Pues sí, habemus
crucero en la bahía: el Kreuzfahrtschiff
MS “Amadea” llegó a Benidorm. Con
bandera de Bahamas y operado por la alemana Phoenix Reisen está anclado entre la Isla y la ciudad… y a la una
se nos va a Dénia donde también será
“su
primer crucero”.
Ha amanecido el “Amadea” y su pasaje frente a nosotros. Al
menos, a las siete de la mañana, nada más hocicar yo la playa de Levante para
mi trote mañanero, ahí estaba, presentándonos la amura de babor, con sus luces
y todo: la proa azulada y el resto con sus puntitos de luz.
Mi derrotero me llevó hasta el Glaxor (siempre le han dicho
así a ese punto de Poniente) y de vuelta, camino del puerto, observé que
comenzaban las corrientes a moverlo y cuando llegue al puerto ya nos mostraba
la popa en todo su esplendor. Y no me malinterpreten la cosa esa de “mostrarnos
la popa en todo su esplendor”.
He visto mucho
curioso, con rebequita y maquinita de fotografiar en ristre, a lo largo del
recorrido. Por lo general, somos cuatro gatos los que a esa hora trotamos o
andamos por esas calles de Dios. Hoy, en cambio, mucha gente: curiosos. Alcalde, de momento un éxito de curiosos.
Mucha gente sí, pero he echado de menos, del verbo echar
(donde lo primero que se echa es la letra “h”), a dos ciudadanos. El primero,
dormía sobre dos palés en una esquina del puerto, junto a un almacén. Hoy no
estaba. Tal vez porque tanta gente por allí le perturbaban el sueño. El
segundo, otro que hacía lo propio en un banco del Mirador del Castillo, tampoco
estaba esta mañana. En cambio, he visto 3
bares-restaurantes abiertos antes de las 8
de la mañana… y mucho curioso, y muchos
policías locales donde nunca antes los vi (coches patrulla sí, pero pie a
tierra no).
Esto de salir a trotar por las mañana tiene esas cosas: la
soledad… hoy trastocada.
¿La culpa?: obviamente del MS Amadea. Un crucero pequeñito (máx. 624 pasajeros; 292
tripulantes) en cuya web aún sigue colgado el programa de Almería, su puerto deescala de ayer. (escribo esto a las 9'30 h).
Y hablado de ayer. Ayer el alcalde de Benidorm, Agustín
Navarro, se descargó con “Un gran día
para Benidorm”. Yo no voy a dudarlo ni por un instante eso de que “tan
solo puede tener consecuencias positivas para el futuro”, pero lo de
comulgar con ruedas de molino se me antoja complicado: el ancho de boca no me
da para más y la laringe… tiene el ancho que tiene. No sé yo si la Volvo (la
salida de la VOR y el Volvo Village y todo el montaje) ha tenido mucho que ver
con que no vayan a Alicante y opten por Benidorm-Dénia. Y si es así, me alegro
de que llegue un barco a Benidorm. Pero no me creo yo eso de que “La
llegada del ‘Amadea’ no ha sido casual”, porque ha sido causal. Y coincido en que “El futuro de Benidorm no depende
que si se incorpora o no al turismo de cruceros”.
Por eso, vivamos el momento porque en cuando llegue la hora
del Ángelus esto volverá a la normalidad y será un lunes más al sol. Tendremos
ocasión para valorar la llegada de este barco que construyó en 1991 Mitsubishi en su astillero de Nagasaki (como MS Asuka) y que en 2006
compró Amadea Shipping Company, en
Alemania, y opera Phoenix Reisen.
En fin: he visto que
curiosidad, más que ilusión, no falta y que para el alcalde Navarro hoy “es la
prueba de fuego”. La prueba, sin
lugar a dudas, la superará con creces Benidorm, pero no sé si los
ciudadanos serán capaces de soportar el impacto sabiendo que es flor de un día.
Morir de éxito no es una buena muerte.
Entenderlo, creo que lo entiendo todo.
Bueno, todo no. Lo que no entiendo es la frase esa del moderno
alcalde de Villar del Río benidormense
cuando dice eso de “La transformación de nuestro pueblo hasta convertirlo en la industria
líder del turismo…”. Aquí ha habido una alteración: para mí que quiso
decir “La transformación de nuestro pueblo hasta convertirlo en líder en la
industria del turismo…”. Es que eso me hirió el ojo izquierdo.
En fin, una vez más: que el arroz que les van a ofrecer antes
de embarcar les siente bien.
Y, sobre todo
alcalde, como alcalde nuestro que eres no nos debes ninguna explicación y como
no nos la debías, no merecía la pena hacerlo. Mañana recogeremos las miguitas de lo que quede, porque como
lleguen las hormigas… esto se va a poner perdido.
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