28 dic 2021

DE IMPUESTOS AL TURISMO, COSAS DEL XIX… Y LA ODITOLOGÍA

  

Andaba yo documentándome al respecto de la ignominia del nuevo impuesto turístico que nos quieren encalomar[1] y me he ido[2] hasta 1910 y una ley francesa sobre balnearios (ley de 13 de abril de 1910) donde la taxe de séjour de marras se impone porque “Francia pierde -perdía- una clientela turística rica en favor de balnearios extranjeros porque la infraestructura de los centros turísticos franceses no está a la par con aquellos”. Vale, cosas de por allí; pero se habla de “clientela turística rica”, de dinero.

Pretendía la taxe recaudar fondos a costa de los turistas para reinvertirlos en nuevas infraestructuras o en el mantenimiento y mejora de las ya existentes. Y hasta ahí puedo leer… porque no pone más.

Y el buscar que les digo me ha llevado por profundidades abisales insondables, mi batiscafo baja hasta la Llosa, que evidencian que en Francia lo de los impuestos y mordidas a los turistas viene de mucho atrás. Leyendo a Luís Lavaur, Turismo napoleónico, descubro inusitados aspectos. Les cuento.

Ya en 1802, inicios pues del siglo XIX, los turistas británicos -que por aquel entonces eran los únicos turistas del mundo mundial- se quejaban -epistolar y amargamente- de los impuestos que debían satisfacer en Francia. Y más de uno señalaba de lo bizarro de las tarifas de las postas, y la cadena de fielatos[3] establecida en las carreteras para cobrar peajes destinados “a su reparación”, y -sobre todo- de las insolentes exigencias de los postillones[4]”.

Leo que nada más firmarse la Paz de Amiens[5] (1802) los tourist británicos “volvieron en masa a París”; luego ya lo hacían antes de las guerras napoleónicas. Cosas del Grand Tour por un lado y del atractivo parisino para los de la pérfida Albión[6].

Es que, en esto del Turismo, a parte de la proyección del Camino de Santiago -que constituye el ‘primer movimiento turístico de la Historia’ como sostenía don Pedro Zaragoza cada vez que podía y como hizo en la conferencia inaugural de la faceta de estudios de Turismo en el Lope de Vega de Benidorm-, el primer paso lo dan los british buscando crear un cuerpo de diplomáticos, políticos, abogados y militares bien capacitados para erigirse como epicentro de la geopolítica mundial. Así, llevaban a los jóvenes lores a conocer los logros de los estados europeos modernos y el esplendor de las antiguas civilizaciones griega y romana… pues de cultura occidental hablamos.

El Grand Tour era un trayecto entre Londres y… algún punto de la bota itálica; hasta Lecce, la Venecia del Sur, recorriendo Francia e Italia (una entelequia de país hasta que Camilo Benso, conde de Cavour, declara la unificación del Reino de Italia en 1861), con proyecciones hacia Suiza, Alemania y Austria en función del momento bélico que viviera el viejo continente; alguno, incluso, se perdía por España. Con el tiempo, el Grand Tour se prolongó hasta la India y así entraban en contacto con las civilizaciones egipcia, otomana y del oriente lejano.

El turismo, en ese momento, constituía una ciencia -oditología, según Kotzebue- en la que había que especializarse más que una actividad de ocio. Y eso que aún no estaba en marcha, como tal, la geopolítica en sí misma -ni la teoría del heartland[7], ni el concepto del lebensraum[8]- porque ni Kjellen[9], ni Mackinder[10], ni Haushofer[11] estaban maquinándola, pero el Grand Tour estaba en marcha desde mediados del XVII y en el primer cuarto del XVIII era ya algo consustancial con el abolengo británico; sir Robert Walpole, primer[12] Primer Ministro del Reino Unido de la Gran Bretaña lo apoyaba. Su hijo, el arquitecto Horatio Walpole, inauguró mediáticamente una corriente que impulsó el movimiento que no sólo siguieron los jóvenes lores y sus preceptores; muchas familias acaudaladas realizaban largos viajes por Europa.

Puntos principales de referencia en el Grand Tour y de esos viajeros británicos con séquito eran París y el lago de Como en Italia. Pero en París era donde más provecho le sacaban a las ansias de conocer mundo los bristish tourist y a sus carteras. En 1802, el año a cuya profundidad he llegado, el Musée instalado en el Palacio del Louvre ofrecía la más egregia colección de obras artísticas, fruto de la “cultura” imperialista del momento[13]. Exhibían en París los ‘trofeos’ conseguidas por los ejércitos de Napoleón en expansión por Europa[14] y los pudientes británicos, a pesar de que unos meses antes eran acérrimos enemigos, no perdían la oportunidad -en 1802, insisto- de visitar, disfrutar y demostrar que la guinea[15], su moneda, era la más fuerte del conjunto europeo y mundial. Y sabedores del poderío económico de la guinea británica, los franceses se aprovechaban de los british tourist con todo tipo de impuestos. Cesare Cantú (1804-1895), un lombardo que deambuló por Madrid y terminó académico honorario de la RAE, en su Historia de Cien Años -aunque no lo pudo vivir, pero a partir de la narrativa epistolar de la época lo compila-, da cuenta del auge del turismo británico en aquel París napoleónico y del “escándalo del dinero que se dejaban los turistas británicos en la alegre capital”. Vamos, que el turismo funcionaba en una época en que viajaban muy pocos, sin agencias ni guías. Unos años después, hacerlo con una Baedeker's[16] era signo de distinción; y viajar sin ella una osadía.

Y en este buceo por las profundidades abisales del turismo napoleónico he dado con referencias a España; la España que se abría a la curiosidad de los posibles tourist en 1800 resulta que ofrecía la infraestructura viajera “más completa” de toda Europa, lo que me ha sorprendido en grado superlativo.

Habíamos estudiado sobre lo mucho hecho y creado por el murciano Moñino, conde de Floridablanca (con el ingeniero Agustín de Betancourt y su equipo) pero con todo, he quedado sorprendido por lo escrito sobre la vieja piel de toro por el alemán Fischer[17], el de Gemälde von Valencia (1803) que fue el primero en elogiar Benidorm[18]. En su Itinerarie Fischer apostilla que “jamás España había estado tan bien” como en aquellos días de inicio del XIX: “carreteras y servicio de transportes de viajeros dignos de los elogios de los pocos que se aventuraban”.

