25 abr 2022

DE UN 25 DE ABRIL... DE 18989

  

Hoy es 25 de abril; el 25 de abril de 1898 los Estados Unidos nos declararon la guerra por la explosión del Maine[1] (15.02.1898).

Esto me lo ha recordado el que el jueves pasado, 21 de abril de 2022, el historiador y bisnieto del almirante Cervera[2], Antonio Luís Cervera Fantoni, disertara en Benidorm sobre el Desastre del 98 uniendo la figura del ilustre asidonense con la del benidormer Francisco Zaragoza y Such, condestable de la Armada.

Hoy voy de guerras, antillana y filipina, sumando una derrota más en el devenir de aquel triste momento en el que fuimos de derrota en derrota hasta la debacle final y la pérdida de las colonias.

Tras lo del Maine, movilizadas las masas por Pulitzer[3] y Hearts[4], el ultimátum norteamericano se transmitió por los canales oficiales y diplomáticos el 20 de abril de 1898. El 21 de abril y sin previa declaración de guerra -recordemos, fue el día 25-, fueron atacados y capturados varios mercantes españoles, algunos de los cuales acababan de zarpar de puertos norteamericanos.

Ese 21 de abril Cuba ya estaba en guerra y las islas de Puerto Rico y Filipinas fueron puestas en Estado de Guerra.

El 1º de mayo de 1898 el comodoro Dewey y su escuadra mandaron a pique a la del contralmirante Patricio Montojo en la bahía de Manila[5]. A partir de ese momento, toda la atención se centró en las islas antillanas porque una serie de factores de política internacional que exceden de este post, así como la actitud británica de apoyar a los Estados Unidos y las consecuencias materiales y morales de la anterior insurrección tagala, jugaron un papel decisivo[6].

España estaba inmersas en sus guerras de ultramar: en Cuba, desde 1895; y en Filipinas, desde 1896.

Desde el 24 de febrero de 1895 se luchaba en Cuba; en agosto de 1896, los independentistas tagalos se sublevaron y hostigaron a las tropas españolas a través de una guerra de guerrillas. En diciembre de 1897 Primo de Rivera[7] y los rebeldes firmaron un pacto (17.12.1897) por el que debía concederse a Filipinas una autonomía política y administrativa similar a la que se otorgaría a Cuba y Puerto Rico. La paz, después de muchos esfuerzos, parecía asegurada. La verdad es que nos fuimos retrasando en ese nivel de autonomía y a partir del 25 de abril de 1898 entró en escena un actor imprevisto: los Estados Unidos. Y aquí, conflicto y muertos por medio[8], llegaríamos a la Batalla simulada de Manila[9], que esa es otra.

Y vamos al conflicto antillano que es el que nos interesa hoy por Cervera, sin perder de vista el filipino, porque algún dilecto espabilado, como el ministro Miguel Correa[10], ajeno a la realidad, creyó que Cervera y su Escuadra de Operaciones, podían resolver ambos conflictos. Realidad de poltrona.

Por lo que fuera, los yankis tenían la mosca detrás de la oreja con la Escuadra de Cervera y pusieron todo su empeño en el control de los accesos a Cuba. Y ahí estaba Puerto Rico, lugar ideal para carbonar a la Escuadra. Sin satélites como ahora pensaron que los barcos de Cervera estaban ya en San Juan y en esa convicción desarrollaron un primer ataque el 12 de mayo; la ciudad fue bombardeada sin previo aviso (5 muertos y 18 heridos, lo que provocó la protesta internacional); el objetivo eran los fuertes que protegían la bahía -19 baterías en los castillos y bastiones[11]- que en el bombardeo registraron 2 muertos y 39 heridos. Y ya puestos, desembarcaron[12] y se desarrollaron combates[13]. La misión inicial de la flota americana era interceptar la escuadra de Cervera y en Puerto Rico muchos disparos fueron defectuosos[14].

Esto contrasta con la certera puntería y eficacia demostrada en la batalla naval del 3 de julio que Ángel Luis Cervera Fantoni, en la noche del jueves 21 nos hizo amena en una documentadísima y precisa disección del momento y de los personajes protagonistas, la gesta -¿o no lo es salir a batirse con un enemigo muy superior en barcos y cañones sin sus piezas principales como hizo el ‘Colón’?-, la sociedad, el contexto y una España, aquella de finales del XIX, de políticos sin fuste ni talla, capaces de enviar al desastre a un grupo de marinos en un conflicto al que enviaron a más de 200.000 varones españoles en edad militar, de una población total que rondaba los 18 millones y que venía de diez años de guerra en Cuba (1868-1878; la Guerra de los Diez Años) que ya nos había costado 113.000 vidas[15], principalmente por enfermedades, y de la que Martínez Campos, que había conseguido el triunfo entonces, le había advertido al presidente del Gobierno de España en 1878 que -en su opinión “leal y sincera”- “antes de doce años tendremos otra guerra[16]; y a los siete años (1895) ya estábamos de nuevo en armas y enviando más paisanos a un territorio antillano en el que cuando estalló el nuevo conflicto teníamos acantonados unos 100.000 efectivos[17] y el 20% de ellos (unos 20.000) estaba postrados en camas por malaria, fiebre amarilla, tuberculosis, neumonía y disentería, entre otras enfermedades. ¡Mas madera! En el Diario Oficial del Ministerio de Guerra se especifica que en la Guerra cubana 1895-1898 “los muertos en lucha fueron 3.101, y por enfermedades, 41.288. Los primeros, el 6'98% del total, y los segundos, el 93'01%[18] [19]. ¡Con un par!

La Guerra en Cuba a la que enviaron a Cervera y su Escuadra se había iniciado el 24 de febrero de 1895 cuando se cumplió la orden dada por Martí[20] días antes, desde su hotel en Nueva York, para iniciar otra insurrección en 35 puntos del país. Se conoce el momento como “el grito de Baire” -un barrio hoy del municipio de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba-; pero fue un levantamiento simultáneo en otros 34 lugares más, iniciando la que el propio Martí llamó “Guerra Necesaria”, que se prolongó hasta la entrada en ella de los Estados Unidos (25.04.1998) terminando con la firma del Tratado de París (10.12.1898), tras el Desastre de 1898 (25.10.1898-10.12.1898). El caso es que los americanos terminaron ocupando Cuba hasta 1902 y el resto de la historia (más o menos y con sus consecuentes lagunas obligadas por la falta de interés y el programa educativo impuesto en este país) ya se la saben (mal).

En aquel febrero de 1895 al que me he ido gobernaba lo que quedaba de España Sagasta[21]. Conocido el levantamiento en Cuba, le dejó vía libre a Cánovas[22] para que organizara financiera y militarmente la nueva etapa bélica que se abría. Desde el Pacto de El Pardo (24.11.1885) los antagónicos Cánovas (conservador) y Sagasta (liberal; la extrema izquierda de la época conservadora[23]) practicaban el turnismo -ahora tú, ahora yo[24]-. Cánovas lidió el proceso hasta agosto de 1897, cuando fue asesinado; el general Azcárraga tomó el timón, pero manteniendo el espíritu del pacto cedió el poder a Sagasta en octubre de 1897, quien lo asumió hasta marzo de 1899, gobernando todo el marrón del Desastre.

En el caso que nos ocupa, el ministro Bermejo[25] decide enviar a Cervera para Cuba al mando de una Escuadra más ficticia que real y con instrucciones difusas: “salir para las Antillas, a Puerto Rico u otro puerto cualquiera, para llevar a cabo la de defensa marítima de aquellas costas” y con sólo 2.000 TM de carbón, “de no muy buena calidad,” en el carbonero San Francisco[26]. Le envía a él, a la Escuadra y a los marinos a una aventura de la que solo sabe Cervera, el 23 de abril por un telegrama, que la bandera americana “es enemiga[27]

Y para remarcar lo ridículo de aquella expedición -para la que le habían pedido reducir carbón y tiros en las prácticas realizadas en el Mediterráneo, frente a Santa Pola- desde Cabo Verde parten rumbo al desastre un 29 de abril de 1998. Tan mal estaba la cosa que -para reducir consumo de carbón- cada crucero de la flota de Cervera toma rumbo llevando un destructor a remolque; salvo el Vizcaya porque por sus fondos sin limpiar era el de menos andar.

A esta escuadra estaba asignado también, orgullo provinciano desde este blog, el vapor correo Alicante[28], de la compañía Trasatlántica, que estará en todos los grandes momentos de 1898 tanto en Cuba como en Filipinas y que será el transporte de los últimos de Filipinas hasta Barcelona.

El caso es la Escuadra de Operaciones de Cervera, burlando a los barcos norteamericanos llega a Curazao -Islas de Sotavento, al sur del Caribe- donde consigue 600 toneladas más de carbón que sabiamente administradas le hacen entrar en la bahía de Santiago de Cuba el 19 de mayo de 1898 sin haber sido detectada por el bloqueo yanki.

En Santiago, lo único que hacía la Escuadra de (supuestas) Operaciones de Cervera era complicar más la delicada situación de la población del puerto de recalada en media de la guerra que se vivía en Cuba. Con la escuadra americana bloqueando la entrada a Santiago, no se les ocurre otra cosa a los del Gobierno de Madrid que pedir que Cervera -sin carbón, mal artillado, bloqueado y con los barcos como los tenía- que saliera para Filipinas (¡!) con la indicación de que “resuelva allí la situación y regrese a Cuba[29]. No caben adjetivos para calificar tamaña imbecilidad de militar metido a político -Miguel Correa- que la ordenó.

