Pues sí, después de casi diecisiete años -16 años, 11 meses y 27 días-, incluso
una oposición aprobada por medio -que no ha servido de nada-, un ERE me ha descabalgado. No ha sido un
hachazo invisible (se le vio venir directo al cuello desde julio de 2012), pero
sí homicida (en la calle me ha dejado). He mordido el polvo del desempleo con
55 tacos a cuestas, casi 56, y con la
que está cayendo. Vamos, que… de patitas en la calle.
¿Y ahora qué?; hay que seguir.
¿Por qué a mí?; ¿por qué a tantos de nosotros?
Sólo he (tal vez, hemos) trabajado en aquello que me
asignaron y con la base en la que nos formamos en su día. Y nunca he tenido ni
una queja; mi expediente está inmaculado. He cumplido como el que más, considero
que siempre con creces, tanto que como periodista-redactor que como jefe de Unidad.
Yo, plumilla, la verdad es que he ido cambiando de Medio cada
década: en la veintena, en la treintena y en la cuarentena. Pero… pero a mitad
de la cincuentena se me hace cuesta arriba volverlo a intentar tal como está la
cosa. No es lo mismo salir a la calle a buscar empleo en los 70, en los 80, en
los 90… o ahora en la segunda década del XXI. De mis pasos por los medios
responde mi currículo.
Hasta ahora nunca me asustó la cosa esta del empleo; debe
ser porque siempre busqué yo el salto a mejor. Ahora me han estrellado; llevo
dos semanas de contactos que co cuajan... ¿por tener 55 años? Y… hay que ver
cómo está el parque ahora mismo; a ver quién se mete en este erial profesional.
Bueno, sacaré a pasear ahora la bandera de la Geografía;
otra oposición gané, aunque sin plaza directa y ahí ando, embolsado… como la
uva de Navidad.
Echando ahora la vista atrás veo, en verdad, que estos
últimos casi 17 años han resultado pletóricos en lo profesional y en lo
personal, tanto en el CPP de Burjassot, como en el CPP de Alacant. Casi
diecisiete años en los que he visto desfilar directores y he trabajado codo a
codo con ellos: Jesús, José, Vea, Lola, Luis, Rosa… (con esta última menos). De
todos, uno -que no cito- me dejó en el limbo; y eso que habíamos compartido un
mismo proyecto inicial y nos conocíamos de antes. Menos mal, de la que me he
librado. Ellos pasaban y yo seguía en mi despacho, con mis cosas, que eran sus
cosas.
Han sido años donde se han labrado sólidas amistades: Pascual, Pau, José Manuel, Josep, Vicent, José Luis, Rodolfo... Echo de menos ir al “Gordo” o al “Bierwinkel” de turno… Bueno, Pau -exquisito torero de salón y con
una mano izquierda antológica- se bajó del barco a tiempo. Pero los demás, no.
Han sido años donde he trabajado con grandes profesionales: Maite (desde los tiempos de Antena 3), Rocío (Ay, mi Rocío), Lucía (Ay, mi Lucía), Sonia (Ay, mi Sonia), María José (Ay, mi María José, con la
he charlado un rato esta mañana, a ella ya la habían largado), Concha…, Alicia, Carmen, Inma… Esmeralda…
Mucho te agradezco la llamada, Esmeralda, jefa, mucho, pero
suena ahora en la distancia del auricular dura, durísima, aunque cálida y agradable…
Me acompañará tanto como el agradecimiento por la dedicación de todos estos
años.
Han sido años de compañeros: José Ramón, Rafa (desde
los años de la COPE), Marc (desde
los tiempos del ABC), Luis, Ramón Enric,
Nacho (¡ánimo!, que ahora eres
“cosita”), María, Gala, Santi … con algunos viví la oposición, y hemos seguido en la Casa desde
entonces.
Sí, han sido años de gente entregada que vive su profesión
en el mundo audiovisual con dedicación: Sergio,
Arjones (digno hijo de un gran
amigo, Perfecto), Escobar, Laura, María… ¡Todos!
Y a todos ellos, y a los de mantenimiento, y a los de
seguridad, y a los de informática, y a los de móviles, y a las de recepción, y
a las de limpieza… A todos los corresponsales que un día fueron y a los que
coordiné; a los compañeros de las delegaciones… A todos, un abrazo emocionado
en este duro día.
Echo de menos no haberme despedido de Flores, un carpintero McGiver que lo resolvía todo y que siempre
tenía tiempo para un chascarrillo, y de Luis,
el jefe que en cosas de “la señal” lo sabía todo. Ellos se jubilaron un poquito
antes de sufrir este calvario. Enhorabuena, amigos. Echaré de menos hasta la
alquimia reparadora de Felipe,
dignísimo sucesor de Flores, que aún sigue a bordo.
En este mundo de la TV
somos tantos, de tantos gremios y tan dispares, los que convergemos en un
momento dado en el medio que tal vez no vuelva a coincidir con ninguno de ellos
en etapa alguna, pero de todos guardo -y guardaré- un grato recuerdo en los
profesional y en lo humano especialmente forjado en este último año. Son tantas
historias vividas en lo personal y laboral, especialmente estos últimos meses
del ERE, que sientes que se te ha ido un poco la vida con este momento. A
muchos, como dije, jamás los volveré a encontrar; con otros perdurará, espero,
la amistad.
Y el caso es que a todos nos unirán las reclamaciones que
ahora emprendemos, por lo injusto de la medida y las arbitrariedades cometidas-
A todos ellos -a mis compañeros todos-, con mi
reconocimiento por su profesionalidad, un saludo desde este triste post.
Y ahora, a seguir; a salir a la calle que formación y
méritos no faltan. En fin, me suelo venir arriba en banderillas… Como oí una
mañana del agosto de 2012 desde una cabina de producción, en la 3ª planta: “Me
echan porque quieren, no por no ser un buen profesional”.
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