Y se organizó la visita.
El 27 de mayo de 1965 partía de Alicante la expedición: don Felipe Arche Hermoso, gobernador civil
de Alicante (ante todo la oficialidad), y don Pedro Zaragoza Orts (alcalde de Benidorm). En Madrid se les unieron
Penti E. Halonen y Veikko I. Rutanem de Finn Air.
Partieron para Helsinki, vía Frankfurt.
En Helsinki, a donde llegaron el mismo 27 de mayo, jueves,
les recibió Sakkari Lapi-Sepala. El
viernes 28 llegaron los lapones Hans,
Ida y sus hijos Ilma y Elno con sus
trajes de los 4 vientos. Fotos de rigor sin más polvareda y al avión.
Don Pedro y la fmilia Nuorgam |
El sábado 29 volaban Helsinki-Barcelona donde en el Hotel
Majestic estaba ya toda la prensa esperando, y ahí ya se unieron a la
expedición, y hasta el final, dos vacas sagradas de la profesión: Jorge Arandes y Juan Carlos Villacorta para reportar sobre esta iniciativa de don
Pedro y Finn Air. El domingo día 30 volaron en el puente aéreo y conocieron
Madrid, igual que el lunes 31 de mayo, cuyo paseo recogieron con profusión ABC,
Pueblo y otros medios madrileños. También permanecieron en Madrid el 1º de
junio, “visitando los alrededores” y el día 2 eran recibidos por Franco, por S. E. el Jefe del Estado.
Ahí hubo discursos y taconazos, hasta de los fineses.
Pedro, don Pedro, tiró de ideario turístico: “establecer
una corriente turística entre el país finlandés y la Costa Blanca”
(1965), y político: “Para los finlandeses es V.E. el Mannerheim
de España, nuestro héroe nacional”, en alusión al mariscal Carl Gustaf
Emil Mannerheim, de apasionante historia, que mantuvo Finlandia fuera de la
invasión comunista de la URSS y de la invasión nazi. “Virtudes morales y amor a la
independencia” era el nexo de unión España-Finlandia que presidió aquél
encuentro donde don Pedro anunció para ese mismo otoño ya vuelos chárter con
destino en Benidorm (tras el paseíto de 3 horas, desde el “cercano” aeropuerto
de Valencia) “para inscribirlos en un orden de cooperación en el mejor servicio a los
principios fundamentales de la comunidad europea” (1965). Me encantan
estas cosas de don Pedro: a Dios rogando (a Franco, vamos) con la comparativa mannerheiniana
y con el mazo de la comunidad europea (CE) dando; genio y figura.
Esa misma tarde la comitiva volaba a Valencia donde
nuevamente la prensa regional (Levante-EMV, Las Provincias e Información) se
hacía eco de la llegada de los fineses. Tras la cena de Bienvenida al Viejo
Reino de Valencia, un paseíto de 3 horas en coche hasta Benidorm, a donde
llegaron pasadas las 2 de la madrugada del 3 de junio.
En el Hotel Les Dunes,
o en el Gran Hotel Delfín -que tengo
dos programas, dos, para lo mismo- les esperaban el cámara del NO&DO Pascual Muñoz, el periodista local Sr. Monge (Miguel Alberto Martínez
Monge, decano de los plumillas locales) y el fotógrafo de la Agencia EFE, Mario (Ayús Rubio, pues no había otro).
A destacar la familiaridad y rango con que se trataba en el programa de
actividades a los locales: Sr. Monge y Mario. Todos los demás tenían nombre y
apellido.
El 3 junio, jueves, a pesar de haber llegado de madrugada,
esperaba a la delegación lapona inmersa en la Operaatio Lappi Espanjassa
una apretada agenda que incluyó sesiones de fotos, el descubrimiento de la
playa y el Almuerzo Oficial del Ayuntamiento de Benidorm que tuvo lugar en el Hotel Brisa.
El descubrimiento de la playa tuvo su anécdota, que contó
don Pedro a Miquel Alberola en la entrevista del 4 de agosto del año 2.000: “como tenían calor se fueron a tomar el
baño a la playa. Para sorpresa nuestra, se quitaron toda la ropa excepto los
calcetines, puesto que su cultura no les permitía enseñar los pies, y se
metieron en el agua desnudos. Por suerte, convencí a los periodistas para que
no sacaran nada de eso. Si por el biquini me habían querido excomulgar,
imagínese por el desnudo integral”.
La tarde fue para
fotos y actos menores hasta que se los llevaron de espectáculos nocturnos (a imaginar,
flamenquito y algo más que habría).
El viernes 4 de junio
la jornada no fue menos agotadora para los lapones: Visitas a Guadalest y a
Callosa d’En Sarriá, con las fuentes del Algar, y comida oficial en la Isla de Benidorm ofrecida por el
Sindicato de Hostelería. La tarde tuvo igual cometido que la anterior con el
añadido del Cocktail-cena de Agencias de Viaje (en Les Dunes).
Y todo tiene su
despedida. El sábado 5 la cosa fue rápida: sólo el Almuerzo de despedida donde
“se
les nombró cónsules generales de Benidorm en Laponia entregándoles una placa de
Benidorm para el Consulado en Laponia”. A las cuatro de la tarde salían
de Benidorm, por carretera, en dirección a Valencia donde en el vuelo de las
19’45 h viajaban a Barcelona, desde donde saldrían, al día siguiente, en vuelo
directo a Helsinki, concluyendo así la Operaatio Lappi Espanjassa aunque
la repercusión mediática tardó varios días en desaparecer de los periódicos.
Y aquello, por un tiempo, funcionó.
En 2015, a la vuelta de la esquina (como quien dice),
estaremos para celebrar el 50ª Aniversario de la Operaatio Lappi Espanjassa.
¿Alguien se anima a buscar la placa en Laponia?
Yo, de mil amores, comenzaba mañana mismo. Me lo estoy
pensando; es que puede volver a ser “una pequeña operación turística de indudable
trascendencia montada simplemente con un decidido espíritu de servicio y un
propósito de amor…” a Benidorm, aunque don Pedro en su discurso ante
Franco y con la lapones presentes, acabó la frase echándole flores al
Generalísimo.
Tempus fugit; menos mal.
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