10 abr 2013

DE MARGARET HILDA ROBERTS, BARONESA THATCHER DE KESTEVEN



Nació en Gratham (Lincolnshire, Eats Midlands)… y no tiene nada que ver ni con Downton Abbey, ni con Violet Crowly, condesa viuda de Gratham (que interpreta maravillosamente Maggie Smith). Ha muerto en Londres, y ha tenido que ver con todos nosotros por activa o por pasiva.

Margaret Thatcher; 26.04.1982
Margaret Hilda Roberts cambió su apellido tras matrimoniar con Dennis Thatcher. Su apodo de “Dama de Hierro” no fue el primero que recibió a lo largo de su vida, pero sí es el más rotundo; se lo otorgó, en 1976, Andrei Gretchko, ministro de Defensa de la URSS tras una acalorada discusión en el mismísimo Londres… de la que salió airosa la que aún no era Primer ministro británico. Desde ese día se volcó en apoyar la descomposición de la URSS y por ello apoyó firme y decididamente a Mijail Gorvachov desde el 10 de Downing Street.

A mí me caía fantásticamente bien. Se parecía un montón, en todo, a mi tía Marité.

Nació en el seno de un hogar metodista (grupo cristiano del protestantismo un poco al margen de la Iglesia de Inglaterra) en el que su padre era concejal independiente en el Ayuntamiento de Gratham. Se licenció en Químicas (1947) en el Sommerville College de Oxford y fue presidenta de los Estudiantes Torie (Conservadores). En 1953 terminó estudios del Colegio de Abogados para actuar como Barrister (una categoría superior a Procurador de los Tribunales) tras casarse y ser madre. En 1959 ganó su primera elección, tras dos derrotas, y llegó al Parlamento. Desde ese momento no solo revolucionó a los Torie sino que hay politólogos británicos que sostienen que además obligó a refundar el viejo Laboralismo en el New Labour cuyo máximo exponente ha sido Tony Blair, hoy ya en la llamada Tercera Vía de Ed Miliband. Ganó tres elecciones generales consecutivas y fue la primera mujer Primer Ministro de la Gran Bretaña entre 1979 y 1991.

Desde 1959 fue electa por el distrito de Finchley (Barnet, en el Gran Londres) hasta que en 1992 entró en la Cámara de los Lores ya convertida en la Baronesa Thatcher de Kesteven.

A mí me encanta su talante frente al terrorismo. Muchos no recordarán 1984, pero fue un año durísimo en Gran Bretaña; a las reivindicaciones violentas de los mineros se unió el IRA con sus acciones, llegando a atentar incluso contra ella en el Gran Hotel de Brighton durante la Conferencia Torie. Salió indemne, pero hubo 5 muertos y algunos de sus más estrechos colaboradores resultaron heridos. A partir de entonces fue implacable con los terroristas; y eso que ya en 1981 no pestañeo ante las huelgas de hambre de fatal desenlace de 11 terroristas del IRA y del INLA.

Yo recuerdo cuando tras la operación Flavius contra el IRA, en Gibraltar, llevada a cabo por los SAS, la Señora Thatcher no dudó en decir en el Parlamento: “Sí, yo disparé”. Y ahí se acabó todo, tras las preguntas surgidas tras la emisión de un reportaje de la ITV, “Muerte en la Roca”.

Siempre ha habido quienes criticaran sus medidas de recorte del gasto social. Cuando ella llega al primer gobierno (1971, secretaria de Educación) cerca del 57% de la población británica “chupaba” en distinta medida del Estado. Su primer apodo, “Milk Snatcher” (robaleche), que rima con Margaret Thatcher”, surge de su primera medida de recorte: viene por suprimir la ley del Premier Clement Attlee, de 1946, de dar “1/3 de pinta de leche en las escuelas a todos los menores de 18 años”. Después de aquél primer tijeretazo ya no soltó las tijeras. En 1992 ya sólo el 42% de la población “chupaba” de la teta del Estado por la cara.

Fue “Maggie” desde 1987. Pero, en realidad, era el “Maggie, Out!” que le cantaban los mineros y otros colectivos agraviados; pero no consiguieron echarla y despectivamente la quisieron llamar “Maggie”.

Esta mañana en Onda 0 Radio he oído algunas de las letras que le dedicaron los más irónicos músicos de los 80.  Yo recuerdo a algunos. El primero fue Elton John con su “Feliz Navidad, Margaret Tathcher”, de 1979. También, de ese mismo año, el coro de niños pidiendo su marcha en el musical “Billy Elliot”. Luego, con el auge del Ska, The Beat, insistía una y otra vez en el “retírate Margaret” de su “Stand Down Margaret”. Y hasta Elvis Costello, protagonista de la New Wave, con su “Dear Margaret”. Y, por supuesto, Steven Patrick Morrisey (entonces voz solista de The Smiths) que iba más allá con “Margaret a la Guillotina” donde machaconamente se preguntaba “¿Cuándo morirás?”.

Pues finalmente lo ha hecho, en 2013.

Como colofón, contarles que también le llaman, por llamar que no quede, “la madre del cambio climático”. Química de formación, bien conocía el postulado de Arrhenius (ya en 1898) de que el CO2 era el responsable del calentamiento global. Supo vender que la combustión de carbón era la más importante fuente de CO2 atmosférico… y con los muertos del Gran Smog de Londres (1952) aún en la mente de tantos británicos, les lanzó esa andanada a los mineros del NUM (Sindicato Nacional de Mineros) durante las huelgas de los terribles 1984 y 1985. A través de Sir Crispin Tickell (si ella fue la madre, este es el padre putativo) consiguió que la Royal Society diera apoyo a los científicos rojos de la Revolución Verde que se habían amparado en la Universidad de East Anglia y con esos mimbres poner en marcha el IPCC que difundiera esa teoría…

Y en esas estamos, que la baronesa se nos ha ido y el pastel nos lo ha dejado. No obstante, por los servicios prestados, para bien y para mal, descanse en Paz.

Siempre se pareció mucho, mucho, a mi tía Marité.




No hay comentarios:

Publicar un comentario