UN PLAN EN CONTINUA
EVOLUCIÓN DESDE 1956
El
27 de septiembre de 1958 el
Ayuntamiento aprueba las primeras catorce modificaciones que serán ratificadas
por la Comisión Provincial de Urbanismo el 22 de enero de 1959. Una de las
modificaciones aprobadas más singulares fue la que dio permiso para construir
en la zona de Levante edificios de hasta
5 plantas siempre que fueran perpendiculares al mar y retranqueados un
mínimo de cinco metros del límite de la parcela. Surgen con esta modificación
los llamados edificios tranvía
(edificios El Ancla, Los Ranchos, etc.). Fue el primer
paso hacia el aumento del volumen edificable. Los agentes
turístico-inmobiliarios presionaron a los poderes públicos para conseguir edificaciones
de mayor capacidad, lo implicaba mayor altura.
1961: En 1961 se deben
acometer nuevos proyectos de captación y distribución de agua e incluso iniciar
el del alcantarillado. El objetivo fundamental era evitar vertidos de
residuales, e incluso fecales, en las playas. El proyecto contempla largos
recorridos subterráneos, impulsiones y bombeos hasta un punto en Sierra Helada
donde se realizará el primitivo vertido, tras consultar a los hombres de mar
locales sobre las cuestiones de las corrientes. Tradicionalmente, hasta bien
entrado el XIX, en la zona del Castillo se localizada el “puador”, lugar donde se vertía el “pual” y el sistema de corrientes marinas se lo llevaba lejos de las
playas.
Benidorm, 1965; Playa de Levante. Levantando la Torre Coblanca |
1962: A instancias de la
Comisión Provincial de Fomento, se plantean trece modificaciones más. Con
ellas, se reduce la zona de tolerancia industrial y se prima con un aumento del
30% en volumen los proyectos hoteleros de 4 y 5 estrellas. En 1962 comenzó uno
de los problemas del urbanismo local. Los edificios se retranqueaban para ganar
altura y las supuestas zonas verdes iban desapareciendo, dejando paso a las
bandejas comerciales: los retranqueos.
De 1962 data la concesión de la primer acristalamiento en un retranqueo,
peligroso precedente que condujo a la situación actual.
1963: Se aprueban las nuevas
Ordenanzas de Policía de la Construcción.
Con ellas se optaba a otro modelo de ciudad mucho más de acuerdo con los
intereses económicos del turismo que cada vez apostaba más por el modelo
residencial-hotelero que se estaba imponiendo en Benidorm. Con estas ordenanzas
se llegó a abrir el camino hacia la Ciudad
de los Bloques Verticales que era ya la más absoluta contraposición a
la idea que primitivamente se esbozó para el Plan de 1956: la ciudad-jardín.
Podemos hablar incluso del Plan General
de 1963 ante estas Ordenanzas. Todo cambió. El nuevo modelo de Ciudad de Bloques Verticales está
basado en edificaciones elevadas y exentas con lo que se consigue que entren el
sol y la luz por los cuatro costados de la edificación, liberando espacios para
la vegetación y las piscinas. A este modelo se llegó a través de la Teoría de la Caja de Cerillas que
maneja el volumen de edificación sobre la parcela y que quedó definitivo en
1966. Se permite levantar bloques proporcionales a la superficie del solar atendiendo a
un coeficiente volumétrico. Esta etapa constructiva de Benidorm es hija
de la corriente arquitectónica del Movimiento
Moderno[1]
surgido a raíz de la Carta de Atenas de
1933.
La
verdad es que más que todo esto pesó la introducción del coeficiente de edificabilidad que no pretendía incremental el
volumen edificable respecto al existente, sino ordenarlo libremente.
El Plan del 63 plasmaba
el sueño de los urbanistas de los años treinta: una ciudad de bloques
verticales entre espacios libres de uso comunitario. En el Plan de 1963 el
viario quedó como en el de 1956 y los equipamientos volvieron a quedar
olvidados. “Falta de recursos para llevarlas a cabo”, explicaría años más
tarde Muñoz Llorens; “con
el tiempo y con el crecimiento económico esperado se habilitarían recursos para
estas dotaciones”[2].
Del
Plan del 63 nos queda el mejor emblema del Benidorm de hoy: el rascacielos. De 1963 es el primer
rascacielos de Benidorm: el edificio Front
al Mar.
