28 abr 2024

MEDITATIO. Yo también reflexiono

  

 

La Lectio Divina es una metodología de reflexión. La Lectio Divina se compara con el ‘deleite de la Palabra’: primero, el tomar un bocado (lectio); luego masticarlo (meditatio); saborear su esencia (oratio) y, finalmente, hacer la digestión y hacerla parte del cuerpo (contemplatio).

Como la Lectio Divina implica la lectura, que Yo ya he hecho, paso a escuchar el mensaje interior, a la meditación de lo que estos ojos que se han de comer la tierra han llegado a leer y ver…

Para ello, para la meditatio, me he llegado en esta mañana de domingo hasta pocos metros de la playa de Levante de Benidorm, bajo la lluvia -¡Bienvenida sea!- contemplando el ritmo de las olas, que los expertos llaman periodo; veo y sé que llegan en grupos, en cadencias uniformes… 3, 7, 9…

Y a la tercera, la séptima o la novena olas, desde el principio de las civilizaciones, se les atribuyen fuerzas especiales.

La novena ola está ungida y forma parte de los ritos de fecundidad; con la séptima, a la que llamó “Lissette” en sus ansias de libertad, Papillón[1] saltó del acantilado de la Isla del Diablo -la más pequeñas de las tres Islas de la Salvación, premonitorio nombre- en 1941 para conseguir la libertad; y algo debe tener la séptima porque Sting cantaba que el amor es esa ola[2]; y la tercera, ¡ay la tercera!, cuando sólo llegan en grupos de tres, es la más brutal.

Aquellos que tienen la cara surcada por el salitre marino incluso hablan de “la Tres Marías” que son las tres grandes olas que tiene todo temporal que se precie. Absolutamente acientífico, pero es que ellos las han conocido y siguen impactados con su poder. La tercera ola siempre ha sido la más grande, rotunda y devastadora.

En este cuarto día de reflexión de Pedro… ¿esto va de la tercera ola?

Leyendo la presa, viendo la televisión, golpeado por las redes sociales, me temo lo peor.

¿Conocen la Tercera ola?

Es que desde ayer sábado que le leí a Joaquín Estefanía, a primera hora de la mañana, en la edición digital de El País[3] que una ola de antidemocracia recorre los países que hace medio siglo pasaron de dictaduras a democracias se me pusieron los pelos como escarpias.

Cita la ola y el medio siglo. Y ya la neurona bullendo porque estamos a nada de los cincuenta años de la muerte de Franco -El Gobierno quiere aprovechar el próximo 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco, el 20N de 2025, para impulsar el conocimiento de todo lo que tiene que ver con la dictadura, la II República y el papel de quienes defendieron la democracia[4]- y un pelo de gamba más para los cincuenta años de la democracia en España… pero para eso ya veremos. Por ello, considero, la ola está a punto de romper aquí.

Y hoy te das de bruces, en El País, con que Madrid es la caldera en ebullición que alimenta la tensión política y mediática en España; donde se señala la rabia del PSOE y te encuentras con Meritxell Batet[5] que después de señalar una cuestión fundamental como que “la política es la discusión pública de alternativas” con un segundo párrafo memorable, ya entra en plan militante y evidencia la terrible miopía que aqueja a los que deambulan por el hemiciclo. Joaquín Manso, desde El Mundo, nos recuerda que ya The Ecomnomist tildó a Sánchez de Drama King y se mete en honduras mientras ilustra su texto con una versión de un San Sebastián asaeteado con la cara de Pedro. Me quedo con la reflexión de Lucía Méndez, acertada, como siempre[6].

Yo es que esto lo enmarco en el experimento de la Tercera Ola.

Ahora que acaba abril de 2004 sería bueno recordar lo de abril de 1967, en Palo Alto, California; lo puesto en práctica por el profesor Ron Jones[7], con alumnos de la Cubberley High School centrado, como vengo observando, en la maleabilidad mental del ser humano. Fue un experimento de fascistización del alumnado que detuvo al quinto día, porque lo había conseguido.

¿Pretende Pedro emular a Ron? Ojo, cinco días y ya vimos ayer los logros del tercero.

Aquellos chavales no comprendían cómo Hitler había implicado al pueblo alemán en su loca aventura. El atractivo de una ideología autoritaria y dictatorial siempre está rondando al ser humano. La facilidad con que una sociedad civilizada puede transformarse en un Estado totalitario es algo ha ocurrido y termina por volver a ocurrir a cada golpe de taco de calendario; que el planeta Tierra es muy grande y cada día nos asomamos a un disgusto nuevo.

El experimento podría resumirlo, a bote pronto, en que el ser humano tiene básicamente una naturaleza autoritaria y le gusta ser liderado y ser seleccionado dentro de una masa anónima. Echen un ojo a los telediarios por el tema de ayer.

Estaban los chavales californianos en el 67, estamos nosotros ahora en el 2004, sustituyendo a la razón por la sinrazón.

Fue un éxito. Y como el experimento se le iba de las manos, el profesor Jones, al quinto día, recuerdo e insisto, cortó por lo sano. Aquí lo de terminar las cosas nunca ha sido nuestro fuerte; que el tiempo, dicen, lo cura todo y vemos que no.

De este experimento, la Tercera Ola, hay libro (Todd Strasser, La Ola; 1981… aunque también aparece en La Tercera Ola, de Alvin Toffler, que es más amplio y profundo) y película (La Ola/Die Welle, de Dennis Gansel), así como innumerables estudios de toda condición y múltiples referencias en prensa, de entonces y de ahora, alertando; siempre alertando.

Estoy preocupado; muy preocupado.

Oír ayer a un chaval joven concentrado a las puertas de Ferraz decir que “la democracia está en peligro” -sin ruborizarse ni despeinarse- es de lo más alarmante que me ha tocado vivir en mis ya seis largas décadas de tránsito mundano. ¡Dios!; este sí que es un buen vasallo… si tuviera buen señor.

