Fue en 1963 -con lo
que hace 50 años ya, o los va a hacer en unos pocos meses- cuando el entonces
alcalde de Benidorm, don Pedro Zaragoza Orts tuvo los redaños necesarios
para pedir en los foros imperiales
del momento lo que él llamó Carta
Económica propia de cada Ayuntamiento
turístico para poder financiarse adecuadamente. Esto fue cosa de la 1ª Asamblea Provincial de Turismo,
previa a la 1ª Asamblea Nacional de
Turismo (1964) que celebró el Municipalismo español. Las asambleas
provinciales previas (y sólo Barcelona, Málaga, Mallorca y Alicante las realizaron)
se pudieron celebrar como paso previo de la parafernalia de la Ley 197/63, de 28 de diciembre, de Zonas y Centros de Interés Turístico
Nacional. Que es que ni por esas se atrevían a proponerlo.
Pedro, don Pedro, lanzó su propuesta de Carta Económica para
la financiación de los Ayuntamientos turísticos, la defendió, se debatió y…
Pedro, don Pedro, fue muy aplaudido, pero la 1ª Asamblea Nacional aprobó lo del
“Spain
is Different”, lo de las fiestas
de interés turístico, lo de las denominaciones
geoturísticas, lo del seguro
turístico, lo de la creación de la Orden
al Mérito Turístico y lo de la promoción
de la caza y la pesca como alternativa al turismo convencional. También se
habló mucho de escalonar las vacaciones y adecuar el tema escolar a ello; bla,
bla, bla.
Pedro, don Pedro, se amparaba en el Proyecto del Plan Nacional de
Turismo de 1952, que había
pedido el ministro Gabriel Arias Salgado,
y, sobre todo, en el documento que 10 años después (1962) daba carta de
naturaleza al Plan al ser llevado al Consejo de Ministros, y que, además,
sirvió de base para todo lo turístico del 1er
Plan de Desarrollo. En el documento se alertaba ya de la necesidad de
arbitrar una financiación extraordinaria
a ciertos municipios “como en los que se desarrolla el turismo”.
Pedro, don Pedro, se volvió a Benidorm con las manos vacías
y siguió vendiendo las bondades de su Carta Económica para los Municipios
Turísticos.
Pero, ¿qué es la
Carta Económica? Pedro, Don Pedro, me dijo en su día (y anoté) que “la
Carta Económica es la ayuda extraordinaria que el Estado concede a un municipio
por su singularidad”. En este caso, el turístico; y en el caso de
Benidorm era para poder mantener los servicios en una población que en
temporada estival ya quintuplicaba su población invernal. Y eso que hablamos de
1963… y ahora mismo, en el 2013. Benidorm tiene 73.000 habitantes censados (diciembre 2012: 72.991 en realidad) y
debe dar servicios a una población que nunca baja de 125.000 en lo más crudo
del invierno, y en momentos álgidos del verano se superan tranquilamente los
350.000, llegando a una fluctuación deambulante momentánea (sin pernoctación)
de casi medio millón.
Y ahí se quedó la cosa, Pedro, don Pedro, predicando la
necesidad financiera, todos asintiendo… y nadie haciendo nada… Hasta la 2ª Asamblea Nacional de Turismo que ya
presidieron los Reyes -don Juan Carlos y
doña Sofía- porque entre dimes y diretes nadie le ponía el cascabel al gato,
y ya estábamos en 1975… y la casa
sin barrer.
Los trabajos previos para el IV Plan de Desarrollo (1976-1979), que obviamente no se puso en
marcha, comenzaron en 1973
reconociendo que en España, más allá de zonas turísticas, había ¡¡municipios turísticos!!, y se
planteó, ¡por fin!, la creación de un régimen
fiscal especial para los Municipios Turísticos que contemplaba la imposición de tasas para sufragar servicios cuya implantación fuera consecuencia
el carácter turístico de la localidad. Pagar más, con independencia del
“pagano”, no satisfizo a nadie; en especial al alcalde de Benidorm de entonces,
José Manuel Reverte Coma (el forense
al que debo un Post) que sacó bandera en defensa de una financiación directa. Naturalmente que muchos aplausos… pero nada
más.
Y en esas que el sucesor en la alcaldía de don José Manuel,
el alcalde don Miguel Pérez Devesa se
alía con el Instituto de Estudios Locales
y organiza en Benidorm la 1ª Reunión de
Municipios Turísticos (1974) en la que se pide la “creación de un fondo de compensación para los
municipios turísticos” y se postula que sean tenidos en cuenta datos de población censada, plazas de alojamiento, población
turística e incremento del gasto municipal para las prestaciones que debe
soportar el Ayuntamiento. En aquella reunión no se llegó a las manos de
milagro: ¿quién es -y quién no es-
municipio turístico? Todos se consideraban ya turísticos y merecedores de
unos duros extras del fondo de compensación aquél.
Claro, en la 2ª Asamblea y delante de Sus Majestades no
quisieron repetir, por mucho interés que puso Benidorm (y algún otro), la
escenita de decir quién -y quién no- es municipio turístico… y pasaron por
encima la cuestión.
Y por pasar, pasaron por alto que hasta la Constitución de 1978 en su Artículo 148, apartado 1, punto 18 [Las
CCAA podrán asumir competencias en las siguientes materias: Promoción y
ordenación del Turismo en su ámbito
territorial] les proponía que el Turismo
fuera competencia exclusiva de las Comunidades Autónomas. Y ya con la Carta
Magna, tantas competencias que se querían, las CCAA deberían haber tomado el
testigo de la figura legal del Municipio
Turístico.
Pero no, como la Constitución sólo se la leen los que opositan
a funcionario, y no en detalle, un nuevo parón en esto del Municipios Turístico… hasta que en 1981, desde la Secretaría de
Estado de Turismo sale a la palestra Ignacio
Vasallo y dice que como el
municipalismo no consigue ponerle el cascabel al gato va a ser el
Ministerio el que lo haga. Monta Vasallo una reunión en Sitges y -como tampoco se ponen de acuerdo- sale con lo de un “Libro Blanco” sobre el tema: un estudio
en profundidad sobre quienes de verdad pueden ser municipios turísticos y cómo
se les puede financiar.
Pasa todo el año 82 y nadie pía nada sobre el estudio
anunciado por Vasallo. Y llega 1983, y como la situación es cada vez más
insostenible (y hay elecciones a la vuelta de unos días), el entonces alcalde
de Benidorm, José Such Ortega, mueve
la cuestión para promover en Benidorm un encuentro al más alto nivel para
definir el Municipio Turístico y
para que se entienda qué es un municipio turístico propone que se fijen en la
triada Benidorm/Mahón/San Bartolomé de
Tirajana- y, al mismo tiempo, también la figura del Municipio de Interés Turístico (MIT) para aquellos que sin ser los
tres antes citados tengan connotaciones claramente turísticas. Such lo
explicaba diciendo que “en el Turismo, como en el Fútbol, había
divisiones y sólo unos pocos jugaban en 1ª División”. Sobre el papel, y ya
con aliados, muchos lo entendieron.
Mañana seguimos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario