Viendo en A3TV la
nueva versión de Ben Hur (a la que llegué por puro zapping; es que jugaba el
Madrid)… Bueno, “viendo” es un decir, porque dejé de prestarle atención, y eso
que quería ver la nueva carrera de cuadrigas, cuando vi a los romanos -de Roma-
usando el estribo en sus monturas y,
definitivamente dejé de verla, cuando me manda a Judá a “galeras”. Aquello fue
total.
Bueno, con enviar a galeras ya había amenazado la dómina de
la serie Viriato a más de uno y ¡¡una!!, lo que motivo ya un post al respecto.
Pero hoy va del estribo…
y no es el huesecillo de oído interno.
A mí el estribo es que me fascina. El estribo (metálico y suspendido por correas), no la lazada en el
dedo gordo del pie del siglo I aC que se utilizaba en meseta del Decán india,
aparece documentado en China en el
año 477 dC, aunque se cree que desde
el año 300 dC se venía utilizando. Los chinos lo copiaron de los pueblos
nómadas de las grandes estepas centroasiáticas; parece ser que de los heftalitas (hunos blancos) que fueron los
que primero y mejor usaron los estribos. Una tribu hermana, los you-yan (que llamaron los chinos, ávaros que llamamos en occidente), los
usaban ya cuando a mediados del siglo VI
se asentaron en la llamada llanura panónica (por donde discurre el Danubio) que
era una tierra de lombardos y gépidos, a los que vencieron y
desplazaron.
Los bizantinos
fronterizos con el nuevo jaganato[1] de los ávaros copiaron el
invento… que a su vez fue copiado por los demás pueblos y territorios europeos
porque el estribo proporciona un plus de ventaja al jinete al darle
estabilidad, lo que le permite golpear (con lanza y maza), disparar (con arco) y
cargar (con lanza y con toda la energía cinética que proporcionaba la velocidad
del galope del caballo). El Strategikon bizantino (de mediados
del s. VI) es el primero en citarlo y lo llama skala.
Lo que a mí me parecer raro es que si en la batalla
de Adrianópolis (actual Edirne, en Turquía, en el 378 dC) los tervingios derrotaron a las legiones
romanas gracias a que su caballería que utilizó estribos, ¿por qué no adoptaron
de inmediato los romanos el invento que los derrotó? Los tervingios lo habían
adoptados de los greutungos, que a
su vez los habían obtenidos de otros pueblos menores de las mesetas centroasiáticas.
En el 408 dC los hunos de Uldín aparecen en las estepas
europeas saqueando a golpe de estribo y así, poco a poco, nuevas oleadas hasta
los ávaros. Vamos, que “la caída del Imperio romano” fue a golpe de estribo…
por no aprender a usarlo.
Para
Roma la caballería era un arma auxiliar. Al principio las legiones no
cuentan con caballería y posteriormente incorporan catervas[2] y turmas[3] de caballería. Las turmas
eran de legionarios romanos y las catervas las integraban fuerzas auxiliares de
guerreros de los territorios conquistados. Ambas generaban maniobras
envolventes y de distracción. Sólo tras la 2ª Guerra Púnica (200 aC) incluyen
las legiones ambas unidades de caballería auxiliar al ver el éxito de los
jinetes númidas y bereberes; utilizaban una especie de silla de montar, pero no
estribo.
La silla de montar (nacida en las
estepas asiáticas también en el siglo I aC) ya era suficiente; había revolucionado
la monta a caballo y los guerreros habían aprendido a combatir desde ella. En
la batalla
del río Gránico (334 aC) las tropas de Alejando Magno vencen a los
persas y ambas caballerías, está documentado, usan sillas de montar, pero no
estribo.
Lo que sí utilizaban las legiones romanas eran los cataphractus
(caballos con jinetes acorazados,
copiados de los griegos: kataphractós) y los clibanarii
(caballo y jinete acorazados) cuya misión era de efecto psicológico: el
simple ruido de las herraduras ya asustaba al enemigo y las armaduras refulgían
al sol (dicen). Pero no utilizaron nunca el estribo.
Por cierto, los primeros guerreros “europeos” en conocer el
estribo (generalmente desde el VII al IX) lo consideraban simple y llanamente como
una auténtica “mariconada” y no
hicieron mucho caso de él hasta bien entrado el siglo IX, a pesar de los buenos
resultados que dieron a los francos que
comenzaron a difundirlo por toda Europa ya en el VIII. Parece que desde tierras
germánicas se le puso el nombre: estribo, que significa “asa
para trepar” al caballo, como “skala” de escalar, del griego.
Era el estribo, digamos, un “buen invento” pero los soldados
a caballo de entonces no gustaban de utilizarlo hasta que a fuerza de demostrar
que era muy útil en batalla se popularizó.
Ni siquiera los árabes gustaron del estribo, que habían conocido
en Persia en el siglo IV, hasta que en la Batalla
de Poitiers/o de Tours (10 de
octubre del 732) las tropas de Carlos Martel los derrotan; una parte
de la caballería franca utilizaba estribos y determinó el resultado de la
batalla.
Desde luego, el estribo no supuso una revolución tecnológica,
pero cambió la historia del guerrear a caballo.
Para Stephen D. White,
en “La Revolución feudal – The ‘FeudalRevolution’ Emory University”, el
estribo es el causante de la llegada del feudalismo al posibilitar el
estatus de caballero, un hombre que debiera dedicar su tiempo -y recursos- a la
instrucción y entrenamiento militar. Es que sobre el caballo se impone respeto
y caballos, lo que se dice caballos para la batalla y lo que fuera, sólo tenían
algunos nobles y familias de posibles (que solían acceder al estamento nobiliario).
Caballo y caballero eran un todo muy especial. Las yeguadas militares tardarán
en llegar.
En los cronicones antiguos y relatos de viajeros llama la
atención que en la España medieval y posterior haya tanto hombre con acceso a
caballo (sin ser caballero) que ni eran ni soldados ni nobles. Eran los “pastores”
de las ganaderías bravas
[1]
Territorio al mando de un jaghan,
rango imperial equivalente a emperador; rey de reyes, Gran Kan
[2]
Unidad y formación de combate de tropas auxiliares de las legiones romanas; el equivalente
a lo que hoy sería una Compañía en una División
[3]
Escuadrón romano de caballería: 30 jinetes a las órdenes de un decurio. 4 turmas
integraban una Cohors Equitatia, y 4 cohors (16 turmas) integraban un Ala
No hay comentarios:
Publicar un comentario