José A. Núñez de Cela Foto: M. Ayús |
Pasó el viernes 25 por Los cafés del Meliá el sociólogo José A. Núñez de Cela y Artiaga, director,
desde 2004, de la Agencia de Empleo y Desarrollo Local, sociólogo de cabecera
del Ayuntamiento de Benidorm y de HOSBEC. Es experto en población y ecología
humana y, entre otras cosas, autor de encuestas y padre del Benidorm en cifras.
Natural de Alicante, vivió su juventud en Callosa d’En
Sarrià y estudio en Madrid. Benidorm era, por aquél entonces, la antítesis de
lo que él buscaba. Y al final, terminó profesionalmente en Benidorm (1983). “Yo he
visto crecer Benidorm”; “vine a un Benidorm ya hecho”. Descubrió,
con el tiempo, estudiando Benidorm, que “ambientes que no se daban en Alicante, los
encontrabas en Benidorm”; que como ciudad, “estaba más cerca de los niveles
de Madrid”. Ahora, plantea, que “Benidorm está estancado a nivel de
sensaciones”. Y ahí le doy toda la razón; no emite sensaciones, ni
vibraciones: does not emit good
vibrations.
“Hijo de notario”, al final hizo lo que entonces se consideraba
“una
carrera de rojos”: Ciencias Políticas y Sociología (1980). Y lo primero,
intervino en la confección del Mapa Sociológico de la Provincia de Alicante
y cuando la Consellería de Trabajo plantea -en los 80’s- los Equipos de Base de
Servicios Sociales se pone a ello en Benidorm, “con aquellos contratos por un
año, que había que pelear su renovación”. Y lo hace con un recuerdo a Julia Bou, que fuera “su” concejal, siendo alcalde Manuel Catalán Chana.
“Conocí Benidorm por la puerta de atrás”, nos dijo. Buscaba la
marginación y “me encontré que Benidorm no tenía esos problemas; no había grandes
problemas sociales y no existían comportamientos marginales”, pero sí
mucho trabajo por hacer. Benidorm estaba, concluye, “muy cerca de lo idílico a pesar
de aquellos años 80”. Eso era entonces; ¿y ahora qué?, le preguntamos.
Y el sociólogo Núñez de Cela nos confesó que “ahora podemos encontrar
situaciones difíciles, pero Benidorm es el tuerto en el país de los ciegos”.
Hurgando en la herida abierta le insistí, y me contestó: “no hay segregación urbana, no hay
problemas sociales; pero sí hay problemas económicos”. Es que, resulta
que, “la estructura urbana de Benidorm no posibilita ghettos”.
Sabedores de ello, de primera mano, nos zambullimos en el Turismo. Fue con otra concejal, Pepa Pérez (mi concejal favorita, de
entonces) cuando comenzó Núñez con las encuestas en las oficinas de turismo;
con el alcalde Pérez Devesa pone en
marcha el Gabinete Municipal de Sociología que ampara todas estas
actuaciones. Aquellos estudios “se exportaron a la Agencia Valenciana de
Turismo”, que luego, Roc Gregori
como tertuliano que es, contó que se ampliaron desde aquél organismo.
Y así llegamos al Benidorm
en cifras, mi socorrido Benidorm encifras; un trabajo, plasmado en un librito en permanente actualización
(ahora en la web), que lo convierte en una herramienta única y que poquísimos
ayuntamientos (y sólo de primer nivel) tienen en marcha.
Y volvimos a Benidorm. Creo que toda la tertulia coincide
con él en que “la escena urbana va a remolque de la iniciativa hotelera”. Y
eso tiene una explicación, que él mismo ofrece: “el desarrollo local ha estado
impulsado por el desarrollo hotelero y la estructura de ciudad; y esa fuerza
(del sector hotelero) choca con todo lo demás”. Y es que “Benidorm
es un modelo turístico único; se ha construido para ser lo que es: vacaciones
con pernoctación hotelera”. Y se trata de un modelo que funciona; pero
funciona en Benidorm por la estructura creada, que -insistió Núñez e insisto
yo- es única. Y claro, “en
cuanto intentas aplicarlo fuera, no funciona”. La respuesta a la
pregunta -¿y cómo es eso posible?- es bien fácil: “Benidorm lo construyó Benidorm;
la sociedad civil estaba de acuerdo en ello. Y eso, así, no ha sucedido en
ningún otro lado”.
Ahora, con problemas de recursos y financiación “Benidorm
se parchea”, y ¡¡se estropea!!
Él no lo dijo, pero lo escribo yo: se
parchea y se estropea. Falta la vieja unidad identitaria; la chispa. Sí, manteniendo las herramientas del Plan del
56, Benidorm necesita un nuevo Plan General de Ordenación Urbana adecuado a la
realidad de hoy y a las necesidades de mañana donde se tenga en cuenta, también,
“la
integración comarcal”. Para Núñez, “hay necesidades distintas”
y Benidorm sigue adelante porque, como dijo Miguel Pérez Devesa (alcalde que fue de Benidorm) y recodó el
sociólogo con acierto, “Benidorm sigue adelante a pesar de sus
alcaldes” y de sus políticos: “muchos de ellos dejan mucho que desear”,
lo que un buen número de tertulianos suscribimos como Fuenteovejuna.
Núñez también dibujó pinceladas sobre la Agencia de Empleo y
Desarrollo Local de la que “hay poca visibilidad”. Recordó las
acciones con la Mesa de Diálogo Social y que ahora atraviesan por dificultades
de financiación; “ya no es como antes, cuando llegaban fondos de la UE para todo”.
Y cuando el tiempo se nos escapaba de las manos tratamos de
la imagen de Benidorm: “Benidorm tiene una imagen preconcebida muy
difícil de erradicar”; sólo se combate y se vence cuando se conoce “in situ”. Ese
flash negativo es un mito que propalan los que no han venido nunca, los que no
conocen Benidorm. Tal vez, insinuó Núñez, “haya que modificar la oferta,
pero para las nuevas demandas”.
Y cerramos con la encuesta de HOSBEC: “mejor que la del INE;
metodológica y técnicamente superior” que avala la realidad alojativa.
Y, desde luego: es un buen indicador.
La guinda: Benidorm es tal emporio en esto del turismo, que
“deberíamos establecer el cálculo del
PILB; del Producto Interior Local de
Benidorm” para tapar muchas bocas. Con esa pincelada de humor sentó
cátedra en Los cafés del Meliá, el
sociólogo Núñez de Cela. Gracia
José.
No hay comentarios:
Publicar un comentario