Llevamos un par de días dándole vueltas a lo de la comida
desperdiciada; hemos pasado del hambre hedonista a fijarnos en dos completos informes
sobre nuestros hábitos, el de Hispacoop
(“Desperdicio
innecesario de los alimentos y su correcto aprovechamiento”) y el del IMechE británico (“Global Food: Waste not, Want not”
– “Alimentación Mundial: no quiero residuos”).
La Confederación
Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispoacoop) señala en
su informe que “cada español desperdicia un promedio de 32’2 kg de comida al año… y
sólo un 9% lo reconoce”. Lo que más se tira: pan y cereales (19%),
frutas, verduras, leche y derivados (17%) y pasta, arroces y legumbres (13%).
Se tira el 20% de los alimentos del desayuno, el 35% de los de la comida y el
27% de los de la cena.
Los que
más tiran, dice el informe, son
los españoles mayores de 60 años que viven en pareja… Un pseudoabuelo derrochador es algo que no
concibo, pero doctores tiene el estudio. Sí coincido, por intuición y
conciencia, en que los hogares con 4 o más
miembros son los que desperdician menos.
De siempre hemos dicho que con lo que tira el primer mundo
se podría alimentar a los demás y de aquí se desprende que con los 200 millones de toneladas que tira Europa y los EEUU a la
basura se podría alimentar a 1.000 millones de personas en el planeta, dice
el estudio español.
El estudio español dice más; lo mejor es descargo en la web
de Hispacoop y deglutirlo sin desperdiciar nada.
Pero el estudio inglés, del Instituto de Ingenieros Mecánicos (IMechE) va a más: “la
mitad de la comida que se produce en el mundo acaba en la basura o pudriéndose
en el mismo campo”. Calcula en 4.000
millones de toneladas la cantidad de alimentos que se producen en el mundo
anualmente y de ellas, “unos 1.200 millones de tonelada son
desechados y otros 1.000 millones de toneladas van directamente a la basura…
mientras 1.000 millones de humanos pasan hambre”. Lo de los mil
millones de hambrientos es común a los dos informes.
Cuantifica el IME en 600
euros (unas 470 libras) por familia
y año –y en tiempos de crisis- el valor
de los alimentos que se están tirando a la basura en Gran Bretaña.
Es más, el IME pone el dedo en la llaga en lo de los
alimentos que no tienen la presencia “adecuada”. Y llega a acusar a los supermercados de no adquirir mucha producción agraria que
no tiene unos mínimos de presencia; los alimentos “no perfectos” no llegan a
las estanterías de los supermercados y
el mundo gasta aproximadamente 500.000 millones de metros cúbicos de agua cada
año en producir alimentos que nunca llegan a consumirse porque no dan la talla
o la presencia visual. Y esto es tan grave como lo otro.
La ONU se ha
propuesto la meta de reducir al 50% el despilfarro de comida de aquí a 2025
porque para 2075 y con los datos de ahora mismo habrá 3.000 millones de
personas más que alimentar.
En fin, que no sólo
hay que mejorar lo de las fechas de “caducidad” y “consumo preferente” sino que
hay que ver cómo solucionamos lo de la imagen de las producciones agrarias.
La “buena pinta” no es siempre lo mejor; acuérdese de la
manzana de Blancanieves. Fue morderla y…
No hay comentarios:
Publicar un comentario