En nada y menos comenzamos la 5ª temporada de nuestra tertulia “Los cafés del Meliá” y no
sé si para combatir “el mono” tertuliano
del verano he dicho que sí a dos propuestas tertulianas que me han hecho: los
miércoles acudo a Onda Benidorm, y martes y jueves a la tele local y su “Cita
con la actualidad”… Mucho es esto; me lo tengo que hacer ver.
Y en esa que hemos hablado los tertulianos de este fenómeno,
de las tertulias. Ahora es contertulio, o tertuliano, cualquiera; antes, no.
Hasta lo soy yo.
Y quién nos iba a decir, además de lo del teólogo
Tertuliano, que esto de las tertulias, en España, comenzó de muy antiguo: en 1591, y en la ciudad de Valencia. La Academia
de los Nocturnos (porque tertuliaban de noche) fue la primera. Al poco,
Sevilla; y en nada Madrid (Academia Selvaje, 1612) tuvieron sus
propias tertulias... literarias entre nobles e ilustrados; nunca iluminados,
aunque sí bastante alumbrados.
La cosa tertuliana se complicó un poco más, y se ampliaron
los temas, con la irrupción de las Sociedades
Económicas de Amigos del País (de finales del XVIII, con auge en el XIX)
donde se dio entrada a la prensa en unos debates que giraban sobre las
posibilidades del lugar. No obstante, las tertulias literarias seguían siendo
las que criaban la fama, aunque la lana se cardara en las otras.
En el XIX entraron
en liza las tertulias de café. Sí,
las del Café del Príncipe (con Larra y Azorín), las del Suizo
(con los hermanos Bécquer), las del Bilis Club (Clarín), las del Nuevo
Café de Levante (Valle Inclán), las del Novelty (Unamuno, Ortega
y Gasset), las del Español (hermanos Machado), las del Café Gijón (con Pérez Galdós,
José Canalejas)… Eran tertulias culturales
y literarias, aunque poco a poco entraron otros temas; y con ellos los
políticos.
La Gran Guerra
(1914-18) trastocó la cosa tertuliana. Entraron en liza nuevos cafés y nuevas
tertulias: Café Europeo y Comercial, Jorge Juan, Roma, Lyon…
y la Cervecería
de Correos, que no todo iba a ser cafeína. Germanófilos y anglófilos
desataron pasiones.
Las tertulias de café dominaron la esfera social del país
hasta el extremo de que tras el 14 de
abril de 1931 la práctica totalidad de los diputados electos eran reconocidos
tertulianos en Madrid o en capitales de provincia y casinos de pueblo grande.
Tras la Guerra Civil
(1936-39) las tertulias siguieron. En torno a Díaz-Cañavate y a Cossío
(Café
Aquarium) surgieron los grupos tertulianos del franquismo que, también,
se refugiaron en los cafés de moda, y comenzaron a crear corrientes que,
mientras fueron lábiles, el Régimen toleró. Y así hubo quien
pudo decir que acudía a tertulias monárquicas, republicanas, anti monárquicas,
anti republicanas… y, sobre todo, literarias. En todas ellas hubo españoles de
prestigio: Rodríguez Moñino, Sastre, Sánchez Ferlosio, Aldecoa,
etc.
A finales de los años 20 la tertulia llega a la radio.
La Radio, desde
sus inicios (1922, Radio Club España) tuvo presente la posibilidad de la tertulia...
literaria y cultura. La primera emisora, de verdad, fue Radio Ibérica (1.923) y en 1928
ya puso en antena la primera tertulia radiofónica: “La gripe”. Dirigía Gómez de la Serna.
La gran notoriedad que alcanzó la radio despertó el interés
del directorio militar de entones (Primo
de Rivera) por regularla (y controlarla), y en 1924 ya estaba listo el Reglamento de la Radiodifusión Española,
con lo que Radio Barcelona (14.11.1924) ostenta el código numeral EAJ-1 (España, E; telefonía sin hilos,
AJ; y la primera, el 1), mientras que la primera, Radio Ibérica -menos
diligente a la hora de presentar sus papeles-, consiguió el EAJ-6. Se exigió por figura legal conocer
qué iban a programar a diario, y los contenidos. El primer “diario
hablado”, “La Palabra”
(Unión Radio, hoy la SER, 1930), se nutría de lo escrito en determinados
periódicos bastante controlados. Y los lunes, como la prensa descansaba, no se
emitía.
La Segunda República
tomó la radio como instrumento consolidado y se sirvió de ella desde el primer
momento: discurso oficial de investidura de Alcalá Zamora. Al poco, el ministro Martínez Barrio, suprimió la censura, pero mantuvo un cierto
control. Por entonces la radio retransmitían tertulias celebradas en distintos
auditorios, pero culturales y literarias.
Tras la Guerra Civil
y tras la ley de octubre de 1939 -donde la conexión con Radio Nacional de
España para los diarios hablados de las 14’30 y 22’00 horas era obligatoria (“el
Parte”)- desde las emisoras regionales se tomó el relevo y las
tertulias literarias y culturales tomaron un tinte localista. La Falange estaba muy al tanto de las
emisiones y no estaba mucho por la labor, pero las hubo.
Los años sesenta
trajeron un halo de apertura (1962, Manuel Fraga en Información y Turismo)
y la opinión, para temas menores,
entró en los hogares por las ondas. La Ley
de Prensa (1966) ya plantea una cierta manga ancha en contenidos y las
emisoras comienzan a tratar los temas políticos y surgen los primeros opinadores;
del régimen, pero opinadores que debatían en las pocas tertulias que iban más
allá de lo literario y cultural. Eran escasas, pero las había; y no de
continuo. Con Matinal Cadena SER
(1970) y Hora 25 (1972) hay
opiniones en el dial; no son fijas, pero las hay.
Muerto Franco (1975)
y finiquitado el Régimen, hay que
esperar a 1977 para el Decreto de Libertad Informativa (ya no
será obligatorio conectar con RNE para los informativos) y aún hasta 1984 para poder seguir una tertulia como
las que hoy podemos conocer. Fue en la SER y como complemento de “Hora 25”: “La
Trastienda”, donde una idea original de Fernando Ónega, que presentará Javier
González Ferrari, cobró protagonismo. Años después llegarán Alejo García, en la COPE, con “La
Espuela” (1987), y Luis del Olmo
tendrá la suya en “Protagonistas” (1987). Libros, cine, música, sociedad… fueron
dando paso, poco a poco, a la actualidad y a la política.
La tertulia clásica, la digamos “tradicional” de índole
cultural, irá desapareciendo conforme avance en siglo XX a favor de la
política.
La Televisión, el
otro gran medio, también contó con tertulias de enjundia... muerto Franco. “La
Clave” de José Luis Balbín
(1976-1985, en TVE; hoy La 1) es aún hoy un icono. “La Clave” fue un programa postfranquista que tuvo problemas con
todos los gobiernos del momento, y las presiones del de Felipe González acabaron con el debate en 1985. Habían denunciado
la manipulación informativa. En enero de 1990 volvió “La Clave” a Antena 3 TV
hasta junio de 1993.
En fin, que en televisión la historia de las tertulias es
más corta, pero hoy no ha emisora que se precie que no tenga una tertulia,
aunque sea con tertulianos low cost.
Pero para tertulias, lo que se dice tertulias, las nuestras
de “Los
cafés del Meliá” que vuelven el día 20.
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