Desde que tuve la primera noticia del corto “Bikini”,
andaba dándole la vara al coordinador de las Tertulias para que en “Los
Cafés del Meliá” tuviéramos al equipo: Óscar Bernàcer, director, y Jordi
Llorca, productor; Nakamura Films.
Al final estuvieron, los dos, con nosotros para cerrar la primera parte de la
6ª Temporada de Tertulias, con la número 189.
Óscar es mallorquín, hijo de valencianos, que llega al tema
porque su suegro, un periodista vasco, le refiere “el sucedido” del bikini, la vespa, el viaje a Madrid y la charla
con Franco. Jordi es de Finestrat, al
costat de Benidorm, y “sabía del
sucedido”. Así, sin más surge la historia que han trasladado a un
cortometraje que desde marzo (cuando se estrena) a hoy (20 de diciembre 2014)
ha cosechado 34 premios y ha participado ya en 70 festivales por todo
el mundo.
Y, con ello y tras visionar el corto, en la tertulia
hablamos de la mitificación “del sucedido” y concluimos, como
siempre hemos mantenido, que cazara o no ratones el gato, lo importante es que
hubo gato. No tenemos constancia de que la vespa (125 cc, mi general) llegara a Madrid y volviera a Benidorm, pero el
que sí lo hizo fue Pedro, don Pedro, y eso, magistralmente, lo ha retratado
Óscar, al que le gusta “retratar historias”. Pasó, con
Jordi, la mañana, como tantas otras, buceando, aún hoy, en el Fondo Documental Pedro Zaragoza Orts de laUniversidad de Alicante, y sacaron hueco para tomar café con nosotros en el
Meliá Benidorm.
Óscar Bernácer, ayer, en Los Cafés del Meliá. Foto: M. Ayús |
Son minuciosos -“investigar la época es clave”- pero
proyectan visión cinematográfica cuando hacen entrar a Carmen Polo, Doña
Carmen, en el triángulo que trata el tema, y así Franco, mi General, puede
pedir argumentos a Pedro, don Pedro, para que “convenza” a “la Señora” y
planteándole un festival “como el de San Remo”, ésta no le
coloque el “va de retro” al invento
de Réard. El corto engancha; decía
Paco Amillo que tiene el ritmo perfecto.
Jordi Llorca, el productor, a petición nuestra, esgrimió las
cifras. Casi la mitad del coste del cortometraje es a cargo de la Generalitat
Valenciana, y otro tanto lo pone la propia productora, Nakamura. A través de
crowfunding, un 10%. Y luego las aportaciones: insuficiente (para lo que le
reporta) del Ayuntamiento de Benidorm y, como siempre, activa de ServiGroup que toca todo los palos.
Ellos -Óscar y Jordi- lo han entendido y están
orgullosos de su trabajo y de cómo se ha hecho; son los tiempos que corren.
Óscar y Jordi llevan en esto el tiempo suficiente para haber
vivido los días buenos del audiovisual y sufrido la temporada que nos ocupa en
la que han sabido encontrar la idea para demostrar sus mimbres y son
conscientes de que están ante “una historia muy local, que es muy universal”
y que, a fin de cuentas, lo que hace es “vender Benidorm”.
Jordi Llorca, ayer, en Los Cafés del Meliá. Foto: M. Ayús |
Y mientras siguen recogiendo premios, están inmersos en la
segunda parte del proyecto. Y, ¡ojo!, que el proyecto tiene una tercera fase.
Pero ahora mismo están centrados en el Documental “Benidorm. La ciudad que embotelló el sol” que comenzarán a rodar en
enero de 2015. Pretenden contar la evolución de Benidorm de 1920 a… por lo
menos 1990. Lo tienen todo bastante embastado y hasta julio sus vidas serán un
ir i venir, de aquí para allá, para compilar un trabajo vendido ya a proyecto. “Un
documental como este, interesa”, sentenció Jordi Llorca. Y que tenga ya
distribuidora internacional un trabajo que aún no ha empezado a plasmarse tiene
un mérito total.
Aún les queda trabajo de gabinete, pero exhiben un optimismo
no disimulado.
Y más que a contarnos cosas, Óscar y Jordi vinieron a saber
más de aquél Benidorm “de brillante luna
y espléndido sol” y de sus personajes; de todos aquellos que gravitaron en
torno a la eclosión turística de estar realidad; desde don Luís Duart, el
párroco, a Luis “el casillero”. Vinieron a confirmar aspectos que cogidos con
alfileres penden de la cuerda floja que separa, en Benidorm, el mito de la
realidad en una tierra donde hay tantos Pedristas
como “pablistas”; a favor acérrimo
de Pedro como en contra visceral de Pedro. Porque Pedro, don Pedro, hizo tantos
amigos como enemigos y no todos, ni en un bando ni en otro, obvian la obnubilación
cuando hablan de él.
Óscar y Javier van a viajar a Laponia, hasta Karigasniemi;
Oscar y Javier van a ir a Zarza la Mayor, a la vieja mina “La Paloma”, en el
Macizo Hespérico. Óscar y Javier, y su equipo, van a retratar la evolución de Benidorm y si bien toman como eje
conductor la figura de aquél alcalde, recogen todo lo fascinante que encierra
este reducto de la provincia de Alicante que comenzó 1898 a promocionarse para
las vacaciones, que hizo sus pinitos de planteamiento urbanístico en los años
30 y que en los años 50 planificó las
bases de la ciudad que hoy es.
Después de este café con ellos, con Óscar y Javier, después
de saber más de sus realidades (“Bikini”, el cortometraje que nos
ocupa, aunque ellos ha realizado más) y proyectos (el documental sobre la
ciudad que embotelló el sol y otras cosas más) estamos seguros, por lo que nos
afecta, que lo harán bien, inmejorablemente bien, las segunda y tercera fases.
Seguro.
Nosotros, en la tertulia “Los Cafés del Meliá”, les
hablamos de casi todo; de personajes y momentos; de situaciones y anécdotas, de
historietas que son leyenda y de leyendas que se forjaron sobre una realidad.
De todo, creo; pero siempre queda mucho más. Incluso de Benidorm, de esta
ciudad que si no se está dentro de ella no se sabe bien qué encierra, de las
temporadas, de la envidia y de todo lo que iba surgiendo; incluso del
derrotismo innato de la “gent del poble”
(de la gent de este poble): “desde 1880 no hemos tenido un año bueno”, vino significar, con
ironía y superior criterio un tertuliano de postín, al tiempo que otro, de
agudo instinto musical -y ambos en l’Alfás, donde decía Pedro Delso, otro
Pedro, que es el único lugar del mundo donde las lunas no cambian de nariz- queriendo
obviar la cuestión de la envidia, pontificó con la frase de Kraus (Alfredo): “cuando se populariza, se vulgariza”.
Espero que ellos -Óscar y Jordi- se hayan llevando de la
tertulia algo de lo mucho que allí se dijo; nosotros nos llevamos la mejor
impresión del trabajo de estos dos jóvenes profesionales que sí saben lo que
hacen: “lo importante es vender Benidorm”.
Sólo espero que el próximo 8 de febrero, no sólo esté entre
los nominados en su categoría sino que, gane el muy merecido Goya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario