Esto que les voy a contar ocurrió la noche del 19 de julio de 2002 y la mañana
siguiente.
Unos días antes (12 de julio de 2002) José María Aznar y Josep
Piqué se habían reunido con Tony
Blair y Jack Straw y habían
llegado a un principio de acuerdo sobre Gibraltar[1]
que luego un referéndum de los gibraltareños tiró por tierra (07.10.2002), lo
que motivó que el ministro de exteriores británico Straw (Secretario de
Relaciones Exteriores era el cargo ofisiá)
lo calificara de “excéntrico” y la ministra Ana
Palacio lo definiera como “ilegal”.
Entonces Aznar-Blair se propusieron un tiempo de relax… y cambiaron
los gobiernos. Y… a fer la mà…
Lo del lamentable Moratinos,
ya lo sabemos; pero, ojo, que sobre Gibraltar ya se pronunció la Comisión de
Asuntos Exteriores del Parlamento Británico en 2008, de la mano del Ministro de
Estado para Europa -Jim Murphy- con
un rotundo e impactante “nunca
negociaremos”[2].
Les cuento, porque confío en que algún día impere la razón, que Ministro de
Estado es un cargo inferior al de Secretario, que sí equivale a Ministro. Ya lo
decía Asterix sobre los romanos; aplíquenlo para los británicos.
Bueno, pues, a lo que íbamos.
A la entente Aznar-Blair del 12 de julio sobre Gibraltar le
salió una corriente contestataria en la pérfida Albión. Ese mismo día se supo
en España y en todo el mundo que el día anterior seis gendarmes marroquíes
habían “desembarcado” en el islote
Perejil e izado su bandera. ¿Se me acuerdan? La Unión Europea respaldó a España en su reivindicación de soberanía.
Bueno, no toda. Da la casualidad de que los que nos votan en el Festival de Plastavisión, digo Eurovisión, no nos
apoyaron. Valga una cosa por otra, debieron pensar París y Lisboa. Además da la
p… casualidad de que teníamos la mayor parte de nuestra aviación militar de
combate en un operativo en ¡Alaska!, con norteamericanos y británicos, y los
F18 de Morón hubieron de regresar a toda leche y a golpe de talonario para
pagarse el JP7. Entonces se parió la Operación
Romeo-Sierra (iniciales de Recuperar
Soberanía; 17 de julio) y el
ministro Federico Trillo se pegó el
fardote -“Al Alba y con tiempo duro de
Levante…- tras la acción de los chicos de la COE de Rabasa, Alicante.
Entonces, un periodista de The Guardian no pudo más: España acoquina a Marruecos con Perejil,
no devuelve Ceuta y Melilla y hasta va a conseguir Gibraltar. ¡Eso, nunca!
Total que “empapado en cerveza”, como reconoció
Stephen Moss en su artículo, se
presentó ante l’Illa de Ses Rates,
en Ibiza, entre la Punta de Sa Mata (a unos 375 m de la costa) y la Platja d’En
Bossa, y tomó posesión de ella para la Gran Bretaña.
Moss nos invadió una noche de viernes armado con un megáfono
(para gritárselo ¿a quién?), un teléfono móvil, una caja de San Miguel, un queso Stilton (tal vez por
el nombre del islote que cita como Island of the Mice, Isla de los ratones, en
el texto de la noticia aunque luego veremos que inspiró más que alimentó), una
botella de agua (¿para qué más?, si el agua rompe los puentes y abre los caminos;
¿qué coño no hará con los intestinos?), varios kilos de tomates (¿?), una caja
de galletas de melaza y una figurita de los Grenadiers
Guards (los del gorro negro alto y la guerrera roja). Se hizo acompañar por
un fotógrafo, pero en la web de The
Guardian no he encontrado constancia del momento. No pudo llevar la Union Jack con que se había pertrechado
porque la había perdido en el vuelo Barcelona-Ibiza. Fue un fallo, pero todo
estaba planificado todo en el Cockney Rebel Pub con varias pintas por medio.
En su día ya publiqué que “el amigo Moss recaló en la isla de la Ratas -tal para cual- tras conseguir un pedalo en la playa d’En
Bossa”. Luego cuenta que el trayecto fue penoso: “derrotaba -el pedalo- a babor
y por ello prolongó más tiempo la navegación”. Total que “a las
21’58 horas del viernes 19 de julio llegaron -periodista y fotógrafo- a la
isla, exhaustos por el esfuerzo y henchidos de orgullo patriótico”.
Pasaron la noche dándole a la caja de San
Miguel y a la mañana siguiente bautizaron el islote como Stilton
Island, en honor al queso, y descubrieron que un enemigo muy superior
en fuerzas les iba a terminar echando de la isla: las hormigas, que dieron buena cuenta de los restos de queso y galletas
de melaza.
A las 7’30 h del sábado 20 de julio Moss llamó al Foreing Office para comunicar que había tomado posesión de la isla. En el
artículo lamenta que el funcionario “le sugiriera que llamara el lunes”,
y ante la insistencia de Moss le pide que volviera a llamar a las 10’00 AM.
Moss vuelve a contactar con puntualidad británica y entonces le dicen al otra
lado del auricular que “el Reino Unido de la Gran Bretaña está ahora
por compartir más que por poseer dominios territoriales”.
Con el chasco a cuestas fijó Moss su objetivo en España y
llamó tanto a la Oficina de Información
Diplomática como a la Guardia Civil
de Ibiza, donde tampoco le hicieron ningún caso. Creo interpretar (traducir)
que no era muy bueno el dominio del inglés de sus interlocutores españoles y
por eso no se enteraron.
Total, que ante lo que yo considero un fracaso y el empuje
de las hormigas (que no siempre van a ser los de la COE y los del Tercio de
Armada), Moss y su fotógrafo emprendieron viaje de regreso a la playa d’En
Bossa “para devolver el pedalo y recuperar los pasaportes” que se había
quedado el alquilador como garantía de que devolverían el transporte naval. Ya
en tierra firme, escribió la crónica y envió las fotos que el día 22 publicó
The Guardian.
En estos enlaces de TheGuardian y El País puede leer la
noticia de julio de 2002.
A mí me asalta ahora una duda existencial: ¿Qué hicieron con las botellas vacías de
San Miguel? Medioambientalmente constituye un delito dejarlas en la isla y
no hay constancia en el artículo de que las devolvieran.
Ahí ya hay un punto punible, ¿o no? Pues que se actúe de
oficio.
Lo de Moss y lo de Fabién
es un delito medioambiental.
[1] Said that after twelve months of negotiation the British Government and
Spain are in broad agreement on many of the principles that should underpin a
lasting settlement of Spain's sovereignty claim, which included the principle
that Britain and Spain should share sovereignty over Gibraltar… Después de 12 meses de
negociación, el Gobierno Británico y España están en general de acuerdo en
muchos de los principios que deben sustentar una solución duradera de reclamo
de Soberanía de España, que incluye el principio de que Gran Bretaña y España
deben compartir la soberanía sobre Gibraltar…
[2] The UK Government will never enter
into an agreement on sovereignty without the agreement of the Government of
Gibraltar and their people. El Gobierno del Reino Unido nunca
llegará a un acuerdo sobre la soberanía sin el acuerdo del Gobierno de
Gibraltar y su gente.
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