Nació en Gratham (Lincolnshire, Eats Midlands)… y no tiene
nada que ver ni con Downton Abbey, ni con Violet Crowly, condesa viuda de
Gratham (que interpreta maravillosamente Maggie Smith). Ha muerto en Londres, y
ha tenido que ver con todos nosotros por activa o por pasiva.
Margaret Thatcher; 26.04.1982 |
Margaret
Hilda Roberts cambió su apellido tras matrimoniar con Dennis Thatcher. Su apodo de “Dama
de Hierro” no fue el primero que recibió a lo largo de su vida, pero sí
es el más rotundo; se lo otorgó, en 1976, Andrei
Gretchko, ministro de Defensa de la URSS tras una acalorada discusión en el
mismísimo Londres… de la que salió airosa la que aún no era Primer ministro
británico. Desde ese día se volcó en apoyar la descomposición de la URSS y por
ello apoyó firme y decididamente a Mijail
Gorvachov desde el 10 de Downing Street.
A mí me caía fantásticamente bien. Se parecía un montón, en
todo, a mi tía Marité.
Nació en el seno de un hogar metodista (grupo cristiano del
protestantismo un poco al margen de la Iglesia de Inglaterra) en el que su
padre era concejal independiente en el Ayuntamiento de Gratham. Se licenció en
Químicas (1947) en el Sommerville College de Oxford y fue presidenta de los
Estudiantes Torie (Conservadores). En 1953 terminó estudios del Colegio de
Abogados para actuar como Barrister
(una categoría superior a Procurador de los Tribunales) tras casarse y ser
madre. En 1959 ganó su primera elección, tras dos derrotas, y llegó al
Parlamento. Desde ese momento no solo revolucionó a los Torie sino que hay politólogos
británicos que sostienen que además obligó a refundar el viejo Laboralismo en
el New Labour cuyo máximo exponente ha sido Tony Blair, hoy ya en la llamada
Tercera Vía de Ed Miliband. Ganó tres
elecciones generales consecutivas y fue la primera mujer Primer Ministro de la
Gran Bretaña entre 1979 y 1991.
Desde 1959 fue electa por el distrito de Finchley (Barnet,
en el Gran Londres) hasta que en 1992 entró en la Cámara de los Lores ya
convertida en la Baronesa Thatcher de
Kesteven.
A mí me encanta su talante frente al terrorismo. Muchos no
recordarán 1984, pero fue un año durísimo en Gran Bretaña; a las
reivindicaciones violentas de los mineros se unió el IRA con sus acciones,
llegando a atentar incluso contra ella en el Gran Hotel de Brighton durante la
Conferencia Torie. Salió indemne, pero hubo 5 muertos y algunos de sus más
estrechos colaboradores resultaron heridos. A partir de entonces fue implacable
con los terroristas; y eso que ya en 1981 no pestañeo ante las huelgas de
hambre de fatal desenlace de 11 terroristas del IRA y del INLA.
Yo recuerdo cuando tras la operación Flavius contra
el IRA, en Gibraltar, llevada a cabo por los SAS, la Señora Thatcher no dudó en decir en el
Parlamento: “Sí, yo disparé”. Y ahí se acabó todo, tras las preguntas
surgidas tras la emisión de un reportaje de la ITV, “Muerte en la Roca”.
Siempre ha habido quienes criticaran sus medidas de recorte
del gasto social. Cuando ella llega al primer gobierno (1971, secretaria de
Educación) cerca del 57% de la población británica “chupaba” en distinta medida
del Estado. Su primer apodo, “Milk Snatcher” (robaleche), que rima
con Margaret Thatcher”, surge de su primera medida de recorte: viene por
suprimir la ley del Premier Clement Attlee, de 1946, de dar “1/3 de pinta de leche en las escuelas a
todos los menores de 18 años”. Después de aquél primer tijeretazo ya no
soltó las tijeras. En 1992 ya sólo el 42% de la población “chupaba” de la teta
del Estado por la cara.
Fue “Maggie” desde 1987. Pero, en
realidad, era el “Maggie, Out!” que le cantaban los mineros y otros colectivos
agraviados; pero no consiguieron echarla y despectivamente la quisieron llamar
“Maggie”.
Esta mañana en Onda 0
Radio he oído algunas de las letras que le dedicaron los más irónicos músicos
de los 80. Yo recuerdo a algunos. El
primero fue Elton John con su “Feliz
Navidad, Margaret Tathcher”, de 1979. También, de ese mismo año, el
coro de niños pidiendo su marcha en el musical “Billy Elliot”. Luego, con
el auge del Ska, The Beat, insistía
una y otra vez en el “retírate Margaret”
de su “Stand Down Margaret”. Y hasta Elvis Costello, protagonista de la New Wave, con su “Dear
Margaret”. Y, por supuesto, Steven Patrick Morrisey (entonces voz solista de The Smiths) que iba más allá con “Margaret a la Guillotina”
donde machaconamente se preguntaba “¿Cuándo morirás?”.
Pues finalmente lo ha hecho, en 2013.
Como colofón, contarles que también le llaman, por llamar
que no quede, “la madre del cambio climático”. Química de formación, bien conocía
el postulado de Arrhenius (ya en
1898) de que el CO2 era el responsable del calentamiento global. Supo vender
que la combustión de carbón era la más importante fuente de CO2 atmosférico… y
con los muertos del Gran Smog de Londres (1952) aún en la mente de tantos
británicos, les lanzó esa andanada a los mineros del NUM (Sindicato Nacional de Mineros) durante las huelgas de los
terribles 1984 y 1985. A través de Sir
Crispin Tickell (si ella fue la madre, este es el padre putativo) consiguió
que la Royal Society diera apoyo a
los científicos rojos de la Revolución Verde que se habían amparado en la Universidad de East Anglia y con esos
mimbres poner en marcha el IPCC que
difundiera esa teoría…
Y en esas estamos, que la baronesa se nos ha ido y el pastel
nos lo ha dejado. No obstante, por los servicios prestados, para bien y para
mal, descanse en Paz.
Siempre se pareció mucho, mucho, a mi tía Marité.
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