Es lógica consecuencia de un embolsamiento frío en altura
(-20ºC a unos 5.000 m de altura) la consecuente inestabilidad y las granizadas
que hemos visto en la tele estas últimas 48 horas. ¿Granizadas en julio? Sí, es
que esos gélidos embolsamientos no entienden de nuestra división del año en meses
y la disposición del Hemisferio Norte, al poco del Solsticio de Verano (el Sol
en el cénit, a mediodía, sobre el Trópico de Cancer). Resulta que se ha “soltado” una “gota fría” (ahora DANA, depresión aislada en niveles
altos) de la corriente polar y se ha quedado meseteña; pues eso, inestabilidad
y hasta granizadas.
Normal. No habitual, pero normal.
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Y, ¿cómo es eso del granizo? Pues resulta que dentro de la
misma nube tormentosa (cumulonimbus)
las gotículas de agua comienzan a precipitar (hacia abajo, en cuanto encuentran
un mínimo precipitador sólido) y la inestabilidad existente impele las gotitas
de agua hacia arriba, de forma muy violenta, hasta al darse de bruces
ascensional con esta DANA que es cuando la gotita se congela y cae por peso. Pero
nuevamente la inestabilidad la hace ascender, ya congeladita y junta otra capa que
se congelaba en altura, gana peso y por eso caía nuevamente. Y así sucesivamente
hasta que han alcanzado el tamaño (grosor) en que las corrientes ascendentes no
pueden volverlas hacer ascender y caen “a
plomo” esos “pedrusquillos”
helados. La génesis del proceso es un
sube y baja de las gotitas de agua -que se van congelando y engordando- hasta
que el “bolo” de hielo es tan gordo
que ya no sube más y sólo baja; cae. Esto, lo de bajar/caer se produce cuando el peso del “pedrusquillo” de granizo es superior al empuje de la
corriente ascendente… y no tiene más narices que caer, por gravedad.
Siempre
que hay tormenta puede darse la granizada. Y ese “puede darse” no significa que siempre se
dé; puede darse, no más.
Y aquí llegados quiero dejar claro que el granizo es agua congelada, mientras que la nieve es vapor de agua sublimado (pasó de estado gaseosos -vapor-
a sólido) conformada por cristales de hielo. Cuando el granizo excede de tamaño le llamamos pedrisco. Por lo
general, el pedrisco oscila entre 5 y 50 milímetros de diámetro. Vamos, que
hablamos de una precipitación sólida.
Para imaginarse cómo es por dentro uno de estos “pedrusquillo”
de granizo no hay mejor modelo que el de una cebolla. El granizo se forma a base de capas concéntricas de diversa
transparencia u opacidad en función del trayecto por el interior de la nube
de desarrollo vertical. Las capas blancas se forman en la parte de la nube
donde hay agua subfundida que se congela muy bruscamente y aprisiona burbujitas
de aire; las capas de hielo trasparente se forma durante el viaje por las zonas
de la nube muy ricas en vapor de agua y a bajísimo temperatura. Si somos
capaces de cortar por la mitad unos de estos “piedrolos” podremos hasta señalar el número de viajes hacia arriba
y hacia abajo dentro del cúmulonimbo que ha hecho antes de caer.
La NOAA tiene
registrado un “pedrusquillo”
granizado de 17’78 cm de diámetro, 47’62 cm de circunferencia y 877 gramos de peso caído el 23 de julio
de 2003 en Vivian, Dakota del Sur (43º35N, 100º17’W). Fue confirmado en
diciembre de ese año, tras medirlo y pesarlo concienzudamente. El Boletín de la
Asociación Meteorológica norteamericana dio buena cuenta de él. No llegó al
kilo de peso, récord mundial (1’02
kg) que ostenta otro “pedrusquillo”
recogido en Gopalganj (23º00’N, 89º56’E, Banglaseh) -el 14 de abril de 1986- en
una granizada tormentosa que mató a 92 personas. En esto de las granizadas
mortales la palma se la lleva la que cayó en Maredabad, en la India -en 1888-
que mató a 246 personas.
El granizo es una puñetería de las gordas. Fue una de las 10 plagas de Egipto; la 7ª, granizo de hielo y rocas, según
cuenta el Éxodo 9:13-35. Y en el refranero popular tiene su cabida y el que más
me gusta es de “El granizo es la lotería del Infierno”… porque es muy, muy,
localizado. Y aquél otro de: “Faltará la madre al hijo, pero no la helada
al granizo”. Incluso el de: “Abril sin granizo, Dios no lo hizo”.
El granizo es previsible. El radar meteorológico (de efecto dopler)
puede prever la posibilidad de granizada, no con él no se puede saber el tamaño
que llegará a alcanzar cada “piedrolo” de esos.
En España, la zona con mayor frecuencia de granizadas es el
Norte. A lo largo del Cantábrico se suelen producir cada año del orden de 5 a 10
episodios de granizo. En la Meseta Norte y en el Pirineo Catalán pueden llegar
a darse hasta 5 días por año. En ambos sectores el tamaño del “piedrolo” suele
ser mínimo y no llega a producir daños.
Ahora bien, tanto en el Valle
del Ebro como en el litoral
Mediterráneo comprendido entre Castellón y Murcia en las escasas posibilidades
de granizo, del orden de 3 días al año, las granizadas suelen adquirir tanta
fortaleza que los “piedrolos” que se
generan alcanzan tamaño importante y ya hablamos de, “pedrisco”, letal para las cosechas de frutas y hortalizas; también
para el viñedo.
En fin, contra el granizo, oraciones a San Pablo y
veneración por San Cristóbal.
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