El 24 de enero me desayunaba yo con el Diario de Mallorca y un titular: “Las ‘bondades’ del cambioclimático” que me hacía ir directo al meollo de la cuestión. Miguel Manso daba cuenta de un estudio
de la Eurorregión Pirineos-Mediterráneo
(Cataluña, Baleares, Languedoc-Rousillon y Midi-Pyrénées… porque Aaragón se
marchó en su día por el contencioso de La Franja, con Catalunya) titulado “Evaluación
de los efectos del cambio climático para la mejora de la competitividad y la
eficiencia del sector turístico / Propuesta de indicadores globales para los
efectos del cambio climático en la Eurorregión Pirineos-Mediterráneo”,
cosas del Grupo de Climatología de
la Universidad de Barcelona (profesor Javier
Martín Vide) y de la Fundación
Empresa y Clima. Se había presentado el día anterior en la Cámara de
Comercio palmesana (El Govern balear participa con euros constantes en la
Eurorregión) y el periódico lo subtitulaba como que “el calentamiento global alargará
la temporada turística. A cambio, admite, perderemos agua y playas”.
Con lo primero podríamos estar de acuerdo: recomponemos la estacionalidad
del turismo y chim-pún. Con lo segundo… hay más tela que cortar y soluciones en
caso de que la cosa fuera a más, pero…
En cuanto a la noticia: leído el titular, ya no seguí
leyendo más. A por el informe, como sea. Y hasta hoy; y aún tendré que esperar
más. Estamos aún con resultados
preliminares, me dicen. El miércoles lo presentan en Montpellier y seguirán
trabajando. Son píldoras para que vean los empresarios cómo va la cosa. Ya
harán público el estudio en su momento. Los pros se centran en la profesionalidad
del profesor Martín Vide; los contras… ya se verán; aún no hay papel.
A grandes rasgos, “las temperaturas continuarán aumentando al
mismo tiempo que decrecen las reservas de agua y se eleva el nivel del mar…”.
Vamos, más calor en los meses punta (sombra), más agua (desalación/trasvases) y
nivel del mar (diques o retirada de la actividad hacia el interior). Con esos
mimbres, en materia de turismo: lo que diga la OMT: “adaptarse para minimizar los riesgos y aprovechar las nuevas
oportunidades”. Pero, oiga, lo de la OMT es a nivel planetario.
Bueno, el caso es que de la reseña balear -para el entorno
de 2020-, Manso dice: “Hasta aquí nada que reprochar al cambio
climático. El problema estriba en las subidas agresivas del mercurio. Es aquí
donde puede producirse una estabilidad a la inversa. Es decir, los turistas
dejarán de venir en verano porque el calor de Mallorca será inaguantable. Las
turbas de viajeros aterrizarán en primavera y otoño, con el fresquito…”.
Señala Manso que “con las proyecciones promedio”, las
hay más catastróficas, “las temperaturas máximas superiores a 30º en
2020 se amplían desde el 17 de julio al 30 de agosto. Treinta años más tarde,
en 2050, los días con exceso de calor irrumpirán el 27 de junio y concluirán el
7 de septiembre...”. Yo he
estado en playas griegas a más grados y…bebía más ouzitos (si “Ricardito”
viene de Ricard; “Ouzito” viene de
Ouzo; más agua de la cuenta en esa combinación de anis/pastís).
Y bueno, que este escenario de que “la temporada alta” se inicie en otro momento del calendario es algo
que ya se ha barajado y que se trabaja en Mallorca -y otros muchos destinos
turísticos- y no porque el consumidor tenga vacaciones en otros momentos del
año, sino por puro sentido común adaptándose a las condiciones de Lorenzo y del clima en general.
Proyección 2071-2100 - Peseta Report |
El proyecto PESETA (Proyección de los efectos del cambio
climático en los Sectores de la UE sobre la base de análisis bottom-up, 2007)
ya analizó estas cuestiones y pontificó al respecto
Como dije, hay varios grupos estudiando lo de la temporada
turística por mor del calor. A lo mejor, el mes de agosto pasa a ser temporada
baja y abril-mayo -junio-septiembre-octubre se convierten en el nuevo paradigma
turístico. Metidos como estamos en reformas, se programa y todos al alimón, a
reformar hábitos.
Lo que no sé es qué esperamos por aquí para poner en marcha
el estudio nuestro haciendo converger las líneas de investigación existentes en
la actualidad… y que son varias.
No es nuevo esto del CC en la playa: en el campo y en la
montaña también. Así, dice el estudio que en los Pirineos tendrán que
reconvertir sus estaciones de esquí en estaciones de montaña.
Para guinda del pastel, indica el artículo de Manso, que
para 2050 “el mar habrá barrido los arenales de Mallorca al elevarse el
Mediterráneo entre los 10 y 25 cm…”. Y se pregunta “si
los turistas querrán esta Mallorca sofocante y sin playas”.
Solo una cosa más, lo del nivel del mar… lo dejo para
mañana; que no lo tengo yo muy claro.
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