27 feb 2014

DEL IGUAZÚ Y DE LAS LLUVIAS… Y DE AQUÍ, POR UN NUEVO ESQUEMA NACIONAL DEL AGUA


Hoy me ha impactado la imagen de EL MUNDO con las cataratas de Iguazú a ralentí. Ahí van dos fotos: una de Iguazu.com (de cómo estaba la cosa el día 17 de febrero) y la otra, que es mía, de 2008; y de primeros de septiembre, que no es el mejor mes para ver Iguazú en toda su potencia.

Iguazú; 17.02.2014

Iguazú; 08.09.2008
Desde abril de 2012 todo El Chaco paraguayo sufre un episodio de sequía, contumaz sequía (el pan nuestro de cada día) que ha afectado también al resto del país (Paraguay) e incluso ha saltado las fronteras hacia Misiones (Argentina) y a Paraná (Brasil). El río Iguazú es un río netamente brasileño que tras 1.320 km termina en el río Paraná (formando frontera con Argentina durante un trechito) que, a su vez, forma parte de la caudalosa Cuenca del Plata, la segunda cuenca hidrográfica más grande del mundo.

El Iguzú es famoso porque antes de tributar al Paraná conforma ese espectáculo que son las Cataratas de Santa María (que Alvar Núñez Cabeza de Vaca las bautizó así en 1542) y que todos llamamos de Iguaçú. Este río nace en la Serra do Mar, muy cerquita de Curitiba y atraviesa el llamado Planalto Panaerense (que en realidad son tres) y en lo que se llama tercer planalto, una región tropical exuberante y lluviosa, le llegan un promedio de 1.900 mm de precipitaciones que este año no le están llegando. Pese a todo, el Iguazú se presenta (ahorita mismo) ante las cataratas con un raquítico caudal de 600.000 litros por segundo (que quién los pillara por aquí, por la Marina Baixa), muy lejos del millón quinientos mil litros de media. Vamos, que la foto de arriba, con las cataratas tiritando, es fuerte pero no terrible.

Esto no es que sea muy normal, pero tampoco es anormal. Pero es que el Iguazú tiene sus altibajos. En junio de 2013 la fuerza del Iguazú se llevó por delante parte de la infraestructura de pasarelas por donde deambulamos los turistas en buena parte del cauce; es que 15 millones de litros por segundo tienen estas cosas.

Por cierto, el Iguazú tributaba al Paraná desde las mismísimas caratas in illo tempore, pero la acción de zapa de estas -año tras año-, las ha situado, hoy en día, a 23 kilómetros del lugar inicial.

El problema es que la mengua que lleva el río este año es importante porque complica la situación general de sequía colindante y porque deja con las orejas tiesas a las centrales hidroeléctricas a lo largo de los cauces.

Y hablando de lluvias… Ayer, también, el Diario Información daba cuenta de una información del profesor Jorge Olcina Cantos (Laboratorio del Clima; UA) donde señalaba que trascurrido aquí el 70% del invierno, este año hemos tenido de todo… ¡menos lluvia! Y necesitamos que llueva… o que nos traigan agua.

Y señala Olcina que “para 2050 las lluvias se concentrarán en la costa y no en el interior de la provincia, donde están los embalses” y pide un “nuevo esquema nacional del agua”. Señala que “el Plan Hidrológico Nacional que se diseñó en 2001 ya no sirve. Ahora hay que redactor otro… con criterio académico y no político”. No podemos estar más de acuerdo tanto en lo del esquema nacional del agua, nuevo, como en lo de redactar bajo criterios académicos un nuevo PHN.

Por favor, atiendan a un geógrafo. La Geografía es la madre de las ciencias. Nadie mejor que un geógrafo para estas cuestiones. (Yo, barriendo para casa).

Y la noticia del Diario Información con epicentro en el profesor Olcina menta al IPCC (Intergovermental Panel on Climate Change). “Una atmósfera más cálida es, siempre, una atmósfera más movida y, por supuesto, diferente a la que hemos podido disfrutar en los últimos cien años”. “El clima Mediterráneo es un clima complejo… y no se sabe bien cómo puede evolucionar”, señala Olcina. La tendencia que se prevé, alerta el profesor, es que se nos convierta lo que tenemos ahora en un climamenos confortable en el futuro”. Por ello recomienda que nos miremos, pero bien mirado, tanto la agricultura como el turismo como las disponibilidades hídricas.

Y a todo esto, y atendiendo a los ciclos solares, también habrá que plantearse que esto se nos enfríe un poco y, en consecuencia, habrá que revisar los modelos climáticos.

Y hablando de enfriar, celebro que el profesor Antón Uriarte (Blog CO2) siga en la red. Llevaba seis semana sin dar señales y ha sacado a relucir las conclusiones del NIPCC (Nongovernmental International Panel on Climate Chage) -cada uno a lo suyo- donde se pueden leer que “La Tierra no se ha calentado significativamente durante los últimos 16 años a pesar de haber habido un incremento de un 8% en la concentración de CO2…” o que “Las causas del calentamiento global histórico son aún inciertas, pero existen correlaciones significativas entre el devenir climático y las variaciones multidecadales durante los últimos cientos de años” y que “Las proyecciones futuras de los ciclos solares implican que las próximas décadas pueden estar marcadas por un enfriamiento más que por un calentamiento…”.

Sea como fuere, y estando en condiciones de actuar, aseguremos los abastecimientos y diseñemos, con criterios académicos, el nuevo esquema nacional del agua. Y ya puestos, un nuevo PHN.



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