1 dic 2012

DE “LA COHERENCIA” CON NUESTRA HISTORIA, QUE DIJO MARGALLO (y III)



Ayer lo dejábamos caer. A esto de “la tradicional amistad hispano-árabe” yo le encuentro un fallo con el vecino marroquí. Ya llevamos dos días con la legitimidad de la causa palestina y hoy cierro ante “la coherencia con nuestra Historia…” con “la tradicional amistad hispano-árabe”… y el vecino de Sur peninsular y el Oeste canario
En 1955 comenzó el lío… y aún no ha terminado. Si quieren me remonto a Estopiñán, que lo mismo da. Aún no ha terminado; aún no hemos terminado de hacer el primo.

Yo es que creo que sí es un lío del que pasa “la tradicional amistad hispano-árabe”. ¿O es que en puridad no son árabes? Por tradición, a los vecinos estos del Sur, desde tiempos de Roma, les llamamos “moros”, por derivación del “maurus/mavros” (negro) con el que calificaban los romanos a los que provenía de la provincia Tingitana (Mauritania).

Con el tiempo, tuvimos nuestras “cosas” con los “moros”, que llamamos, ¡válgame Dios!, Reconquista (que yo mantengo que no terminó hasta 1609… por el puerto de Dénia)… y ahora tenemos las Fiestas de Moros y Cristianos… pero esa es otra historia de turcomanos, que no de moros.

Y a lo que iba con los vecinos del Sur (y del Este canario) y el fallo con “la tradicional amistad hispano-árabe”.

Primero fueron unos incidentes (1955) y ya con muertos sobre la mesa se invitó al abuelo del sultancito a Madrid para escuchar la oferta española que, ¡pásmense!, sólo fue una retirada y un reconocimiento. En fin, la Independencia de Marruecos… lo que no nos supuso ningún beneficio en el mundo Árabe… que pasaba del tema. Lo que me lleva a pensar que los marroquíes son primos, como los palestinos, de los árabes; no hermanos.
Franco era un militar africanista y no quería volver a guerrear por allí; España podía permitirse una tontería así… aunque luego se armó más abajo.

Total, que firmamos el 7 de abril de 1956 dando carta de naturaleza a Marruecos y dejando fuera a Ceuta, Melilla y “los presidios” de Alhucemas, Chafarinas y Gomara (Vélez de la Gomera)”. Pero, fruto de la improvisación, quiero creer, no señalamos garantías… y de aquellos lodos…

Es que ni fijamos la frontera Sur del naciente territorio y ahora no nos valen prendas con los Saharauis. Pero es que, Quijotes, nos comprometimos -y cumplimos- a desarrollarle el Ejército, el Ejército Marroquí. Mohammed ben Mizzian, teniente general del Ejército español, pasó en 1957 a ser el organizador de ese Ejército. Y la “Guardia Mora”, la Compañía de Honores de Su Excelencia -que tal era su nombre- perdió la Sección de Guardias Indígenas, siempre al mando de un Caid, que se fueron p’a Marruecos; se bajaron al Sur.

Y con Ejército alistado llegaron las ansias del Gran Marruecos y en base a “la tradicional amistad hispano-árabe” el nacionalismo marroquí quiso el Sur… y tuvimos una guerra en Ifni (23.10.1957 – 30.06.1958) que “ganamos” a costa de 198 muertos, 84 desaparecidos y unos 500 heridos. Francia nos ayudó entonces con 5.000 soldados de la Legión Extranjera. De Francia, nunca más se supo con estos primos del Sur.

Y como premio a Marruecos y en virtud de “la tradicional amistad hispano-árabe” les dimos también todo el sur del Protectorado. Y a pesar de ello en Octubre de 1960 nos denunciaron ante la ONU por “la retención ilegal del Sahara, Ceuta y Melilla”. (Por no entrar en detalle hasta Tarfaya…)

Entre tanto, enarbolando “la tradicional amistad hispano-árabe” dijimos al Mundo que íbamos a solucionar la cosa -ganar tiempo para saber qué hacer- y a todo esto descubrimos, buscando petróleo -porque era un país árabe-, los fosfatos de Bou Craa y montamos hasta un Plan de Desarrollo para el Sáhara… y construimos la cinta transportadora de mineral más larga del mundo… sobre la que los del Polisario, tradicionales amigos hispano-árabes, atentaban mañana, tarde y noche, un día y al siguiente también, paralizando la producción.

A todo esto, desde 1960 la ONU tiene pedido un referéndum de autodeterminación de aquél territorio que ni nosotros, ni el amigo del Sur, realizamos.

Luego llegaría la larga temporada de apresarnos barcos que faenaban en los caladeros saharuis; las lanchas marroquíes salían a pescar patos todos los santos días… y había que pagar la multa. En el XVII los piratas de Berbería hacían casi lo mismo y entonces eran los frailes agustinos los que iban al rescate con las monedas en la mano. En aquella temporadita de casi 10 años del siglo XX era el Erario público español, y al final los armadores españoles, los que apoquinaban. Raro era el Telediario que no contaba un nuevo apresamiento y un nuevo cambio del linde de las aguas jurisdiccionales.

Otra andanada fue cuando en virtud de “la tradicional amistad hispano-árabe” Marruecos nos denunció en ante la Organización de la Unidad Africana y ante la Conferencia Islámica. Eso fue justo, justo, cuando José Alfonso cantaba aquello de “Grândola. Vila Morena” en Portugal y Monsieur Irak (léase Valéry Giscard d’Estaing) llegaba a la presidencia de Francia empeñado en hacerle la puñeta a la España franquista. Con Franco pachucho y el franquismo acojonao, la guinda: Marruecos planteó la Marcha Verde.

España había planteado, a su vez, un Estatuto de Autonomía para el Sahara (al que se opuso el Ejército y a punto se estuvo de que alguien entrara en Exteriores a paralizar el Ministerio) en el que se encontraba el Referéndum de Autodeterminación, pero Hasán II, con el beneplácito gabacho, puso en marcha la Marcha y, verde que nunca fue mi valle, todos en romería a la frontera sahariana. Y con Franco más p’allá que p’acá, obviando los compromisos internacionales, el 14.11.1975 les dimos el Sáhara a Marruecos y a Mauritania… que bien pronto le hicieron desentenderse de la cosa y pasó a ser una finca del sultancito. “Papelón” el de don Juan Carlos en aquél viaje, y vean el de la foto con el general Gómez de Salazar.

Del resto de la historieta, para qué contarles. Luego, tiempo al tiempo de desdichas, llegaría Aomar Mohamed Dudu y todo el rollo ese que llega hasta nuestros días en virtud de “la tradicional amistad hispano-árabe” que me lleva a pensar, visto lo visto, que o bien los primos del Sur (y Este canario) no son árabes, o bien nosotros siempre hacemos el primo. Y termino inclinándome por esto último. ¿Se acuerdan de la foto de ZP con el mapa de las Canarias marroquíes?, ¿se acuerdan de la foto de ZP con Mohamed VI en la sede de la ONU con sólo la bandera de Marruecos?

Como resumen, “la tradicional amistad hispano-árabe” -aquella que se inició en 1945- es sólo una diplomacia colmada de errores. Y como muestra, este botón marroquí. Espero que la factura del Sí palestino sólo termine como el préstamos a Grecia; que palmamos dinero… algo a lo que, por cierto, estamos acostumbrados.

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