Ayer lo dejé entrever, pero no me esperaba esta auténtica
ciclogénesis explosiva, nada más llegar la primavera, de gente de ciencia
saliendo en tropel en este 2014 con los del CC. Sí, se confirma: la primavera
la sangre altera hasta para los del CC.
José
Mario Molina, el mexicano del MIT que co-descubrió lo del
agujero (adelgazamiento, en realidad) de la capa de ozono y que hasta recibió
el Nobel de Química (1995) lidera un grupo de científicos de la Asociación
Americana para el avance de la Ciencia (AAAS)
que han sacado adelante el informe WhatWe Know: The Reality, Riks and Response to Climate Change (Lo que sabemos: la realidad, riesgos y
respuestas ante el CC). “Como científicos -resumen- no es
nuestro papel decirle a la gente qué debe hacer o creer acerca de la creciente
amenaza del CC. Pero consideramos que es nuestra responsabilidad como
profesionales… asegurar que la gente comprenda lo que
sabemos”. Y ahí están
Lo que más me gusta del documento (que no comparto en varios
aspectos) se puede resumir en que “creer no es la palabra” cuando se
habla de este tema. En lo del CC la
cuestión no es creer o no creer. Tienen una página web: What we know: Lo que sabemos. Y lo que
ellos saben, lo cuentan.
“El CC no es algo entre lo que se escoja creer o no”, aparece en
el informe.
“Sabemos que el clima de la Tierra ha estado cambiando siempre”
o que “para mitigar el efecto tenemos que tomar acciones”. Concluyen
que “cuanto antes actuemos, menor es el riesgo y el costo” y argumentan que “al tomar decisiones informadas ahora, podemos reducir
los riesgos para las generaciones futuras y para nosotros mismos, y ayudar a
las comunidades a adaptarse”.
También, como espoleados por el
resorte de la savia nueva primaveral, la mismísima Casa Blanca ha lanzado un portal para aumentar el conocimiento sobre
el CC: el Climate-Data-Gov! La idea
es ayudar a la población a entender, a través de la ciencia, los cambios
climatológicos y que los ciudadanos puedan empezar a calcular cómo pueden
afectarles. Y si se conciencian, seguro que empezarán a buscar soluciones a la
cadena de problemas… dicen que le oyeron decir al que parió la cosa. La idea es
del consejero John D. Podesta, que
es asesor de Obama (como Mario
Molina) y director del Centro para el Progreso Americano (CAP).
La página acaba de ser puesta en
marcha, pero promete gran cantidad de datos para ir formando ideas. Está aún en
fase experimental, pero su puede intuir su utilidad en 21 aspectos concretos y
con hasta 83 bases de datos. Promete momentos interesantes. Vale que es sólo
para yankees, pero todo se andará.
Y un tercer momento que nos llega al
explotar la Primavera viene de la mano del exdirector del Instituto Goddar (de Estudios Espaciales) de la NASA (GISS), James E. Hansen, que hace unos días comparecía ante el Comité de
Relaciones Exteriores del Senado (de los EE.UU.) para expiar su culpabilidad
latente… y darle unos cuantos latigazos a los Demócratas; que no siempre los
Republicanos son los malos de la película climatoapocalíptica.
Hansen entonó un mea culpa “sobre
el rol que han tenido los científicos a la hora de dar a conocer las
consecuencias del CC”. El pasado 10 de marzo, en su web insistía en su
viejo libro de 2010, “Storms of my Grandchildren / Tormentas de mis nietos”, sobre su
visión apocalíptica de lo que nos espera y donde anuncia que se lanza a una
campaña explicativa de lo que se nos viene encima. El futuro es de los nietos,
no nuestro. Aboga Hensen, obviamente, por las energías renovables.
Y saca su espada flamígera y
denuncia que “los científicos informaron hace décadas a los líderes políticos de que
las fuentes de energía libres de carbono debían reemplazar a los combustibles fósiles”…
y como no insistieron mucho, estos no es que les hicieran mucho caso. Y termina
cargando contra el Partido Demócrata
cuando denuncia que “adoctrinado fervientemente por
organizaciones verdes antinucleares” bloqueó el desarrollo de esas
fuentes de energía. Y termina con un acto de contrición titulado “El delito más grande del mundo contra laHumanidad y la Naturaleza” donde explica todo esto y algo más (fustiga a
los suyos).
Hensen es rotundo en esta misiva, de
marzo de 2014, con la excusa de sus nietos: “Nosotros los científicos debimos haber
explicado más claramente que existía un límite a la cantidad de carbón que
podía quemar la humanidad, si se deseaban evitar desastrosas consecuencias
futuras”.
Insiste: “Debimos haber explicado con mayor claridad que las difusas energías
renovables no podrían satisfacer las enormes necesidades energéticas de países
como China e India. Evidentemente no logramos transmitir el mensaje”.
No, si al final va a
resultar que…
Bueno, pues la Primavera
ha alterado la sangre de todos estos. Y esto promete no acabar. En fin,
sabremos más. Así averiguaremos What is
what we know? (¿qué es lo que sabemos?).
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