31 jul 2013

DE BENIDORM, PREGUNTAS Y RESPUESTAS


Roc Gregori se preguntaba el domingo en Información: “A Benidorm, ¿le gusta Benidorm?”. Y después de ponerles las peras a acuarto a quienes a estas alturas del baile se cuestionan el destino ofrece la única posibilidad viable, y factible, de saber lo que de verdad pasa: preguntar.

Sí, preguntar. Preguntar a quien sabe de esto.

Preguntar a la clientela (porque resulta que el producto gusta, y ahí están los datos): “Les menciono a los turistas -dice Roc- porque ellos, viniendo a Benidorm repetidamente y pagando por ello -sí, ya sé que les parece poco-, sabrán por qué lo hacen, digo yo, tendrán una opinión, a lo mejor resulta que hasta les gusta y todo. Y, así, preguntándoles, nos lo pueden participar. Y, no están solo los que son clientes recalcitrantes, también debe haber (los hay) muchos rebotados, incluso algunos”.

La cuestión es preguntar.  De acuerdo, Roc, preguntemos.

Preguntar a los empresarios locales: los empresarios de Benidorm son los que mejor conocen el producto que fabrican y su opinión debe siempre ser tenida en cuenta para tomar decisiones a nivel local.

Pero Roc va a más: llega a los vecinos, a los que vivimos en Benidorm: “preguntar a los vecinos”. Y ahí hay más tela que cortar.

De todas formas, Roc a parte, contarles que han encargado un estudio para una cosa que podía hacerse, y hacerse bien, saliendo a la calle. A lo peor es que no saben salir a la calle, o no saben preguntar, o no saben compilar las respuestas, o no saben… nada de nada.

Bueno, ojo al dato, puede resultar que preguntar sea ofender. Téngalo en cuenta.

Nosotros, a la nuestro: preguntemos. Ofende el que puede, no el que quiere.

Muchas veces, tal vez demasiadas, los trabajos de investigación de la Universidad no llegan a sociedad. El profesor Tomás Mazón[1], director que es de muy infra dotada y menos valorada -pues nunca le llegan los fondos aunque a la clase política se le llene la boca anunciándolo- Cátedra Pedro Zaragoza Orts, también ha lanzado sus preguntas para un Proyecto de Investigación titulado “La percepción social del turismo en la Comunidad Valenciana. Análisis sociológico y prospectiva”.

Mazón parte de la base de que “Benidorm es el principal destino turístico del Mediterráneo. Los datos objetivos son muy testarudos y juegan siempre a favor de Benidorm que, todos los años, recibe tantos o más turistas que Túnez, Marruecos, Croacia, Egipto o Chipre”.

La realidad es tozuda “Mientras a unos les fascina, a otros les causa un profundo rechazo. A pesar de ello, todos, o casi todos, saben que Benidorm es una magnífica ciudad turística en la que no hay lugar para el aburrimiento. Ha hecho bien las cosas, es uno de esos destinos turísticos que nunca caducan, ya que ha sabido reconstruirse sobre sí misma con múltiples opciones de ocio y adecuadas ofertas complementarias turísticas”.

Y aquí vienen las preguntas: “Para entender mejor a Benidorm cabría hacerse unas preguntas: ¿a qué se debe su éxito?; ¿cuál es la causa por la que consigue seducir a tantos turistas?; ¿por qué, a pesar de los juicios negativos, Benidorm sigue funcionando?”.

El caso es que Benidorm sigue, año tras año, rompiendo estereotipos y caben más preguntas en el cuestionario del profesor Mazón: “Imprescindible es también que nos preguntemos ¿quiénes son estos turistas que se atreven a optar por Benidorm como destino de sus vacaciones?; ¿cómo osan millones de turistas ir a Benidorm? Por si esto no fuera suficiente hay que contar con el agravante de que un buen número de ellos son testarudos reincidentes. ¿Son turistas impermeables al espíritu de estos tiempos? “.

Mazón es rotundo: “Lo que no se puede, cosa que hacen algunos, es tachar de plano a un lugar al que puntualmente, y desde hace más de medio siglo, acuden legiones de turistas que vuelven a sus casas satisfechos de su elección. ¿Acaso están todos equivocados?

A la pregunta de quiénes son los turistas que recurren a este lugar, la respuesta es muy sencilla. Como dice el Équipe MIT (2005), Benidorm está preparado para recibir a todo tipo de visitantes. Desde el público infantil hasta turistas de avanzada edad, pasando por jóvenes, maduros y talludos, de las más diversas nacionalidades, de todo tipo de rentas, ricos y de escasa fortuna, dedicados a las profesiones más variopintas, obreros, empresarios, profesionales o jubilados. Y todos disfrutan de Benidorm”.
El problema de las preguntas es que pueden tener respuestas…

Aún así, y sin preguntar, la cuestión es clara: “No se puede sostener que millones de turistas se equivoquen todos los años. Que caigan en una trampa por ignorancia y que, para mayor escarnio, repitan un año y otro su experiencia”.

Venga, pregunten… aunque si no quieren polvo… no vayan a la era.







[1] Gran Tour: Revista de Investigaciones Turísticas nº 2 (2010) pp. 8-22 - ISSN: 2172-8690

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