BENIDORM,
CON EL PLAN DEL 56 A CUESTAS
En
su proyección visionaria, aquél Plan de 1956 ya contemplaba que la carretera
Nacional 332 dejase de pasar por el centro de la localidad (hoy Paseo de la
Carretera, en el casco tradicional), y desarrollaba
la primera circunvalación por lo que hoy son las avenidas del Rey Jaime I y
de Alfonso Puchades Jou. Pero lo más significativo es que ya restringía la circulación de vehículos a
motor en el casco tradicional. Vamos, que peatonalizaba todo el centro
desde el Paseo de la Carretera al Mirador del Castillo, aunque esta cuestión
tardó muchos años en hacerse realidad.
En
la parte negativa podemos significar
que:
·
El
PGOU de 1956 no contempló ninguna zona
verde, como tal, en la ciudad;
·
El
PGOU de 1956 no reservó suelo para
equipamientos sociales;
·
El
PGOU de 1956 no contempló mecanismos de
gestión tal y como los contemplamos ahora; eso sí, se adelantó a la Ley del Suelo de 1956 que arbitraba la “cesión” de
los viales.
·
El
PGOU de 1956 no protegió lo suficiente
el casco antiguo en cuanto a la preservación de su estética hasta la
cuestión que no se le cita como tal, sino como casco tradicional.
Benidorm, 1958 - A Poniente de Punta Canfali |
El
propio arquitecto redactor, Francisco Muñoz, respondía a la falta de reserva de
suelo para equipamientos sociales señalando en un libro que: “por
aquél entonces Benidorm no tenía recursos económicos como para irrumpir además
con espacios para ello. Esto hubiera creado más crispación, y se pensó que con
el tiempo, y con el crecimiento económico esperado, se habilitarían recursos
para estas dotaciones”[1].
Como
ya señalamos, el PGOU de 1956 recibió más de 400 alegaciones. Algunas de ellas
fueron de profundo calado, como las presentadas por el letrado valenciano Pedro Miguel Ballester, aunque muy
pocas prosperaron. “Había lo que había; y sobre todo mucha prisa”, justificaba don
Pedro[2].
Y
en realidad, aquél PGOU de 1956 reproducía lo ya existente: chalés y pequeños hotelitos en primera
línea de la Playa de Levante. Pero la
novedad residía en que trabaja el Ensanche de Levante en “cuadrícula” y aplica
el concepto de “zonificación” (tipos de construcción en función del área
del Plan atendiendo a ordenanzas diferentes) al tiempo que abandera un hito de los urbanistas previos a la IIGM como
es la edificación abierta, aunque en un principio (1956) con una altura máxima
de cuatro plantas[3].
Para el PGOU de 1956
todo el suelo que entra en liza urbanística tiene actividad residencial y, aunque mínima, contemplaba una zona deportiva y una de Tolerancia
Industrial, sobre el Rincón de Loix que quedó inmediatamente eliminada, dado
paso así a un largo e inmediato proceso de modificaciones.
Primeras modificaciones: En marzo de 1957 se introdujo ya la
primera intervención modificadora que se había estado planificando desde los
primeros días de junio de 1956 y, recordemos, el PGOU se aprobó el 18 de julio
y que se correspondía con cálculos y planos. Incluso en noviembre de 1957 se lleva a cabo otra modificación; en este caso
de Ordenanzas.
En
1957 comenzaron a redactarse los
primeros Planes Parciales, fijándose
las alineaciones y rasantes del Ensanche
de Levante, al tiempo que se dictaron las normas tendentes a preservar la
Zona Exterior y los viejos azagadores como áreas susceptibles de ser
urbanizadas.
Hay
que destacar que Benidorm fue en el proceso de planificación y urbanización
nuevamente pionera al ejecutar la cesión de viales un poco antes de ser
recogido este aspecto en la Legislación urbanística. Al mismo tiempo, por la
imperiosa necesidad del momento, se pusieron en marcha sistemas autogestionados
de urbanización para suplir las carencias municipales, por lo que muchas
iniciativas resultaron fallidas.
-#-
Benidorm, Plaça de la Senyoría, años 60 |
“El
hallazgo de Muñoz Llorens fue voltear la ciudad contemporánea de Le Corbusier
dando a los rascacielos, originariamente previstos como oficinas, un uso
residencial que aumenta meteóricamente la densidad de población”[4].
Y
es algo que ya había experimentado el arquitecto Minoru Yamasaki en el Pruitt-Igoe de San Luis (Missouri-USA) en
1952. Y a diferencia del conjunto de Yamasaki, demolido en 1972, el Benidorm de Muñoz Llorens, pese a
sacrificar los espacios dotacionales en beneficio de piscinas, retranqueos y
hoteles, ha sobrevivido como símbolo del
fenómeno turístico de masas. Resulta innegable que la propuesta de Muñoz,
del Ayuntamiento de Benidorm y de la Asociación Gabriel Miró de Amigos de
Benidorm marcó, de forma indeleble, un registro arquitectónico de corte
funcionalista cuya vigencia se ha mantenido y sigue desarrollándose. La apuesta de Benidorm por un urbanismo de
altas densidades y amplios viales contrasta con el desarrollo que han mantenido
otros puntos del litoral mediterráneo.
Es
más, Benidorm aún hoy dispone del término municipal más pequeño de la comarca
y el que más espacio sin edificar aún mantiene a pesar de estar todo él
contemplado en el PGOU de 1956.
Benidorm, con el PGOU de
1956 planificó un crecimiento ordenado y dictó unas ordenanzas ejemplares que
defendieron su concepción urbanística y sus playas como ningún otro punto del
litoral español.
El plan salió adelante
porque se pudo convencer a los propietarios de los terrenos del aumento de
valor de las nuevas parcelas al tiempo que el Ayuntamiento hizo prevalecer el
cumplimiento del plan con mínimas transgresiones a lo planificado.
Concluyo
este punto con una referencia a lo anecdótico. La Comisión Provincial de Urbanismo rechazó el primer borrador del PGOU
de 1956 a iniciativa de los alcaldes de las ciudades de Alicante y Elche;
protestaban por la anchura de los viales. Es que “se habían proyectado calles más
anchas que algunas de las principales de Madrid y Alicante cuando en el
Registro Municipal de Vehículos del año 1955 sólo había inscritos siete
vehículos entre camiones y turismos”[5]. Así, la Comisión, que
presidía el gobernador Evaristo Martín Freire, insto al alcalde y al equipo
redactor a adelgazar muchos de los viales, entre ellos, el más sonado, la
Avenida del Mediterráneo.
Es
más, la Comisión se opuso a que el Plan
abarcara todo el término municipal. Esta traba se solventó a través de una
serie continuada de Planes Parciales, recogidas en aquél Plan General, que se
fueron conectando entre sí.
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