El 3 de julio, con las calderas a tope, la Escuadra de Operaciones de Cervera se hace a la mar. El capitán de navío Robley D Evans, al mando del Iowa, describió la batalla naval de Santiago de Cuba en un documento disponible en el Departamento de Historia de la Universidad de Ohio[30]. Elogia la bravura en combate de navíos y tripulaciones españolas, destaca la superioridad norteamericana y cuenta del Vizcaya -donde servía el condestable Zaragoza- que en el momento final de la batalla “arrié todos mis botes y los envié de inmediato en ayuda de los desafortunados hombres, que se estaban ahogando por docenas o quemándose ​​en la cubierta”. Evans denuncia que “los cubanos insurgentes desde la orilla estaban fusilando a los hombres que estaban en el agua”. El comandante del Iowa consiguió que los cubanos dejaran de disparar -no especifica como- y con pesar narra que “no pude impedir la mutilación de muchos cuerpos por parte de los tiburones dentro del arrecife”.

Evans describe la llegada al Iowa del capitán de navío Antonio Eulate, comandante del Vizcaya: “El capitán Eulate se incorporó con aire distante en la silla, me saludó con grave dignidad, se desabrochó el cinto y, sosteniendo la empuñadura de su espada ante él, la besó con reverencia, con lágrimas en sus ojos, y luego me lo entregó. Por supuesto, me negué”, escribe; y me emociona. En el camarote de Evans un médico atendió sus heridas de Eulate. 30 oficiales del Vizcaya y 272 tripulantes fueron rescatados, recibidos con honores y atendidos en el acorazado que, a continuación, se dirigió hacia el cañonero Gloucester, que había recogido del mar al almirante Cervera pidiendo que este subiera a bordo. Al mismo tiempo, narra, pidió Evans al capitán de navío Cotton, del Harvard, que recogiera a las tripulaciones en el agua de los cruceros Infanta María Teresa y Almirante Oquendo.

Evans se centra entonces en Cervera y señala que “Por coraje y audacia, no hay paralelo en la historia a esta acción del almirante español”. Y describe: “Subí al almirante Cervera a bordo del Iowa desde el Gloucester y lo recibí con una guardia de almirante completa… Cervera subió con la cabeza descubierta. Sobre su camiseta llevaba un fino traje de franela que le prestó el teniente comandante Wainwright, del Gloucester. La tripulación vitoreaba a gritos. Cervera era un almirante de pies a cabeza, aunque no llevara gorra. Se sometió a la suerte de la guerra con una gracia que lo proclamaba un purasangre”. Cuando Evans recibió en la cubierta del Iowa al almirante Cervera le dijo: “Caballero, sois un héroe. Habéis realizado el acto más sublime que se recoge en la historia de la Marina”. En contraposición, a su regreso a España, tras su internamiento en Annapolis, el recibimiento del ministro Ramón Auñón[31] fue tan gélida como significativa: “Siento mucho lo sucedido, General. Supongo que habrá usted perdido todo lo suyo en el naufragio”. “Así es -respondió Cerera- todo menos el honor[32].

El comportamiento de la escuadra y sus marinos en la muy desigual batalla y el inicial incidente del Merrimac[33] le granjearon a Cervera una tremenda popularidad en los Estados Unidos.

Después del desastre de la batalla naval del 3 de julio, la rendición de Santiago de Cuba se produjo el 12 de julio; y la de Manila un mes después (14 de agosto). El 10 de diciembre, España firma el Tratado de París, liquidando el imperio ultramarino. En este Tratado España perdió Cuba, Puerto Rico, Filipinas (por 20 millones de dólares): Guam pasó a manos de los EE.UU. A principios de 1899 vendimos, contemplado en el acuerdo, las Islas Marianas, Palaos y Carolinas, a Alemania. Liquidamos la insularidad imperial.

La agencia francesa de noticas Havas dio a conocer el desenlace de la batalla naval de Santiago de Cuba; se cuenta que hubo disturbios en las grandes ciudades de la vieja España, pero al salir de los toros. Que no sé yo cómo de rápido llegó a tiempo la noticia de complicarse con una mala tarde de Enrique Vargas “Minuto” en un duelo con José García Rodríguez “El Algabeño”, las dos figuras de la tauromaquia en aquel verano de 1898; los toros son a las cinco de la tarde, con sol y moscas

La jornada del 3 de julio ha sido un desastre horroroso, como yo había previsto”, dejó escrito en el parte de Guerra el Almirante Cervera; “La patria ha sido defendida con honor. La satisfacción del deber cumplido deja nuestras conciencias tranquilas, con solo la amargura de lamentar la pérdida de nuestros queridos compañeros y las desdichas de la patria”; a fuer que sí.

Los prisioneros rescatados del mar por los norteamericanos de la Escuadra de Operaciones de Cervera fueron desembarcados en tres lugares: los heridos más graves y enfermos ingresaron en el Hospital Naval de Norfolk; la marinería y los heridos y enfermos menos graves, junto con algunos oficiales, en Camp Long, en la Isla de Seavey en Portsmouth; y el resto de los oficiales y algunos reposteros fueron llevados a Annapolis, junto a la Academia Naval. Cervera, por su rango, estuvo en Annapolis, y desde su llegada comenzó a recibir muestras de simpatía del pueblo Americano especialmente por el trato dispensado al teniente Hobson y sus hombres con motivo del hundimiento del Merrimac. Recibió muchas cartas e innumerables obsequios; incluso una oferta de dar conferencias, que se negó.

Declinó Cervera el ofrecimiento de libertad a cambio de una declaración de no hacer armas contra los Estados Unidos el 20 de agosto de 1898; el 31 de agosto se concedió la libertad incondicional a todos los retenidos. El 19 de septiembre de 1898 entraba en el puerto de Santander el buque Cyty of Rome llevando a bordo al almirante Cervera y a los demás supervivientes del combate de Santiago de Cuba. El Gobierno de Sagasta temía una explosión de solidaridad hacia el almirante como había sucedido en Estados Unidos y que esta se convirtiera en una dura crítica a la gestión de la crisis y guerra con Estados Unidos. A medida que transcurría el tiempo y se conocían detalles del conflicto, la opinión pública tenía más argumentos para ellos.

Si el Desastre de 1898 se inició con la distorsión de la realidad por Pulitzer y Hearst, el final en suelo patrio tuvo los mismos tintes. Aquí también se buscaron culpables y se sometió a consejo de guerra a aquellos que no hicieron más que cumplir con honor y lealtad su deber. El clamor popular y las voces que se pronunciaron a su favor desde el exterior, dieron como resultado el sobreseimiento de la causa y la restitución del honor del Almirante. La publicación de su “Colección de Documentos de la Escuadra de Operaciones de las Antillas[34], que tan previsoramente había puesto en manos del Arzobispo de Santiago antes de la salida para el combate, puso las cosas en su sitio.

No sé si lo del “clavel del Almirante” -amarillo, con los bordes de los pétalos rojos- que se vendía en las floristerías de Nueva York aquel verano de 1898 es verdad, pero sí lo es que Arthur Bird, editor de Sidney Record, gestionó un Memorial en los Estados Unidos para el almirante Cervera[35].

Vamos, que un 25 de abril de 1898 los Estados Unidos nos declararon la guerra…

 

 

 Almirante Pascual Cervera

 

 

 



[1] La comisión española dictamina valiéndose de los informes de submarinistas, de ingenieros de la artillería naval y de declaraciones de varios expertos internacionales, que la explosión fue interna, por tanto, accidental. La comisión norteamericana concluyó valiéndose también del informe de los submarinistas, que la explosión había sido externa, sin consultar a expertos neutrales. Los pescadores y submarinistas afirmaron que, al ser externa, la explosión debería haber existido una gran cantidad de peces muertos, a lo que EE.UU. argumentó (1899) que en el puerto de la Habana apenas existían peces. EE.UU. omite la opinión del ingeniero jefe de la armada estadounidense Melville, que sostenía que la causa de la explosión fue un estallido fortuito de los pañoles de munición. EE.UU. omite la opinión del experto en municiones de la armada estadounidense Philip Alger quien afirman que la explosión pudo ser producida por un incendio causal en los pañoles de carbón y cuya combustión provocó la deflagración de los pañoles de munición. Se constituye una comisión prescindiendo de técnicos externos, llegando a la misma conclusión. En diciembre de este mismo año, los EE.UU. hunden el Maine en alta mar. En 1971, el Almirante estadounidense Rickover, ordena una investigación sobre fotografías, planos y documentación del buque, señalando que la causa de la explosión fue una combustión espontánea en una carbonera que provocó el estallido del polvorín. En 1995 Rickover afianzó su teoría de que la explosión no se debió a una mina, afirmación que sostuvo sobre un estudio realizado sobre los daños que sufrieron los buques de la 2ª Guerra Mundial. El análisis de la AME que fue publicado en el número de febrero de 1998 de National Geographic examinó las teorías de la mina y de la combustión del carbón: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/explosion-acorazado-maine-atentado-o-accidente_12386

[3] Joseph Pulitzer (1847–1911) Editor estadounidense de origen judío húngaro, conocido por su competencia con William Randolph Hearst, quien originó la llamada prensa amarilla, y por los premios periodísticos que llevan su nombre, los Premios Pulitzer. En 1892, Pulitzer ofreció al presidente de la Universidad de Columbia, Seth Low, financiar la primera escuela de periodismo del mundo. La Universidad rechazó inicialmente el dinero, evidentemente influida por la polémica figura de Pulitzer. En 1902, el nuevo presidente de la Universidad, Nicholas Murray Butler, fue más receptivo hacia el plan de la escuela y de instaurar unos premios, pero no sería hasta la muerte de Pulitzer que este sueño se haría realidad (primer premio en 1917). Pulitzer dejó a la Universidad 2 millones de dólares en su testamento, lo que permitió la creación en 1912 de la Columbia University Graduate School of Journalism (la escuela de periodismo), que sería una de las más prestigiosas del mundo, aunque ya no fuese la primera, por haberse creado antes la de la Universidad de Misuri.

[4] William Randolph Hearst (1863-1951) Periodista, editor, publicista, empresario, inversionista, político y magnate de la prensa y los medios estadounidenses, que emergió como uno de los más poderosos personajes de la escena política y empresarial de dicho país. Consolidó uno de los más grandes imperios empresariales de la historia, llegando a poseer en su epítome un total de 28 periódicos de circulación nacional, además de la posesión de empresas editoriales, compañías y emisoras de radio, así como revistas. Ampliamente conocido por usar los medios como auténticos instrumentos políticos, además de ser el más afamado de los promotores de la prensa amarilla, se valió de generar escándalos y de la manipulación mediática para lograr que sus intereses comerciales y políticos se viesen beneficiados; siendo los casos más reseñables su intervención para que la Guerra hispano-estadounidense aconteciera y sus periódicos fuesen los que obtuvieran las primicias, así como la campaña que realizó en contra de la Revolución Mexicana. Conocido como el gran manipulador sobre la crisis del Maine de 1898 y del Holodomor de 1932-33 en Ucrania.

[5] La batalla de Cavite fue el enfrentamiento entre fuerzas navales estadounidenses y españolas ocurrido el 1 de mayo de 1898 en la bahía de Manila en el contexto de la guerra hispano-estadounidense.

[7] Fernando Primo de Rivera y Sobremonte (1831-1921) Militar y político español que, además de gobernador en dos ocasiones de la Capitanía General de Filipinas, ejerció entre 1907 y 1909 y en 1917 de ministro de la Guerra en sendos gobiernos conservadores presididos por Antonio Maura y Eduardo Dato. Ostentó los títulos nobiliarios de i marqués de Estella y i conde de San Fernando de la Unión. Firmó en 1897 el Pacto de Biak-na-Bato, por el que el insurgente filipino se comprometía a exiliarse en Hong Kong.

[8] Los listados de las muertes en Filipinas se publicaron en el DOMG desde el 31 de junio de 1897 hasta

el 16 de septiembre de 1900. Las relaciones ofrecen datos muy confusos. De Filipinas (DOMG 12-IV-1896/20-IV-1898,23 listados), regresaron enfermos 2.748 combatientes.

[9] Los generales españoles y estadounidenses, que todavía estaban legalmente en guerra, planearon en secreto transferir el control del centro de la ciudad -de los españoles a los norteamericanos- mientras mantenían al Ejército Revolucionario Filipino de Emilio Aguinaldo, fuera del centro de la ciudad, creando las condiciones para el comienzo de la guerra filipino-estadounidense

[10] Miguel Correa y García (1832-1900) Militar y político español. Ministro de la Guerra entre el 4 de octubre de 1897 y el 4 de marzo de 1899

[11] Castillos de San Cristóbal y San Felipe del Morro y los bastiones de San Sebastián, Santo Tomás, Ánimas, Santa Teresa, Santa Rosa, San António, San Fernando, Santa Elena y San Agustín

[12] El 25 de julio desembarcaron los norteamericanos en Guánica; el 13 de agosto finalizaban los combates. El cañonero Glocuester, que luego será protagonista en la batalla de Santiago de Cuba del 3 de julio, fue la avanzadilla que entró en Guánica y posibilitó el desembarco de 3.000 soldados que se enfrentaron a los 550 hombres dispuestos en el Caney, los 500 que se dispuso de la Escuadra de Cervera y los 900 en las Lomas de San Juan. Las unidades metropolitanas que defendían el territorio y que como todas llevaban sin paga desde hacía más de 10 meses, víctimas de enfermedades y alimentados con arroz cocido, café y aguardiente. ¡Olé!

[13] Las bajas en Puerto Rico a partir del 12 de mayo, según tres únicos listados (3-VII/3-XI-1898), fueron: 1 muerto por la fiebre

amarilla, 3 por enfermedades y 1 en campo de batalla. A su regreso a España, el DOMG 12-IV-1896/7-IV-1898 recoge 15 listados con 70 combatientes con enfermedades.