Parece que teníamos muy buenas infraestructuras (turísticas: carreteras y alojamiento) para los muy pocos que se aventuraban a traspasar los Pirineos. Un francés, Alexandre Louis Joseph, marqués de Laborde, conde del Imperio, escritor, viajero, anticuario y político, en 1808, poco antes de que Napoleón nos invadiera, contaba que “apenas se ven viajeros por España; pocos son los extranjeros que pasan. Durante mucho tiempo España se contó en el grupo de países olvidados; como no se encuentra en el camino hacia ningún otro reino, fue dejada de lado y ni siquiera entró a formar parte de los que los ingleses llaman el Grand Tour”.

El borde de Laborde deja a las claras el problema principal del turismo de entonces hacia España: no estaba en el camino hacia ningún otro reino. Aunque el bosque de prejuicios que nos habíamos granjeado durante siglos por Europa impidiera ver lo que de verdad había.

Lo de que “África empieza en los Pirineos” es un concepto de aquellos años. Ya Nestor Luján dejó claro que la frase no era de Alejandro Dumas, pero Juan Eloy Gilabert le apunta a Henri Beyle (alias Sthendal) un dardo con curare –“Si el español fuese musulmán sería un africano completo”- que no he encontrado zagal que le replicara. Y es que estábamos pelín mal vistos; alejados de las rutas y con un sambenito[19]. Isidoro de Antillón, turolense y catedrático de Geografía en el Real Seminario de Nobles de Madrid, ya en 1808, al tiempo que Laborde, en el prólogo de sus Elementos de Geografía de España y Portugal se lamenta con amargura “de los libros de viaje por este reino que han publicado los extranjeros: ingleses, franceses, italianos y alemanes hablan de España como pudieran de algún país del interior de África”.

Es que no figurábamos en los planes turísticos de la época, pero estábamos muy bien. Pierre de Crucy, marqués de Marcillac, en 1802 no duda en destacar la calidad de las carreteras que atraviesa y “el lujo y grandeza” de las posadas. En eso llega a coincidir con George Gordon Byron[20], lord Byron, quien en una misiva abunda en ello: “Las carreteras (te lo aseguro por mi honor, pues no lo creerías) son superiores con mucho a las mejores inglesas, sin peajes ni gabelas”. Esto de los peajes -impuestos- a los ingleses, habituados a Francia, les llamaba mucho la atención.

Leyendo la referencia de Robert Semple[21], un viajero canadiense por el Madrid de 1805, me llego a preguntar si era por quijotes o por negligentes, pero Semple se muestra maravillado porque no le cobraran entrada al Real Museo -ni a él ni a “toda persona tolerablemente decente”-, lamentando que el mismo no siempre estaba abiertokk.… como el patrimonio de los pueblos que hay que esperar al que tiene la llave. Semple elogia en sus dos libros de viajes por España “las puertas carolinas de Madrid” y el Palacio Real.

En fin, que mientras en Francia, ya en el XVIII, le ponían impuestos a todo esto del incipiente turismo, en España, ya entonces, decían que no. Como conclusión, es muy light; pero estamos influenciados por el espíritu de la Navidad.

Y en esto de la Navidad voy y le leo al dramaturgo alemán August von Kotzebue[22], en una publicación de viajes de 1804, la existencia de la primera agencia de viajes en París, llamada ‘Propylée o Gabinete del Viajero’, que facilitaba información “sobre carreteras, principales curiosidades, monumentos y paisajes más hermosos, procurando incluso cartas de recomendación… incluso clases de idiomas e historia”… por un precio, claro; Francia siempre ha sido Francia.

Y también le leo a Kotzebue lo de la oditología o ciencia del viaje… y no es un cuento que tenga que ver con la celebración de hoy: santos inocentes.

Y, con la curiosidad latente, me sumerjo en otra investigación, sobre la oditología… aunque mi batiscafo no baja, ya lo dije al principio, más que a la Llosa, detrás de la Isla de Benidorm (unos 30 metros), y la oditología, palabro que leí en el texto de Lavaur hace unas horas por primera vez en mi vida y que he escrito por quinta vez (una en el título; no hay quinto -de cerveza- malo), debe andar al nivel de la Fosa de las Marianas[23].

Un reto para 2022: documentar qué eso de la o-di-to-lo-gí-a….

  

                                     Lord Byron a la albanesa (1913); retrato del original, hacia 1835

 



[1] Echarnos encima. No encontraréis ‘encalomar’ en el DRAE, pero sí en el Diccionario de Uso del Español Actual, de Seco y colaboradores, como 'endilgar, endosar', tercera acepción y siempre de uso muy coloquial. En modo jergal llega a tener significado copular que, rizando el rizo, es lo auténtico de este impuesto turístico que te lo quieren colar por donde la espalda pierde su casto/honesto nombre

[2] Múltiples referencias, pero no doy con el texto legal. Pero la página oficial impost.gouv.fr es muy clara:  Créée par une loi de 1910, la taxe de séjour est instituée à l’initiative des communes réalisant des dépenses favorisant l’accueil des touristes.  https://www.impots.gouv.fr/portail/taxe-de-sejour

[3] Oficina de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías

[4] Mozo que iba montado en una caballería de las delanteras del tiro de un carruaje, para dirigirlo, en el trayecto entre postas.

[5] Puso fin a la guerra entre Reino Unido (e Irlanda) y Francia (y España -esto de ser aliados del gallo francés nos traía de cabeza- y la República Bátava… que era prácticamente Holanda y Bélgica)

[6] Frase despectiva que Napoleón tomó del poeta Augustin Louis Marie de Ximénès (1726-1817) y popularizó.  El historiador y teólogo francés Jacques-Bénigne Bossuet fue el primero en colocarle lo de ‘pérfida’ por la oposición a la fe católica de la Gran Bretaña.

[7] La teoría del Heartland, también llamada "teoría del corazón continental" o "isla mundial", fue desarrollada por el geógrafo y político inglés Mackinder. Postula que el dominio de un área concreta del mundo permitiría su dominio. Mackinder estaba fascinado por el imperio ruso. Según Mackinder, el Heartland se encuentra en el centro de la Isla mundial (territorio entre los ríos Volga y Yangtze y desde el Himalaya hasta el océano Ártico) que controlaría más del 50 % de los recursos del mundo… Y sólo les pido que echen un ojo al planeta hoy en día. Su teoría es de 1919.