Las sociedades que no conocen o ignoran su historia están condenadas a repetirla”. La frase, como aquella de que “la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana”, se le atribuye, entre otros muchísimos, a Napoleón Bonaparte. Pues bueno, napoleónica o no, lo que dice es terrible. Pero resulta que a base de ignorancia y manipulación nos estamos metiendo en la boca del lobo.

El viejo proverbio español dice que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”; y el español, Juan Español decía yo, es el que tropieza una y otra vez con el mismo Peñón, el de Gibraltar, y con la misma ignominia, la de enfrentarnos unos con otros por visceralidad.  

Y ahora, visto lo visto y oído lo oído desde que el presidente del Gobierno de España se tomó sus días de absurda reflexión, tras el comité federal socialista que concluyó ayer sábado con un salgamos a la calle y unámonos a la masa vociferante veo con temor que el español quiere volver a tropezar con la misma autocracia y el mismo cesarismo.

Antidemocracia; lo opuesto a la democracia.

Es que todos aquellos que entienden que la democracia es la dictadura de la mayoría cometen el principal error de su vida. La democracia es el gobierno de las mayorías; el gobierno en nombre de todo un pueblo. Supone principios y valores: respeto mutuo y ejercicio de la libertad; “libertad de” y “libertad para”; debate y confrontación de ideas y modelo, no de personas.

La democracia es un sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes, donde hay derechos y libertades y un marco de convivencia; no un enclave de pensamiento único. Es un sistema que debate y busca siempre lo mejor; donde hay disparidad de ideas y criterios para buscar el bien común en libertad.

La democracia no una ideología y fue Abraham Lincoln el que la interpretó como “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo[8]. Fue Heródoto el que así llamó -democracia- a la fórmula de gobierno ateniense, que Clístenes llamaba Isonomía y Aristóteles Politeia. La República romana también fue una democracia, pero el concepto se diluye en el transcurso de los tiempos y ya reaparece a mediados del XVIII donde se fraguan dos ideas claves: la de que un poder legítimo no puede fundarse ni operar sin incorporar la voluntad popular y la de que el poder legítimo en ningún caso es absoluto y tiene como límite los derechos de los ciudadanos.

Y mientras aquí nos descojonamos con el vidiete del norcoreano –“Cantemos, Kim Jong-un, el gran líder; presumamos de Kim Jong-un, un padre amigo”- y nos vamos a hacer lo mismo a una calle de Madrid para salvar la democracia. Celtiberia show.

Claro, se ha banalizado tanto todo que un deporte gubernamental es sacar a pasear a Franco y la Guerra Civil que terminó hace 85 años, pero que mantenemos viva la llama y apoyamos una ley que llegará a tratar hasta los temas del primer gobierno de Felipe González en 1983. Y todo porque se empeñan en impugnar la Transición.

Por entonces tronaban los transistores aquello de “Dicen los viejos que en este país hubo una guerra; que hay dos Españas que guardan aún el rencor de viejas deudas; Dicen los viejos que este país necesita palo largo y mano dura para evitar lo peor”. Y quien cantaba decía lo de “yo solo he visto gente que solo desea su pan, su hembra y la fiesta en paz”. Y la cosa iba a más: “Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana y no es posible que así pueda haber Gobierno que gobierne nada; dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta, que todos aquí llevamos la violencia a flor de piel”. Y coreábamos lo de “gente que tan solo pide vivir su vida, sin más mentiras y en paz”, para entrar al estribillo “Libertad, libertad, sin ira, libertad; guárdate tu miedo y tu ira, porque hay libertad. Sin ira, libertad[9]. La de Jarcha fue la canción de la transición, la que nos imbuyó de dignidad para hacerlo.

Caemos en la ira por puro desconocimiento de quienes somos y hasta dónde hemos llegado.

Mirémosnos lo que pasó en este país desde que arrancó el siglo XX… ¿por qué olvidándonos del anarquismo o del pistolerismo, de los asesinatos de Canalejas[10], Dato[11] o de ‘el noi del sucre’[12], de la agitación política de los años 20 y la influencia de Georges Sorel[13], la psicología de masas de Gustave Le Bon[14] o Gabriel Tarde[15], de los sucesos de Casas Viejas[16] o del durísimo comienzo de la década de los años 30…? Desde la crisis del Régimen liberal fuimos dándonos en las dos mejillas hasta templar armas en la Guerra Civil saldando salvajes cuentas antes y después por reformas que llegaron a destiempo o que aún tardarían en llegar.

Hace noventa años vivimos una situación muy particular; 1933 fue un año especialmente intenso que marcará, con dos revoluciones[17], un proceso que nos empeñamos en olvidar y reprotagonizar. ¿lo investigamos?

Y de allí, a palos, hasta 1939 y las secuelas de una guerra fratricida que muchos se empeñan en sacar a pasear una y otra vez.

Escuchaba ayer mañana con pesar y desazón el grito coreado del ‘¡No pasarán!’. Es triste y lamentable. Y lo es porque quienes lo lanzan no tienen ni idea de quien era José Miaja[18]; ni saben nada de aquella arenga de noviembre de 1936 cuando el gobierno republicano abandonó Madrid a la suerte del general; y este, recordando el grito francés “Verdún, On ne passe pas!” -que era de 1916-, lo convirtió en el “No pasarán”[19]. Entonces fue una llamada a defender la democracia, las libertades y los derechos que habían sido conquistados durante la República y, más que nada, una súplica a la unidad y determinación ante tantas y diferentes fuerzas políticas, ideológicas y sociales militarizadas que con divergencias y disputas internas hacían inviable una frente común; cosa que resolvió el teniente coronel Vicente Rojo Lluch[20]. Que esto es de primero de sentido común. No es ideología ni visceralidad; es sensatez, cordura y juicio, materias en las que veo a muchos españoles cuesta abajo y sin frenos.

No, se quedan en la idealización del grito, puro postureo; olvidan lo que lo motivó.

Y mientras Pedro reflexiona he leído barbaridades en redes sociales; textos de amigos periodistas por los que aún -tras leerles- siento un rescoldo de admiración que me anima a creer que se trata de una obcecación pasajera. Pero con radical pesimismo temo que sea radicalización. No pueden tergiversar así la realidad; ¿qué virus me los ha infectado?

Me han referido -y terminado por ver- lo de una peruana que desarrolla sus cometidos en el Canal Red[21] de Pablo Iglesias, plantear en La Hora de La 1 la intervención del Poder judicial para que se controle a Medios de comunicación[22] y en concreto a aquellos periodistas que, dijo, “mienten”; e, incluso, la intervención directa de Medios a los que ella calificó de “corruptos”. Y los demás tertulianos, de convidados de piedra. Bueno, uno le animó a que, teniendo pruebas de todo lo que estaba escupiendo, lo publicara. Un brindis al sol… y así hemos llegado a esto.

Estefanía, y vuelvo a mi lectura de la mañana del sábado, denunciaba la estrategia de la crispación que ya ha pasado al tercer nivel: a afectar a los ciudadanos. Es responsabilizar de la situación a quienes la padecen y no a quienes la provocan. Y esa es una bochornosa práctica habitual que se realiza sin pudor,

Pero a lo que vamos, que es lo de la democracia representativa. No miren muy atrás, que es cosa del XIX. Es de cuando arranca eso de que la soberanía popular está delegada en las instituciones gubernamentales que ejercen la autoridad en nombre del pueblo.

A veces olvidamos que la democracia representativa es un tipo de gobierno cuyos actos presentan una correspondencia relativamente estrecha con los deseos de relativamente muchos de los representados; no de todos.

Robert Dahl, politólogo norteamericano, sostenía que para que fuera posible la democracia participativa, que él llama poliarquía, debían existir una serie de garantías como el control de las decisiones gubernamentales, las elecciones libres e imparciales con determinada frecuencia, las consiguientes sustituciones de políticos que salieran de esas elecciones, que estas fueran tranquilas, lógicas y consecuentes; que hubiera derecho a elegir y a ser elegido y, como colofón, tres derechos básicos: libertad de expresión -en particular de expresión política, incluida la crítica a los funcionarios, al estado, al sistema político, económico y social y a la ideología dominante-, libertad de información -sin que gobiernos o grupos la monopolicen- y derecho efectivo de asociación.

Yo creo que esto que está pasando nos lo debemos hacer mirar y muy seriamente. Así vamos mal.

Yo creo que el problema es la crispación. Y más que la crispación es sí, el problema lo crean quienes acusan a los otros de crispar. Aunque, en realidad, lo que aquí en la vieja piel de toro llaman “crispar” y se pide que se deje de hacer, es lo que en cualquier democracia del mundo occidental se denomina confrontación de ideas y de opiniones, y lo que todo el mundo supone que es lo que se debe hacer en democracia.

Lo anormal en la vieja piel de toro no es que la oposición se oponga al Gobierno; lo anormal es que el Gobierno pretenda que la oposición permanezca en silencio y que se actúe para conseguir que efectivamente ese silencio se produzca.

Ahora, ayer sábado lo dijeron, hay quien grita con fervor ¡Todos con el líder! Porque advierte que si eso no ocurre eso la democracia se hundirá en el barro.

Esto es de primero de comunismo; pero lo llaman fascistización

¿Pero qué nos está pasando? Va a ser que el sueño de la razón produce monstruos… y esperando a que al quinto día se nos manifieste.

 

 




[1] Henri Charrière "Papillon", escritor y marino francés, condenado a trabajos forzados en la Guayana Francesa en 1931 por un crimen que no cometió en París. Se fugó en 1941 y aunque fue capturado en la Guayana venezolana y nuevamente encarcelado en ese país terminó siendo puesto en libertad en octubre de 1945. Se naturalizó venezolano en 1956 y su causa prescribió para la justicia francesa en 1967. En 1969 escribe su historia, Papillón, y regresa a Francia, ya famosos, a reencontrarse con su familia. En 1970 se instala en Fuengirola, lleva sus peripecias al cine (Papillon, 1973; Franklin J. Schaffner dirige a Steve McQueen y Dustin Hoffman. En 2017 se hace una secuela con el mismo nombre) y escribe un segundo libro, Banco, donde describe su vida en Venezuela desde que escapa de la Isla del Diablo hasta volver a Francia a ver a los suyos. Murió en Madrid en 1973.

[2] Gordon Matthew Thomas Sumner; líder de The Police, siguió en solitario y ya ha vendido más de 100 millones de ciscos, conseguido 16 premios Grammy y fama y renombre mundial. Su canción Love Is The Seventh Wave le ha traído a este Post. Es uno de los grandes de la m´husica.

[5] Presidenta del Congreso de los Diputados entre 2019 y 2023 y ministra de Política Territorial entre 2018 y 2019 en el Gobierno de Sánchez.

[7] Ron Jones (Palo Alto, California, 1941); escritor y profesor estadounidense. Mientras impartía clases de Historia Contemporánea en un instituto de Palo Alto, California, fue el iniciador de un experimento psicológico con adolescentes en torno al nacimiento del nazismo llamado “Tercera Ola”; en 1967.

[8] Discurso de Gettysburg; 19 de noviembre de 1863, cuatro meses y medio después de la terrible Batalla de Gettysburg que marcó en inicio de la ofensiva de la Unión durante la guerra civil norteamericana (1861-1865). Termina con la frase and that government of the people, by the people, for the people, shall not perish from the earth. Y la fórmula del “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” para definir la democracia ha sido adoptada incluso en el artículo 2.º de la Constitución de la Quinta República Francesa. Como anécdota diré que el principal discurso en aquella mañana de primavera era el del académico Edward Everett, pero se tiró dos hora de perorata y aburrió a las ovejas. En cambio, Lincoln, en 3 párrafos y 271 palabras, en 3 minutos, hizo historia.

