Beniardá (38º
41’ 46” N – 0º 12’ 16” W) es un poblet de
poco más de 200 habitantes (248 en 2012, dice el INE) que está por encima del
embalse de Guadalest y que celebra sus fiestas patronales en el primer fin de
semana de agosto. Beniardá está a 8 km de Guadalest y a 35 km de Benidorm. Ha salido en prensa que se ha firmado el tradicional convenio por el que Benidorm (38º 32’ 3” N – 0º 7’ 53” W) aporta, en esta
ocasión, 8.000 € para sus fiestas y más de uno/una me ha salido por peteneras
en el poble. ¡¡Demencial!!
Y eso sólo obedece a la estulticia supina de no tener, entre
las muchísimas y absurdas asignaturas de los planes de estudio que padecen
nuestros jóvenes de ahora antes de llegar a la Universidad, una asignatura
propia que les enseñara a estos benidormeros/as aspectos básicos sobre la
ciudad en que viven, una ciudad que se ha hecho a sí misma gracias al esfuerzo
de sus ciudadanos: los aborígenes fills del poble y otros forasters
que nos han precedido, incluso los que llegamos en los ochenta.
Es lamentable que mucha de esa gente que se presume de
vecino/a de Benidorm no sepa de la misa la media; ni lo de las sequías. Hombre,
no digo yo que no tenga ni repajolera idea de lo que traerse un iceberg a la
bahía (que a más de uno le molaría la historieta y que aún me faltan detalles
para referirla con propiedad), pero lo del esfuerzo por asegurarnos el
abastecimiento, el poder driblar a la indigencia hídrica que nos marca, debería
ser de obligado conocimiento.
Hombre, Francisco
Amillo ha contado muy bien lo del Reg
Major y la sèquia mare… y lo del
Consorcio de Aguas de la Marina Baixa. Benidorm es una de las pocas ciudades
con 2 -¡¡dos!!- Cartas de Poblament. Hasta que en el XVII no se aseguró un
mínimo de agua, aquí no hubo futuro posible.
Y cuando en los años sesenta esto empieza repuntar (lo de la
Almadraba se nos acaba en los cincuenta y la Trasatlántica iba siendo historia,
como lo fueran los guardacostas y las acciones al corso) volcados en el
Turismo, llegan las sequías. La primera importante fue la de 1964; estábamos
tan en mantillas turísticas que se notó lo justo. La de 1969 ya fue otra cosa.
Se decidieron, en el curso de la misma, las primeras actuaciones serias:
bombear los sobrantes del “río” Algar hasta el Embalse de Guadalest… cuyas
obras no estarán terminadas hasta 1977.
Y en el 77 estábamos en el tercer año de un aparatosa
situación seca que se había iniciado en 1975… En 1978, ya, ni gota, ni gota.
Los tres veranos que van del 75 al 77 se pasaron con enormes dificultades, pero
para el verano de 1978 sólo nos quedaban las rogativas “ad petendam pluviam” y las cubillas del Ejército del Aire
repartiendo agua por las calles del casco tradicional y los aljibes de la
Armada enchufando su carga en la conducción que entierra la arena de la Playa
de Levante frente al Manila. Más de uno en el hotel de turno hizo café
echándole el agua de la piscina a la máquina… y no se fue el turismo (de
vareta). Hombre aquí entraría la historieta de la EDAR, de la cota 75, y de las
contribuciones especiales que pagaron religiosamente todos los de aquí, porque
de la Administración… ni gota, ni gota. Como en tantas otras cosas de Benidorm.
En 1978, el Servicio Geológico del entonces MOPU autoriza a
la CHX los sondeos en Beniardá y se consigue -a base de mucha profundidad,
buenas bombas, alguna acidificación importante y muchísima electricidad (que es
una pasta gansa)- el agua para el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa; que es
como decir, es la realidad, el agua para Benidorm.
Desde 1979, por “h” o “b” no hemos tenido problemas (serios
problemas). Ahora el cordón umbilical Taibilla-Amadorio es un seguro de vida,
pero desde 1979 somos lo que somos por
Beniardá y una excelente gestión que iniciara José Ramón García Antón, el
ingeniero, y han seguido Paco de Santiago y otros.
Vamos, que colaborar
con Beniardá es un deber moral que dejaremos en herencia a los nietos de
nuestros nietos. Aquella agua de 1979 era para su agricultura y la cedieron.
Ese y todos los demás años… a cambio de la que suelta la EDAR.
La Unidad Hidrogeológica Sierra Aitana (08.45) tiene 47
acuíferos y 195 puntos de agua, de los que 96 son manantiales, con más de 60
vivos. El resto, sondeos; y uno de ellos es el de Beniardá.
El Campo de Sondeos de Beniardá consta
de 9 pozos, aunque sólo 3 son operativos. El acuífero de Beniardá, en un afloramiento del Turioniense calizo,
ocupa gran parte de la mitad oriental de la unidad hidrogeológica en dos áreas
litológicas: una de calizas micríticas del Cretácico superior (Barranco de
Xirles) y otra de gravas, arenas y limo del Pliocuaternario, como el mismísimo
río Guadalest aguas abajo del Embalse. La sierra de Polop y los relieves montanos
de El Florent, Peña Martí y El Casals, en el Norte, y el Ponoig (1.182 m) en el
Sur son puntos vitales. Casi en el centro del acuífero (de 105,5 km2)
se encuentra el Embalse de Guadalest. El acuífero de Beniardá es un acuífero
confinado y muy profundo en gran parte de su extensión.
En el sector centro oriental destacan hasta tres sinclinales
estrechos de gran envergadura, de norte a sur, Barranco de Tagarina, Barranco
de l'Arc y Alto de la Capitanía que son las responsables de acumular en esta
zona las mayores reservas hídricas subterráneas de la unidad hidrogeológica.
El funcionamiento del acuífero es relativamente complejo por
su carácter predominantemente confinado -y su profundidad- en el que la recarga
se produce únicamente por infiltración de la lluvia sobre los afloramientos permeables
de las sierras citadas. El acuífero tiene salidas naturales que se producen a través
de varios manantiales localizados en los cascos urbanos de La Nucía y Polop,
así como por la pedanía de Xirles. Los más relevantes, históricamente, son La Salud, El Garrofer, Cotelles, Xirles y el de Rovira.
El conocer nuestra historia, historieta -por corta- si se
quiere, nos evitaría quedar como lerdos/as cuando desde la necedad aireamos
nuestra ignorancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario