Sigo, por tercera entrega, con lo que yo llamo Barrio Cero de Benidorm porque no sé
cómo llamarlo; que si Casco Antiguo, que si
Casco Viejo, que si Casco
Tradicional. Ni en eso nos ponemos de acuerdo.
Al
comenzar el siglo XIX Benidorm ya ha olvidado sus murallas y se ha
completado los trazados de las calles que hoy conocemos como Condestable
Zaragoza, Sant Llorenç, Sant Vicent, Alacant, Santa Faç, Santissima Trinitat,
Santo Domingo, Martínez Oriola, Sant Miquel, Rosari, Bon Retir, Panaderos,
Alameda, Ángeles y Pintor Lozano. Podemos señalar que hacia 1830 el Barrio Cero de Benidorm queda conformado con su
disposición actual.
El Libro de Matrícula Parroquial Nº 3 señala esos límites
por la calle de las Rocas
(Condestable Zaragoza; a Poniente y sobre la Platja de l’Escata), la calle del Mar (Paseo de la Carretera;
NW-NE) y la calle de Panaderos
(hacia Levante y sobre la Platja de la Xanca).
En 1833 el danés Konrad Malte-Brunn, en su Nueva
Geografía Universal, tiene una entrada para Benidorm: “desde siempre el pueblo estuvo agrupado en
torno al castillo y fue extendiéndose por la suave pendiente, siendo la mejor
calle la de la Alameda que llegaba hasta la salida del pueblo hacia Polop,
formada por espaciosas casas…”. Adjudica a Benidorm “900
viviendas, la mayoría de un solo piso, con buhardillas que por aquí llaman
‘porchins’ y que servían de graneros…”. Aquél Benidorm contaba con “Casa-Ayuntamiento,
cárcel, 4 escuelas de primeras letras con 250 niños y 80 niñas, Iglesia
dedicada a Sant Jaume (y aclara que se trata del mismísimo Santiago) servida
por un cura y dos beneficiados, situada en lo alto del cerro…”. El
problema: el de siempre, el agua.
Durante la década de 1840
se debió vivir una época de bonanza porque Benidorm se abrió por completo a
dos nuevos barrios: hacia Poniente el Barrio
del Campo y hacia el Norte el Barrio
de El Calvari. Así pues, tanto el Campo como El Calvari ya no son el Barrio
Cero de Benidorm; son su primer ensanche. El Barrio Cero, a su vez,
tiene un marcado barrio para las gentes de mar, Les Roques (a Poniente) y vislumbra un recoleto enclave, Bon Retir (a Levante), diferenciado del
resto.
El Censo de Madoz
(1842) consigna la cifra de 1.140
vecinos -que con las extrapolaciones de Bernat y Badenes- podemos señalar que
podría reflejar hasta unos 5.500
habitantes (¿?), aunque es el propio Madoz quien en 1849 (sólo siete años después) apunta en su entrada Benidorm: “806 vecinos y 4.502 almas”.
Madoz cuantifica el urbanismo: “846 edificios en la Villa de Benidorm, 262
edificios diseminados por su Término Municipal: 12 en la playa y 169 edificios
más en 7 caseríos: Armanello (49 edificios), La Caseta (13), A Coves (10),
Ermita de Sanz (15), Foia Manera (45), La Llama (24) y El saltet (13)”.
Apunta Madoz: “3 molinos harineros y 3 almazaras, 1 fábrica de esparto y otra de lonas
para buques”. Benidorm era Ayuntamiento y Aduana de 4ª Clase con notable Matrícula
de Mar entre almadraberos, guardacostas, marinos mercantes, pescadores o en
la Armada.
En la década de 1850
comienza la migración de benidormeros a
Barcelona. A esa pérdida de población se unirán otras bajas provocadas por
las oleadas de cólera-morbo y fiebre
amarilla, encadenándose, que diezmaron la población. Y como a perro flaco
todo son pulgas, nos golpeó una gran crisis económica y social. Pero en la
década siguiente las cosas tienden a mejorar: en 1865 llega la primera acometida de aguas (desde Lliriets a las 3 fuentes públicas existentes… aunque
hasta cien años después -1965- no
llegará el agua potable a los hogares) y se abrirá la primea instalación
hotelera de la ciudad: el Hostal La
Mayora.
Estos dos hechos coincidirán, además, con las grandes crisis
de la almadraba y de la Compañía Trasatlántica, donde trabajaban la mayoría de
los hombres de Benidorm, que volverán a traer problemas a la villa. Ese periodo
funesto acabará hacia 1876, por mejora general de la situación del país, y
Benidorm comenzará a resituarse en el panorama urbano abriéndose hacia la playa
de Levante que hasta comenzar el siglo XX no empezará a plantar sus primeros
chalets.
Benidorm, 1912 Foto: Archivo Mario Ayús |
Francisco
Figueras Pacheco (1913)
describe el callejero de Benidorm señalando ‘las mejores calles’: “lo
son la Mayor, la de Ortuño, la de Santa Faz y la Alameda, ancha vía esta última
embellecida con arbolado. Hay dos plazas: la Constitución y San Jaime; la
primera es la mayor y la segunda la que luce mejores edificios. En la calle
Condestable Zaragoza hay un bonito teatro de aficionados. El Ayuntamiento ocupa
un edificio de 3 pisos… la parroquia titular de Santiago es bastante buena. Se
encuentra en la calle de San Jaime y fue restaurada en 1912 a 1913… Según la
estadística de 31 de diciembre de 1910 el número total de edificios del término
de Benidorm asciende a 1.301 de los cuales 697 son de 1 piso, 607 de 2 pisos y
87 de 3 o más… la población de hecho es de 3.498 habitantes, y de derecho 3.863
habitantes…”. Reseña Figueras que en la villa hay 901 edificios y el
resto (400) se localizan en los caseríos de Armanello, Coves, Ermita de Sanz,
Hoya Manera, La Lloma, El Ricón y El Saltet.
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