[8] El Lebensraum es el “espacio vital” alemán desde la década de 1890 hasta la de 1940. Se popularizó por primera vez hacia el 1901 y se convirtió en un objetivo político del Imperio alemán en la IGM (1914-1918) y, a pesar de la derrota, en el elemento central del Septemberprogramm de expansión territorial tras el ascenso de Adolf Hitler al poder. Fue un principio ideológico del nazismo y se convirtió en la justificación para la expansión territorial alemana en Europa Central y Europa del Este.​ Se había establecido que Alemania requería de un Lebensraum necesario para su supervivencia. Las otras naciones del Eje tenían sus propias versiones del Lebensraum: el spazio vitale de la Italia fascista y el hakkō ichiu del Imperio japonés.

[9] Johan Rudolf Kjellén (1864-1922), geógrafo, politólogo y político sueco. Acuñó el término Geopolítica (1899). Su trabajo fue influido por Friedrich Ratzel. Lanzó las bases de la geopolítica alemana, que más tarde serían aprovechadas por Karl E. Haushofer.

[10] Halford John Mackinder (1861-1947), geopolítico y geógrafo inglés que argumentó la geopolítica. Ideólogo del concepto "las islas Británicas son Europa, pero no realmente en Europa", usó la historia para ilustrar la importancia estratégica de la geografía. Autor de la Teoría del Heartland, estuvo obsesionado con Rusia.

[11] Karl Ernst Haushofer (1869-1946), político, militar, geógrafo alemán, uno de los principales ideólogos del Lebensraum. Profesor de la Academia de Guerra de Baviera y fundador del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (1919).

[12] Hasta Walpole, el máximo cargo político del Reino Unido de la Gran Bretaña era el de Primer Lord del Tesoro. Walpole recibió del rey Jorge I (1721) el título de Primer Ministro, que no aparecerá escrito en documento oficial internacional hasta el Tratado de Berlín (23.07.1878) con Benjamin Disraeli

[13] Imagínense, si han visto la peli The Monuments Men, lo mismo; pero con esa misión de inicio, para saqueo y en el siglo XIX. La Comisión Roberts estuvo encargada del programa en los EEUU, durante la IIGM a través del MFAA (Monuments Fine Arts and Archieve program) sobre la base previa al conflicto, desde la llegada de los nazis al poder, del American Defense Harvard Group y del American Council of Learned Societies (ACLS). Trabajaron para identificar y proteger el arte y los monumentos europeos en peligro o en peligro de saqueo nazi. Francis Henry Taylor , director del Museo Metropolitano de Arte , llevó sus preocupaciones a Washington y consiguió del presidente Franklin D. Roosevelt la creación de la Comisión Estadounidense para la Protección y Salvamento de Monumentos Artísticos e Históricos en Áreas de Guerra el 23 de junio de 1943. La Comisión Roberts siguió trabajando hasta 1951, reduciendo efectivos (de 351 a 60) que actuaron como detectives de arte.

[14] En 1796 invadió Italia y en 1797 venció en Austria. Por el Tratado de Campoformio (17.10.1797) Francia asumió el control de la mayor parte del norte de Italia, así como el de los Países Bajos y el área del Rín. Marchó contra Venecia y la ocupó. En julio de 1798 se adentró en Egipto (por el camino, ya había conquistado Malta) y aunque perdió el control del Mediterráneo (batalla naval del Nilo) se hizo con Siria. Y de paso, envió a París todo lo que pudo: lo mejor de las obras que engalanaban las iglesias de Gante, Bruselas, Brujas y Amberes, expolio extendido luego a las catedrales alemanas de la zona del Rhin y después a la iglesia Pitti y a los Uffizi, de Florencia, llevándose lo mejor de Venecia y del Vaticano, así como de Egipto y Siria.

[15] Moneda oficial inglesa entre 1663 y 1817; de oro. Aunque desaparecida físicamente desde la entrada en valor de la libra (1817, pound sterling; 20 chelines), hasta 1971 se mantuvo como referencia: 1 libra y 1 chelín

[16] En 1832, la empresa editorial de Karl Baedeker adquirió la editorial de Franz Friedrich Röhling, en Koblenz, que en 1828 había publicado ‘Manual para viajeros en movimiento’ del profesor Oyvind Vorland. Este libro proporcionó las semillas para las propias guías de viaje de Baedeker, que contenía mapas e información sobre rutas, ciudades y alojamientos; y descripciones de edificios, lugares de interés, atracciones y museos notables, escritas por especialistas. Fue tal su importancia y trascendencia que su nombre se utiliza para referirse a las guías de viaje en general.

[17] Christian August Fischer (1771-1829), escritor alemán y viajero.​ Desarrolló sus obras literarias bajo el pseudónimo Felix von Fröhlichsheim (juego de palabras entre Fexix y Fröhlichsheim que significa "Patria de la felicidad") y Christian Althing. Fischer documentó un viaje que hizo desde Ámsterdam a Madrid y Cádiz en los años 1797 y 1798.​ Dedicó igualmente una de sus obras monográficas a un viaje realizado por Valencia.​ Muchas de sus obras de viajes son tenidas en cuenta por los estudiosos de las costumbres españolas de finales del siglo XVIII.

[19] En referencia a cargar con una culpa que no corresponde o perder la reputación y ser despreciado por algún oprobio. Obviemos lo de los pecados y el posterior factor Inquisición y la prensa símbolo de infamia.

