La península de Yamal está muy arriba, bañada por el Ártico, en el noreste de Siberia. Es un lugar remoto que ha puesto de actualidad
el gas natural. Es una larga península
que se adentra unos 700 km hacia el Polo Norte entre el mar de Kara y la inmensa desembocadura del río Obi (el larguísimo Golfo de
Obi).
Bueno, hace unos pocos años (2007) salió a relucir la
península de Yamal (la del Fin del Mundo)
en los Medios de Comunicación de todo el planeta por el descubrimiento de una cría de mamut en el permafrost. La llamaron Lyuba
y le adjudicaron una edad de unos seis meses y entre 37.000 y 42.000 años en el
suelo congelado.
Desde entonces, de Yamal se ha sabido poco más que Gazprom había localizado uno y otro, y
otro más, campos de gas natural y
desarrollado gasoductos para
trasladarlo a la gran red siberiana que abastece Europa. La última fue (2010)
la delimitación del gran campo gasista de Bovanenkovo.
A raíz de esa noticia aparecieron algunos reportajes en TV y
revistas de Naturaleza sobre los ancestrales pueblos pastores nómadas que habitan el lugar -nenets y khantys-
y los multitudinarios rebaños de renos.
Se calcula en medio millón de ejemplares la cabaña de renos de la península de
Yamal, que es una zona de tundra
(vegetación de muy bajo crecimiento; falta de vegetación arbórea) donde el permafrost (suelos helados y subsuelos
congelados) es lo más normal en sus suelos.
Bueno, pues Yamal posee una de las mayores reservas de gas
natural del planeta. Sólo en Bovanenkovo se estima que hay 55 x 1012 m3 de gas natural: 552000.0001000.000
m3; 55 billones de metros
cúbicos de gas. Ahí es nada.
En fin, que por la Península de Yamal no es que haya mucho
turismo, ni tránsito de viajeros, y la noticia es que en un viaje rutinario en
helicóptero de esos que se hacen por los sitios remotos del planeta habíadescubierto un agujero “sin fondo” que
bien pudiera estar allí uno o dos años
antes de que lo descubrieran. Lo han llamado el “Agujero del Fin del Mundo” y es un cráter ovalado de unos 30 metros
de diámetro y unos 70 de profundidad, con un lago helado en su fondo.
Enigmático a simple vista.
Las primeras noticias hablaban de un meteorito o algo que pudiera habernos impactado desde el espacio,
pero los radares no se enteraron y los sismógrafos no registraron impacto
alguno en la superficie del planeta, y para organizar un “bujero” así debió ser
de alcance.
El caso es que al final los científicos fueron al sitio y
los primeros relatos que nos ofrecieron es que por la disposición de los bordes del agujero resulta que se debió a
una “explosión” desde adentro hacia
afuera y se habló de la “espinilla” de la tierra. Una
científica rusa lo explicó como el producto de una “acumulación de presión progresiva
y excesiva de gas en el subsuelo por aumento de las temperaturas regionales”
hasta que explotó. Pero no había nada que probara la magnitud de la explosión
más allá de una acumulación de suelo en los bordes.
Andrei
Plejánov, investigador Senior del AARI (Artic & Antartic Research Institute
- http://www.aari.nw.ru/-), tras visitar la
zona y estar a pie de cráter confirmó que no había rastros de explosión y que
el 80% de la estructura respondía a un crecimiento de núcleo helado (Associated
Press TV) - http://www.timesunion.com/news/science/article/66-yard-crater-appears-in-far-northern-Siberia-5627981.php#photo-6607456
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Y los científicos, enseguida, hablaron de un pingo[1]. Sí, se trata de un
fenómeno geológico habitual de un terreno periglaciar como es que nos ocupa. El
pingo es un “grano” de hielo que
va creciendo a modo de colina en un suelo de permafrost, desde dentro, y poco a
poco va empujando a la tierra helada hacia los lados coronando sólo el núcleo
helado. No es necesario que explote;
simplemente basta con que se derrita para dejar un cráter de ese tipo. Es
agua helada que se expande en el permafrost y que puede llegar a tener cientos
de metros de grosor. En el terreno, por donde puede, asoma a la superficie la
cúpula gélida de agua sólidificada hasta que
se derrite o colapsa por derretimiento interior. Es sólo una forma
extraordinaria del paisaje de aquellas latitudes y tenemos infinidad de
ejemplos documentados.
Procesos de génesis y colapso de un pingo. |
El vocablo “pingo” debe ser “leído” en “inglé”: algo así como “pingou”, porque si se lee en español
-y más en “españó” de toda la vida- “pingo”
es una “vestimenta que sienta mal; un
harapo”. Así pues, “pingou”.
Lo que llama la atención en todo esto es que en los últimos años están proliferando
casos como éste; se está viendo mucha actividad, más que en el pasado, en las
áreas de permafrost. Mucha más actividad de la que se tuvo noticia en las
últimas cinco o seis décadas. Ahora bien, esa
nueva actividad constatada no sabemos si es, como algunos han llegado a
apuntar, por el posible calentamiento de esas zonas del planeta o se trata,
simplemente, de un fenómeno natural que ahora sí conocemos. Como antes no nos
acercábamos tanto por aquellas latitudes, pues no veíamos. Ahora descubrimos
más situaciones.
En fin, con el tiempo lo sabremos.
De momento, el cráter
de Yumal es sólo un pingo colapsado. Una espinilla explotada en la piel
aquejada de acné del planeta Tierra.
[1]
Pingo: a dome-shaped mound consisting of a layer of soil over a large core of
ice, occurring in permafrost areas / Montículo en forma de cúpula que consiste
en una capa de suelo sobre un gran núcleo de hielo, que se forma en las zonas
de permafrost.
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