3 jun 2013

DEL MANHATTANHENGE…


Plan Urbanístico
de Manhattan
(1907-1911)
Yo estoy convencido que cuando desarrollaron el plan de urbanización de la ciudad de Nueva York (1804-1807; Plan de los Comisarios, 1811) no pensaron en lo del Manhattanhenge

Por cierto, criticaron aquél plan por su exceso de ortogonalidad y la falta de zonas verdes, por lo que en 1853 le incluyeron Central Park tras una campaña del Evening Post (1844) lanzada por el periodista Willian Cullen y el paisajista Andrew Jackson Downing… pero esa es otra historia.

Vayamos con el Manhattanhenge… que es un fenómeno que se acaba de producirse (28 de mayo) y aún volverá a hacerlo el 13 de julio (que ahora es fácil calcularlo). Y volverá a primeros de diciembre y enero del próximo año. Cuando el sol camina al ocaso se alinea perfectamente con la calles de la ciudad, en especial con la 14a, 23a, 34a, 42, y 57ª, conformando un espectáculo que el Museo de Historia Natural (y el NY Times) ha convertido en indiscutible atractivo de la ciudad.

Manhattanenge” es un “palabro” que se inventó el astrofísico Neil de Grasse Tyson, del Museo de Historia Natural, en 2002 tras haber estado observando el fenómeno desde 1996. En Stonehenge el sol se alinea con las piedras verticales; en Manhattan, con lo edificios e inunda con sus rayos sus calles… hasta fenecer por New Jersey.

Y así salió “Manhattanenge”. El New York Times, en disputa con lo popular, lo llama “solsticio de Manhattan”.

Para disfrutarlo sólo hay que estar en la parte Oeste de Manhattan, mirando en dirección a New Jersey… Y allí veremos cómo se oculta el sol perfectamente alineado con la calle.

Culpable de ello fue Simeon de Witt, el topógrafo que dibujó el trazado hipodámico sobre Manhattan. Lo pensó para “toda la isla”, desde la Calle Houston (entonces calle Norte y a partir de aquél momento Calle 0) hasta la calle 155... y todo igual. Sólo se reservó un espacio especial (algo más ancho, The Parade) para desfiles militares, pero en todo momento se buscó la uniformidad y adaptar la retícula a la forma de la isla para obtener un máximo de parcelas sin tener en cuenta ni la topografía ni los caminos existentes: avenidas (N-S) de 60 metros y calles (E-W) de 18 metros a lo largo de unos 20 kilómetros. Para ajustar el conjunto a esa distancia kilométrica se determinaron una serie de calles (E-W) de 30 metros hasta disponer de 11 avenidas (iniciales) y las 155 calles (originales) que determinan parcelas en relación 1:4 (60 x 240 m).

Bueno, se respetó el “camino del Norte” que hoy es la Avenida Broadway y que conforma una diagonal en el conjunto porque ya existía.

También se delimitaron dos plazas públicas, entre la 4ª y la 7ª Avenida y las calles 23 y 34; pero poco más.

Uds. perdonarán mi osadía pero aquella planificación, como la de Benidorm de 1956, desconcierta por su simplicidad.

Y aquél trazado, virado 28’9º hacia el Este (con referencia al N geográfico), bien pronto comenzó a ser modificado por la especulación, que también por allí existía, aunque no en cuanto al principio básico de la retícula de Hipodamo de Mileto. Incluso se superó por el Norte la calle 155, manteniendo el espíritu. En 1916 se redactó una Ordenanza para regular todo aquello.

En muchísimas de aquella parcelas se levantaron los populares Tenements (“conventillos”; Tenement House Act, 1867) para albergar a las muchísimas familias que llegaban a Nueva York. “Casas baratas” que hubiéramos llamado aquí en los años 50; “viviendas sociales” que llamaríamos desde los 90.



Pero lo importante es estar en la calle -42, por ejemplo- para vivir el “Manhattanhenge”…


PD 1.- En Benidorm es imposible esa alineación (aún con su alineación  N-S/E-W) porque la Sierra Helada, el mayor acantilado -además, tipo Plunging- que hay en el Mediterráneo y que está al E-SE lo impide en el amanecer, y la alineación en cuadrícula de Levante se interrumpe al llegar al casco Urbano; Poniente tiene otra alineación.

PD 2.- Resulta que al N del Trópico de Cáncer el Sol siempre sale en ángulo dextrógiro vertical (a derechas). Con este dato podrá identificar un “falso amanecer” en una peli. Muchas veces se rueda un ocaso y se reproduce al revés, con lo que el sol “sale” en ángulo levógiro vertical (vamos, que gira a izquierdas)… Y eso sí que no.




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