[15] En los diez años de guerra fueron enviados 180.000 hombres a Cuba entre septiembre de 1868 hasta marzo de 1878: 80.000 reclutados específicamente para esta guerra, y 100.000 de otras unidades peninsulares. Las bajas totales fueron 113.000 hombres

[17] El Diario Oficial del Ministerio de Guerra publicó el 13 de junio de 1888 las cifras “en papel” del Ejército: el permanente de la Península sumaba 95.266 hombres; en Cuba estaban 19.571 hombres; en Filipinas, 8.753 hombres; y en Puerto Rico, 3.155 hombres. Nada comparado con la realidad. Estas cifras se correspondían a los cupos y no contemplaban redimidos, excluidos y otras bajas. No contemplan Guardia Civil, Orden Público ni voluntarios pagados con cargo a la sección Guerra de los presupuestos de las islas. El Anuario Militar Español de 1897 señala más de 100.000 efectivos en Cuba. https://ebuah.uah.es/xmlui/bitstream/handle/10017/5950/Combatientes%2C%20Muertos%20y%20Pr%C3%B3fugos%20del%20Ej%C3%A9rcito%20Espa%C3%B1ol%20en%20la%20Guerra%20de%20la%20Independencia%20de%20Cuba%20%281895-1898%29.pdf?sequence=1&isAllowed=

[19] También el DOMG publicó 10 relaciones (26-X-1898/12-IV-1899) con los nombres y una serie de circunstancias y filiación de los que regresaban de Cuba y murieron, al poco de ser ingresados en una treintena de hospitales civiles y militares dispuestos para acoger a estos combatientes, y en algún caso en el mismo barco en que regresaban. Fueron 827 los muertos. Parece una cantidad baja, si se tiene en cuenta el estado en que volvían. Los fallecimientos publicados por el DOMG se produjeron entre el 7 de agosto de 1898 y el 1 de marzo de 1899. Es imposible saber el número de los heridos y enfermos que pudieron regresar a España y fallecieron en sus casas o en diversos lugares. El DOMG publicó (12-IV-1896/1 -V-1898) listados con los componentes de las unidades de Ultramar que regresaban enfermos de Cuba. En total fueron 16.415 combatientes. Los que mu-rieron en España a consecuencia de la enfermedad contraída en Cuba debieron ser muchos, si se tiene en cuenta las bajas absolutas ofrecidas anteriormente y las condiciones en que vivían los soldados, mal alimentados y sin anticuerpos y defensas naturales físicas para hacer frente a las enfermedades tropicales.

[20] José Martí Pérez (1853-1895) Poeta y político cubano, republicano democrático, ensayista, periodista y filósofo, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba. Se le ha considerado el iniciador del modernismo literario en Hispanoamérica. El 29 de enero de 1895, junto con los coroneles Mayía Rodríguez (en representación de Máximo Gómez) y Enrique Collazo (en representación de los patriotas de la isla), firmó la orden de alzamiento y la envió a Juan Gualberto Gómez para su ejecución. Partió de inmediato de Nueva York a Montecristi, en República Dominicana, donde lo esperaba Máximo Gómez, con quien firmó el 25 de marzo de 1895 un documento conocido como Manifiesto de Montecristi, programa de la nueva guerra. Ambos líderes llegan a Cuba el 11 de abril de 1895, por Playitas de Cajobabo, Baracoa, al sureste de la antigua provincia de Oriente.

[21] Práxedes Mariano Mateo Sagasta y Escolar (1825-1903) Ingeniero civil, masón y político español, miembro sucesivamente de los partidos Progresista, Constitucional y Liberal-Fusionista; varias veces presidente del Consejo de Ministros en el período comprendido entre 1870 y 1902,

[22] Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897) Político e historiador, figura capital de la política española de la segunda mitad del XIX. Redactó el Manifiesto de Manzanares publicado al inicio del Bienio progresista. Fue un prominente miembro dentro de la Unión Liberal, principal valedor de Alfonso XII y el mayor artífice del sistema político de la Restauración, durante el cual fue el máximo dirigente del Partido Conservador, que él mismo creó. Ejerció el cargo de presidente del Consejo de Ministros en seis ocasiones, alternando el poder, principalmente, con su rival político Práxedes Mateo Sagasta.

[23] Había participado de la sublevación del Cuartel de San Gil, aplastada por Serrano y O’Donnell, un motín que tenía por finalidad destronar a Isabel II; y por ello había sido juzgado y condenado a muerte, aunque había conseguido exiliarse en Francia. Tras la caída de la Reina en 1868, Sagasta regresó a España y fue ministro de Gobernación del mismo general Serrano que le había perseguido, y presidente del Consejo de Ministros con Amadeo de Saboya. Volvió a ocupar ese cargo en los últimos tiempos de la Primera República, en 1874, en los meses previos a la Restauración borbónica. Sagasta fundó el Partido Liberal en 1880.

