Y como decíamos ayer, en cuanto al nivel del mar… en la
historia de la Tierra ha habido cambios por alteraciones de la topografía
continental, variación del hielo en los casquetes polares, fluctuaciones en la
densidad del agua del mar y otros varios más; alguno peregrino. Si en los
últimos 2.000 años cambió poco el nivel de mar, en los últimos cien ya ha
habido alguna variación cuantificable.
CSIRO - Tendencias del nivel del mar entre 1993 y 2011. El nivel del mar no sube y baja de manera uniforme a lo largo de los océanos |
Si atendemos al nivel relativo del mar (altura del
mar con respecto a una cota; el primer peldaño de la escalera principal del
Ayuntamiento de Alicante en nuestro caso… y cada país tiene el suyo) la cosa se
queda en nada y menos; pero si atendemos al nivel absoluto del mar (altura
de la superficie oceánica por encima del centro del planeta) ahí ya la cosa
dice que hemos variado: si bien antes crecíamos a un ritmo de 1’5 mm/ año,
desde 1993 a 2008 estuvimos en los 3 mm/año y ahora, desde 2008, estamos en los
2 mm/año de crecimiento.
Cuando el mar se calienta ocupa más espacio. Esa es la
principal causa. Hoy se calcula que el 90% del calentamiento del planeta de los
últimos cien años lo ha asumido el mar; luego ya de por sí ha subido de nivel
(expansión térmica que lo llaman).
Otras causas también entran en ese ascenso, pero en menor
grado.
Así, el derretimiento de los casquetes tiene eso que la banquisa
es hielo en agua y no afecta (haga prueba en casa con un vaso de agua con
cubitos) mientras que el hielo continental (Groenlandia ha perdido algo y la
Antártida se calienta por algún punto aunque en neto no se nota) sí influye,
pero es que se compensa con la subida de las tierras que soportaban ese hielo.
Los tres factores más preocupantes son las corrientes marinas, la alteración del almacenamiento hídrico
terrestre del subsuelo (y que se investiga con profusión de iniciativas
ahora mismo) y las fluctuaciones
continentales por compactación de sedimentos (que también se investiga).
Para colmo, el geoide este que es el planeta estás más hundido por unos lados
que por otros; no hay uniformidad. Y de estos tres factores las corrientes son
las que influyen en ese nivel en las costas (acumulando o retirando) y, a su
vez, resulta que las corrientes están afectadas por oscilaciones por los campos de vientos y las oscilaciones climáticas. Vamos, un lío.
Hoy hay satélites (la serie Jason) que miden los cambios en
el nivel del mar cada vez que topografían la superficie marina, analizan el campo gravitacional de la Tierra,
miden la temperatura de la superficie del mar (o de las capas de hielo) y la
salinidad y etc. Es muy completa esta familia satelital y comenzaron a operar
en 2001.
Desde 1993 hay, para estos cometidos, datos de los
mareógrafos y con las aportaciones de la Red Argo que vienen de más lejos en el
tiempo se pueden complementar las investigaciones.
CSIRO - Regiones más vulnerables a las inundaciones costeras según las proyecciones climáticas para la década de 2080 que suponen un aumento estimado del nivel mundial del mar de 45 cm |
Y con todo esto sabemos que el nivel absoluto del mar crece mientras que el nivel relativo sólo
sube en unos puntos del planeta. Y no parecemos estar entre las zonas de
riesgo del planeta.
Luego está lo de saber lo que aportan los hielos terrestres
al mar. “Pronosticar el aporte de los glaciares al nivel del mar en el próximo
siglo constituye un reto considerable”, sentencian en el Proyecto Comet. Y en ello están. Se
sabe que tienen aportes porque se efectúan mediciones y está tabulado ya el
promedio de nieve que cae y hasta se conocen los movimientos del hielo en las
regiones heladas; pero pronosticar en qué medida se van a derretir es
asignatura pendiente. Desde 2003 se llevan efectuando mediciones sobre
Groenlandia, y con tan poco tiempo nadie se atreve a decir nada. De vez en
cuando una foto evidencia alguna fusión acelerada, pero es algo puntual. Bajar,
baja el hielo glaciar, pero su incidencia, aún, ¿chi lo sa?
Lo digo por el estudio que comentábamos ayer -“Evaluación
de los efectos del cambio climático para la mejora de la competitividad y la
eficiencia del sector turístico”- y la referencia de un periodista al
dar la noticia. “El calentamiento global alargará la temporada turística. A
cambio, admite, perderemos agua y playas”; pues de eso no tenemos todos los
datos. Y del estudio este estamos aún en los preliminares.
De todas formas, ante el ascenso del nivel del mar hay dos
posibles acciones de respuesta: resignarse o adaptarse. Si nos resignamos
podemos llegar a perder lo que tenemos; si nos adaptamos podemos coexistir con
ello mediante una retirada planificada de actividades en la costa (costosísima
y problemática, sobre todo en las zonas urbanizadas), acomodarnos (medidas de
adaptación en altura) o protegernos (mediante diques de contención).
Habrá que esperar los datos del nuevo informe o realizar el
nuestro propio con parámetros locales.
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