27 de
Septiembre; Día Mundial del
Turismo, la ocasión perfecta para reflexionar sobre la responsabilidad que
tenemos los viajeros (y turistas) para con el destino turístico, así como sobre
nuestro impacto en él. Reflexionando mínimamente vendrá, seguro, nuestro
compromiso para con un futuro hídrico sostenible; si no llegamos a él por
conciencia, lo haremos por la “pela”.
El bolsillo es el más poderoso aliado
en este (y otros muchos) tema.
Impactar, impactamos: económica, social, cultural y
medioambientalmente. Pero ese impacto general ya está contemplado; lo que hay
que hacer es no maximizarlo; en todo caso, minimizarlo.
La reflexión también debería venir desde la mismísima
Administración (en todos sus estamentos) sobre su modo de actuar, y sobre la
forma de concienciar. El agua es un recurso tasado (hay la que hay desde el
principio de los tiempos, no más) y cuesta dinero obtenerla, tratarla,
conducirla, conservarla y reciclarla; debía costar mucho más malgastarla.
Este año la OMT se ha fijado en el agua. Se venía venir:
2013 es el Año Internacional para la Cooperación en la Esfera del Agua. Y
es un recurso tan importante que hasta la Conferencia Episcopal ha entrado al
trapo.
Ya saben, el agua es un elemento fundamental para la vida en
el planeta. El agua es -para la Asamblea General de la ONU (20.12.2010)- “fundamental
para el desarrollo sostenible, en particular para la integridad del medio
ambiente y la erradicación de la pobreza y el hambre, es indispensable para la
salud y el bienestar humanos y es crucial para lograr los Objetivos de
Desarrollo del Milenio”. Y como la OMT es parte del gran organigrama de
la ONU, el agua es vector de acción.
Pero siempre estamos con lo de siempre: cada terruño es un
mundo y, para mí, generalizar es un atentado a la realidad, porque hay tantas
realidades como lugares. Por eso yo, salvando las distancias y las
oportunidades de concienciar con lo general, me gusta descender a lo particular
y a lo local.
Y en esto de la particularidad (para mí, Benidorm) Francisco Amillo ha colgado en su blog HistoBenidorm un excelente post sobre
la lucha de Benidorm por asegurarse el suministro hídrico. En Benidorm, ya lo
hemos contando aquí en muchos post, el agua es clave: “Del estudio de la indigencia hídrica de Benidorm”, “Del aprecio por el
agua de Benidorm”, “Del agua en
Benidorm en 1892”, “De la gestión
hídrica”, “De la sèquia mare, la
‘Propuesta Amillo’”, “A propósito de
lo del agua”, “Dando las gracias a
Beniardà por el agua”… y del agua en general, muchos más.
El martes (24.09.2013), sin ir más lejos, en el programa de
TVE-1 “España a ras de cielo” (“Tú aMallorca, yo a Benidorm”) quedó muy claro que Benidorm es lo que es
desde que llegó el agua. Josefina Orts i
Bosch le dice a Francis Lorenzo
(minuto 4’30’’): “No teníamos agua… nos costó mucho prosperar… El agua llegó -(1962)-
y
se instaló en todas las casas… y empezó el progreso…”
Benidorm y el agua: primero, en el XVII, con Beatriu Fajardo de Mendoza (Señora de
Benidorm), y después, en el XX, con el Plan
General de 1956 y la posterior conexión del agua potable a las casas. Y
luego estaría la historia de los pozos de Beniardá y ya en el siglo XXI en
cordón umbilical con el futuro que es la conducción Taibilla-Amadorio. En “A ras de cielo” despacharon el tema en
30 segundos (minuto 19’54’’), pero lo significaron; sin agua y una gestión
sumamente eficiente Benidorm no sería posible sin el agua.
El agua… Los consumos de agua en este país, a tenor de cómo
están las cosas, están tabulados: son conocidos. Ahora bien, el que el 25% se pierda en las fugas de las
redes y averías y zarandajas es algo que nos debemos hacer ver los
municipios turísticos o no. Y no es el
caso de Benidorm, donde el 96% del agua inyectada en la red alcanza su destino.
Y el otro gran tema que me preocupa: “entre el 60 y el 85% de del agua
de abastecimiento consumida se transforma en aguas residuales”. Luego
el tratamiento de residuales también lo considero fundamental.
¿Sabían que tenemos tabuladas las curvas de consumo y de
generación de residuales? Estas curvas son similares, pero se producen con un
cierto desfase (retraso de una con respecto de la otra) que será tan amplio
como compleja sea la red de saneamiento y la distancia a la EDAR.
Que sí, que está muy bien que nos fijemos en eso del agua.
El agua está también en constante movimiento: evaporación, condensación,
infiltración, arroyada, en corrientes, en hielo y sus procesos de migración y
fundido… Así pues, con un error del 10 al 15% podemos decir que en el planeta
tendemos dando vueltas unos 1.460 millones de kilómetros cúbicos de agua… y de
ellos tan sólo unos 14.000 kilómetros cúbicos (el 0’00009%) es agua potable.
Vamos, que “tocamos” a más de 6.000 m3/habitante y año… pero eso solo ocurre en
la Arcadia feliz. La realidad es bien distinta. Tenemos el agua que tenemos y
hemos de racionalizarla al máximo. Está bien esto de dedicar el Día Mundial del
Turismo al Agua si sirve para concienciarnos
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