[24] La alternancia turnista en el poder a partir del Pacto de El Pardo se cumplió rigurosamente hasta el asesinato de Cánovas por el anarquista italiano Michele Angiolillo en 1897.

[25] Segismundo Bermejo y Merelo (1833-) Marino militar y político español, ministro de Marina entre 1897 y 1898, durante la guerra hispano-estadounidense. Bajo su mandato se produjo el desastre naval de Cavite, tras lo cual fue sustituido por Ramón Auñón y Villalón, en mayo de 1898.​ Cesó como ministro el 18 de mayo de 1898, siendo sustituido por Ramón Auñón y Villalón

Se consideró que tuvo una perspectiva demasiado optimista o poco realista respecto de las posibilidades de España en un enfrentamiento contra los Estados Unidos en el conflicto del 98

[27] “Oída Junta de generales de Marina, opina ésta que los cuatro cruceros y los tres destructores salgan urgentemente para las Antillas. La derrota, recalada, casos y circunstancias en que V. E. debe empeñar o evitar combate quedan a su más completa libertad de acción. Los torpederos deben regresar a Canarias con los buques auxiliares. La bandera norteamericana es enemiga”. La misión imposible del Almirante Cervera; de José Cervera Pery (pág. 75)

[28] El vapor correo Alicante fue construido por los astilleros escoceses de William Denny & Bros. en Dumbarton, siendo botado el 4 de febrero de 1889. Bajo su primer nombre, Pegu, navegó con el pabellón de la naviera British & Burmese Steam Navigation Co. Ltd. Desplazaba 7.910 toneladas con una eslora de 113,44 metros, 13,74 metros de manga y 7,62 metros de calado. Era propulsado por una máquina de cuádruple expansión a un eje con una potencia de 3.000 hp. y una velocidad máxima de 12,5 nudos. Dotación, 60 tripulantes. En 1896 el Pegu fue comprado por la Compañía Trasatlántica española con sede en Barcelona, rebautizado como Alicante fue utilizado para las líneas comerciales con Cuba al estallar la guerra de 1898 fue convertido como transporte de tropas incorporándose a la escuadra de Cervera y al finalizar la misma fue transformado nuevamente a buque hospital. Realizó repatriaciones de personal militar herido hacia España desde Cuba y Filipinas. Durante la Guerra del Rif de 1911 a 1927, el vapor Alicante volvió a ser requerido para ejercer de transporte de tropas desembarcando soldados en los puertos de Ceuta y Melilla, y para el Desastre de Anual fue utilizado nuevamente como buque hospital.

[29] La misión imposible del Almirante Cervera; de José Cervera Pery (pág. 77)

[31] Ramón Auñón y Villalón (1844-1925)​ Militar y político español, ministro de Marina durante la Guerra hispano-estadounidense en Cuba y gobernador civil de Barcelona en un breve periodo entre 1917 y 1918, además de varias veces diputado durante la regencia de María Cristina de Habsburgo y el reinado de Alfonso XIII

[33] El USS Merrimac (a veces llamado erróneamente USS Merrimack) fue un buque de vapor de la armada de los Estados Unidos que se hundió en la Guerra hispano-estadounidense de 1898. Fue el único buque estadounidense que hundió España en ese conflicto. El contraalmirante William T. Sampson ordenó que fuera hundido en la entrada del puerto de Santiago de Cuba para bloquear la salida de la flota española allí estacionada, mandada por el Almirante Cervera. En la noche del 2 al 3 de junio, ocho voluntarios intentaron ejecutar esta misión, pero las baterías terrestres del puerto le dañaron seriamente el barco y le dejaron desgobernado alejándose del puerto. Posteriormente fue hundido por los disparos y los torpedos del crucero protegido Vizcaya, el crucero Reina Mercedes, y el destructor Plutón. No pudo lograr su objetivo de obstruir la entrada del puerto de Santiago de Cuba. Sus tripulantes fueron rescatados por los españoles y hechos prisioneros de guerra, siendo bien tratados y reconociéndolo posteriormente. Al mando de la operación estuvo el teniente Richmond P. Hobson. El Merrimac tenía colocados explosivos en sus amuras para hundirse más fácilmente con la explosión. La misión fue un fracaso y el canal permaneció abierto. Hobson y la tripulación lograron salir del barco a salvo con solo heridas leves, pero fueron capturados por la tripulación de la lancha de vapor del propio Almirante Cervera. Los ocho integrantes del comando fueron premiados con la Medalla de Honor por su participación en la fracasada misión. Hobson se convirtió en un héroe de la prensa estadounidense. Su retrato apareció en cientos de periódicos con historias adornadas de su valentía al ofrecerse como voluntario para lo que se percibió como una misión suicida. Se recaudó un fondo para ayudar a sus padres a evitar la ejecución hipotecaria. Hobson fue liberado el 6 de julio de 1898, fue recibido por el presidente William McKinley y viajó por todo el país, convirtiéndose en un símbolo sexual de la época victoriana.

