Tras cumplirse los dos años de esta carta quiero hoy sacarla
a la luz. La he encontrado arreglando papeles hoy domingo, y me ha hecho
ilusión declamarla.
Me llamó mi hermano de profesión y chanzas Alberto Urbiola Calavera, digo Talavera, presidente de la AAPET, para que -como
“ex” que soy de la AAPET- participara en un “algo” de la entrega de los Premios AAPET “Pedro Zaragoza Orts” al
Turismo 2011 que organiza la Asociación
Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo (AAPET).
Quedamos y dibujé unas líneas. Se programó el acto y las
fechas julianas. Y la cosa se iba posponiendo, y como “no tiraba palante la cosa”, bien entrado julio… me marché de
vacaciones; la familia manda.
Y nada más llegar al destino, me llama Alberto: “Que es para este viernes noche”. “Pues yo estoy a 3.000 kilómetros y faltan 5
días”. “Pues si tienes la carta, te
grabo la voz y hacemos un montaje con imágenes”. “Pues llama mañana y lo hacemos”. Para nosotros eso es pan comido;
el día a día.
Las frases, no meditadas, saltaron al papel, y en unos
minutos estuvo lista. Entonces a esperar la llamada de Alberto al sol de Rodas,
en la playa de Pefkos, superando el trago con tragos de Alfa, de Mythos y Zeos,
no por este orden, y alguna aceituna de Kalamata -que habría entre las que
pusieron diciendo que era de allí-, queso feta y sandía, que se convirtió en mi
desayuno oficial por aquellos días. Recomiendo la combinación de queso feta y
sandía.
Bueno, el caso es que se grabó el texto de la carta. Y… la
gala no se celebró; se pospuso. La carta decía así:
Querido
Pedro, don Pedro:
Aquí
nos tienes otra vez, en una nueva cita de la entrega de los premios que llevan
tu nombre.
Discúlpame
la ausencia, pero es el destino… ¡Qué digo el destino; la descoordinación!, es
que no nos coordinamos nada. Alberto por mí, yo por Alberto y Matías por todos…
hasta ahora.
Y mira
Pedro, don Pedro; no había otra isla en el Mediterráneo más lejos para venirme,
pero de corazón estoy con todos los que hoy han acudido al acto y, siempre,
contigo.
Aquí,
en Rodas, como nosotros en la Marina, perdieron a su Coloso. Cosas de un
terremoto. Pero lo llevan con dignidad. Lo recuerdan, como nosotros te
recordamos a ti.
Mientras
yo ando por aquí, vosotros estáis por El Albir, que es l’Alfàs del Pi; un lugar
en el que las lunas, decía otro Pedro -Delso, ¿lo recuerdas?-, no cambian de
nariz. Vamos, que no mienten. Y es ahí, en El Albir, donde la AAPET va a
proceder a entregar los premios que llevan tu nombre, unos galardones que
siguen a pie juntillas la propuesta que, al aceptar que llevaran tu nombre, nos
hiciste.
Este
premio -permíteme Pedro, don Pedro, que lo cuente- sólo fue una peregrina idea,
al alimón, de Manolito Ballesteros y Manuel Esquembre (MAESBA), que liaron en
ella a Blas de Peñas. Y los tres me vinieron con el cuento. A mí, que a
inconsciente no me gana nadie. Naturalmente, les animé a llevarlo a cabo. Y los
cuatro nos fuimos de buena gana una tarde a La Cambreta del Xano, aprovechando
que habíamos quedado -tú y yo- para hablar del Plan del 56, para ver cómo te lo
proponíamos. Cualquiera de ellos tenía más ascendiente contigo, pero me tocó a
mí. Yo era el menos indicado para pedírtelo; era el que menos te conocía.
Llegué un día a Benidorm con una instrucción única de mi padre: saludarte.
Antes de que se pusiera el sol de aquél día de agosto del 87 estabas tú en la
emisora saludándome y “poniéndote a mis órdenes”. “A mis órdenes”; del
desconcierto pasé a la admiración. Después han sido muchas otras cosas.
Y así
las cosas, mientras rulaban los vasos con tinto del “Abuelo” (que bien pocos
saben lo que es) o que si abríamos un tinto de Mendoza, en un rato de euforia,
Maesba -que a oportuno tampoco le gana nadie- soltó el “¡Anda, díselo!”
puñetero. Y yo, que como bien sabes a imprudente tampoco me gana nadie, te dije
aquello de: “¡Pedro, queremos crear un premio de Turismo con tu nombre;
nosotros, los de la AAPET!”.
Entonces,
atronó un silencio mayestático. Nosotros expectantes y tú, incrédulo por la
vehemente osadía que nos movía. Creo que por primera vez Pedro, don Pedro,
quedó mudo… medio minuto, no más.
Enseguida
nos enmendaste la plana y se abrió un toma y daca donde tú nos aportaste más
que nosotros pensábamos aportarte. Hablamos de los pros y los contras de unir
nuestro premio con tu nombre; del presente de entonces (que hoy es pasado) y
del futuro (aún por llegar), del qué dirán y del qué dejarán de decir… Y
resulta que de aquella tarde en La Cambreta del Xano con Ballestero, Maesta,
Blas, tú y yo salió este premio.
Al
final, cuatro contra uno, aceptaste. Gracias Pedro, don Pedro.
A
MAESBA le faltó tiempo para irse a registrar el nombre: “no sea que los del
Ayuntamiento nos lo quieran quitar”. Y registrado está.
