pi, aunque sin olvidar Torrevieja y su entorno- tenemos la segunda colonia noruega más
grande… fuera de Noruega. Por Nueva York (USA) dicen está la primera; por l’Alfàs
del Pi, señala Pilar (y ratifica el cónsul) está la segunda.
En Noruega son 5
millones de habitantes, y l’Alfàs del Pi hay empadronados casi 2.000, pero hay unos 10.000 más que “vienen y van” de continuo. Y otro tanto en Torrevieja (y
alrededores) colocan a la provincia de Alicante con más de 25.000 noruegos.
Todo comenzó en 1963
a un ritmo tal que en 1968 ya hubo
que abrir consulado… incluso ya hay
(en Alicante) oficina de la Seguridad Social noruega, del potentísimo (y
riquísimo, por el petróleo y una excelente gestión inversora) NSSS.
Primero llegó Saga
Tour… a La Vila. Y en Villajoyosa está La Hacienda del Sol. Y bien pronto l’Alfàs del Pi centró la atracción noruega y buena prueba de ellos
son las urbanizaciones noruegas. El influyente Club Noruego (Den Norske Klubben Costa Blanca) es el epicentro de
sus vidas. Primero llegaron los jubilados al amparo del sol (clima, a fin de
cuentas), el cambio de la corona a pesetas, y las cuestiones de la tributación
(aquí Hacienda les daba un bocado menor), luego llegaron los marinos mercantes
y la gente del petróleo (la familia aquí y ellos sus estancias en las
plataformas del Mar de Norte) y finalmente están llegando los estudiantes para cursar aquí el 3º de
Bachillerato (en el colegio noruego)… porque se lo pasan pipa. Es que tienen
hasta colegio propio: Den Norske Skole
Costa Blanca. Hay otro de estos colegios en Ciudad Quesada (Rojales, en el
entorno de Torrevieja).
Y estudiar, estos noruegos estudian porque para ir a la
Universidad (en Noruega o fuera de Noruega, porque el gobierno concede créditos
para estudios que lo cubren todo en el país y fuera) necesitan una buena nota,
muy buena. Y en Noruega, a partir de los 18 años, o estudias o trabajas. El
mismo cónsul vino a España, a Oviedo, a estudia Medicina… y se nos ha quedado;
Pilar, es Pilar… y nos contó todo sobre el norwegian way of life, desfacimos
entuertos y supimos lo que cuesta (impuestos incluidos) un peine en Noruega.
Y hablando de Noruega, tengo una sobrina 2ª (ingeniero) que
marchó con un contrato a una plataforma petrolífera (tras un curso de noruego en
el Club Noruego de l’Alfàs). En su primer permiso en la península ya había
conseguido trabajo con tierra firma bajo sus pies y en dos meses un tercero que
es el que ansiaba: construir carretras. Y su “boy friend” acaba de ser contratado por UiO (Universiteted i Oslo,
Universidad de Oslo)… ¡Les va Noruega! Tanto como los noruegos de l’Alfàs y
Torrevieja.
Por cierto: el número de noruegos en l’Alfàs del Pi es tal
que hasta pueden inscribir un equipo de fútbol juvenil en la Norway Cup, que se
juega en Noruega.
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