Viajero es el que viaja. Vacacionista es el que va de
vacaciones. Estulto es el necio supino. Pero si al estulto le añadimos el
apellido “municipal” entonces ya su estupidez manifiesta anda rayana con la
incapacidad absoluta de gestión. Ni les cuento ya cuando el segundo apellido
del estulto es “supramunicipal”; de la Diputación (Ayuntamiento de
Ayuntamientos), vamos. Y ya saben cómo se forma el femenino: añadiendo una “a”.
Me explico, aunque no creo que haga falta. A ver: a modo de
línea del tiempo al canto.
Foto (antigua) de la Estación en obras; sitio, para los autobuses, hay |
Ya cuando se habló de que el AVE iba a llegar (de verdad de la buena) a Alicante, acabando
2012, Benidorm se movilizó. Por
aquello de que “ave que vuela, a la
cazuela”, aunque este ave fuera un acrónimo (siglas -conjunto de grafemas
de una expresión compleja- que se pronuncia como palabra que ya se ha
lexicalizado), AVE (Alta Velocidad Española), Benidorm puso la olla al fuego. Y
ADIF (otro acrónimo que significa
Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) ya señaló que en la nueva Estación del AVE de Alicante
habría “espacio para la línea con
Benidorm”. Y en esto que saltó la alcaldesa
de Alicante y dijo que “bajo ningún concepto” y hasta se
puso farruca (desafiante): “Un
ayuntamiento que no es el de Alicante no toma decisiones sobre esta ciudad”.
Y Benidorm no tomaba decisiones sobre Alicante, que bastante tiene con trampear
el día a día benidormero. Todo esto ya lo he contado, con recordatorio
semántico a Unamuno y Covarrubias.
Y el
AVE llegó a Alicante (17.06.2013) y aquí todos nos alegramos: a más
facilidad de transporte, mejor nos lo ponen a los destinos turísticos. Pero la
cosa se fue complicando. La alcaldesa de Alicante no está (ni estuvo y ni
estará, por lo que vemos) por la labor de permitir lanzaderas (autobuses,
vamos, que acerquen a viajeros y vacacionistas a los destinos turísticos
provinciales que son algunos más que la propia ciudad de Alicante) y quiere que
los taxistas alicantinos trasladen a esos viajeros y vacacionistas que aún
deben llegar al destino elegido. Cuando estalló la polémica (en 2013) alguien
pensó, ahora que están cuestionados esos organismos, en la Diputación Provincial de Alicante y mira por dónde, la presidenta -doña
Luisa-, nos salió con aquello de “hasta ahora nadie se había preguntado qué
pasaba con los viajeros que llegaban a Alicante y precisaban ir a otros
destinos”. Una impertinencia así la calificó. Era absolutamente falso
lo que decía. Al menos Benidorm no hadejado de reivindicar esa conexión.
Es más, ya en 2011 la iniciativa privada de Benidorm había
propuesto hasta un trazado que evitaría esta situación: “Proyecto Ortuño/Puchades-Asensio”.
Bueno, pues esto es la historia de nunca acabar. Que si
quieres arroz, Catalina, pues te buscas la vida. Llegas a la estación de
Alicante y, ale, a pasear maletas hasta el taxi -dicen- con tarifa plana a los
destinos turísticos extracapitalinos (que son todos), o te das un garbeo hasta
la estación del TRAM (otro acrónimo) que te desesperará hasta llegar a
Benidorm, por ejemplo, y a fer la mà
de la realidad turística de la ciudad, o te marcas otro garbeo hasta la
portuaria Estación de Autobuses. La
alcaldesa de Alicante, tantas veces citada en este Blog, no quiere autobuses con destino a los
destinos de playa de la provincia complicando el tráfico alicantino.
Lo de
Sonia lo doy ya por perdido, pero no me esperaba que el concejal de
Tráfico alicantino, que vivió municipalismo en Benidorm cuando ambos
trabajábamos en el Gabinete de Alcaldía del Ayuntamiento de Benidorm, me
saliera con ese peregrino informe ad hoc. Querido Juan, yo entiendo el peso de
la púrpura cardenalicia. Querido Juan, ¿no se te pegó nada de paso por la
oficina del Síndic de Greuges (Síndico de Agravios)? A-gra-vi-os; esto es un agravio. Querido Juan, mírate los
planos de ADIF y acuérdate de cuando, junto a un tercer Juan, fuimos -los tres-
los Santos Juanes (Bigas Luna lo dejó
escrito). Viendo esos planos, ¿dirías lo mismo?
Es increíble. Más del
60% de los viajeros que llegan en el AVE a Alicante se dirigen a otros destinos.
Y cuando llegan los periodos vacaciones la cifra porcentual salta el listón del
70%. Pero ni por esas.
Elche, eminente municipio turístico (perdonen la coña; lo
que no significa que no tenga indudables y apreciadísimos atractivos
turísticos) no entra en la polémica porque en la misma estación hay Cercanías
con destino a la ciudad de las palmeras. Pero el resto de la provincia, aeropuerto incluido, tiene que buscarse la
vida.
Y habida cuenta de que ni
Ayuntamiento de Alicante ni Diputación Provincial están por la labor (y
mira que me pesa lo de la Dipu, donde hay diputados
de todas las comarcas y ciudades y destinos turísticos afectados) pidamos,
como ya hizo Alcoy en su día, a la consellera
Isabel Bonig que se moje. O a la ministra
Ana Pastor. Oiga, que esto no es de recibo. Sobre todo porque en el recinto
de la Estación hay espacio, y con tres o cuatro autobuses, por servicio
ferroviario y para toda la provincia, lo arreglamos. Y todos contentos, porque
siempre habrá gente que pase de esa conexión y recurra al taxi de siempre.
Bueno, aún podemos clamar más arriba. “Internacionalizar el conflicto”.
Clamar al cielo de la UE, al
tallinés eurocomisario de Transportes, Siim
Kallas. El estonio seguro que no sabe ni que existimos, y de paso lo busca
en google maps y se entera. Esta “ideica” se la debo al bueno de MAESBA (otro
acrónimo -ja, ja, ja- de Manuel Esquembre Bañuls, editor que fue de Canfali) quien
ya cuando “la sequía” de 1978, por las bravas, pidió la militarización del
problema. ¡Coño, que la Armada envió aljibes y desde Tierra y Aire las cubas!
A grandes males, grandes remedios. Y contra la estulticia…
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