Todo lo
que aquella tarde nos dijiste, nadie te lo va a traicionar; es de lo poco que de patrimonio espiritual tenemos en la AAPET. Y seguimos al pide la letra los
cuatro puntos cardinales que nos fijaste:
1.-
Por encima de todo, la provincia de Alicante y la Costa Blanca;
2.-
Homenajear el esfuerzo de las gentes del Turismo, que es muy ardua tarea y
lleva mucho trajín hacer las cosas bien;
3.-
Tener siempre presente a Benidorm, por su liderazgo, sin desdeñar a ninguna
otra localidad, y
4.-
Procurar elegir a los premiados con máxima responsabilidad, “amb trellat”.
Y en
ello estamos Pedro, don Pedro.
Lo
mejor de aquella tarde fue cuando nos dijiste, hablando de honores: “Más será
el honor para mí, al poder acompañar al distinguido, o distinguida; pensar
también en la mujeres”.
Y así
creo Pedro, don Pedro, que lo están haciendo.
Es que
yo ya no estoy en el día a día de la AAPET, pero creo hablar en nombre de todos
ellos, y ellas. No te defraudaremos con los premiados.
Y ahora
Pedro, don Pedro, sobre “nuestras cosas”, ¿qué quieres que te diga? Es que sólo
quien de verdad te conoció las entenderá. Pero te cuento.
Sofi
está bien, en Madrid; en lo suyo, con los nietos y los líos que le monta la
familia. A mí me han dejado salir de Fontcalent gracias a las gestiones del
Obispo de Orihuela, faltaría más… y me he ido a ver mundo, pero, ya sabes, en
cuanto me pierdo, me encuentran en Benidorm.
Mi
hija, guapísima; mis nietas, fantásticas.
MAESBA
anda cascarrabias y Blas va a lo suyo; ya los conoces. A Manolito lo verás tú
ahora mucho más que nosotros. Se fue un poco antes que tú, pero poco habrá
hecho por allí; eso sí, en su pluma puedes confiar.
Y los
chicos de la AAPET, siguen a lo suyo. Ahora lleva la batuta Alberto y el
epicentro se ha desplazado un por más arriba de Benidorm. Vamos, que sigue
estando en La Marina, que nosotros nunca supimos distinguir entre Alta y Baja. Todos
los de la AAPET siguen contando las cosas del turismo de la provincia, con
nuevas tecnologías, pero al pie del cañón. Son tiempos duros.
Mira
Pedro, don Pedro, lo del municipio turístico siguen sin creérselo estos
políticos de ahora, como los de antes. Y mira que le hemos dado vueltas; se lo
hemos dado mascado. Por un momentín pareció que lo tenían claro, pero le han
vuelto a dar la espalda. Es cierto Pedro, don Pedro: si no mamas de pequeño
esto del turismo, no entiendes lo que es un municipio turístico y lo que
representa.
Por
cierto Pedro, don Pedro: hay quien vuelve a hablar de mancomunar servicios.
Pero es cosa de la crisis; no porque estén convencidos; otra batalla perdida.
Tu
libro sigue vivo. Bueno, es un manuscrito que está por ahí contando tu vida,
obra y “milagrillos”. Dicen que ahora va en serio; ¿nos lo creemos? Mira que
los hemos hablado; lo de la mano negra. Yo estaría dispuesto a tirar por
derecho, escribir uno y editarlo por libre. Tú me decías que el tiempo lo pone
todo en su sitio; pero es que no se ponen de acuerdo.
Ah, por
cierto Pedro, don Pedro, llevé a quien correspondía, tú ya sabes, lo del
Concurso de Ideas que lleva tu nombre en lo del Foro. ¡Qué desilusión!; tienen
menos ideas de lo que imaginábamos. Van casi por libre. Dicen que los tiempos
están como están y todo está manga por hombro. Y otra más, fíjate que el
profesor Tomás Mazón consigue a duras penas mantener la Cátedra que lleva tu
nombre. Le han prometido el oro y el moro… pero debe ser el de las Caras del
Moro. Le anima el profesor Fernando Vera; la cátedra navega; escorada, pero
navega. Rumbo tiene, pero no le soplan el viento.
Como
ves Pedro, don Pedro, tus amigos intentamos no defraudarte.
En fin
Pedro, don Pedro, en este acto te recordamos y te damos las gracias por
cedernos tu nombre para unos premios que entrega la AAPET desde lo más profundo
y sentido del alma de unos periodistas de turismo que ven cómo se hacen las
cosas día a día. Ojalá, cumpliendo los principios aquellos que nos dejaste
claros en La Cambreta del Xano, hayamos acertado.
Yo
Pedro, don Pedro, sigo a tus órdenes. Desde Rodas, la isla de las rosas, un
abrazo de amigo y felicidades a los premiados.
Aprovecho para recordar a los compañeros de AAPET (yo es que
aún los siento como míos), en especial a Alberto, a José Tomas y a José María,
que sigue pendiente el acto. Y lo hago hoy, felicitando a Alberto que está de
cumpleaños; un tironcito de orejas.
Y me hace gracia ver que Sofi
sigue en 2013 como en 2011; tal vez un poco peor. Mi hija (mi esposa) y mis
nietas (mis hijas) están guapísimas. El municipio turístico sigue in albis; la
Cátedra Pedro Zaragoza flota pero desarbolada, va a la deriva. Y el libro sobre
don Pedro sigue dando tumbos, aunque se le espera para esta Navidad. Vamos que
esto ha cambiado poco.
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