[20] George Gordon Byron (1788- 1824), sexto barón de Byron, conocido como Lord Byron. Poeta del romanticismo británico, antecedente de la figura del poeta maldito. Debido a su talento poético, su personalidad, su atractivo físico y su vida de escándalos, fue una celebridad de su época. En 1809 realizó su Grand Tour, pero con el itinerario habitual alterado por la guerra entre Inglaterra y Francia, en vez de atravesar Holanda, Alemania y Suiza hasta llegar a Italia optó por hacer su viaje por Portugal, España, Malta, Turquía y Grecia. Llegó a Sevilla en julio de 1909; España estaba en guerra contra la Francia de Napoleón y Sevilla era la sede del Gobierno español con la Junta Central establecida en los Reales Alcázares. Byron abandonó Sevilla el 28 de julio camino de Cádiz. Pasó por Alcalá de Guadaíra, Utrera y Jerez. En El Puerto de Santa María vio una corrida de toros y en Cádiz –que le pareció la ciudad ‘más bonita y limpia de Europa’– compartió una noche de ópera en el palco de una hermosa joven, hija de un almirante, de la que algunos investigadores aseguran pudo inspirarle el poema ‘The Girl of Cadiz’. En 1816 hizo un viaje a Suiza y estuvo viviendo algún tiempo junto a Percy y Mary Shelley y su médico personal John William Polidori (Byron fue muy propenso a las enfermedades y depresiones). En una tormentosa noche de verano de 1816 se reunieron los cuatro en la Villa Diodati, alquilada por Byron, y decidieron escribir relatos de terror dignos de aquella noche lúgubre. Inspirados ambos en la personalidad de Byron, Mary Shelley escribió Frankenstein y Polidori El Vampiro. 1816 fue el año sin verano. La evidencia sugiere que la anomalía fue causada por la combinación de una histórica caída en la actividad solar con un invierno volcánico provocado por una serie de importantes erupciones como la del volcán Mayon en Filipinas (1814) y coronadas por la erupción del monte Tambora en abril de 1815, en las Indias Orientales Neerlandesas (hoy Indonesia), la erupción más grande conocida en 1300 años.

[21] Comerciante y gobernador del enclave canadiense de Red River, de la Compañía de la Bahía del Hudson, publicó dos libros sobre sendas visitas a España. Su condición de canadiense le permitió viajar por territorios en ocasiones vedados a los británicos.

[22] August Friedrich Ferdinand von Kotzebue (1761-1819); dramaturgo, periodista e historiador alemán, sobrino del escritor Johann Karl August Musäus y padre del explorador Otto von Kotzebue. Muy influyente en la popularización del drama poético, en el que inculcó el sensacionalismo melodramático y el filosofar sentimental. Hizo de España uno de los principales temas de su periodismo antinapoleónico y llevó la Guerra de la Independencia a media docena de obras teatrales.

[23] La fosa de las Marianas es una depresión del fondo marino que se encuentra en el océano Pacífico occidental, a unos 200 km al este de las islas Marianas. Es el área más profunda de los océanos de la Tierra. Tiene forma de media luna y mide unos 2550 km de largo por unos 69 km de ancho. La máxima profundidad de la fosa de las Marianas es de 10.994 metros en el extremo sur de un pequeño valle en su fondo, conocido como Abismo de Challenger. Sin embargo, algunas mediciones llevan su punto más profundo hasta los 11.034 metros.​ En comparación, si el Everest, reposara sobre este punto, su cima estaría todavía a más de dos mil metros bajo el agua. En el fondo de la fosa la columna de agua ejerce una presión de 1086 bar (15 750 psi), más de mil veces la presión atmosférica normal al nivel del mar.

19 dic 2021

BENIDORM, UNA REFLEXIÓN OTOÑAL...

  

Hace unos días, en este mismo mes de diciembre, compartiendo reflexiones personales -que nos llevaron hasta Manchester y Salford; incluso a los EEUU- y profesionales -centradas, como no, en Benidorm- con el arquitecto y comunicador Enrique Domínguez Uceta, previo al programa que le trajo hasta Benidorm con Esther Eiros y Alberto Barciela, entre otros, hablamos del “modelo Benidorm” y como aun sigo dándole vueltas al magín, como última reflexión del otoño de 2021, me he atrevido a sacar a flote, para ilustrar el modelo Benidorm, recuerdos del amigo José Miguel Iribas, con quien tanto quería, y al que tanto admiré, admiro y recuerdo.  

Ciudad compleja, diversificada y poderosa”. Así definía JM Iribas a Benidorm en 1997. Y el genial Iribas apuntaba como factores de éxito del producto Benidorm su privilegiada localización, su cercanía -y por ello, accesibilidad- a los mercados emisores y “la oportunidad del momento cronológico de su crecimiento urbano” a partir de una estrategia planificada que desde 1956 se iba adecuando a las particularidades del momento en una oscilación decadal que yo me he marcado[1]. Y el maestro Iribas destacaba particularidades subjetivas como “la vocación empresarial de los propios del lugar, la inclinación al riesgo y la adopción de una cultura económica basada en la rentabilidad a medio y largo plazo” que casi en ninguna parte se ha dado. También, y clave, señalaba José Miguel, era y es, lo que él llamaba “tolerancia al forastero” -que hoy consideramos ‘hospitalidad’, pero que es un nivel superior-, fruto de un pasado reciente descubriendo el mundo de los propios de Benidorm.

En aquella jornada de 1997 a la que me refiero, Iribas nos puso sobre la mesa diez retos, cual los Diez Mandamientos de las Tablas de la Ley: Mantener un modelo ambiental sostenible; una agestión cada vez más innovadora en las playas; retomar un modelo de planeamiento urbanístico abierto, democrático y experimental; cuidar la escena urbana para vivir mejor y para consolidar el turismo; atender los problemas del transporte; progresar en la tecnología turística; mantener la solidez de las infraestructuras; progresar en la integración territorial; abrir la ciudad a procesos multiproductivos; y recuperar el espíritu pionero de los cincuenta.

Ser pioneros, ser vanguardia, siempre ha estado en el origen intelectual del Benidorm moderno, sostenía Iribas, aunque a muchos de los que opinan por ahí “los edificios les impidan ver la ciudad, la obra maestra que es”.

Los pioneros, mantenía impertérrito Iribas, “trasgreden una realidad que a sus ojos se manifiesta mejorable, se rebelan ante el destino y se anticipan al futuro”. Y eso es lo que viene haciendo Benidorm en todos sus campos y facetas, desde siempre y, especialmente, desde la segunda mitad de la segunda década del siglo XXI. Siempre lo ha hecho -con mayor o menor ímpetu, con mayor o menos intensidad- dependiendo de la pasión y valía de quien ocupara la silla de Pedro[2]. Ha habido, eso sí, una etapa en la que el destino, por sí solo, lideraba con tanta suficiencia que nadie se planteaba forzar el timón, lo que pasó factura, tras el cambio del siglo.

