Aunque hay cosas mucho más gordas, en el mes de septiembre
que estamos (lo del plan a tres bandas -por el aro del Consell hacemos pasar a
Ayuntamientos y Diputaciones y nos ponemos la medalla- para la posible futura
gratuidad de los libros de texto, y hasta aquí que te vi en lo del transporte
escolar y eso que me pinto de progresista), lo de esta mañana me tiene
nerviosito perdido: por aquí anda el Maligno[1].
Aunque la cosa surgió, me dicen, ayer, a uno le gusta
filtrar lo que cuelgan las redes sociales porque de dedo fácil y neurona
displicente hay muchos. No sé, yo prefiero someterlo todo al principio de
falsación y si aún así flota… es que no se ha hundido esta vez. Y yo desconfío
de todo si la fuente no soy yo; y hasta yo me someto a refutación. Gracias,
Popper.
Pero es que esta mañana (miércoles día 2) ha sido darme de
bruces con lo del “Maligno” y querer poner negro sobre blanco lo mucho que se me
venía a la cabeza a toda velocidad. Esto me tiene espitoso perdido; no me centro. Lo he tenido que dejar todo y
ponerme a escribir. No entro en la noticia en sí; me quedo con lo de “Maligno”.
Y no es la anécdota; es el concepto.
Del personaje de la noticia se puede decir casi de todo; a
pulso se lo ha ganado, para bien o para mal. Despliega “su arte” y como en Hameln, a modo de un Bruno von Schaumbrug del siglo XXI, y como en el verano de 1281 (o
en el 1484, que yo no estaba allí) se lleva a la gente tras de él encantados
con la cantinela que les endilga. El tal Bruno terminó mal; muy mal. Esto
último es un ripio informativo; no más.
Ahora a este Bruno del XXI, le buscan las cosquillas. Y hay
quienes sales en tromba a defenderlo; pero son muchos menos que aquellos que con
solo la mirada le aplican ya el veredicto. Yo, como a todos, le aplico el
beneficio de la duda: dudo de cómo se lo tomará su Señoría en caso de llegar a
más. Lo suyo es fuerte, pero más fuerte es lo de quienes se lo creen. La frase -condenatoria
a más no poder- de “todo lo que necesitase una vez él -el Maligno- llegara al ayuntamiento de Benidorm y fuese
concejal o alcalde” que leo en el cuerpo de la noticia, lo dice todo.
De uno y de otra. Ah, lo del manido eximente de la “minusvalía” choca con la triste realidad de la indigencia mental
del colectivo.
A mí, lo que me ha dejado tocado es lo de… “Maligno”.
Llevo toda la mañana haciéndome cruces. Ya quisiéramos que
el Maligno
fuera tan predecible y vulnerable, tan demagogo y punible, tan indocumentado e
iletrado… tan, tan. Pero hay que reconocerle que como Maligno, este Maligno
de púlpito mediático y escaño momentáneo, vende un producto que encuentra un nicho
de mercado; por algo será -¿cosas de la LOGSE?-. No pasa la prueba del algodón,
pero es suave y engancha a quien se quiere dejar enganchar, como la música del
flautista -o gaitero, que traducir “flötenspieler”
del teutón antiguo tiene estas cosas-.
En el último pleno municipal tenía menos documentación que
nadie, pero más acólitos presentes que todos los demás grupos juntos. Y claro,
jaleaban lo de la deuda, los puestos de trabajo, lo innecesario de esto y
aquello… Vamos, la pellorfa; porque en lo mollar, ni cacho. Pero ahí está, que
al salir de solar municipal sigue su labor catequista en un apostolado que sin
base sigue construyendo castillos en el aire. Porque ya me dirán cómo si no se
llega uno a meter en donde se mete.
A mí lo del Maligno me ha dejado más tocado que “la
conversación picante, algo subida de tono” de los WhastApp esos que
terminarán saliendo a la luz, porque uno no guarda las facturas los años de
rigor por si el Montoro de turno te envía una paralela, pero los mensajitos
esos son más preciados que el plano de la mina de coltán de la Marina Baixa.
Este Maligno llega a decir que en España
hay agua suficiente y como la cosa no va más allá, pues pierde unas décimas de
malignidad y sigue adelante. Este Maligno pide explicaciones donde no
debe y -¡pásmense!- es la oposición la que le explica cómo funciona la Policía
Municipal (personal por turnos y servicios; dotaciones, etc.). Este Maligno
se opone a todo, no sin antes agradecer el esfuerzo que realiza tal o cual
grupo por Benidorm y en el empeño que ponen en su labor. Este Maligno… vende humo; pero se lo
compran.
Para saber si de verdad es Maligno (y no entro en la
denuncia, que su curso llevará… y hay veces que una presa remansa el río -curso
de agua- y no llegan sus agua a verter al mar) yo me esperaría a ver la carta
que le escribe -él y los demás concejales- a los Reyes Magos… porque el número
13 queda a 5 del PP y aunque parezca que no, la vara de Alcalde de Benidorm
está situada sobre una cámara magmática… y hay (el que avisa es… avisador)
actividad fumarólica en lontananza benidormera. Y el suelo está muy caliente;
lo noto. Puede que no peligre el turrón, pero el IEV/VEI, con permisos de
Newfall y Self, lo sitúo yo sobre la Plaza de Sus Majestades (los Reyes de
España, que aún no se la han dedicado a los Reyes Magos, que también son majestades)
en índice 2, por lo menos.
Y habrá vulcanólogos que me entiendan. Y ojalá algún
alcalde; porque sé que se busca exorcista en la comarca.
Lo que sí que me ha quedado claro en el día de hoy, leyendo
a unos y a otros, es que el Maligno… existe. Hasta Maesba lo
cree y cree que van a por él; a por el Maligno.
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