La de hoy es una noche muy especial; incluso atávica[1].
Desde tiempo inmemorial celebramos la llegada del verano. El Solsticio de Verano (la Puerta
de los hombres, en la cultura clásica) discurre entre el 21 y 2l 22 de
junio, y la noche de San Juan (la del 23) precede a la amanecida del 24 de
junio.
Llama la atención que la Iglesia Católica celebre siempre el
día de la muerte del santo/santa de turno, pero en el caso de San Juan (Bautista) celebra sólo su
nacimiento. Es que San Juan (Bautista) fue santificado en el vientre de su
madre y ya vino al mundo sin culpa; que eso tenía -y tiene- su mérito.
Bueno, vale, bien.
Y ¿por qué el 24… de junio? Pues, tirando de San Lucas (el
del toro; que era médico y su Evangelio está destinado a los no judíos) y con
un calendario en la mano si la Virgen María fue a ver a su prima Isabel (la
madre del Bautista) cuando ésta estaba en su sexto mes de embarazo y seis meses
antes del nacimiento de Cristo (24 de diciembre, que siempre se ha dicho), pues
en la Calendas de Junio nació el San
Juan El Bautista que nos ocupa, y que me lo hicieron coincidir con el
mismísimo solsticio. Total, que 24 de Junio, San Juan, como 24 de Diciembre,
Nochebuena.
¿Y lo de las hogueras en la noche de San Juan, qué?
Oiga, hay explicancias[2]
para todo. El padre de San Juan se llamaba Zacarías
(sacerdote judío con muchos años a sus espaldas) y como dudó del embarazo de su
esposa (Isabel, la prima de María, estéril -en principio- y también con muchos
años a sus espaldas) fue -divinamente- castigado con la pérdida de la voz (así
que cuando Ud. reciba la visita de un ángel -y si es el tal Gabriel, mucho más-
¡no dude!, oiga). Total que pasado el tiempo reglamentado y en el momento -nocturno-
del alumbramiento el feliz -y mudo- padre no tuvo mejor ocurrencia que encender
hogueras para “comunicar” la feliz noticia a sus convecinos que, ¡qué duda
cabe!, gozosos acudieron a felicitar al atribulado padre y festejar el hecho.
Ah, Zacarías recobró el habla, tal como le había anunciado el ángel, cuando
escribió en la tablilla (recordemos: estaba mudo) “Se llamará Juan”. Y Juan se
llamó.
Vamos, que en un par de párrafos ya hemos destripado el
argumento de esta noche y todo el día de mañana.
Bueno, ¿y esa diferencia entre la fecha del solsticio y la
noche de San Juan? Pues… es cosa de no cuadrar bien los calendarios, y una vez
cuadrados… ¿para qué quitar a la tradicional noche mágica de San Juan su
cometido? En realidad, el sol permanece en lo más alto entre el 21 y el 23, que
es cuando empieza a decaer. Así pues, la Noche de San Juan es como el fin de
los días largos y esas hogueras en la noche es como si pretendiéramos que
siguieran durando el cénit del sol un poquito más, iluminando la noche.
¿Y a Ud. qué más le da saltar el fuego en la atávica noche de
San Juan o en la que siga al Solsticio de Verano? La cuestión es disfrutar la
noche y saltar o lo que sea el 21, el 22, el 23… o el que sea.
Por lo general, en estas fiestas -como en todas las fiestas
paganas, cristianizada o no- los ritos ancestrales son de fuego, de agua y de
plantas. En la Noche de San Juan los hacemos todos: los fuegos del gozo (hogueras para saltarlas o quemar en ellas lo
viejo), las aguas mágicas (beberlas,
bañarse, lavarse) y los ritos vegetales
de recoger plantas y flores, hierbas y plantas medicinales o hacer enramadas.
El mar, en la noche de San Juan, tiene su aquél. Los golpes
de ola en un baño de mar nocturno tienen (cuentan los cronicones) su impacto
fertilizador en mujeres: siete (hay quien apunta a nueve) golpes de mar en el
bajo vientre, cuenta, eran mano de santo para la preñez. Pero no hay que irse
tan allá; contaba Julio Caro Baroja (el antropólogo y folclorista) estas y
otras muchísimas prácticas, incluso alguna de belleza, que se consiguen con los
ritos al comenzar la noche de San Juan.
En fin, que ustedes se lo pasen bien esta noche que es la
Noche de San Juan. Yo por si acaso, al margen de lo que nos deparen los chicos
de La Roja en su cierre mundialista, me he preparado una cajita de brevas de
Albatera porque… “Verdes o maduras, por
San Juan brevas seguras”.
Pero que no nos llueva: “Agua por San Juan quita aceite,
vino y pan”. Aunque lo único cierto es que “Por San Juan los días empiezan a
acortar”.
Y mañana ya quemaremos Les Fogueres de El Campo y La Cala.
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