[9] La Jarcha era una breve composición lírica de los poetas andalusíes árabes o hebreos entre los siglos XI y XIV. Buscando rescatar y divulgar las canciones populares andaluzas en 1972 se formó en Huelva el grupo Jarcha musicando viejos poemas andalusíes mozárabes y composiciones de autores históricos y poetas contemporáneos andaluces hasta que relataron el tránsito del franquismo a la democracia con la obra de Rafaél Baladés y José Luís Armenteros y Pablo Herreo, "Libertad sin ira" hasta convertirla en el himno de la Transición.

[10] José Canalejas Méndez (1854-1912); abogado y político regeneracionista y liberal español. Siendo presidente del Consejo de Ministros, murió asesinado en un atentado terrorista.

[11] Eduardo Dato e Iradier (1856-1921); abogado y político español, varias veces ministro y presidente del Consejo de Ministros durante el período de la Restauración. Cuando se produjo el estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1914, como presidente del gobierno decretó la neutralidad española en el conflicto. En marzo de 1921 fue asesinado por pistoleros anarquistas.

[12] Salvador Seguí Rubinat (1887-1923), apodado el El noi del sucre, uno de los más destacados anarcosindicalista de España de principios del siglo XX. Buscó dar un nuevo impulso a la lucha proletaria sin olvidar las esencias de su ideario anarquista. Fue asesinado el 10 de marzo de 1923 por pistoleros del Sindicato Libre, que en su momento estuvo asociado a la patronal catalana.

[13] Georges Eugène Sorel (1847-1922); filósofo francés y teórico del sindicalismo revolucionario. Es conocido por su noción de la violencia como factor determinante en el proceso histórico y ha sido considerado como uno de los introductores del marxismo en Francia.

[14] Gustave Le Bon (1841-1931); sociólogo francés y físico aficionado. Muy influyente en el campo de la psicología social por sus aportaciones sobre la dinámica social y grupal. Fue autor de numerosos trabajos en los que expuso teorías sobre los rasgos nacionales, la superioridad racial, el comportamiento y la psicología de las masas. Influyó decisivamente en Hitler.

[15] Jean-Gabriel de Tarde (1843-1904); sociólogo, criminólogo y psicólogo social francés. En sus análisis concibió la sociedad como un producto de la vida social, basada en pequeñas interacciones entre individuos, donde la imitación y la invención eran centrales. Entre los conceptos que inició estaban la mente grupal y la llamada psicología de masas, con atención a la opinión pública, donde anticipaba varios desarrollos modernos.

[16] Levantamiento campesino contra el Cuartel de la Guardia Civil de Casas Viejas, Cádiz, entre el 10 y el 12 de enero de 1933. Es uno de los hechos más trágicos de la Segunda República Española. Liberado el cuartel el 11 de enero se buscó a los responsables, sindicalista de la CNT. El 12 de enero, una unidad de guardias de asalto, al mando del capitán Rojas, que había recibido la orden del director general de Seguridad en Madrid, Arturo Menéndez, para que se trasladara desde Jerez y acabara con la insurrección, ocasionó la masacre de campesinos que inició el desencuentro entre el campesinado más pobre y los ideales de la República con su promesa de reforma agraria y de mejora de las condiciones de trabajo.

[17] La CNT contra la República: Enero de 1933, segunda de las revoluciones anarquistas donde el diario oficial de la CNT escribía que: la política represiva... sectaria de los socialistas que detentan el poder y usan de él contra los intereses de los trabajadores. Por eso, “vencida una insurrección surge otra, resuelta una huelga, otra se produce; apaciguado un motín, estalla otro mayor”. Los sucesos de Casas Viejas se enmarcan en ella. Diciembre de 1933, tercera de las revoluciones anarquistas donde las milicias armadas de Aragón pretendieron implantar el comunismo libertario. Se extendió por  Extremadura, Andalucía, Cataluña y la cuenca minera de León tras la victoria electoral del centro-derecha. El 14 de diciembre fue declarado el Estado de Guerra e intervino el Ejército para restablecer el orden. El día 15 la CNT dio la orden de volver al trabajo y al día siguiente la policía detenía al comité revolucionario. Durante la insurrección se registraron violentos choques con la fuerza pública, descarrilamientos de trenes, voladuras, destrucción de archivos, incendio de iglesias, sabotajes de vías férreas y puentes, así como líneas telegráficas y telefónicas, junto a numerosos tiroteos y escaramuzas.

[18] José Miaja Menant (1878-1958); militar español conocido por su papel en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil Española (8-23 noviembre del 36; y hasta el final de la guerra). Crítico con el desenlace que la contienda tomó para la Segunda República, en marzo de 1939 apoyó el llamado golpe de Casado y aceptó presidir el Consejo Nacional de Defensa que intentó negociar, sin éxito, el fin de las hostilidades. En los últimos días de la guerra civil abandonó España y marchó al exilio, primero en Francia y, después, en México. Recibió la orden de defender Madrid a toda costa. Para ello contó con un excelente asesor soviético, el coronel Vladimir Yefimovich Gorev, y un concienzudo jefe de Estado Mayor, el teniente coronel Vicente Rojo.

[19] Aunque se hiciera famosa en Verdún, ya los liberales españoles del XIX, hacia 1820, inspirados en el Libro de Job –“Hasta aquí llegaréis y no pasaréis de aquí”- la pronunciaban. José Antonio Primo de Rivera, en 1934, tuvo su versión: Moscú no pasará, el separatismo no pasará. Dolores Ibárruri, ‘Pasionaria, la suya el mismo 18 de julio de 1936: el fascismo no pasará; No pasarán los verdugos de octubre (de la revolución minera de Asturias de 1934.