Reforzar las potencialidades de Benidorm es y ha sido siempre cuestión imprescindible que se lleva en el ADN local. Ahora mismo se está trabajando y bien en atender a las infraestructuras, “los pies que sostienen el gigante que es Benidorm”, que decía el Iribas más rotundo y admirador del trabajo de García Antón[3] y Paco de Santiago[4], del departamento de Ingeniería del Ayuntamiento de Benidorm. Y se hace porque la ingeniería urbana posibilita los procesos de producción industrial de una ciudad centrada en el turismo de masas, apostando, además, por los nuevos factores -accesibilidad, tecnología y sostenibilidad- sobre los que el vergarés ya destacaba la importancia y necesidad de innovar e ir a más en ellos. Decía José Miguel que había sido decisivo en todas estas líneas de acción el vencer la estacionalidad[5] porque así, “al estabilizar las plantillas, al profesionalizar la mano de obra se conseguía crear estructura para aplicarlas y desarrollarlas”. El objetivo era y es el liderazgo. Y ser líderes supone disponer de un plus de profesionalidad y capacitación técnica para llegar a la mejor gobernanza.

Hoy se me escapa una feliz sonrisa al pensar lo dichoso que hubiera sido el amigo Iribas ante el panel de indicadores del Benidorm DTI+Seguro, en el Smart Destination Lab; todo lo que él sería capaz de proyectar ante semejante fuerza de datos para identificar tendencias y proyectar soluciones avanzadas y en vanguardia. Ser el primer DTI certificado del mundo, desde 2018, e ir superando auditorías te da un plus que él hubiera sabido apreciar.

José Miguel llegó a Benidorm como integrante del equipo ganador de la Beca March sobre urbanismo y arquitectura, liderada por Mario Gaviria, para realizar los primeros estudios urbanos relacionados con las nuevas ciudades turísticas españolas; aquello fue en 1972. Y se prendó de Benidorm, que a partir de ese momento fue su laboratorio. Henri Lefebvre[6], había dicho que Benidorm es la ciudad del mundo más habitable construida después de la II Guerra Mundial y el amigo Iribas la diseccionó por los cuatro costados para dar la razón a su maestro. Nos dejó en abril de 2015 siendo el más reputado experto en Estrategia Urbana. Con los años, le preocupaba la cuestión de la movilidad urbana de Benidorm, entonces y ahora asignatura pendiente, todo que ahora nos hemos orientado en la vía de la solución. Y él no está para verlo.

De Benidorm le maravilló entonces -y siempre- la escena urbana: escenario productivo y elemento de producción. “Benidorm, la ciudad, es más que el elemento de soporte de la actividad; es el argumento principal”. Este mensaje me caló -tanto o más- que el símil de Benidorm y la Coca-Cola[7]. Ahora señalamos que Benidorm, la ciudad, es el destino; y el destino es la ciudad. Por ello, es imprescindible que la escena urbana, el salón de la vida urbana, sea la adecuada. Los problemas que en 2007 denunciaba el maestro –“la baja calidad escénica de los accesos a Benidorm y la imagen incoherente del interior”- están ahora casi resueltos los accesos y en objetivo de solución con las realizaciones del último bienio, a pesar de los pesares, el interior que va sumando los desarrollos a través de la estrategia de desarrollo urbano sostenible e integrador y los proyectos del nivel de Benidorm Visión 360 con o sin fondos Next Generation. La psicología perceptiva, que reclamaba Iribas en las realizaciones, se suma al vector Benidorm.

Oriol Bohigas, que también nos ha dejado (30.11.2021), decía -y recordaba el genial Iribas-, que “Benidorm es, quizás, la única ciudad donde el planeamiento urbano ha resultado útil”. A esto, el amigo navarro, puntualizaba que eso era posible gracias “a la implicación de todos”. Pero también Iribas era demoledor: “El Plan del 56 nunca se llegó a desarrollar”. Y es que, a partir de la realidad, hasta que se apuesta por la ciudad vertical no empieza a desarrollarse el verdadero plan; y aquello fue a partir del 62. El debate entre la ciudad jardín de chalets, los edificios tranvía y el empinarlos hacia arriba para convertirse en vehículo de modernidad y futuro -innovación que plasmó la “teoría de la caja de cerillas[8]” que se hizo siempre con un paquete de tabaco y un mechero- fue uno de los momentos claves de la historia local, digno de ser llevado al cine, de la mano de Hollywood, porque las experiencias patrias no proyectan la realidad. Y a Bigas Luna y sus “Huevos de oro” me refiero.   

Y así, con todo, Benidorm se ha ido haciendo más complejo/a. Pero Benidorm sigue siendo un todo que componen dos maravillosas playas que tienen detrás toda una ciudad de servicios. Iribas, al decir esto, obviaba Mal Pas; pero es que era una proyección del conjunto original. “Las playas de Benidorm son el principal escenario productivo y el mejor escaparate”. Y se las mima. Los dos viejas restingas de dos colmatados espacios albuferencos son las protagonistas de buena parte del indudable atractivo de la ociurbe que apostó por el modelo de concentración y alojativo hotelero en altura que permite un altísimo grado de eficiencia en la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras. El equilibrio interno de la ciudad, como pedía Iribas, está por encima de todo.

Y cierro esta reflexión decembruna con tres pildorazos sobre Benidorm que tengo enmarcados en mi despacho. Dos son de Iribas; un Iribas en estado puro:

Siempre he defendido el modelo de Benidorm. No hay comparación posible en términos objetivos: consumo de suelo, eficiencia urbana, coste de transporte, consumo de agua, rentabilidad y coste de los servicios urbanos. Genera modelos más eficientes económica y socialmente. No veo posible compararlo con otros modelos. El de Benidorm, aunque con errores, es mucho más saludable. Para conseguir los mismos flujos de renta, por cada metro cuadrado de hotel urbano de Benidorm, se requieren muchísimos más metros cuadrados en otros”. (El País, 24 de mayo de 2007)

Benidorm es el caso extremo de concentración y de eficiencia industrial, lo que le ha llevado a ser el espacio más divertido para el turismo de masas. Lidera el turismo europeo desde hace 30 años y cada vez se distancia más del siguiente. El éxito de Benidorm es que es un producto muy nítido. Es como una Coca-Cola de litro. La gente sabe a lo que va. Lo que promete Benidorm, lo cumple. Así que raramente defrauda. A los jóvenes proletarios europeos les ofrece un San Fermín continuo, con lo que cumple una función antropológica. En los países del norte industrializado de Europa desapareció la fiesta campesina, que suponía un momento de ruptura de la vida laboral asociado al despilfarro programado, donde la gente subvertía ciertos órdenes del mundo establecido a través de una bacanal, para luego volver a la cotidianidad. Esa bacanal estaba compuesta de tres elementos: alcohol, danza y sexo furtivo. La industrialización, con su monótono calendario continuo, rompió esta fiesta, que no ha tenido sustitutivo hasta que se les ha ofrecido Benidorm y otros destinos similares que ofrecen precisamente alcohol, danza y sexo furtivo. Y como estos lugares dan respuesta a una necesidad antropológica insatisfecha, tienen ese éxito que tantas sospechas provoca”. (El País, 06.08.2001)

