3 sept 2015

DE... TENSIÓN COMERCIAL NO RESUELTA (I)


En el último Pleno municipal se trató el que las licencias para actividades comerciales de “mercadillos” y similares pasaran por el Pleno; Pleno que no es otra cosa que una fórmula de trabajo sobre la base de la Democracia Representativa donde los concejales electos, presididos por el alcalde, debaten y aprueban los asuntos, por lo general, previamente debatidos, tratados y formalizados en las Comisiones Informativas pertinentes. Son los Plenos, considero, un instrumento, de cara a la galería (públicos, medios y emisiones, para tomar decisiones (por lo general, previamente adoptadas), de índole municipal, reguladose este procedimiento por el artículo 46 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local.

Aquí, en Benidorm, el problema siempre ha sido “el mercadillo”. Y ahora, entiéndase a estas alturas del siglo XXI, la Directiva Europea de Servicios (semos de la UE-28) marca la pauta y hasta la Comunitat Valenciana tiene Ley de Comercio (Ley 3/2011) que la atiende en el epígrafe Venta No Sedentaria. Total que con la Ley 3/2011, la Ley 7/1996, el RD 199/2010, el Decreto 65/2012 y la Orden 12/2012… todo debería estar resuelto.

¿Todo? ¡Todo! 

Es que… los miércoles aún estoy de buen humor. Las Ordenanzas Municipales deben tener todo esto en cuenta.

El comercio no sedentario -el comercio ambulante (la venta ambulante), vamos- no es, como muy bien se puede uno/a imaginar, un invento reciente. Es cosa de siglos -la ciudad, desde el principio, era un mercado en sí; dónde acudir a vender los productos del campo y la huerta- y resulta que es el mercado el embrión de lo que llaman economía de mercado. El mercado podía ser diario, semanal o mensual (dependiendo del género), pero de tiempo tasado (la jornada en cuestión) y la Feria (feria o fórum: solemnidad) era el mercado especial con una prolongación de varios días (lo parieron como nundinae: 9 días por lo general) que se hacía coincidir con una celebración especial. Cotidianidad frente a solemnidad.

Vamos a centrarnos pues en lo ctidiano; en los mercados, que ahora llamamos mercadillos. Actualmente en España (y ojo a la horquilla que es de una investigación publicada en El Economista tiempo atrás; noviembre de 2013) hay “entre 3.500 y 5.000 mercadillos que generan 50.000 empleos directos y 60.000 indirectos”.

Aquí en Benidorm, el problema lo hemos tenido siempre con lo del mercadillo. El oficial, “de Foyetes; Mercasa[1]”, es un producto inconcluso que tras más de 30 años sigue sin cumplir nada de lo previsto inicialmente. Luego está el “mercadillo Pueblo”, en pleitos desde que en noviembre de 1979 solicitara “ponerse” en una parcela del Camino Viejo de Altea. Y podemos complicar más la cosa si metemos en ecuación el Rastro “El Cisne” y “La Casa Blanca” Antigüedades. Y no te digo si le añadimos la variable de la última propuesta a la difícil ecuación económica.

El “mercadillo Pueblo” tiene en su haber el haber movilizado a todo un pueblo y en  su baldón la mácula de que se concedió por Decreto de Alcaldía, “sin informe de Urbanismo ni acuerdo de Permanente” como reza un informa municipal (con el sigilum del Escudo de Benidorm). Tengo también por ahí la fotocopia de un documento del Ayuntamiento (de diciembre de 1984) donde el alcalde accidental, Ángel de la Fuente, dice que “con un mercadillo en Benidorm es suficiente”… y Benidorm cerró y salió en manifestación un 29 de enero de 1985… y habemus mercadillo Pueblo.

Contaba el alcalde Manuel Catalán en enero de 1985 que el Ayuntamiento (de Benidorm) “adquirió y construyó (-¿?-)[2] unas instalaciones por importe de trescientos millones de pesetas, que obligatoriamente hay que pagar”. Y me imagino que lo habremos pagado ya. Pero leyendo el documento “Centro Multifuncional ‘El Mercadillo de Benidorm’” (1982) me surge la dudad. No veo parecido alguno entre el proyecto de Mercasa (IRESCO-MERCASA) y la cruel realidad.

El solar “tiene una extensión de 53.000 m2… y un desnivel de 26 metros”, con lo que se diseñó “en plataformas conectadas entre sí por rampas y escaleras” con una estructura de “vestíbulo urbano” y un eje sobre el que distribuir las tramas de actividades. Aquél mercadillo se proyectó para 427 módulos de 3 x 6 metros; para 427 puestos.

Ahora veo que sólo queda de aquella propuesta lo que Xàtiva llaman un “pentxa-pernils” -la estructura metálica del escenario (15 x 20 m; del Auditorium)- y el edificio “multifuncional” de 150 m2 que es como en España llamamos a la edificación donde siempre se ubica el bar y el almacén. Sin bar no se imagina uno que pueda existir actividad económica real. El mercadillo de Foyetes[3] es ahora el mercadillo de la calle Goya, con 288 puestos (oficiales)… que es lo que queda de aquél proyecto, pues la ampliación del Polideportivo ocupa, a la vista de los planos, la vieja propuesta de Mercasa.

Lo los mercadillos en Benidorm es materia asaz montaraz; destapa las más bajas pasiones de las gentes del lugar. Fijense, si no, que los “usuarios del mercadillo Pueblo”, en 1991, llegaron a pedir al Gobernador Civil “el destierro de D. Eduardo Zaplana y de todos los que le siguen en la lista presentada para concejales de este Ayuntamiento, y en otro caso, se adopte un acuerdo Corporativo declarándolos a todos ellos personas non gratas” -personas non gratas, ahí es nada- por plantear en el Programa Electoral “la desaparición” del citado mercadillo.

El argumento entonces era que “las familias humildes acudimos a los mercadillos para obtener productos a los que no tenemos acceso en otro tipo de comercios o grandes superficies comerciales debido a la diferencia de precios existentes, tratando de discriminar a las clases sociales más desfavorecidas”. Ahí es ná. 500 firmas que presentaron.

Ahora me surgen preguntas: ¿Qué decimos del argumento?; ¿Hará el pueblo soberano (veterano y fundador, también buenas marcas de brandy) ahora lo mismo con la propuesta del nuevo “mercadillo”?; ¿se convocará nueva salida a la calle y cierre de actividades?; ¿se propondrá que el Ayuntamiento cese su actividad siete días?; ¿Estamos más civilizados ahora?








[1] MERCASA es una empresa pública de la Administración del Estado, cuyos accionistas son la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través del Fondo Española de Garantía Agraria (FEGA).
[2] De mi cosecha estos signos de interrogación.
[3] En el original, aparece así: Foyetes.

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