[20] Vicente Rojo Lluch (1894-1966); militar español, jefe de Estado Mayor del Ejército Popular de la República durante la guerra civil española, conocido por su destacada participación en la defensa de Madrid, así como en el planeamiento de la batalla del Ebro, la batalla de Brunete, y finalmente el Plan P (llegar con la línea del frente a Portugal). A pesar de estar en el bando republicano, él mismo se definió como católico, apostólico y romano. Al finalizar la guerra estuvo exiliado en Francia, Argentina y Bolivia. En 1957 regresó a España donde fue juzgado por auxilio a la rebelión y perdió su empleo militar. Fue autor de diversos libros relativos a la narración histórica de la guerra civil española, así como del entorno social que rodeó al conflicto. A su fallecimiento 15 de junio de 1966 los diarios ABC y Ya le reconocieron su empleo de general y lo calificaron como “el jefe militar más brillante del ejército republicano durante la guerra civil”.

[21] Canal RED es un canal de televisión en español que emite en abierto por internet y TDT dirigido desde su inauguración en marzo de 20232 por Pablo Iglesias Turrión y financiado, dicen, por micromecenazgo. El canal se centra en noticias relacionadas con la actualidad política de España y América Latina.

23 abr 2024

Reflexionando... sobre el modelo turístico y el acceso a la vivienda en las zonas turísticas

 

 

 

Hablamos, sin pudor, de la necesidad de un cambio de modelo productivo en España. Y esto, especialmente, se hace en los grandes destinos turísticos donde encontramos situaciones agravadas en torno al acceso a la vivienda. Le echamos la culpa al turismo… y, blandiendo estulticia, a otra cosa mariposa.

El 20A en Canarias ha salido hasta en la sopa de Medios. No dudo de que Canarias tenga un límite, como dice el lema de los manifestantes… Pero es lo que tienen las islas, límites (bordes): terminas en el mar. Ah, bueno, que se refieren al modelo turístico; pues también, terminas en el mar.

En esto del turismo patrio, como decía Sancho al hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor (que cuando esto escribo celebramos el Día del Libro): “quien busca peligro, perece en él”, como cuando don Alonso se metió en la aventura de los batanes[1] [2]… Mucho ruido, pero es lo que te da de comer.

En lo de dejarse llevar por las emociones sobre el territorio sin tener plan B es un gran error.

El modelo turístico español -Sol y Playas- viene resultando ser un éxito desde los años cincuenta… aunque lo de “la industria de los forasteros” tiene un principio anterior.

Arrancó tras la IIGM con generaciones de europeos que buscaban su seguro de sol y tipismo en la vieja piel de toro (e islas adyacentes) y se consagró en los setenta con paquetes turísticos adquiridos en los países de origen hacia los tradicionales destinos de sol y playa que habían desarrollado un ocio adaptado a ellos.

El proceso ha ido evolucionando gracias a los vuelos low cost y la Internet; y complicándose. Ahora, tras la pandemia Covid19, es una necesidad donde el Sol y Playas, pese a quien le pese, es lo que tira del carro del turismo. Por ello, por el sol y las playas, los destinos turísticos españoles han ido jalonando éxitos, uno tras otro, y son referentes internacionales.

Este modelo productivo español sigue vivo y gozando de éxito -ya verán los resultados de este 2024… si Putin y Zelenski, el Estado Islámico, Kim Jong-un, Netanyahu, Haniya y Jameni no la lían aún más- con todas sus singularidades. Al final, apunten que ya verán, sumaremos 200.000 millones de euros de ingresos, el 13’4 del PIB, y hasta un 17% de nuevos empleos, aunque muchísimos sean raquíticos, en una España de subvenciones que ha cerrado 2023 con un déficit del 3’6% y una deuda de 107’7%. ¡Olé! Por fin estamos a la cabeza de algo en la UE[3]: el país con más deuda regional. ‘Olé, olé y Olé!

La cuestión ahora es que las nuevas –y no tan nuevas- generaciones de turistas están cambiando y los nuevos perfiles demandan una oferta de productos y servicios diferentes y diferenciales que poco a poco los destinos van enfocando con dispar criterio y, se mire como se mire, manteniendo el éxito.

Cambiar el modelo a estas horas de la película es complicado. En España crecen los servicios y la industria se contrae. Así es que… Modelo turístico al canto porque en lo que es la industria tradicional, acabamos de esquivar por los pelos la recesión técnica[4].

Menos mal que tenemos turismo, que si no…

El dinamismo de los servicios contrasta con el anquilosamiento de la industria.

La economía española lleva década y media tambaleante; la brecha de productividad de España con la eurozona fue de casi 14 puntos en 2023 y no hay visos de mejora.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada y el Consejo General de Economistas explicaban allá por febrero último que “la escasa y poco competitiva inversión en activos intangibles (capital humano, tecnológico y social), los desajustes existentes entre la oferta y la demanda de trabajo, la elevada temporalidad del empleo, y las barreras a la financiación para las empresas pequeñas, especialmente para las tecnológicas” complicaban el problema patrio. Desde 2010, España ha retrocedido en PIB per cápita “más de veinte años[5].

El Gobierno pregona que está cambiando el modelo productivo (¿?) gracias a los fondos europeos de recuperación (¿?), pero los datos –y el sentido común- le contradicen. Es que las evidencias les rebaten de continuo. Pero ellos erre que erre; aunque la realidad sea más tozuda. La luz al final del túnel es un Talgo de la serie 106 que viene de frente…

Sólo el turismo resiste y presenta cuentas: en 2023 España recibió 85,1 millones de turistas internacionales y el turismo alcanzó un 12,8% del PIB, impulsó el crecimiento de la economía y creó más y –dicen los exégetas del sanchismo que- mejor empleo; su contribución a la economía alcanzó el 12,8% del PIB y fue el mejor año desde que existen estadísticas, con la generación total de 186.596 millones de euros a través de su actividad. Y resulta que el 17% de todos los puestos de trabajo creados en 2023 correspondieron a empresas de la industria turística. Fueron, concretamente, 95.224 empleos más que en 2022. Además, la tasa de temporalidad bajó hasta el 8% y las subidas salariales fueron las mayores de toda la economía española, con una media del 4,4%. El PIB turístico creció un 13,1%, que se traduce en el 70,8% del crecimiento de la economía española, que el Banco de España sitúa en el 2,4%. Si es que habríamos de reverenciar al turismo.

Asín que… al turismo, ni me lo toquen.

¿Cómo van a intentar cambiar lo único que funciona?

Ahora bien, con las cifras más elevadas de la historia… al final, el sector turístico tira del carro, nos saca del apuro y conserva los mismos problemas desde hace años. Y esto sí que nos lo tenemos que hacer ver.

Es triste decirlo, pero el sector turístico es un sector que fundamentalmente se nutre de una fuerza laboral de poca o nula cualificación. ¿Algo a remediar?, sí. Y para más inri, en la oferta complementaria, encontramos un cierto nivel de economía sumergida. Es duro decirlo, pero es que, si no, ¿cómo explicas que este país sobreviva con tasas de paro del 25 por ciento, que -de ser ciertas- nos llevarían a buen seguro a una rebelión social?

Nada, remediémoslo con formación y capacitación profesional.

Pero el nuevo personal -formado y capacitado- se encuentra con el mismo panorama laboral que el ni formado ni capacitado: falta de condiciones laborales competitivas y salarios bajos. Estas dos lacras parecen confirmarse como los motivos que se amagan detrás de la falta de personal cualificado en el sector turístico.

En 2024, el SMI es de 1.134 euros mensuales en 14 pagas; 1.323 euros mensuales si es en 12 pagas. A un camarero, y con formación, se le ofrece poco más… y tiene por delante largas jornadas y que pagarse una solución habitacional a los precios que están. Mala pinta, oiga.

Sin lugar a duda hay que seguir en clave de turismo, pero habremos de reorientarnos hacia modelos puntuales más racionales, al tiempo que ir desarrollando productos innovadores que permitan la convivencia de más de un perfil de turista en el mismo destino, evaluando el beneficio empresarial y social que ello deberá conllevar; habrá que tener una visión de futuro integrada aunando esfuerzos en alianzas público-privadas; mejorar en conectividad -ahora el gob (con estos mendrugos es inapropiado terminar el nombre) anuncian la “expansión” del aeropuerto de El Altet.

Con un par, el presidente de AENA, Maurici Lucena, ha soltado por su boca en la junta de accionistas de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea un “Quiero subrayar, para que quede claro en la Comunitat Valenciana, que se expandirán los aeropuertos de Alicante-Elche y de Valencia”. No podía ser menos habida cuenta que el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández cerró 2023 con 15,7 millones de pasajeros registrados, 4,6% más que en 2019 (el último año previo a la pandemia). El tráfico nacional supuso el 14% del tráfico comercial (frente al 11% del 2019). “El Altet” (yo, es que soy así y lo de Alicante-Elche ‘Miguel Hernández’ me suena progre) ha logrado la desestacionalización de la operativa al superar el millón de pasajeros en doce de los trece últimos meses…

Por ello lo de la expansión me sabe a cuerno quemado cuando se está pidiendo la construcción de la segunda pista y la conexión ferroviaria.

¿Podemos llamar a las cosas por su nombre?; ¿Qué supone la expansión?; ¿cómo encajamos en esto lo de acción o efecto de expandir? Aquí hablamos de construir, otro verbo y otra necesidad, donde lo importante es planificar a medio y largo plazo. Esperando estoy el informe de las cámaras de comercio en el vecino mes de mayo.

Aquí, lo que importa es ser impepinablemente sostenibles y tener el turismo como estrategia de país

Sí, tener el turismo como estrategia de país –repiénseselo, manifestante del 20A- y planteéselo. Y luego está la normalización hacia el DTI como una de las más brillantes opciones de futuro en materia de turismo.

Sobre todo porque ahora al turismo -y a las zonas turísticas- le reaparece -lleva ya un tiempo- el problema de la vivienda que se está convirtiendo en la madre de todas las cuestiones.

Y es verdad. El acceso a la vivienda es un problema.



Yo me acuerdo del torpedeo socialista de la Ley del Suelo popular nada más despuntar el siglo XXI y, también, de una de las sentencias más desafortunadas que se recuerdan en la que el Tribunal Constitucional otorgó a las Comunidades Autónomas la competencia exclusiva en materia de ordenación urbanística[6] [7], privando al Estado de una de las escasas posibilidades que le quedaban de influir positivamente en la solución de este problema. Aunque si la cosa fuera de este gob, como se está demostrando, peor estarían las cosas. ¿Se acuerdan cuando la ministra Trujillo, María Antonia por nombre, reinventó la corrala[8]? Pues la pelota estaba en el tejado de las Comunidades Autónomas

Le Corbussier trabajó en esto de la solución habitacional desde 1914… y así llegó la unidad de habitación transitoria (1944; treinta años rulando la idea) hasta culminar la idea en la Unidad de Habitación de Marsella (1952) y sus nuevos vuelcos en 1961 y 1964… y no ha cuajado.

En este país vamos a empujones en este tema (y en todos) y la cosa nos fue como nos fue en vivienda –lamentándonos siempre- hasta que, recordemos, en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria y nos quedó patente que la vivienda, que había sido tradicionalmente considerada como un activo financiero y no una necesidad básica del español medio, era un problema… tras aumentar los casos de ejecución por impago de hipotecas.

La vivienda pasó a ser necesidad acuciante y acabó convirtiéndose en el problema patrio.

Problema que en realidad se circunscribe a la cuestión de la pasta gansa: los salarios actuales de la gran mayoría de los jóvenes españoles y de buena parte de la sociedad apenas dan para alquilar o intentar comprar una casa medio digna.

Concluyamos que es muy difícil encontrar vivienda asequible, en alquiler o propiedad, en las principales ciudades de España… por el motivo de los sueldos.

