A diez años del 11M lo más importante es el afecto a las
víctimas y el honrar a los muertos. Los políticos se lo debían de hacer mirar:
unos por una gestión que ni se sostiene con alfileres y otros por vulnerar
todos los principios de la ética y la decencia. Menos mal que las “redes
sociales” de entonces no iban más allá del SMS, que si llegamos a tener el
Twitter, el Facebook y el WhatsApp operativos la Operación Colibrí (la noche de
los cuchillos largos) hubiera quedado en nada. A banderizos desnortados no nos
gana nadie; aún estamos a medio civilizar.
Ya lo he contado. Aquella mañana, a eso de las 7’35 de la
mañana hablaba yo con un compañero periodista que trabajaba en RENFE y que
estaba en la mismísima Estación de Atocha. Al poco, hubo tres explosiones que
sonaron en el auricular a petardos. “Aquí
pasa algo, Juan”. Me colgó y se centró en lo suyo. Yo, en lo mío; nos
pusimos a trabajar. Alertamos a la Delegación de Madrid.
Entonces todo apuntaba a ETA. En Cañaveras (29.02.2004) la
Guardia Civil detuvo la furgoneta con la que ETA pensaba atentar días antes del
14M. Por algún rincón del trastero tengo la secuencia de teletipos de aquella
tristísima jornada. Recuerdo hasta al Lehendakari Ibarretxe despotricar de ETA.
También que, a mediodía, Arnaldo Otegi (Batasuna) rechazaba de plano la
hipótesis de la autoría de ETA e insinuaba que los atentados eran obra de
islamistas radicales.
A Otegi nadie le creyó porque una y otra vez salían las
informaciones del CNI y la Policía reiterándose en ETA. Hasta
pasadas las siete de la tarde no salió a relucir una supuesta y débil pista
islámica. Antes, Zapatero y Aznar (por ese orden) habían condenado el atentado,
aunque sin citar a ETA por sus siglas. A las cinco de la tarde si la citó
Llamazares en su condena. Incluso el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Resolución
1530; 18’40 h), a propuesta de España y Francia, condena los atentados
y sí cita a ETA.
A partir de las ocho de la tarde ya se habló “de otras líneas de investigación”… y
luego la SER mintió descaradamente,
a eso de las diez de la noche, con lo del terrorista
suicida.
La vida en las Redacciones, aquella tarde-noche, fue
intensísima. De madrugada se apuntaba ya al terrorismo islamista y así lo reflejaron, por activa y pasiva,
todos los periódicos; aunque muchos siguieron mirando, aún, a ETA.
Ahora, diez años después, quedan muchos agujeros negros, una verdad
judicial de la consistencia y gramaje del papel cebolla y nuevas investigaciones
que siguen la pista islamista del
“alcaidismo”. La última ha sido la del sociólogo Fernando Reinares: “El 11M se decidió antes de la Guerra de Irak
y se planificó sin saber la fechas de las elecciones”. Es una buena
tesis. Reinares es catedrático de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan
Carlos, investigador principal de Terrorismo Internacional del Real Instituto Elcano y profesor de
Estudios de Seguridad en Georgetown (Washington DC).
Culpa de todo a Abú
Dahdah y lo centra en su venganza contra España por haberle desmantelado su
cédula terrorista en 2001, en la llamada Operación
Dátil. Dice que el atentado se planificó en 2001 y se autorizó en 2003. Atentado que pudo ser evitado. La
furgoneta de ETA la detuvo la Guardia Civil, pero la furgoneta de los islamistas radicales pasó, con cuatro multas en el
trayecto, y llegó a Madrid con los explosivos. ¡Demencial!
Recordemos que desde 1984, hace 30 años (julio y agosto de 1984) hay una lucha sorda contra el terrorismo islamista en España.
Las primeras acciones policiales fueron en Madrid y Marbella. Luego, el
atentado contra el Restaurante “El
Descanso” (12.04.1985; 18 muertos y 82 heridos) precipitó la creación de la
unidad policial específica. En 1989 se hacían las primeras detenciones en
Valencia; integristas vinculados a Hizbollah
con 220 kilos de explosivos.
La Comunidad Valenciana ha sido escenario del proceso; aquí
se producen las detenciones más significativas: en Valencia, Allekama Lamari (1997; quien luego se
suicidó en el pisito de Leganés, 2004), y en Alicante, Mohamed Benshakria (21.06. 2001; extraditado a Francia y condenado
-en 2004- a 10 años; a puntito de salir). Hubo otras más; basta tirar de
hemeroteca. Saldrá aquello que lo pillaron por el carrillón de Nuestra Señora de
Gracia.
Ahora resulta que clave en todo aquello del 11M fue el
desmantelamiento parcial del grupo de Abu
Dahdah con un Abu Dahdah (detenido por el 11S yankee) que ya está en
libertad desde mayo de 2013. España es asín.
Por cierto, y del 11M, Rafa Zohuier,
un marroquí de medio pelo -confidente policial para más inri-, a pesar de que
le solicitaban 39.000 años de
condena, terminó condenado a sólo 20 años… y saldrá de la cárcel el próximo día
16. ¡Genial!;
Entre 1995 y 2013 se han desarrollado en España hasta 64
operaciones contra el terrorismo islamista. Alrededor de 600 personas han sido
detenidas; más de 400 eran terroristas de distinto pelaje. Pero nos duran en la
cárcel menos que un caramelo a la puerta de un colegio.
A 10 años del 11M, para que las víctimas no se retuerzan en
sus tumbas, alguien debería investigar más y ofrecernos alguna verdad.
Uno de aquellos trenes |
Yo quisiera saber quién dio la orden de desguazar los trenes
tan sólo 48 horas después del atentado. Hubo dos llamadas que salieron de la
Comisaría General de Información, y en RENFE no dudaron. Primero les
autorizaron a despejar las vías y disponer de los trenes. Luego, se ordenó el
desguace. La juez Coro Cillán, del nº 43, no consiguió averiguar quién dio la
orden. Dos años después un incendio destruyó la chatarrería donde terminaron
los restos de los 13 vagones.
¿Cómo que no quieren que piense que aún hay más? No sabemos
aún ni lo que explotó. Vale que fueran los islamistas, pero a mí me hace falta
más.
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