A modo
de introducción: Un poquito neura con un ERE galopante que me acecha, comienzo
aquí una serie de Post sobre el urbanismo turístico de Benidorm, base que me
llevará desde enero a una nueva faceta profesional. Se trata de un opúsculo editado en 2003... que me siguen pidiendo y a día de hoy no me puedo permitir el reeditarlo convenientemente.
BENIDORM, UN MODELO DE DESARROLLO URBANO
Benidorm
es la ciudad española más emblemática de la industria masiva del ocio y del
veraneo. Considero que lo es de toda el área Mediterránea, y tiene
referencias contrastadas de Río de Janeiro y Copacabana, Miami y Leblon, Las
Vegas y Mar del Plata[1].
Es un emblema del turismo de masas y
se ha convertido en el modelo que los arquitectos, urbanistas y sociólogos
neoliberales defienden: un lugar en el que la referencia dominante
es la propia lógica de la construcción rentable de la ciudad[2],
estableciendo muy pocos límites al desarrollo.
Benidorm
(38º32’N 0º08’E) se ubica en la costa mediterránea de la provincia de Alicante,
sobre la punta de Alfalig (Can Falig) o Cerro Canfali, un promontorio rocoso que se adentra en el mar,
final de las estribaciones de los sistemas Béticos, y que le ofreció,
históricamente, ciertas condiciones de defensa al tiempo que condicionaba la
vocación marinera de sus lugareños que derivará, con los años, en una vocación
de servicios hacia el ocio turístico.
Su término municipal -con 57 partidas o lugares- ocupa una
extensión de 3.788 hectáreas. Limita
al Norte con los términos municipales de Benimantell y Finestrat; al Este, con
los de Polop de la Marina, La Nucía y l’Alfàs del Pi; al Oeste, con el de
Finestrat; y al Sur, con el Mar Mediterráneo.
La longitud (Administrativa) de su litoral es de 12.706 metros lineales (excluido el Dominio Público Marítimo-Terrestre; la física es de 14'3 km.), el 5%
del total de la provincia de Alicante. Sus playas suman una longitud de 5.304 metros lineales y se estima que
acumulan 274.424 m3 de
arena. La zona costera acantilada y abrupta presenta pequeñas calas. A 1’85 millas de la costa se ubica un
islote conocido como Isla de Benidorm
(Isla
de los Periodistas), con una superficie de 4’5 hectáreas y una altura máxima de 73 metros.
Benidorm se sitúa en un terreno accidentado. Da forma al
conjunto un cíngulo montañoso con
fuertes pendientes hacia el mar, horadadas por barrancos que bajan desde el Puig Campana, la Serra Gelada, el Ponoig,
el Morgoix, Les Mamelles de la Monja, la Sierra
Cortina y la Sierra de Callosa,
a encontrarse con el Mediterráneo.
Su término municipal se extiende, por el Norte, hasta las
faldas del murallón calizo que culmina en los 1.406 msnm del Puig Campana
y, por el Este, hasta el farallón de la Serra Gelada, de calizas y margas, que
en el flanco sureste presenta un acantilado plunging
(en torno a los 350 msnm; 465 msnm en el Alt del Governador).
Entre ambas moles rocosas algunas colinas de areniscas o margas, con débiles
niveles calizos, rompen la monotonía de un sector llano, cubierto de materiales
recientes, en ligero plano inclinado hacia el mar. Aquí, la altura principal es
el Collado de Llam (965 msnm).
A los pies de la Serra Gelada se abren unos excelentes
fondos marinos donde se localiza un impresionante arenal futo de la erosión
milenaria.
En general, el territorio que nos ocupa es muy árido y de él ha desaparecido,
progresivamente, la agricultura como consecuencia de la irrupción del fenómeno
turístico y de las expectativas urbanísticas que lleva aparejadas.
Benidorm está situado en las inmediaciones de la franja climática más árida de la
península, donde llegan con notable dificultad los frentes atlánticos con lo
que la media pluviométrica interanual está en un poco más de los 300 mm/año. La vegetación dominantes
es, pues, de la asociación Qerceto-Lentiscetum
(maquia de coscoja y lentisco) con estructura de matorral (entre 1 y 2 metros de altura) y, predominantemente,
estrato herbáceo (15 a 25 cm). Lo más habitual es, conformando maquias y en las
reducidas áreas donde se dan, junto al lentisco
(Pistacia lentiscus) y a la coscoja (Quercus coccifera), el espino
negro (Rhamus lyciorides), el algarrobo (Ceratonia siliquea), la sabina
negra (Juniperus phoenicea), el pino carrasco (Pinus halapensis) y el jazmín
de monte (Clematis flámula). La
degradación del conjunto, por debajo de los 300 msnm, se manifiesta en
estructura de matorral, de plantas arbustivas, con predominio de la coronilla de rey (Globularia alipium), la bruguera
(Erica multiplora) y el romero (Rosmarinus officinalis).
Los pocos pinares de pino
carrasco (Pinus halapensis) son
lo más parecido a la vegetación natural, alcanzando gran importancia y densidad
en las umbrías y en las áreas agrícolas abandonadas en etapa de colonización
pionera por especies ruderales nitrófilas.
En líneas generales podemos señalar que el Término Municipal de Benidorm, uno de los más pequeños de España,
presenta una morfología de pendientes suaves exceptuando el aludido cíngulo
montañoso abrupto debido a la naturaleza y estructura de los materiales
litológicos aflorantes y los barrancos en ellos horadados.
Los elementos determinantes del paisaje son las montañas que
lo circundan, la isla y los murtales.
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