El sábado 3 de Noviembre, en la Playa de Poniente -entre al Parque de
Elche y Les Fontanelles-, la AsociaciónNapoleónica Valenciana escenificará lo que han llamado “Acción de Benidorm”, un episodio de agosto de 1813, de cuando la Guerra contra el Francés, llamada Guerra de la Independencia, que parece
que han encontrado en un libro británico -Historia Naval de Gran Bretaña a partir de
la Declaración de Guerra de Francia, en febrero de 1790, y el ascenso de George
IV en enero de 1820; de William
James, Volumen VI, 1826- donde
se cita “el puerto de Biendom, cerca
de Alicant” y una acción intrépida
de un “comando” de 8 hombres, al mando del guardiamarina Michael Dwyer (que ya había sido ascendido a teniente, pero él no
lo sabía porque no le había llegado el nombramiento… y que hirieron y cosieron
a bayonetazos… pero volvió al servicio en menos que canta un gallo).
No sé, porque parece que detrás
de esto está César Evangelio (abogado
e investigador local)… Pero de ser otro el que “bendice” la iniciativa… no me
lo creería.
Estoy esperando el libro de
Evangelio que contará el siglo XIX en Benidorm, y este posible aperitivo me
llama la atención.
El libro inglés donde aparece Biendom es obra de un colega de
Evangelio, el abogado William M James
que comenzó contando la guerra contra las Colonias (EEUU) -1822-24- y en la 2ª
Edición de su obra -1826- ya metió el tomo VI donde cuenta las cosas de la Guerra
de la Independencia española. James oficiaba ante el Tribunal Supremo de
Jamaica y poco a poco se fue liando la cosa y terminó hablando de barcos y guerra.
Entrevistaba a los marineros, visitaba los barcos, y lo contaba. Tal vez por
eso aparece Biendom como Benidorm.
Biendom; suena
a la Cochinchina (delta del Mekong), pero…
Sea como fuere, veo yo muchos 24 cañones para el “castillo
de Benidorm” en un 1813… Y
casi nunca podía tener más de dos piezas operativas. En fin, es que el XIX
empezó dramático por aquí y no sé yo que tuviera entidad tal la localidad y su
castillo.
Pero bueno, ya nos enteraremos.
El caso es que este sábado día
3 de noviembre de 2012 (Santa Silvia) van a hacernos estos valencianos una recreación
histórica… que ya pudimos ver en febrero de 2006 cuando esta misma asociación desfiló a la usanza del Regimiento
de Infantería de Línea de Valencia por la Alameda y la calle Mayor
hasta la Plaza del “Castillo”. Y allí hizo una serie de ejercicios según
Reglamento de la época.
A mí, de aquellos días, lo que más
me llama la atención es que el destino de todos aquellos soldados del XVIII y
buena parte del XIX, incluso de principios del XX, era marchar y marchar en formación,
aguantar hambre, frío y enfermedades
y si verdad llegaba el momento de entrar en combate, sin abandonar la formación,
dejarse derribar por un cañonazo, una
carga de caballería o una descarga de fusilería… sin abandonar la formación. Algunos llegaban al combate a bayoneta -los
menos- y otros, incluso, a tiempo de cargar sus fusiles (de avancarga) y
encarárselos con intención de disparar. La carnicería de la artillería y de las
cargas de caballería fueron siempre definitorias. Leo a varios historiadores
comentar que entre 1790 y 1815 casi 5
millones de europeos sirvieron en los diferentes ejércitos de la época… la
mitad, 2’5 millones, murieron de hambre, enfermedades y calamidades en la
retirada o el cautiverio posterior. En
combate sólo murieron en aquellos veinticinco años convulsos unos 150.000
soldados.
Y reclutarlos era pan comido.
En todos los ejércitos había soldados de todas partes. Oficiales ambiciosos y
emprendedores formaban sus propias unidades que adjuntaban a la unidad mayor.
El salario prometido: el pillaje.
Así se llenaron las unidades militares de aventureros, desertores y prisioneros;
se crearon las “legiones” (unidades
mixtas de infantería y caballería) porque “legionario” sonaba mejor que “mercenario”…
y aún flotaba en el ambiente las historias de los lansquenetes alemanes y
otros mercenarios del XV al XVII. La Legión francesa -Légion Étrangère- se creó en 1831…
al prohibir la Revolución (francesa) de
1830 reclutar extranjeros. En tiempos
de Napoleón, en sus ejércitos, hubo regimientos de alemanes, polacos, suizos,
irlandeses, catalanes, jenízaros (turcos, yeniçeri),
ligures (genoveses), tártaros (turco-mongoles), mamelucos (turcos islamizados),
croatas (de ahí viene la palabra “croata/corbata”,
de anudarse el pañuelo al cuello como los escuadrones de jinetes croatas),
albaneses, sirios… de todo. De la Grande Armée con la que Napoleón pensaba doblegar Rusia, de los 554.500 hombres que la
compusieron, casi la mitad -unos 250.000 soldados- fueron franceses (y sólo
murieron unos 30.000). El resto: 95.000 era polacos, 80.000 alemanes (bávaros,
sajones, prusianos y westfalianos), 35.000 austriacos, 30.000 italianos, 25.000
holandeses, 24.000 bávaros, 15.000 suizos, 4.000 portugueses y unos 3.500
croatas. El canciller austríaco Metternich
contaba que Napoleón le había dicho:
“Los
franceses no pueden quejarse de mí; para protegerlos sacrifico a alemanes y
polacos”. Es que siempre encontraba carne de soldado para crear un
regimiento: la Legión Irlandesa (creada
para invadir Irlanda) la componían 65 irlandeses y… 211 alemanes, 141 húngaros,
52 austriacos, 35 checos, 15 rusos y varios suecos, españoles y portugueses. El
pueblo llano tenía pocas oportunidades para eludir una leva.
En la “Acción de Benidorm” se habla de soldados genoveses; de Génova, de
la napoleónica República Ligur. Un punto a su favor, pero…
En La Guerra de la Independencia en
la provincia de Alicante (1808-1814) [Editorial Club Universitario,
2009; versión e-Book por 2’85 €], de Gerardo
Muñoz, por las mismas fechas se insinúa algo por aquí, pero no se cita esta
acción en concreto. Hubo movimientos y, sobre todo, hostigamiento a las tropas
francesas y machadas de voluntarios de la Marina Baixa.
Recordemos que entre mayo de
1808 y enero de 1812 los gabachos no se dejaron ver mucho por lo que hoy es la
Comunidad Valenciana y, sobre todo por la provincia de Alicante. Entre enero de
1812 y julio de 1813 las tropas de Suchet se dejaron sentir con fuerza… y esto
ya es de agosto de 1813…
Lo dicho, a esperar el libro de
César Evangelio… Y si no se puede aguantar, el sábado 3 déjese caer por poniente.
¿Bombardearán el “castillo” nuevamente los ingleses?, ¿reventarán las puertas
de San Jaime? Que miren bien, que ahora hay en Benidorm (que no Biendom) más
ingleses que franceses…
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