 

Y no me resisto a esta ‘propina’ sobre Benidorm del mentor de Iribas y quien lo trajo para aquel “Benidorm, ciudad nueva” en 1972, Mario Gaviria:

Su plan del suelo lo hizo el mejor urbanista del siglo XX, Pedro Bidagor. Y aquí no ha habido pelotazos. La primera virtud de Benidorm ha sido el 'desarrollo endógeno', como dicen ahora los progres, que consiste en crear empleo y producir sin destruir la naturaleza y beneficiando a los autóctonos. Más del 80% de las plazas hoteleras, unas 60.000, son de la gente del pueblo. Eran pescadores, camareros en los trasatlánticos, capitanes de buque, que empezaron sin dinero. La historia de Benidorm es el cuento de la lechera. Con lo que ganaban un año ponían una pensión, y luego le ponían una planta, y luego abrían un hotelito... y al final, 60.000 camas. Además, salvaron la playa. Por otro lado, aquí está también la mejor relación calidad precio del mundo. Tenemos 8 millones de turistas, dos de ellos británicos. ¿Por qué? Porque la cerveza cuesta dos euros y los hoteles seis veces menos que en Reino Unido, un milagro. ¿No es para ser patrimonio de la humanidad?” (El Confidencial; 24.05.2015)

 

 

Benidorm, desde El Tossal

 



[1] 1956-1965, definición de un modelo a partir de un Plan General de Ordenación Municipal y su adecuación en el tiempo y ante las circunstancias; 1966-1975, plasmación de la Ciudad Vertical (iniciada en 1963) y la apuesta por el alojativo hotelero; 1976-1985, superación de las crisis y afianzamiento del modelo vacacional y las grandes torres de apartamentos; 1986-1995, desarrollo de la planificación de los 90: el 2º Plan General; 1996-2005, el nuevo desarrollo de la ciudad la culminación del ensanche de Levante y el inicio de Poniente; 2006-2015, el anquilosamiento que denunciaba Iribas de la ciudad conformista que supera incluso la crisis de 2008 porque el Turismo es una apuesta segura; 2016-2025, la apuesta por el DTI y por la vertebración absoluta de la ciudad con la Hoja de ruta BND DTI+Seguro, la estrategia DUSI y BND Visión360

[2] Alusión a los alcaldes de Benidorm, desde la barra del Sunset, que hacíamos comparando la proyección de la gestión del alcalde Pedro Zaragoza Orts y sus sucesores con la Cathedra Petri romana. Cosas del alcohol y la dura noche de Benidorm.

[3] Ingeniero de Caminos Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid. Ingeniero jefe del ayuntamiento de Benidorm (1972-93) a la vez que ejercía de profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, área de ingeniería hidráulica (1972-95). Entre 1978 y 1995 fue ingeniero director del consorcio de aguas de la marina Baja para abastecimiento y saneamiento. Publicó diversos estudios sobre desequilibrios de los recursos hidráulicos de la Comunidad Valenciana y sobre la problemática del agua en la provincia de Alicante. Director General de Obras Públicas de la Conselleria de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes de la Generalidad Valenciana en 1995, en 1997 fue designado Subsecretario de la misma Conselleria. El 17 de marzo de 1998 fue nombrado Conseller de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes de la Generalidad Valenciana. El 22 de julio de 1999 fue nombrado nuevamente para el mismo puesto, cargo que ocuparía hasta el año 2007.

[4] Ingeniero, compañero y amigo de Gª Antón, acudió a su llamada en 1972 integrándose en el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Benidorm y trabajando en tándem. Asumió la dirección y continuidad de los proyectos y organismos cuando Gª Antón tuvo responsabilidades políticas en la Administración Autonómica.

[5] Benidorm venció la estacionalidad en los años 70 y salvo la crisis sanitaria del Covid-19 (que ha devengado en económica y emocional) desde entonces nunca cerró en invierno su planta hotelera, salvo para renovaciones puntuales de algunos hoteles.

[6] H Lefebvre (1901-1991). Filósofo francés consagrado a la sociología, la geografía y al materialismo histórico en general. Su principal propuesta política fue lo que denominó el ‘derecho a la ciudad’, abogando por la capacidad y necesidad de las sociedades a producir conscientemente su espacio.

[7]Benidorm es al Turismo lo que la Coca-Cola a la vida: asequible, refrescante, divertida, para todas las edades y combina bien con todo”. JOSÉ MIGUEL IRIBAS (en ocasiones precisó, añadiendo la cuestión económica: “como la Coca-Cola de 2 litros”; también he visto publicada esta frase como “la Coca-Cola en envase familiar” o “de 1 litro”). Pero en aquellas sobremesas de La Pérgola, a la frase original añadía “chispeante”. Hablábamos de ella, pero no la combinábamos con nada.

[8] Si el paquete de Ducados era la superficie sobre la que construir y el mechero el paralelepípedo a construir, podías ponerlo sobre la cajetilla de cigarros sobre alguna de las 3 bases; y la más pequeña lo llevaba a la posición más inhiesta que es la que menos superficie ocupaba y con la que más altura lograba, despejando toda la parcela.

18 dic 2021

DE CÓMO LLEGÓ LA COCA-COLA A LA ISLA DE LA PALMA

 

Esperanzado con que el volcán de La Palma siga durmiente y permita a los palmeros recobrar la paz, saco a pasear este texto palmero que se alumbró cuando el volcán estaba activo. Y dice tal que así…

España fue el primer país de Europa en beber Coca-Cola, una bebida ‘exclusiva para personas elegantes’, como se escribía en la publicidad impresa de entonces. Cosas de 1926, año en que Hans Peter Olsen -noruego, que en los felices 20 actuó como vicecónsul de Dinamarca en la isla de Tenerife- y su hijo Guillermo-, comenzaron a embotellar Coca-Cola en su pequeña fábrica de bebidas gaseosas y cervezas, familiar negocio embotellador que ha entrado en los historia insular desde la calle Imeldo Seris, en Santa Cruz de Tenerife, The Perfection, convirtiéndose los Olsen en los primeros en ‘fabricar’ Coca-Cola en toda Europa.

