Plan Urbanístico de Manhattan (1907-1911) |
Yo estoy convencido que cuando desarrollaron el plan de
urbanización de la ciudad de Nueva York (1804-1807; Plan de los Comisarios, 1811)
no pensaron en lo del Manhattanhenge…
Por cierto, criticaron aquél plan por su exceso de
ortogonalidad y la falta de zonas verdes, por lo que en 1853 le incluyeron Central
Park tras una campaña del Evening Post (1844) lanzada por el
periodista Willian Cullen y el paisajista Andrew Jackson Downing… pero
esa es otra historia.
Vayamos con el Manhattanhenge…
que es un fenómeno que se acaba de producirse (28 de mayo) y aún volverá a
hacerlo el 13 de julio (que ahora es fácil calcularlo). Y volverá a primeros de
diciembre y enero del próximo año. Cuando el sol camina al ocaso se alinea
perfectamente con la calles de la ciudad, en especial con la 14a, 23a, 34a, 42,
y 57ª, conformando un espectáculo que el Museo
de Historia Natural (y el NY Times) ha convertido en indiscutible atractivo
de la ciudad.
“Manhattanenge” es un “palabro”
que se inventó el astrofísico Neil de Grasse
Tyson, del Museo de Historia Natural, en 2002 tras haber estado observando
el fenómeno desde 1996. En Stonehenge el sol se alinea con las piedras
verticales; en Manhattan, con lo edificios e inunda con sus rayos sus calles…
hasta fenecer por New Jersey.
Y así salió “Manhattanenge”. El New York Times, en disputa con lo popular,
lo llama “solsticio de Manhattan”.
Para disfrutarlo sólo hay que estar en la parte Oeste de
Manhattan, mirando en dirección a New Jersey…
Y allí veremos cómo se oculta el sol perfectamente alineado con la calle.
Culpable de ello fue Simeon
de Witt, el topógrafo que dibujó el trazado hipodámico sobre Manhattan. Lo
pensó para “toda la isla”, desde la Calle Houston (entonces calle Norte y a
partir de aquél momento Calle 0) hasta la calle 155... y todo igual. Sólo se
reservó un espacio especial (algo más ancho, The Parade) para desfiles militares, pero en todo momento se buscó
la uniformidad y adaptar la retícula a la forma de la isla para obtener un máximo
de parcelas sin tener en cuenta ni la topografía ni los caminos existentes: avenidas (N-S) de 60 metros y calles (E-W) de 18 metros a lo largo de
unos 20 kilómetros. Para ajustar el conjunto a esa distancia kilométrica se
determinaron una serie de calles (E-W)
de 30 metros hasta disponer de 11
avenidas (iniciales) y las 155
calles (originales) que determinan parcelas
en relación 1:4 (60 x 240 m).
Bueno, se respetó el “camino
del Norte” que hoy es la Avenida Broadway y que conforma una diagonal en el
conjunto porque ya existía.
También se delimitaron dos plazas públicas, entre la 4ª y la
7ª Avenida y las calles 23 y 34; pero poco más.
Uds. perdonarán mi osadía pero aquella planificación, como
la de Benidorm de 1956, desconcierta por su simplicidad.
Y aquél trazado, virado 28’9º
hacia el Este (con referencia al N geográfico), bien pronto comenzó a ser modificado
por la especulación, que también por allí existía, aunque no en cuanto al
principio básico de la retícula de Hipodamo
de Mileto. Incluso se superó por el Norte la calle 155, manteniendo el
espíritu. En 1916 se redactó una Ordenanza para regular todo aquello.
En muchísimas de aquella parcelas se levantaron los
populares Tenements (“conventillos”;
Tenement House Act, 1867) para albergar a las muchísimas familias que llegaban
a Nueva York. “Casas baratas” que
hubiéramos llamado aquí en los años 50; “viviendas sociales” que llamaríamos
desde los 90.
Pero lo importante es estar en la calle -42, por ejemplo-
para vivir el “Manhattanhenge”…
PD 1.- En Benidorm es imposible esa alineación (aún con su
alineación N-S/E-W) porque la Sierra
Helada, el mayor acantilado -además, tipo Plunging- que hay en el Mediterráneo
y que está al E-SE lo impide en el amanecer, y la alineación en cuadrícula de
Levante se interrumpe al llegar al casco Urbano; Poniente tiene otra
alineación.
PD 2.- Resulta que al N del Trópico de Cáncer el Sol siempre
sale en ángulo dextrógiro vertical (a derechas). Con este dato podrá
identificar un “falso amanecer” en una peli. Muchas veces se rueda un ocaso y
se reproduce al revés, con lo que el sol “sale” en ángulo levógiro vertical
(vamos, que gira a izquierdas)… Y eso sí que no.
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