Hoy me ha impactado la imagen de EL MUNDO con las cataratas de Iguazú a ralentí. Ahí van
dos fotos: una de Iguazu.com (de cómo estaba la cosa el día 17 de febrero) y la
otra, que es mía, de 2008; y de primeros de septiembre, que no es el mejor mes
para ver Iguazú en toda su potencia.
Iguazú; 17.02.2014 |
Iguazú; 08.09.2008 |
Desde abril de 2012 todo El Chaco paraguayo sufre un episodio de sequía, contumaz sequía (el
pan nuestro de cada día) que ha afectado también al resto del país (Paraguay) e incluso ha saltado las
fronteras hacia Misiones (Argentina)
y a Paraná (Brasil). El río Iguazú es un río netamente brasileño
que tras 1.320 km termina en el río Paraná (formando frontera con
Argentina durante un trechito) que, a su vez, forma parte de la caudalosa Cuenca
del Plata, la segunda cuenca hidrográfica más grande del mundo.
El Iguzú es famoso porque antes de tributar al Paraná
conforma ese espectáculo que son las Cataratas de Santa María (que Alvar
Núñez Cabeza de Vaca las bautizó así en 1542) y que todos llamamos de Iguaçú.
Este río nace en la Serra do Mar, muy cerquita de Curitiba y atraviesa el
llamado Planalto Panaerense (que en realidad son tres) y en lo que se
llama tercer planalto, una región tropical exuberante y lluviosa, le llegan un
promedio de 1.900 mm de
precipitaciones que este año no le están llegando. Pese a todo, el Iguazú se
presenta (ahorita mismo) ante las cataratas con un raquítico caudal de 600.000 litros por segundo (que quién
los pillara por aquí, por la Marina Baixa), muy lejos del millón quinientos mil litros de media. Vamos, que la foto de arriba,
con las cataratas tiritando, es fuerte pero no terrible.
Esto no es que sea muy normal, pero tampoco es anormal. Pero
es que el Iguazú tiene sus altibajos. En junio de 2013 la fuerza del Iguazú se
llevó por delante parte de la infraestructura de pasarelas por donde
deambulamos los turistas en buena parte del cauce; es que 15 millones de litros por segundo tienen estas cosas.
Por cierto, el Iguazú tributaba al Paraná desde las
mismísimas caratas in illo tempore, pero
la acción de zapa de estas -año tras año-, las ha situado, hoy en día, a 23
kilómetros del lugar inicial.
El problema es que la mengua que lleva el río este año es
importante porque complica la situación
general de sequía colindante y porque deja con las orejas tiesas a las centrales hidroeléctricas a lo largo de
los cauces.
Y hablando de lluvias… Ayer, también, el Diario Información daba cuenta de una
información del profesor Jorge Olcina
Cantos (Laboratorio del Clima; UA) donde señalaba que trascurrido aquí el
70% del invierno, este año hemos tenido de todo… ¡menos lluvia! Y necesitamos
que llueva… o que nos traigan agua.
Y señala Olcina que “para 2050 las lluvias se concentrarán en la
costa y no en el interior de la provincia, donde están los embalses” y
pide un “nuevo esquema nacional del agua”. Señala que “el
Plan Hidrológico Nacional que se diseñó en 2001 ya no sirve. Ahora hay que
redactor otro… con criterio académico y no político”. No podemos estar
más de acuerdo tanto en lo del esquema
nacional del agua, nuevo, como en lo de redactar bajo criterios académicos un nuevo PHN.
Por favor, atiendan a un geógrafo. La Geografía es la madre de las ciencias. Nadie mejor que un geógrafo para estas cuestiones. (Yo, barriendo para casa).
Y la noticia del Diario Información con epicentro en el
profesor Olcina menta al IPCC
(Intergovermental Panel on Climate Change). “Una atmósfera más cálida es,
siempre, una atmósfera más movida y, por supuesto, diferente a la que hemos
podido disfrutar en los últimos cien años”. “El clima Mediterráneo es un clima
complejo… y no se sabe bien cómo puede evolucionar”, señala Olcina. La
tendencia que se prevé, alerta el profesor, es que se nos convierta lo que
tenemos ahora en un clima “menos
confortable en el futuro”. Por ello recomienda que nos miremos, pero bien
mirado, tanto la agricultura como el turismo como las disponibilidades
hídricas.
Y a todo esto, y atendiendo a los ciclos solares, también
habrá que plantearse que esto se nos enfríe un poco y, en consecuencia, habrá
que revisar los modelos climáticos.
Y hablando de enfriar, celebro que el profesor Antón Uriarte (Blog CO2) siga en la
red. Llevaba seis semana sin dar señales y ha sacado a relucir las conclusiones
del NIPCC (Nongovernmental
International Panel on Climate Chage) -cada uno a lo suyo- donde se pueden leer
que “La
Tierra no se ha calentado significativamente durante los últimos 16 años a
pesar de haber habido un incremento de un 8% en la concentración de CO2…”
o que “Las causas del calentamiento global histórico son aún inciertas, pero
existen correlaciones significativas entre el devenir climático y las
variaciones multidecadales durante los últimos cientos de años” y que “Las
proyecciones futuras de los ciclos solares implican que las próximas décadas
pueden estar marcadas por un enfriamiento más que por un calentamiento…”.
Sea como fuere, y estando en condiciones de actuar, aseguremos los abastecimientos y diseñemos,
con criterios académicos, el nuevo esquema nacional del agua. Y ya puestos, un
nuevo PHN.
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