19 jul 2014

DE GÁLVEZ; DE BERNARDO DE GÁLVEZ. ÉL SOLO


Estuvo a la derecha de Washington (George) en las celebraciones de la Victoria de las Colonias sobre Inglaterra; se llamó Bernardo Vicente Apolinar de Gálvez y Madrid, luego reconocido como conde de Gálvez y vizconde de Galvestón. Hijo del general Matías de Gálvez y Gallardo, bien pronto sintió la vocación militar y acudió a la Academia Militar de Ávila (Siglo XVIII), entrando a su primer combate (en Portugal) con sólo 16 años y el empleo de teniente.

En el verano de 1989, en San Antonio, Texas, oí hablar de él. Era un 4 de julio y abriendo el desfile, junto a la Star-Splangued Banner desfilan, a modo de escolta dos banderas más: la vieja Cruz de Borgoña (Cruz de San Andrés que es; Bandera del Imperio español que fue) y la bandera de España. En el Paseo del Río posaron aquellos soldados de época. Eran los Granaderos de Gálvez. Me impresionó y me interesé por aquél Gálvez. Lo que me ha venido de perlas para este Post.

La Sublevación de las 13 Colonias (el nuevo impuesto del té y el motín de Boston; 19.04.1775-03.09.1783; Guerra Revolucionaria Americana que por allí la llaman. 13 barras rojas que tiene la bandera norteamericana) le vino de perlas a España (y a Francia) para ajustar cuentas con Inglaterra. Así, Carlos III ordenó la ayuda económica de 70.000 dólares de entonces para el pertrecho de 30.000 soldados rebeldes (armas y munición) y la entrega 216 cañones. Mientras tanto Floridablanca y Aranda mareaban al rey con que ser neutral o con que si apoyo militar incondicional. Al final, Aranda se salió con la suya y se dio el visto bueno para apoyar a los insurrectos yankees y, por ejemplo, golpear a los ingleses en la Florida y en su capital, San Carlos de Panzacola (hoy, y entonces, Pensacola para los de allí). Al final, al conflicto se enviaron 60 navíos y 30 fragatas con una importante dotación de granaderos de Infantería de Marina: “casacas blancas”.

Bernardo de Gálvez estaba ya sobre el terreno: coronel del Regimiento Fijo de la la Luisiana y desde el 1º de enero de 1777, gobernador de aquél inmenso territorio español, desde el Mississippi a las Rocosas y desde el Golfo de México a Canadá. En lo que hoy es Texas fundó Gálvez la ciudad de Gálvezton (Galveston hoy). Una vez declarada la guerra a Inglaterra (21.06.1779) Gálvez se adelanta a todos y toma las ciudades de Baton Rouge, Manchac, Natchez y Mobila (Mobile) dejando a los ingleses sin el flanco Sur para atacar a los rebeldes.

Para atacar la capital de la Florida, San Carlos de Panzacola (Pensacola para los british), planea Gálvez la acción desde Cuba. En febrero de 1781 la escuadra del almirante Calvo Irazábal se hace a la mar con el objetivo de atacar y ganar la plaza. En el San Genaro está Gálvez, que toma la isla de Santa Rosa con sus infantes de marina al primer envite. Pero los barcos son muy pesados y tienen mucho calado para aquél mar. Gálvez toma entonces el mando del bergantín Galveztown y pronuncia su lapidaria frase: “El que tenga honor y valor, que me siga. Yo voy delante para quitarle el miedo”.

En el cuartel inferior derecho un barco con un sólo
tripulante, en actitud desafiante. Sobre él, el lema YO SOLO
Otros tres barcos le siguen y consiguen una cabeza de playa firme. Calvo duda y ordena retirarse. Pero una nueva escuadra española, al mando del brigadier Solano, y otra francesa se unieron a Gálvez en los días siguientes. Total, que en diez días Panzacola cayó (08.05.1781) y cambió el signo de aquella guerra. A Solano le nombró el Rey Carlos III Marqués del Socorro y a Gálvez le nombró Mariscal de Campo y le otorgó el privilegio de lucir en su escudo el lema “Yo solo”, como entró en Panzacola.

Aquella batalla fue decisiva para la Guerra de Independencia de los EE.UU. Los ingleses llegaron a Yorktown en inferioridad.

Nosotros, los españoles, ¡cómo no!, hemos olvidado la Historia, pero la Historia no ha olvidado a Gálvez y sus infantes de Marina. Y los EE.UU. tampoco.

En una Resolución del Congreso de los Estados Unidos de mayo 1783 se decide colgar el retrato de Gálvez en el Capitolio por su contribución a la Independencia de las Colonias (EE.UU.). No se sabe aún porqué, pero la resolución quedó incumplida. Gestiones de una ciudadana española afincada en Washington -Teresa Valcárce, a la que Guillermo Fesser llama, cariñosamente, Maripancartas- tras leer la historia en un periódico malagueño han hecho posible que este español ocupe lugar preferente en aquella cámara 230 años después. Dicen que en septiembre, con motivo de la visita de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia colgarán su cuadro donado, ahora, por la Diputación de Málaga.

La vida de este malagueño es fascinante. Llegó en 1762 a Nueva España (actualmente, Estado de Nuevo México) y su primera acción, como ya capitán, fue luchar contra los Apaches, a los que venció. Durante la Sublevación de las 13 Colonias, negocia directamente con Jefferson y Washington, y cuando se proponía asaltar la isla de Jamaica, último baluarte inglés en el Caribe, se firma la paz y debe abandonar la operación.
Tiene estatua ecuestre en la Avenida Virginia de Washington DC y en 2012 recibió la distinción de “Great Floridian 2012”.

Murió a los 40 años, el 30 de noviembre de 1786, siendo Virrey de México. Sus restos reposan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz). Pronto su retrato colgará en el Capitolio.



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