La verdad es que uno, yo, está un poco hasta más allá de las
narices (hasta de las de Mehmet Ozyurek… que dicen que son las más grandes del
mundo) de ver, por activa y por pasiva, blandir el fantasma del CC por doquier. Y la verdad, no es un
fantasma. El CC -por favor, no lo
llamen así; el clima, de natural, cambia continuamente- es algo evidente, pero no es el culpable de todo lo que nos pasa;
muchos episodios son sólo fenómenos naturales… y muchas consecuencias de la acción de esos fenómenos son debidas a garrafales
fallos humanos.
Espero que a estas alturas del baile nadie se me ponga a
dudar de la profesionalidad de la revista Science (Ciencia) y de su editora, la AmericanAcademy for the Advancement of Sciencia (AAAS; fundada en 1848). En su encuentro anual, este año en Boston (AAAS-2013
Annual Meeting; 8-14 Feb.), se debatió a fondo lo de echar
la culpa al cha-cha-ch-a o bien al CC… Ya saben, lo de tirarse al monte
o a la montañesa… y todos hicieron cola para visitar a la montañesa. Pues en
este caso los asistentes pretendían que no
se la echaran al CC más que cuando de verdad fuera culpable.
La solitaria estrella... de la bandera del Estado de Texas |
Siempre me he sentido texano de los de El Álamo; y perdedor.
Esto pasa por aquella serie de David Crocket en la tv de blanco y negro. Por
ello tengo un espíritu de venganza que no vean… Y es que me pierdo con los
gilipo…
Bueno, pues el profesor Nielsen-Gammond
disertó sobre la más que reciente sequía en Texas y la relacionó, sin poder ser
rebatido, con el momento álgido de La Niña, la fase fría del fenómeno ENOS/ENSO (El Niño-Oscilación del Sur).
Es más, el colega Richard Seager (del
Lamon-DohertyEarth Observatory-Universidad de Columbia) le vino a
dar la razón con sus estudios que hizo públicos allí y que la prensa yankee ha
recogido con el máximo interés.
Sistema fluvial Chao Prayer.Nan |
Adrew
Freedman, el, digamos, jefe de redacción sobre información del Clima
de Climate Central expuso en la
reunión que “hemos creado tal situación de temor que todos miramos al clima como
principal sospechoso de lo que no sea habitual”. Y puso el ejemplo de
las inundaciones en Tailandia
(septiembre 2011 y diciembre 2012) donde el “malo” de la peli ha sido
el CC y resulta que todo apunta a la
tala indiscriminada de árboles y a una pésima gestión del sistema de presas que
regulan el sistema fluvial Chao Prayer-Nan (140.600 km2 de
cuenca), del que el río Chao Phraya
es el más famoso por desaguar tras su paso por la capital, Bangkok. Y lo que hace Freedman es tirar de periódicos tailandeses
de esos días mucho más que de gráficas climáticas. Y resulta que no aprendieron
de las lluvias de 2011: el monzón de julio encharcó los campos hasta bien
entrado enero de 2012. Así llegamos a las lluvias de 2012 que hasta diciembre
han tenido anegado 1/3 del país. Hasta el
rey Bhuminbol Adulyadej ha salido a denunciar “la codicia de los funcionarios
estatales que han recibido sobornos para permitir la tala indiscriminada de
árboles” y la pésima gestión del sistema de regulación de caudales.
La guinda ha sido el análisis del famoso megatormentón de
nieve sobre los estados de Massachusetts, Maine y New York (la vieja Nueva
Inglaterra, por más señas) a principios de febrero, “Nemo”, que coincidió,
además, con la celebración de la reunión de la AAAS. Bueno, pues a la
finalización del encuentro, el día 14 de febrero, dejaron negro sobre blanco
que no había caído ni de lejos la de nieve que en febrero de 2011, en enero de
1947, o en febrero de 1936 (que fueron históricas). Eso sí, “Nemo”
trajo unos fortísimos vientos que pulverizaron todos los registros de febrero…
y muchas imágenes en TV de los corresponsales con nieve hasta las cejas… como
el año anterior, pero con más ventisca.
Sobre el CC, lo
preocupante es que estos episodios extremos se hagan “normales, recurrentes y
prolongados”. “Lo que necesitamos es mejorar la prevención”,
concluyó en las jornadas de la AAAS David
W. Stahle, profesor distinguido que es del J. William Fulbright College
de la Universidad de Arkansas, uno de los más destacados investigadores
de esa realidad que es el clima, para bien o para mal, y en concreto de las
sequías.
Y como colofón de todo esto me llegan rumores de que hay
quién quiere aplicar la “Fórmula Arria” a esto del CC, su
investigación y la difusión de las cosas con él relacionados. La ONU persigue,
ante los desplantes a muchos postulados defendidos por el PNUMA, alabados por
algunos sectores y refutados por otros, alcanzar mecanismos de negociación
aceptables para unir ambas tendencias y caminar junto hacia la mitigación de
las consecuencias de la cuestión. Que nos dejemos de poner verdes unos a otros
en cuanto a si hay más o menos calentólogos y catastrofistas y que como
coincidimos en que hay que actuar… pues que sumemos más que restemos.
La Fórmula Arria es una propuesta que en su día hizo el
diplomático venezolano Enrique Arria
Salicetti cuando era asesor del Secretario General de la ONU cuando el
conflicto de Bosnia-Herzegovina. Y consistía en que los políticos dieran
entrada en sus foros a personalidades del mundo de la ciencia, la cultura y las
artes para dulcificar el tono de la negociación y darle otro aire. Funcionó
entonces y la ONU la institucionalizó. Pero no ha habido otros logros más, a
pesar de que la ONU la implanta en cada conflicto.
Enrique Arria ha vuelto a Venezuela y está ahora en la Mesa de la Unidad Democrática; en la
oposición a Hugo Chávez. Trabajo tiene. Seguro que ahora no aplica su propia
fórmula… aunque le deseemos todos el éxito del mundo.
Pero en esto del CC, digo yo, la entrada de otros actores
cuando estamos ante una cuestión de fe… Pues va ser que tampoco dará resultados
aplicar esta fórmula.
Al tiempo.
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