Ni en las islas Canarias ni en la península tuvo éxito por aquel entonces el burbujeante brebaje negro (cuyo origen prehistórico sitúo en Aielo de Malferit[1]) y dejó de producirse, por lo que se toma la fecha de marzo de 1953 como la de llegada de la Coca-Cola a España, que es cuando sale la primera botella de Coca-Cola, made in Spain, de la embotelladora de Barcelona.

Y vuelvo a las Canarias y no será hasta 1956 cuando llegue la primera Coca-Cola a la isla de La Palma, que hoy ocupa nuestra atención por la parada -ahora- erupción volcánica y la afección -de tres meses y lo que queda- a la población. Sí, aquella -y esta- Coca-cola quitaba la sed… y el robín de los tornillos oxidados.

Y, ¿cómo llegó? Pues con los americanos y un episodio de la Guerra Fría.

Y llegó a Puerto Naos, un lugar que ha sido epicentro de múltiples directos y referencias en las noticias palmeras estos días en la que la lava lo arrasa todo y cae al mar.

Hace unos días la noticia era que el Grupo Naval de Playa[2] había comprobado que se podía efectuar el desembarco en la playa de Puerto Naos, costa Oeste de la Isla de La Palma, en el municipio de Los Llanos de Aridane… como se hizo a principio de los años 60. Y sí, naturalmente que sí, se podía desembarcar allí… tanto ahora, como entonces.

La imagen de las LCM-1E[3] transportando agricultores hacia sus plantaciones para mantener la actividad platanera mientras seguía la actividad volcánica en la isla ha tenido ahora más repercusión mediática que cuando lo hicieron desde las viejas lanchas de hace 60 años desembarcando equipos y personal “científico”.

Y entonces no fue por un episodio vulcanológico sino por una operación militar camuflada de experimento científico universitario que pretendía estudiar la comunicación sonora de los mamíferos marinos, grandes cetáceos en particular, a través de hidrófonos. Y si bien hacían eso, su objetivo principal eran los submarinos soviéticos en tránsito hacia las costas de los EE.UU.

En 1949 la idea era controlar los movimientos de los sumergibles de la URSS una vez atravesada la ‘brecha GIUK’[4], que son dos grandes franjas de navegación entre Groenlandia e Islandia y entre Islandia y el Reino Unido, en ‘la entrada’ natural en el Atlántico desde las bases de la península de Kola en el Mar de Barents. Y así comenzaron a escuchar con hidrófonos los mares en base a los conocimientos de transmisión del sonido en el agua y el comportamiento que tienen en el llamado ‘canal SOFAR’[5] que discurre a una profundidad en torno a los 750-1.000 metros de profundidad. En 1950 entró en la ecuación militar el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y se puso en marcha lo que se llamó Proyecto Hartwell.

Seis hidrófonos sumergidos a 350 metros de profundidad en la Isla Eleuthera, en las Bahamas -el punto de separación natural del Caribe y del Atlántico; operados por el Instituto Geofísico Palisades-, efectuaron la primera detección. La compañía Bell Lab y la Universidad de Columbia estaban colaborando y del proyecto inicial Hartwell se habían desarrollado los proyectos Jezebel y Michael. La Universidad de Columbia, se hizo cargo, desde 1951, del Proyecto Michael (acústica de largo rango en el océano); Bell Lab, de Jezebel (acústica de corto rango); del conjunto de los tres surgió el Sistema de Vigilancia Sónica (Sound Surveillance System SOSUS, 1952)[6].

Así, un sistema de estaciones de escucha con hidrófonos a lo largo de los taludes continentales de ambas orillas del Atlántico, bajo la premisa del canal SOFAR, captaba todo tipo de sonidos bajo el mar que se enlataban y enviaban para su análisis e interpretación a centros especializados. La clave radicaba en que si varias estaciones captaban un mismo sonido, se podía triangular y señalar su localización; y localizado el objetivo, seguirlo o atacarlo.

La isla del Hierro fue el emplazamiento inicialmente elegido para una estación acústica submarina en España[7], implicándonos en el operativo.

Si en el siglo XIX las islas de El Hierro y La Palma fueron lugar de destierro de políticos liberales y militares molestos, en las primeras siete décadas del XX seguían siendo lugar de deportación de profesores universitarios y políticos; hasta Íñigo Cavero, ministro con Suarez, pasó por allí en el 62. La más pequeña, joven y salvaje de las Islas Canarias, El Hierro, carecía de muchas cosas; incluso de aeropuerto, básico en el operativo militar del proyecto Michael, por lo que se desechó. Casi como cuando Kansas fue Benidorm[8].

Poco más de un grado al Norte y casi en la misma Longitud[9], la isla de La Palma no es que estuviera mejor (crisis del tabaco y del plátano), pero se proyectaba hacia el turismo, que aún tardaría una década en cobrar protagonismo, y disponía de estructura aeroportuaria: Buenavista, en Breña Alta (1955, Ministerio de Defensa). Por tener aeropuerto se eligió la isla de La Palma y se concretó la ubicación de la estación de escucha, por su accesibilidad al canal SOFAR, en el despoblado marítimo que era Puerto Naos: un lugar de embarque de plátanos.

En el verano de 1963 comenzó el operativo, sobre unos terrenos que pocos meses antes había comprado la Armada española a particulares. Carl Hartdegen, del Lamont-Doherty Geological Observatory[10] (U. de Columbia, en Palisade, NY), que había sido experto en acústica de submarinos durante la IIGM y destacado científico del proyecto y que había participado en el prueba de las Islas Bermudas, dirigía el proceso in situ. Desde la base naval de Gran Canaria una barcaza, más rudimentaria que las de ahora, transportó el material, pertrechos y equipos hasta la playa de Puerto Naos y sólo los locales se enteraron; algunos, incluso, trabajaron en la estación de escuchas.

En pocos días están los hidrófonos operativos y a mediados de junio de 1963 la estación operaba con normalidad. Los seis[11] hidrófonos hacían su trabajo y las grabaciones y registros se enviaban a diario por avión a la base de Torrejón de Ardoz y, de ahí , a la División de Investigación para la Guerra de la Universidad de Columbia -que justificaba como universidad la misión científica-, en Fort Trumbull (New London, Connecticut) y al laboratorio de Acústica Submarina de Harvard (Cambridge, Massachusetts). Y a distinguir entre ballenas y submarinos.

