29 sept 2015

DE QUE HABRÍA QUE INVENTAR EL PILB PARA HABLAR DE LA POTENCIA DE BENIDORM. NÚÑEZ DE CELA


José A. Núñez de Cela
Foto: M. Ayús
Pasó el viernes 25 por Los cafés del Meliá el sociólogo José A. Núñez de Cela y Artiaga, director, desde 2004, de la Agencia de Empleo y Desarrollo Local, sociólogo de cabecera del Ayuntamiento de Benidorm y de HOSBEC. Es experto en población y ecología humana y, entre otras cosas, autor de encuestas y padre del Benidorm en cifras.

Natural de Alicante, vivió su juventud en Callosa d’En Sarrià y estudio en Madrid. Benidorm era, por aquél entonces, la antítesis de lo que él buscaba. Y al final, terminó profesionalmente en Benidorm (1983). “Yo he visto crecer Benidorm”; “vine a un Benidorm ya hecho”. Descubrió, con el tiempo, estudiando Benidorm, que “ambientes que no se daban en Alicante, los encontrabas en Benidorm”; que como ciudad, “estaba más cerca de los niveles de Madrid”. Ahora, plantea, que “Benidorm está estancado a nivel de sensaciones”. Y ahí le doy toda la razón; no emite sensaciones, ni vibraciones: does not emit good vibrations.

Hijo de notario”, al final hizo lo que entonces se consideraba “una carrera de rojos”: Ciencias Políticas y Sociología (1980). Y lo primero, intervino en la confección del Mapa Sociológico de la Provincia de Alicante y cuando la Consellería de Trabajo plantea -en los 80’s- los Equipos de Base de Servicios Sociales se pone a ello en Benidorm, “con aquellos contratos por un año, que había que pelear su renovación”. Y lo hace con un recuerdo a Julia Bou, que fuera “su” concejal, siendo alcalde Manuel Catalán Chana.

Conocí Benidorm por la puerta de atrás”, nos dijo. Buscaba la marginación y “me encontré que Benidorm no tenía esos problemas; no había grandes problemas sociales y no existían comportamientos marginales”, pero sí mucho trabajo por hacer. Benidorm estaba, concluye, “muy cerca de lo idílico a pesar de aquellos años 80”. Eso era entonces; ¿y ahora qué?, le preguntamos. Y el sociólogo Núñez de Cela nos confesó que “ahora podemos encontrar situaciones difíciles, pero Benidorm es el tuerto en el país de los ciegos”. Hurgando en la herida abierta le insistí, y me contestó: “no hay segregación urbana, no hay problemas sociales; pero sí hay problemas económicos”. Es que, resulta que, “la estructura urbana de Benidorm no posibilita ghettos”.

Sabedores de ello, de primera mano, nos zambullimos en el Turismo. Fue con otra concejal, Pepa Pérez (mi concejal favorita, de entonces) cuando comenzó Núñez con las encuestas en las oficinas de turismo; con el alcalde Pérez Devesa pone en marcha el Gabinete Municipal de Sociología que ampara todas estas actuaciones. Aquellos estudios “se exportaron a la Agencia Valenciana de Turismo”, que luego, Roc Gregori como tertuliano que es, contó que se ampliaron desde aquél organismo.

Y así llegamos al Benidorm en cifras, mi socorrido Benidorm encifras; un trabajo, plasmado en un librito en permanente actualización (ahora en la web), que lo convierte en una herramienta única y que poquísimos ayuntamientos (y sólo de primer nivel) tienen en marcha.

Y volvimos a Benidorm. Creo que toda la tertulia coincide con él en que “la escena urbana va a remolque de la iniciativa hotelera”. Y eso tiene una explicación, que él mismo ofrece: “el desarrollo local ha estado impulsado por el desarrollo hotelero y la estructura de ciudad; y esa fuerza (del sector hotelero) choca con todo lo demás”. Y es que “Benidorm es un modelo turístico único; se ha construido para ser lo que es: vacaciones con pernoctación hotelera”. Y se trata de un modelo que funciona; pero funciona en Benidorm por la estructura creada, que -insistió Núñez e insisto yo- es única. Y claro, “en cuanto intentas aplicarlo fuera, no funciona”. La respuesta a la pregunta -¿y cómo es eso posible?- es bien fácil: “Benidorm lo construyó Benidorm; la sociedad civil estaba de acuerdo en ello. Y eso, así, no ha sucedido en ningún otro lado”.

Ahora, con problemas de recursos y financiación “Benidorm se parchea”, y ¡¡se estropea!! Él no lo dijo, pero lo escribo yo: se parchea y se estropea. Falta la vieja unidad identitaria; la chispa. Sí, manteniendo las herramientas del Plan del 56, Benidorm necesita un nuevo Plan General de Ordenación Urbana adecuado a la realidad de hoy y a las necesidades de mañana donde se tenga en cuenta, también, “la integración comarcal”. Para Núñez, “hay necesidades distintas” y Benidorm sigue adelante porque, como dijo Miguel Pérez Devesa (alcalde que fue de Benidorm) y recodó el sociólogo con acierto, “Benidorm sigue adelante a pesar de sus alcaldes” y de sus políticos: “muchos de ellos dejan mucho que desear”, lo que un buen número de tertulianos suscribimos como Fuenteovejuna.

Núñez también dibujó pinceladas sobre la Agencia de Empleo y Desarrollo Local de la que “hay poca visibilidad”. Recordó las acciones con la Mesa de Diálogo Social y que ahora atraviesan por dificultades de financiación; “ya no es como antes, cuando llegaban fondos de la UE para todo”.
Y cuando el tiempo se nos escapaba de las manos tratamos de la imagen de Benidorm: “Benidorm tiene una imagen preconcebida muy difícil de erradicar”; sólo se combate y se vence cuando se conoce “in situ”. Ese flash negativo es un mito que propalan los que no han venido nunca, los que no conocen Benidorm. Tal vez, insinuó Núñez, “haya que modificar la oferta, pero para las nuevas demandas”.

Y cerramos con la encuesta de HOSBEC: “mejor que la del INE; metodológica y técnicamente superior” que avala la realidad alojativa. Y, desde luego: es un buen indicador.

La guinda: Benidorm es tal emporio en esto del turismo, que “deberíamos establecer el cálculo del PILB; del Producto Interior Local de Benidorm” para tapar muchas bocas. Con esa pincelada de humor sentó cátedra en Los cafés del Meliá, el sociólogo Núñez de Cela. Gracia José.






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