Este problema se ha acrecentado en el último año con la nueva ley de la vivienda, el continuado aumento de los precios y la recalcitrante subida de los tipos de interés.

En el estándar ideal de gasto de las personas ningún español debería destinar más del 25% a vivienda (alquiler o pago de hipoteca; lo que se conoce como tasa de esfuerzo de hogar) y el Banco de España decía -en febrero último, una vez más-, que los españoles destinaron más del 40% en 2023; con casos referenciados de más del 50%. El esfuerzo de los alemanes es tan solo del 15%; ¡Mein Gott! Algo estamos haciendo mal.

Así, cobra tremendismo (al menos para mí) es que, en 2021, el 42% de los hogares españoles con españolitos de entre 30 y 44 años no era propietario de su vivienda, lo que supone quince puntos más que hace diez años. Y no doy con el dato de 2023 que, seguro, es aún más descorazonador.

Y desazona ver los casos de jóvenes parejas, con dos sueldos del sector turístico, que tienen que alejarse más de Benidorm para encontrar algo que no les suponga tanto esfuerzo de hogar… o ver en la tele profes de primaria a las que les sale más a cuenta los 800 euros al mes que se gastan en volar de Palma a Ibiza (a los isleños les cuesta más barato volar) que alquilarse un casuto en la más grande de las Pitiusas.

Y, de repente, me ha venido a la mente la novela de Rafael Azcona, llevada al cine en 1958, “El pisito”, donde Petrita y Rodolfo resulta que no se podían casar porque no les llega el parné para el pisito. La solución (maquinada por Petrita; las mujeres en esto –y en casi todo- son más lsitas) es que Rodolfo se case con la vieja casera, doña Martina, y a la muerte de esta en viudo herede ¡el contrato de alquiler sobre el inmueble de renta antigua! y, por fin, se puedan casar al contar con un pisito donde vivir su amor.

Pues así estamos en 2024 (como en los 50 de la España en blanco y negro); pero doña Martina ahora no existe; y, mucho menos, los contratos de renta antigua en las zonas turísticas.

Por cierto, cuando se escribió la novela y se guionizó, en aquella España de postguerra se estimaba que existía un déficit de un millón de viviendas para cumplir el proyecto franquista “una familia, una vivienda”. Y en 1957 se creó el Ministerio de la Vivienda (Decreto Ley de 25 de Febrero). Antes ya estaba el Instituto Nacional de la Vivienda (1939); pero la solución llegó con la Ley de Arrendamientos Urbanos (1951) que puso en marcha un Plan de Urgencia Social de viviendas subvencionadas… Y con el II Plan Nacional de la Vivienda (1961-1975) se construyeron 4.080.619 viviendas sociales. Sí, ha leído bien: cuatro millones ochenta mil seiscientas diecinueve… más de cuatro millones.

Deténgase en estos números: en 14 años, entre 1961 y 1975, se construyeron -con voluntad- más de cuatro millones de viviendas para cubrir la demanda del enorme crecimiento vegetativo de la población española, asumir la emigración interna y la reposición de vivienda antigua.

Vale: sálgame denigrando con las calidades o lo que quiera; pero se trata de más de cuatro millones de viviendas todo lo fachas que usted quiera.

Puede que duela recordarlo, pero los españolitos de entonces, ahorrando, se podían comprar el pisito (en 1977, el 77,8 % de los españoles era propietario de su casa) o, en su defecto, podían pagar el alquiler gracias a la Ley de Viviendas de Renta Limitada (1954) y la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos (1964). Leyes franquistas, eso sí.

Por cierto, el decreto Boyer (Real Decreto 2/1985, de 30 de abril), sobre medidas de política económica, supuso la liberalización del mercado de alquileres poniendo fin a la dictadura franquista en materia de rentas de viviendas. Asín que… todo el monte se convirtió en orégano.

Y hasta aquí que les leo porque me entra el tembleque cuando leo que en los años que llevamos de Democracia -cuatro décadas largas- sólo se han construido 2’36 millones de viviendas protegidas en España y con periodos de protección de entre 10 y 30 años, con lo que cumplidos estos años las viviendas pasan al mercado libre con precios de mercado.

Vamos, que en materia de vivienda, guste o no reconocerlo, cuesta abajo y sin frenos hasta el problema de hoy, que arrastramos bastante más de una década.

Ahora mismo, en vivienda protegida y vivienda social, resuenan más quejíos, ayes y lamentos que en un arranque de la Niña de los Peines (y que me disculpe doña Pastora Pavón por meterla en este ajo).

Hay en España, INE dixit, 26’8 millones de viviendas; 60.334 en Benidorm (toque localista que me brota al pronto).

De los 26’8 millones, 19’35 millones son viviendas principales y hay, cuentan, más de 3’5 millones de insuficientes viviendas vacías, lo que le molesta a muchos olvidando que son propiedades privadas. Sí, también tenemos 3’8 millones de las llamadas viviendas de uso esporádico y unas 290.000 en alquiler social… Están todas contabilizadas. Sabemos las viviendas que hay y, como se hizo en la España franquista, sabemos las que faltan… y las que habría que construir cada año. Pero falta la voluntad y el parné para ello.

Este año, dicen desde la patronal del sector y refrendan los portales inmobiliarios, se van a construir 110.000 viviendas en España, aunque se necesitarían 40.000 más, al ritmo de 150.000 viviendas al año -sólo en vivienda pública- durante una década para atender la demanda -1’5 millones- y regularizar el mercado, confiando, dicen los expertos, que si todo va bien se pudiera acceder a ellas, suponiendo que los españolitos consiguieran detraer de su sueldo la cantidad necesaria. Hace unos días, el 14 de abril, la ministra de Vivienda del gob actual confirmó el déficit de 1’5 millones de viviendas públicas (aunque varios estudios reclaman 2’4 millones) y recordó, una vez más, la manida promesa de 184.000 viviendas hasta el final de la legislatura en curso, que, de construirse, sólo cubrirían en 12’3% de la necesidad.

