La verdad es que hoy cabíamos en un ascensor. Y sobraba un
sitio. De haber hecho la reunión en un ascensor, habría sido más movida. Y
entre subidas y bajadas alguien más hubiera entrado a conocer de qué iba la
cosa; y se hubiera bajado despidiéndose con elegancia. No obstante, ha sido muy
interesante. Por ello propongo, que en la próxima edición -el profesor Tomás Mazón (Cátedra de Estudios
Turísticos Pedro Zaragoza) así lo ha anunciado- habilitemos el ascensor de
rigor… y nos ahorramos al técnico de megafonía, al del proyector y al de climatización.
Y la señora de la limpieza y el guardia de la puerta cumplen con sus horarios,
y no protestan. Y todos tan contentos.
Astuta imagen del momento inaugural… cuando aún estaban “las autoridades”; después, en cuadro [Foto: Gabinete de Prensa. La mía es más deprimente] |
Yo me esperaba una mayor asistencia de público profesional;
para qué voy a mentirles. Es que la jornada, los ponentes y el segmento merecían
la pena. Y yo ya me posicioné.
Tras la apertura de rigor de la jornada (profesor Mazón, gerente de HOSBEC Núria Montes y 1er Teniente de alcalde Ana Pellicer; el alcalde Toni Pérez estaba recomponiendo la
figura por lo del transporte escolar -el año pasado, con el PP en
la Generalitat, faltó tomar La Bastilla y este año con PSOE-Compromís-Podemos en
el Cap i Casal ¡no-pasa-nada, oiga!;
increíble- e inaugurando el curso) comenzaron los desarrollos.
Diversity Consulting
abrió plaza con dos intervenciones complementarias. David Martín mostró cómo es el segmento y Juan Pedro Tudela se preguntó ¿por
qué Benidorm no está en el meollo del Turismo LGBT? Y se respondió a sí
mismo.
Martín explicó que el
LGBT es un sector que viaja: un 20% sale de 5 a 9 veces al año; un 17%, 3;
un 16%, 2 un 13%… Vamos, que viaja;
incluso en los años de recesión. El
aumento en los dos últimos años ha sido de un 82%. Y es un mercado muy estable: resulta que el 55% viaja y se aloja en media y alta gama; y un 9% en lujo. Un 31%
lo hace en low cost, que todo hay que
contarlo. En temporada alta sólo lo hace un 5%, pero en baja y media lo hace el 95% (55% en baja y 40% en media). Y lo
hacen así porque tienen menos cargas
familiares y compaginan mejor sus calendarios. Encima, viajan, principalmente, por
relax y diversión, aunque también por cultura y clima.
A la hora de elegir destino: un 30% busca destinos gay
friendly, pero el 32% de los
encuestados no se lo planteó y el 30% no lo tuvo en cuenta; aunque a la
hora de la verdad un 48% termina
acudiendo a un gay friendly. Y en
cuanto a los destinos, el 55% vuelve al
destino si le gusta… salvo en el caso de España: ¡el 72%!
Martín diseccionó aún más el segmento LGBT y concluyó señalando
que “todo
destino tiene potencial, pero se tiene que saber lo que tiene y lo que ofrece”.
Lástima que no hubiera ni un solo
hotelero en el salón y hasta me pareció ver, entre “la multitud”, a un
empresario.
Juan Pedro Tudela
fue el más contundente. Sabe vender y vende muy bien: nivel, Maribel. Arrancó con la pregunta del millón: “¿Por
qué Benidorm no es un destino ‘obligado’ gay?”. Explicó lo del ADN
gay de viajes y nos recordó que “Benidorm perdió su época dorada, pero puede
recuperarla”. Centrada la atención, posicionó Benidorm: “buen
rollo, entorno espectacular, bien comunicado”. Recordó -y esto vale
para todos- que “un destino no tiene garantizada su continuidad de éxito” y puso
varios ejemplos; entre ellos, los de Ibiza (-) o Tel-Aviv (+).
Tudela siguió su faena, que no fue de aliño. Completísima, y
en el tercio de muleta se lució: el segmento LGBT “ha pasado de detestado a deseado”;
“Benidorm
no parte de 0, tiene el BND Pride”, para a continuación dejar caer un “No ha
habido buena promoción hacia el segmento gay”. Pero levantaba la moral
con “Benidorm
lo tiene todo; tenéis ‘escalera de color’ en Turismo” (por aquello de ‘el turismo no es sota, caballo y rey’,
de Xavier Canalis). Y, de pronto, un atronador “pero no estáis en nuestra agenda”,
“fallan
los canales de comunicación”. Vamos, que puso deberes… y Leire Bilbao (que era la única persona
que estaba de cuerpo presente relacionada con el Turismo, por Visit Benidorm, tomó nota; los demás
habían salido disparados tras la inauguración de la jornada). Antes ya había
lanzando un “atención a los prescriptores de opinión” (que también debió “pillar”
Leire) y enarbolado una revista del entorno con el rey Felipe VI en portada, señaló que “las autoridades ya han perdido el
pudor a atender a LGBT”. A atender, puede; pero a estar presente en las
exposiciones…
Tudela fue expeditivo recordando que para eventos del
colectivo “no queremos vuestro dinero (refiriéndose a las
Administraciones); queremos solo vuestro logo”, recodando que Ayuntamientos y
empresas “se mojan” y participan.
Redondeó Juan Pedro Tudela la faena con un “Benidorm
ofrece sofisticación, tranquilidad, marcha, lujo y hasta superlujo; el turista
gay huye de la austeridad”, pidiendo al sector en general que “aproveche
el ego -y la calidad de renta disponible- del turista gay”. Son 700 millones de potenciales clientes… “con capacidad
hacer crecer o hundir un destino”; y con canales propios de comunicación y promoción. Reconoció Tudela los
pecados del colectivo: infieles, pero
fidelizables, engreídos, pero
generosos y seductores, pero
selectivos: no les vale cualquier local por mucha banderita o placa gay friendly que exhiba. Total: 2
orejas, rabo y vuelta al ruedo de Tudela.
Los demás ponentes, no dejaron de ser interesantes. Silvia Pérez (Axel Hotels) expuso su
experiencia hotelera de su grupo ante los ponentes, los seis funcionarios
municipales, el profesor Mazón y este que lo cuenta; Juan Carlos Alonso (AEGAL) planteó la interesantísima posibilidad
de que “Benidorm fuera el último Pride del Circuito Europeo”… cuestión
a tener muy en cuenta; Elisa Escorihuela
insistió en “segmentar oferta, conocer a tu público e ir a por él” por el
turista LGBT que “es tanto seguidor de tendencias como creador de tendencias”, y Paco Ramíez (COLEgAS) sintetizó
experiencias puestas en marcha y campañas realizadas: “el turismo LGBT es una
herramienta para la promoción de los derechos LGBT”. También
intervinieron asociaciones locales y provinciales del colectivo.
Y no fue difícil abandonar el Salón de Actos del
Ayuntamiento (Y ¿cómo estaba la plaza?, ¡a-ba-rro-tá!), aunque al final éramos alguno
más… pero ni un hotelero… y el turismo LGBT se alojan en… ¿hoteles?
Yo, lo reconozco, en el descanso abandoné el foro y me hice
un par de sitios de la Ruta Arco Iris de tapas, que aunque se
pone en marcha cada tarde, dada la hora que era, me las sirvieron. Olé por los
restauradores de Benidorm; y sólo fueron dos.
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