Nada ha trascendido de los cometidos militares de la Estación de Porto Naos, pero sí de su utilidad en cuanto a la proyección de servicio. En mayo de 1968, cuando el accidente del USS Scorpion (SSN-589)[12], los trabajos de las escuchas de Puerto Naos y Bahamas fueron decisivas para localizar al sumergible accidentado. Y en 1971 Puerto Naos captó los primeros sonidos de la actividad volcánica isleña del Teneguía que se manifestó semanas más tarde por Fuencaliente, por las ‘Bocas del Infierno’, que mira por donde tenían el topónimo muy bien puesto.

En 1974 la Estación de Puerto Naos ya tenía funciones secundarias y en 1976 se desmanteló porque los satélites eran tan efectivos y requerían menos personal; y todo el sistema estaba ya integrado por boyas en alta mar y los propios navíos militares. En 1988 el Ministerio de Defensa procedió a desafectar y declarar la alienabilidad de los terrenos que pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane.

Algunos palmeros que trabajaron en la base son hoy el último recuerdo de la Estación de Puerto Naos ,junto con alguna losa de hormigón abandonado al lado mismo de un moderno residencial turístico que ni por asomo sabe la historia de ese rincón yermo de la isla que gracias a los yanquis de la Estación supo de la Coca-Cola mucho antes que en otros sitios más adelantados de aquella España de los sesenta.

Desembarcando en la Costa Gris, playa de Puerto Naos, Los Llanos de Aridane, Isla de la Palma; noviembre 2021



[2] El Grupo Naval de Playa proyecta y conduce a tierra a las fuerzas de Infantería de Marina embarcadas

en los buques anfibios. No pertenece a la dotación del buque ni tampoco a la fuerza de desembarco. Lo componen el Equipo Operativo de Movimiento Buque-Costa y el Equipo Naval de Playa que organiza el cotarro al llegar a ella. El Equipo Operativo de Movimiento Buque-Costa es la unidad responsable de la maniobra anfibia y el Equipo Naval de Playa de coordinar el despliegue una vez varan las embarcaciones, baja el portalón y se pone pie en tierra.

[3] Lancha de desembarco anfibio de Medios Mecanizados, un proyecto español de Navantia que ya ha interesado a otros países:  https://armada.defensa.gob.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/multimediagaleria/prefLang-es/05BAnfibios--01-LCM-1E

[4] GIUK Gap es un término militar referido a un área del Océano Atlántico Norte entre Groenlandia e Islandia (Canal de Dinamarca) e Islandia y el Reino Unido. Es océano abierto colocado entre tres masas de tierra. En Europa, solo Francia, España, Portugal e Irlanda tienen acceso directo al océano Atlántico de una manera que no podría controlarse fácilmente. El origen del término brecha se remonta a la IIGM, cuando la autonomía de los aviones de vigilancia no cubría todo el sector GIUK. La brecha GIUK nuevamente se convirtió en el centro de la planificación naval en la década de 1950, ya que sería el único punto de salida en el Atlántico disponible para los submarinos soviéticos que operan desde bases en la península de Kola. Los Estados Unidos y los británicos basaron gran parte de su estrategia naval de posguerra en bloquear el paso, instalando una cadena de puntos de escucha submarinos que lo cruzaron. La principal preocupación era que, si la Guerra Fría "se calentaba" , los convoyes navales de refuerzo a Europa, provenientes de los Estados Unidos, sufrirían pérdidas inaceptables si se permitía los submarinos soviéticos operar en el Atlántico Norte.

[5] El océano, a unas determinadas profundidades, se comporte como una guía de ondas, teniendo capacidad de propagación las ondas sonoras de baja frecuencia durante cientos de kilómetros a través del Canal SOFAR. Aprovechando la existencia de este canal, la Marina de los EEUU decidió usarlo para detectar los submarinos soviéticos (originalmente). El proyecto se llamó SOSUS.

[6] En 1991 se desclasificó SOSUS, después de 41 años. La red SOSUS original fue desmantelada a finales de la década de los 70. El operativo se incorporó al sistema el SURTASS (Surveillance Towed Array Sensor System) o sistema embarcado de vigilancia de sensores en matriz arrastrados. Actualmente opera el Sistema Integrado de vigilancia submarina (IUSS), integrándose en el sistema mundial de sensores de este tipo, que es la red actualmente en servicio, automatizada y controlada por satélites.

[7] El 2 de septiembre de 1953 se toman dos acuerdos de defensa y otro acuerdo de ejecución económica entre los Estados Unidos y España, que a su vez son refrendados por un tratado entre ambas naciones de fecha 26 de septiembre de 1953. Con motivo de estos acuerdos bilaterales se creó el MAAG España, que se hace responsable de la administración del programa mutuo de defensa y, por otra parte, el JUSMG España se ocupa de la ayuda a la defensa, así como a la planificación y construcción de las bases que usarían las fuerzas militares de Estados Unidos destacadas en el territorio de nuestro país.

[9] 27º45’N 18º00’W de El Hierro frente a los 28º66’N 17º45’W de La Palma

[10] Hoy, Lamont-Doherty Earth Observatory, de la Columbia Climate School

[11] Los hidrófonos A y B frente de la montaña de Todoque; los C y D frente a la Playa de Puerto Naos y los E y F orientados al sur.

[12] USS Scorpion (SSN-589) submarino nuclear de la Armada de Estados Unidos de la clase Skipjack. El Scorpion se perdió el 22 de mayo de 1968, y la tripulación de 99 hombres murió en el incidente. El 21 de mayo realizó su última transmisión a 80 km al suroeste de las Islas Azores. Debía reportar cada 24 horas. El 27 de mayo se declaró emergencia y una exhaustiva búsqueda aeronaval. El Scorpion fue declarado oficialmente perdido el 5 de junio de 1968 junto con los 99 miembros de su tripulación. La búsqueda continuó por parte de la Armada y finalmente se obtuvo una pista a partir de una anomalía hidroacústica del fondo marino realizada desde de la estación naval de Puerto Naos (Islas Canarias) que respondía al perfil de una implosión registrada el 22 de mayo a 400 km al suroeste de las Islas Azores y allí se concentró la búsqueda por parte del USNS Mizar que encontró sus restos a una profundidad de 3000 m en un talud abisal.