Y mientras en China represan los ríos, en los EE.UU. han
comenzado un ambicioso programa para… ¡todo lo contrario!
En los EE.UU. están ahora por eliminar las presas de los
ríos. Hay tres programas experimentales en marcha: ríos Elwha, Columbia
(Columbia Británica-Washington-Oregón) y Klamath
(Oregón-California). Hay 25 ríos más a la espera de lo que ocurra con estos
tres.
El río Elwah, su cuenca y sus presas |
El Elwha discurre
por la Península Olímpica, Estado de Washington. Era el proyecto más sencillo:
sólo dos presas a erradicar. De la Glines Canyon Dan (1927; 64 m.
conforma el Lago Mills) ya no queda nada… más que un buen montón de sedimentos
acumulados durante años. Pero el río ruge bravo y los salmones lo remontan. De
la Elwha
Dam (1910; 33 m. conforma el Lago Adwell) sólo queda el cartel de lo
que fue.
La cuestión es mucho más económica que medioambiental (que
el salmón vuelva a su hábitat natural), pero -qué duda cabe- abre un camino. Es
que resulta que a la vuelta de la esquina, en 2020, el 70% de las 84.000 presas
y represas que hay en los EE.UU. tendrá ya más de 50 años y sólo en
mantenimiento requerirán tal pasta gansa que ni se contempla para los
presupuestos. Unas 4.000 de estas infraestructuras están en claro riesgo de
fracaso y serán necesarios 21.000 millones de dólares sólo para repararlas. Los
yankees están seguros de que ese dinero será más necesario en otras cosas.
Entonces, ¡nada, fuera presas!
Ahora toca venderlo bien. Y como subyace en todo esto
permitir que los salmones vuelvan a su hábitat “natural”, pues miel sobre
hojuelas.
La demolición pausada de ambas presas en el río Elwhat ha
sido un espectáculo y un campo de trabajo para los investigadores: ver, in
situ, el comportamiento del río ante las nuevas condiciones motiva un inusual
tráfico de científicos e ingenieros a la zona. La demolición de las estructuras
hormigonadas se ha convertido en un experimento científico sobre la evolución
hacia el restablecimiento de la cuenca hidrográfica que fue, paraíso -cuentan-
del salmón y la nutria.
Aunque se habían abierto sistemas para la migración de los
salmones (escalas por piscinas), el sistema de presas conseguía calentar las
aguas del río y los salmones optaron años ha por abandonar el Elwha. Ya en
2011, cuando comenzaron las operaciones, se hizo público que estas represas
habían extinguido tres especies de salmón casi exclusivas de ese río, epicentro
de un ecosistema único (salmón Chinook, salmón Rosa del Elwha y salmón Chun).
El objetivo es que vuelvan. Y ya en 2013 se vio que han vuelto.
Secuencia del proceso |
Cuando en 1992 se puso en marcha la maquinaria burocrática
de los estudios técnicos, el gran desafío del proceso no está en los salmones
en sí sino en la gestión de millones de
metros cúbicos de sedimentos. Sólo en estas dos presas del Elwha se calculaba
que había unos 24 millones de m3 de sedimentos. Nada más comenzar en 2011 la
demolición de la más grande (la Glines Canyon Dan) ya colocaron en los papeles la
cifra de 34 millones de m3 de
sedimentos… y se les disparó el presupuesto de 182 millones de dólares a 325 millones de dólares… habiendo
constancia de que ninguna de las empresas de la Gürtel estaba en el ajo.
En esto de los sedimentos el mismísimo río Elwha será el que
haga el trabajo sucio de ir limpiando los antiguos vasos de los embalses, pero lo
hará a cuentagotas para no generar un fuerte impacto en la desembocadura, en el
canal de Juan de Fuca, frente a la isla de Vancouver que ya es Canadá. Estos
sedimentos son pobres en nutrientes y no van a generar mayor problema vayan
donde vayan, pero mejor que lo hagan escalonada y lentamente.
Mientras esto ocurre, se están repoblando, con especies
autóctonas, todos los bosques del entorno.
En el proceso global el Elwha intervienen casi todas las
administraciones medioambientales del Estado de Washington y de la
Administración Federal, pero la coordinación de todos los entes y agencias
corresponde a la NOAA (National
Oceanic & Atmospheric Administration) que trabaja también en previsión de
defensa contra avenidas en casos de precipitaciones de fuerte intensidad y
deshielo atendiendo a las futuribles condiciones climatológicas y ambientales.
En 20 años, para 2031 -aseguran desde la NOAA-, el Elwha será el río de
principios del siglo XX.
Ahora los ingenieros trabajan en la desembocadura del río
que estaba ya “acostumbrada” a no trabajar nada y a dejar que el mar la fuera
erosionando. Los ingenieros han comenzado a utilizar un nuevo concepto: “piedras
inteligentes” para actuar en los próximos años. Se trata de guijarros identificados
y numerados -para ser geolocalizados- a los que se les hace un seguimiento
desde las zonas altas del río hasta su dispersión en la playa. Y aprendiendo de
ese comportamiento se actuará. El programa tiene periodo de estudio hasta 2020.
El programa del río Columbia
(que también desemboca en el Pacífico norte) es mucho más ambicioso; sólo en la
parte norteamericana tiene 28 presas (14 en el curso principal). Naturalmente,
el presupuesto es igual de ambicioso y descomunal; naturalmente, más lento.
Finalmente, el programa para el río Klamath
es también importante; menor que el del Columbia y mayor y más complejo que el
del Elwath. En el Klamath, donde las tres primeras presas deberán estar
desmontadas en 2020, han comenzado ya los trabajos aplicando todo lo aprendido
en los dos anteriores ejemplos.
Estos tres ríos tienen, además, en su entorno y cuenca
vertiente, varios parques nacionales y reservas de vida silvestre. Pero lo
mejor es que en los tres casos han llegado a acuerdos cinco colectivos que por
lo general no siempre llegan ni siquiera a acercar posturas: tribus indígenas
(con derechos en aguas y tierras desde 1909), agricultores, pescadores,
conservacionistas (así los llaman
así) y Administración.
¿Se imaginan eso por aquí?
Yo no.
Es más. Si hiciéramos eso mismo en las presas del Amadorio
y Guadalest
(impensable, incluso fumaos)… ¿dónde íbamos a echar lo que se acumula a pie de
presas? Aquí no hablamos de “sedimentos pobres en nutrientes”; aquí hablamos de
puro y maloliente cieno y de estas playas vivimos todos. Y aquí no hay
salmones; hay turistas. Y de esos pantanos bebemos todos.
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