Es que la Administración debe implicarse. En 2002 España gastaba algo más de 1% del PIB en vivienda pública; en 2022, veinte años después, algo menos del 0’5%. Y encima me saldrá alguien a decir que el gob puso en 2022 la nada despreciable cantidad de 6.900 millones de euros en vivienda… pero como 4.200 millones fueron a ayudas al alquiler y todo eso, a la construcción pura y dura, al ladrillo y desde las comunidades, solo llegaron 2.700 millones... que para un país como este… ¡es nada! ¡Terrible!

Hay un informe de la OCU[9] al respecto que deja sin aliento ya en la página 4…

Y hasta tenemos una Ley de Vivienda (Ley 12/2023, de 24 de mayo) que está a punto de cumplir un año y gracias a la cual el metro cuadrado ha pasado de 1667 € a 2079 €. ¡Olé!

El efecto real ha sido contracción del mercado e incremento de precios por ausencia de oferta y estancamiento de la demanda. Vamos, otra ley sanchista inútil que ante el resultado ha hecho salir a los integristas de a bordo pidiendo expropiar viviendas a sus legítimos propietarios mientras el gob mantiene normas de intervención que suponen un grave atentado contra la libertad de mercado y la propiedad privada en vez de entrar de lleno en el tema y dar seguridad al propietario.

Hasta los mononeuronales saben que la seguridad jurídica al propietario del inmueble es la verdadera solución para poner viviendas vacías en el mercado de alquiler; dando mayores garantías a los propietarios y hacer que la ley se cumpla en tiempo y forma es lo que elevaría la oferta de pisos en alquiler. Y, naturalmente, construir más vivienda protegida. Pero dar garantías de seguridad al propietario fachurrón está mal visto.

El 95% del parque de vivienda en alquiler está en manos de particulares; pequeños propietarios y ahorradores que habían visto en el sector de la vivienda un mercado seguro en el que poner sus ahorros y obtener una lógica rentabilidad. Buscan, naturalmente, proteger su patrimonio y, para ello, necesitan la máxima seguridad y estabilidad. Lo mismo, convencido estoy, que los inquilinos. Aunque los hay que por hache o por be, ante una ley garantista para ellos, pasan de cumplir con sus obligaciones contractuales.

Caer en manos de alguien que alquila y no pagua y que, encima, pueda ocasionarte una serie de daños en la propiedad cuando le reclamas, es lo más temido; porque no los puedes echar ni con aceite hirviendo y te metes en un proceso legal… Y como dice el refrán patrio: pleitos tengas y los ganes. Hay tal impunidad que muchos echan la llave al pisito o se pasan al alquiler turístico y... ya saben el lío que hay...

En España, he de reconocer, hay seguridad jurídica. Me lo jura un amigo magistrado. Aunque él mismo añade que “los plazos para hacer cumplir la ley son tan largo y tan flexibles que la sensación generalizada es que no; que no la hay. Pero la hay”. Ahí te quiero ver.

En el Índice Internacional de Derechos de Propiedad 2023 que elabora la Property Rights Alliance y publica el Instituto de Estudios Económicos resulta que España está en el puesto 22, de 37 economías desarrolladas; un 4,2% por debajo del promedio observado en la Unión Europea. Sí, Álvaro: haberla, hayla; pero… Eu non creo nas meigas, pero habelas hainas.

Aquí, si los inquilinos te dejan de pagar y se quedan en el pisito, te jodes y bailas al son que ellos marcan porque no te queda más remedio que hacerte cargo de sus gastos y tus gastos (comunidad, IBI, hipoteca, agua, luz, etc.) y seguir sin percibir ingresos en concepto de alquiler. ¡Olé! Y no les digas nada que te denuncian. Y si se van, a ver cómo consigues cobrar la adeudado y los posibles daños. Una ruina.

Por eso, echas el cierre y buscas la oportunidad de rentabilizar la inversión que realizaste con tus ahorros o con aquella primitiva que te cayó o con el pisito que te legó Petrita, que seguro tuvo hijos con Rodolfo y eres heredero único de la buena señora. Muchos se pasan al alquiler turístico más ágil, más rentable, más resolutivo.

Un estudio de investigadores del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona sobre los pisos de Airbnb (2007 y 2017) concluyó que este tipo de actividad causa el incremento de alquiler y encarece la compra en las zonas de Barcelona donde se instalan estos alojamientos.

Desde FEVITUR el amigo Sotillos me dice de continuo que nones y, donde quiera que va, sostiene que no puede achacarse el problema de la vivienda en España a la existencia de pisos turísticos: “El nivel de viviendas de uso turístico en España es sólo el 1,15% del total construido”.

Y eso me reafirma: sólo una seguridad jurídica real y actuar en consecuencia en la construcción de vivienda protegida -pública o privada- podría ser la verdadera solución al problema del alquiler para el acceso inicial a la vivienda.

Ahora mismo, sólo el 10% de lo que se construye es vivienda protegida; y de ese 10%, el 80% proviene únicamente de inversión privada. ¿Oído, cocina?

El caso es que si hubiera más vivienda pública y -¡atención!- sueldos en consonancia no tendríamos estos problemas de ir arremetiendo contra el modelo productivo que es el que es: contra el Turismo.

Y con la que está cayendo… del turismo diremos que… Eppur si muove…

 

 


 



[1] Batán: máquina generalmente hidráulica, situada en un curso de agua, compuesta de gruesos mazos de madera, movidos por un eje, para golpear, desengrasar y enfurtir los paños.

[6] SENTENCIA 61/1997, de 20 de marzo; (BOE núm. 99, de 25 de abril de 1997) en https://hj.tribunalconstitucional.es/es-ES/Resolucion/Show/3326

[8] Tipo de vivienda característica del viejo Madrid, diseñada como casa de corredor con armazón general de madera, cuyos balcones dan a un patio interior. Modelo de edificación de vecindad populosa y castiza de los siglos XVII, XVIII y XIX.