Veo por ahí el eco y la cancha que se le da a una “noticia” (¿?) sobre el -desde luego-
extraño incidente de los dos misiles detectados por Rusia en el Mediterráneo Oriental el pasado día 3 de septiembre. Algunos
medios digitales españoles se hacen eco de lo que dicen es una información -insisto,
dicen- del periódico libanés As-Safir que, a su vez, aseguran que
alude a fuentes cercanas a la inteligencia rusa, en la que se señala que “dos
misiles fueron disparados desde Rota (Cádiz, España) con destino a Siria”…
que está a unos 3.800 km de Damasco. ¡¡¿?!![1] ¿Sólo As-Safir tiene contactos con fuentes cercanas a la inteligencia
rusa? ¡¡¿?!!
Sí, ¡¡¿?!!
Como no tengo ni repajolera idea de árabe no puedo buscar la
noticia en As-Safir (El Embajador; el embajador del
Líbano para el mundo árabe) y aunque tiene edición en inglés no sé bien cómo
buscar la noticia (y mira que lo he intentado). Hasta ahí hemos llegado;
reconozco mi incapacidad en esta acción, pero lo que sí que sé es que As-Safir está muy próximo a Hezbollah, que para la UE es una organización terrorista, que
ha apoyado a Al Assad en todo; y
hasta han recuperado Qusayr para el Ejército sirio.
Y lo que también sé es que disparar lo que sea desde la
mismísima base de Rota, como dicen
algunas webs españolas y en español, es delicado, complicado, prácticamente
imposible y nada “íntimo”; sobre todo en verano. Rota está rodeada de
poblaciones y urbanizaciones.
Rota no es Severomorsk[2].
Si en Severomorsk tosen, sólo se enteran los satélites que
posiblemente les controlen; si en Rota tosen, nos enteramos hasta en el
chiringuito de Paco, pasado el poblado naval, en la misma playa, camino
del Puerto de Santa María, y con accesos por la calle de la Mora, donde es
fácil (es un decir) aparcar. Por cierto, allí sirven unas papas en amarillo que vuelven loco; por no entrar en un buen arranque roteño y una copa de tintilla. ¡Viva Rota!, por no hablar del
fino y el manzanilla.
Severomorsk está a 69ºN
(el Polo Norte sólo está a 78º 35’ 7’’ N) y allí los grajos viajan en metro
(ya saben que el grajo vuela bajo cuando hace un frío del carajo; pues allí siempre
lo hacen en metro), y Rota está en el reino de la seguiriya y del sol, del
rebujito, la cerveza muy fría y las tapitas, a 36ºN y con un Lorenzo de
justicia.
Está todo tan cerca en Rota que el pasado día 15 de
septiembre las gentes del lugar reportaban a los periodistas, por natural, de hasta
4 operaciones a la hora de aterrizajes y despegues, un ritmo frenético para lo
que es el día a día roteño. Aquí, en Rota, no hace falta la información
oficial; la gente ve entrar y salir aviones a un palmo de sus urbanizaciones. Y
hasta se atreven a decir que van a Incirlik
(Turquía); en el bar todo se sabe. ¡Cómo son los roteños! Aquí, en Rota, casi
se sabe todo. Y no te digo si se trata de barcos; de día y de noche, que la
gente pesca, en barca y en la playa con caña… y la urta es un magnífico pescado,
aunque a mí, a la roteña, no me va.
Lo que parece ser que pasó es que el martes 3 de septiembre a las 10:16 horas (de Moscú, que es UTC+4;
la de Madrid es UTC+2, en verano… 08:16 para nosotros) en Armadir, junto al río Kudán (en el Cáucaso ruso), las antenas del
sistema de alerta temprana ruso detectaron dos misiles. La nota del ministerio
ruso de Defensa (que me he preocupado de conseguir y no voy a colocar aquí el
enlace) sólo dice que “La trayectoria de los objetos iba desde la
parte central del Mediterráneo hasta las zona oriental de la costa mediterránea” (traducción
libre de Google).
Ya con eso, no
salieron de Rota los “famosos” misiles.
La agencia NEWSru,
del magnate ruso de la comunicación Vladimir
Gusinsky (que tiene la doble nacionalidad israelí y, atención, española) informó
de que ambos misiles “cayeron al mar en un punto indeterminado”
y lo recogieron algunos medios “serios”.
La agencia rusa Itar-Tass
contó que al día siguiente sólo Londres se dio por aludida (¿?), aunque ya
todas la llamadas “inteligencias” (¿?) de la zona sabían que había sido una
prueba “secreta” (¿?, una vez más) de una variante de un misil yankee adaptado
por los israelíes. Así lo publicó Vzgliad
elogiando lo bien que funcionan el sistema de antenas de Armavir.
Dicen que “las pruebas pretendían evaluar las
reacciones de las fuerzas aéreas siria”.
A eso, los expertos señalan que el que Siria no se enterara del disparo no significa
que no fuera a intentar reaccionar una vez lo hubieran detectado, aunque hay
quien piensa -los más- que lo que se quería saber de verdad era si las antenas
de Armavir eran tan buenas como se decía (por eso los yankees dejaron los
misiles a los israelíes), porque desde 1996 los rusos iban cosechando chasco y
error tras error y chasco (que se lo digan a los noruegos del Norwegian
Metorologial Institute y sus sondas aéreas). Y parece que las antenas de
Armavir han acertado en la detección; esta vez sí, misiles.
Lo único que no ha quedado claro en todo esto es la
plataforma de lanzamiento: si los misiles se lanzaron desde un avión israelí en
vuelo, lo que hizo errar en el cálculo del lugar de origen, o sobre una naval
en superficie o en inmersión (Thyssenkrupp Marine System ya ha entregado a Israel
los 5 submarinos Dolphin AIP con capacidad para “portar” misiles nucleares; y
si los portan, seguro que los han preparado para lanzarlos), pero el caso es
que lo del 3 de septiembre ocurrió por
el centro del Mediterráneo, y no por donde desemboca el Arroyo Salado.
[1]
El alcance máximo de un misil BGM 109 Tomahawk embarcado, en pruebas, ha sido
de 2.600 km. Con carga de combate y propulsión extra, el alcance efectivo es de
1.600 km. Es cierto que los misiles Trident II-D5, embarcadso en submarinos (de
la clase Ohio), puede alcanzar objetivos a 12.000 km.
[2]
Principal base aeronaval rusa, en la bahía de Kola, para la Flota del Norte. Es
el principal centro del Complejo Murmansk-Polyarny, en el Fiordo Murmansk, en el
Mar de Barents.
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