Hasta ahora la cosa era que el Tossal de la Cala había sido el primer núcleo habitado de Benidorm (¿?) posiblemente desde el siglo IV a.C. porque de las
investigaciones, y excavaciones del Padre
Belda (el sacerdote bocairentí -párroco de Torremanzanas- don José Belda
Domínguez) en los años 40 evidenciaban cerámica ibérica de entonces. Bueno,
hubo más y más reputados arqueólogos que siguieron por esa senda: Tarradell (1965) y Gª Hernández (1984). Lo que pasa es que como en la canción de Celentano
(“Un árbol de 20 pisos”), “el cemento tapó tus narices”. Y quien
dice “tapó tus narices” quiere decir “alfombró” un buen trecho del Tossal con
edificaciones. Bueno, el urbanismo en ladera y “la calle” descubierta e investigada, en buena parte, existe. Y los
pebeteros de cabeza femenina, la Tanit
báquica, está en el MARQ. Y hay mucha información al respecto.
Pero la gente del Proyecto
Sertorio -de Arqueología- de la Universidad de Alicante ha ido a más. La
arqueóloga Sonia Bayo retrasa la
datación de lo descubierto hasta el siglo I a.C. y lo argumenta. Es más,
considera la posibilidad de dos enclaves: el actual (este del que hablamos, el ya conocido) y “otro” en las inmediaciones, que sí
sería más antiguo; pero al actual, junto con los demás arqueólogos del proyecto,
me lo convierte en un castellum
romano del siglo I a.C., del tiempo
de las llamadas Guerras Sertorianas, cuando las gentes de Quinto Sertorio se enfrentan a las senatoriales de Sila (Lucio Cornelio Sila Felix), y al
final todo se reduce a las batallas en la Península Ibérica, a los valles del
Ebro y a Denia (Dianium), que era el puerto de Sertorio (Tito Livio
dixit).
El Tossal de la Cala es un cerro que alcanza los 100 metros y que
protege de los vientos del norte y de levante a una cala, Cala Morales (Cala de
Finestrat). Pero no es un cerro cualquiera. Enlaza visualmente con el Tossal
de la Mallaeta (La Vila) y Cap Negret (Altea; desembocadura del
río Algar); y éste, con el Penyal de Ifac; y éste con el Portet
de Moraira; y éste con la Penya del Águila; y este, con Dianium y otro más al norte en la
Sierra de Segaria, El Passet. Esto es lo que defienden los arqueólogos del Proyecto Sertorio. Se trataba de una
serie de acuartelamientos romanos, donde los íberos de la Contestania eran
tropas auxiliares, estratégicamente distribuidos para ejercer el control del mar. Sila abastecía a sus
tropas por Cartago Nova/Cartagena y
en las rutas costaneras de la época, con el mare
apertum (que eran pocos meses), esta
serie de oteros ejercían labor de vigilancia. Vamos, que salvando las
distancias eran como en radar de Aitana
de aquellos tiempos, y que lo tienen encima.
Y aquellos oteros siempre estaban
junto a un varadero, en este caso la Cala Morales, donde estarían las
embarcaciones de los piratas aliados para ir a por el
barco enemigo. Ojo, que piratas siempre ha habido en el mar y a tan temprana
edad histórica; que se lo pregunten si no a los strategos griegos; eran
su principal dolor de cabeza.
Los griegos del Periodo Clásico (500 – 320 a.C,) y que son las
épocas del yacimiento y del castellum del Tossal de la Cala son los que
utilizan la palabra “peirates” para hablar de los piratas
ya; y es la que ha pasado a todos los vocabularios. Bueno, con anterioridad también
les llaman “leistes perodes” (atrapa botines) y “katopontistes” (bandidos
del mar). Ya para los romanos fueron “praedos” y “piratas”. Aunque nada que
ver con Jack Sparrow.
El Tossal de la Cala, años 40 |
Bueno, resumiendo.
Vale que el enclave del Tossal
de la Cala, por lo reducido y amurallado, fuera un castellum de las Guerras Sertorianas, pero dejan
abierta -los del Proyecto Sertorio- la posibilidad de que por debajo de la cota
85 hubiera un poblado anterior. Lo descubierto y esta nueva interpretación es,
sencillamente, fascinante por lo que comporta. Estamos ante un añadido de gran
valor y por 300 años no nos vamos a pelear.
¿Es posible investigar más? Sí, sólo es -júa, júa, júa; y
con la que está cayendo- cuestión de
euros. La alfombra de cemento de buena
parte del Tossal no se puede levantar, pero aún queda monte y falda en el Tossal de la Cala que aunque no sea
orégano… algo se podrá hacer.
Francisco
Amillo (por muy reciente) y otros que han publicado libros sobre
el tema tampoco tienen mucho que cambiar; todo lo más que por encima de la cota
85 sentencian los arqueólogos del Proyecto
Sertorio que hubo un castellum
romano del siglo I a.C.
Pero, ¿por debajo de la cota 85 -como parece
(terrenos del viejo cuartel de Carabineros)- pudo estar el poblado íbero
contestano que produjo esas tánits báquicas
y toda la cerámica? Hay en el MARQ una
serie de piezas, verdaderas joyas, que tienen un importante peso ibérico más
allá de meros soldados de apoyo, los “auxilia”.
Leerse la Memoria de Licenciatura de Francisco Gª Hernández (1986), que está en la web del proyecto, nos
sitúa, más arriba o más abajo de la cota 85, en el Tossal de la Cala ante un asentamiento ibérico, sin menospreciar -digo
yo en mi ingenuidad-, los importantísimos hallazgos del Proyecto Sertorio.
Schulten, ante la Isla de Benidorm |
Y lo mejor ha sido, sin duda, dos fotos de Aldol Schulten, el prestigioso
arqueólogo alemán, en el Tossal de la
Cala en los años 40. No he podido hacerme con ninguna; lo siento. Pero lo
ciclópeo de la muralla aquella ante la que se fotografió bien merece que se
siga investigando… y no se vuelva a tapizar de cemento ningún Tossal de estos a
sabiendas de lo que encierra.
También se fotografió Schulten ante la Isla de Benidorm. Esa
sí que la tengo.
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