1965: Se presentan y se
aceptan nuevas modificaciones; la principal novedad en esta ocasión es que se
protege la Isla de Benidorm. El
anuncio de inversionistas extranjeros de construir un establecimiento hotelero
en ella movilizó a toda la ciudad y el Ayuntamiento tomó cartas en el proceso.
Incluso buscó el apoyo de los Medios de Comunicación y después de diversos
estudios sobre la titularidad de la misma, ya incluida en el Plan General, la
hizo nombrar Isla de los Periodistas
y que las Asociaciones de la Prensa de
España la apadrinaran.
Benidorm; años 70 Avenida del Mediterráneo |
1973: El Ayuntamiento, ajeno
a la 1ª Crisis del Petróleo, decide redactar un nuevo Plan General para paliar
las deficiencias observadas.
1980: Benidorm se abre a la
nueva década con un frustrado intento de redactar un Plan General a pesar del
esfuerzo puesto en marcha para realizar el Seminario
de Sociología Urbana, Rural y del Ocio que dirigiera Mario Gaviria buscando aportar ideas que las administraciones no
estuvieron predispuestas a adoptar. Además, se produjeron otros hechos que
considero trascendentales:
·
En 1977 la Audiencia
Territorial, por sentencia, confirma la ilegalidad de la ocupación comercial de
los retranqueos, pero nadie hizo nada por acatarla. Ni aún hoy.
·
La
actividad municipal se orienta hacia la realización de grandes infraestructuras
que los siempre escasos presupuestos municipales, gestionados con poco acierto
las convierten en obras inacabables que elevaron, y elevan, el endeudamiento
municipal a cotas inimaginables a pesar de dudosas operaciones de ingeniería
financiera y aterradoras contribuciones especiales sobre los ciudadanos.
1985: La normativa incidirá
ahora en la Colonia Madrid,
construida hacia 1960 al margen del Plan General de 1956 y que el paso del
tiempo llevó a convertirla en una zona suburbial. También en La Cala donde se crearon tres zonas;
una de ellas de Protección Arqueológica estricta.
1986: En 1986 se presentó la
Ordenación de la Playa de Levante
con el proyecto, incluido, del Paseo
Marítimo que se encargó al Taller de Arquitectos Martorell-Bohigas-Mackay que, completarían con la inclusión de un
cuarto arquitecto -Puig-Doménech- y
la colaboración del arquitecto municipal José
Luis Camarasa. Se demoró hasta 1992.
1990: Se gesta un nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Estábamos ante el primer gran documento urbanístico aprobado por un
Ayuntamiento democrático y era fruto del consenso entre las dos principales
fuerzas políticas de la localidad (PSOE y PP). Era el nuevo Plan General y en
nada partía de aquel primitivo de 1956 porque sus sucesivas y contundentes
modificaciones lo habían trastocado por completo. Se aprobaba definitivamente
el 26 de noviembre. El Plan de 1990 aporta nuevas directrices: Prevé equipamientos colectivos y se
consiguen parcelas con las que cubrir finalidades sociales, educativas, sanitarias,
deportivas y culturales, subsanando así la principal deficiencia del Plan de
1956, se potencia la Playa de Poniente diseñando la Vía Parque, se crea una
Zona Industrial muy concreta, se incrementa la protección medioambiental y se
plantea el Gran Bulevar Armanello,
en la partida rural de ese nombre, sobre la Zona de Proyección de Levante, que
hoy en día no se sabe cómo acabará.
Conviene
señalar que para muchos urbanistas modernos, el Plan de 1990, pese a todo, es
continuista con lo realizado y muy restrictivo con el sector exterior. Eso sí,
paliará el déficit de suelos dotacionales y verdes aún en un ciclo recesivo en
los económico y atenderá a las leyes urbanísticas de los años noventa. Con él,
el 58% del término municipal será No
Urbanizable común o protegido[3].
Para
el desarrollo del Plan de 1990, y siguiendo las directrices que tan buenos
resultados dieron desde el principio (1956), se articularon Planes Parciales de
cierta envergadura encomendado a su desarrollo el futuro urbanístico de la ciudad
atendiendo a los cuatrienios programados en el planeamiento urbanístico. Así
llegan los Planes Parciales “Armanello”, “Discotecas”, “Poniente”,
“Industrial”, “Centro Médico-Residencial”, “Lliriets” y “Xixo”.
Desde
entonces, trabajar sobre lo ya existente. Benidorm es una realidad.
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