[34] ISBN: 978-84-7823-611-4

14 abr 2022

DE LA AVENTURA FALLIDA DEL SULTÁN...

  

Que veinte años no es nada’, cantaba Gardel[1] en el tango ‘Volver[2] allá por 1935; y aún se le recuerda.

Pues eso, nada, que vamos para veinte años del lío de Perejil. Sí, el de la isla de Perejil que, por los papeles de variada fuente e interés, aparece referenciada, apoyando su marroquinidad, como Leïla, Coral, Tura, Tural, Turah o Yezina Maadnus. Vamos, ¡Perejil!

Aunque yo hoy me quedo con la definición de Collin Powell[3], Secretario de Estado norteamericano que medió un acuerdo en el conflicto de julio de 2002: “esa pequeña isla estúpida[4] [5].

Y ahora que dicen que están a partir un piñón y que cenan en noche de Ramadán Pedro Sánchez y el sultán, aunque coloquen boca abajo una bandera española y nadie se rasgue las vestiduras[6], yo me he venido a acordar, en la madrugada de este Jueves Santo, de 2022 de aquellos días -del 11 al 20 de julio de 2002- en que por lo que fuera -quizá por la firme postura de José María Aznar en apoyar un plan de autodeterminación del Sáhara, o puede que fuera una disputa sobre las aguas pesqueras, o una actitud motivada frente al pasotismo marroquí por la inmigración propia y subsahariana que nos mandaba el sultán- se armó un follón de tres pares de narices en Perejil.

Ah, por cierto, esa cenita significó un cambio radical en la postura de España[7], ahora en los brazos de Mohamed VI, repudiando décadas de contacto saharaui[8] [9] y consiguiendo que Argelia, el principal aliado de estos últimos y enemigo republicano de un Marruecos de rey idealizado, nos suba el gas[10] y reconvierta el mapa energético de Europa[11] [12].

Y lanzada la piedra, exhibiendo la mano, vamos con lo que vamos.

Las disputas con Marruecos vienen de atrás; con el Marruecos moderno tienen fecha concreta[13]; el incomodísimo vecino del sur -a mí así me lo parece y así lo califico- debe ser tenido en cuenta. Y unos más y otros menos, estamos condenados a tragarlos.

Y, a lo que íbamos.

Esta historia del post de hoy comienza con tiranteces desde los primeros días del gobierno Aznar; ya en la tradicional ‘primera visita’ se pudo ver[14]. No había simpatía por ningún lado y las cuestiones de la pesca[15] -exigencia de reducir el 80% de buques españoles faenando en sus aguas y elevar la cifra económica que pagaban los pescadores-, el Sahara[16] y, sobre todo, la llegada de subsaharianos en patera[17], clamaban al cielo. En septiembre de 2001 el ministro José Piqué denunciaba la connivencia de la policía marroquí de fronteras[18] con las mafias norteafricanas, que es la forma que tiene el sultán de darnos la tabarra cuando algo quiere.

Así, con este panorama, el 27 de octubre de 2001 Rabat llamó a consultas a su embajador y el día 28 anunciaron que lo retiraban de Madrid[19]. Y, por lo que vamos a reseñar en este post, el 16 de julio de 2002 España retiró el suyo de Rabat. Para la reconciliación diplomática, con la vuelta de embajadores, hubo que esperar a febrero de 2003[20] y comenzó la distensión[21].

Lo único interesante de este islote protagonista de este post -35°54′50″; N 5°25′08″- es que bajo sus menos de 1.500 metros cuadrados de superficie hay una cueva que, a nivel del mar, presenta una entrada de veinte metros de alto por siete u ocho de ancho, con dos salas iniciales y una tercera situada a una altura de diez metros que alguien puede considerar que llegara a servir como soporte logístico para actividades ilegales de contrabando que -otorguémosle el beneficio de la duda invasora- Marruecos dijo pretender controlar con su acción.

Y el islote, cuentan, entra en la historia con marchamo portugués en el siglo XV y luego pasa a dominio español hasta con planes[22] de fortificación entre los siglos XVI y XIX[23]. Pero allí no hay nada: es una mesetita abrupta y ridícula a un palmo de la costa; pero como está en la embocadura del Estrecho de Gibraltar, a la entrada del Mediterráneo desde el Atlántico, nada más entrar, por lo que Francia, Reino Unido y los Estados Unidos[24] también la han pretendido.

Consta que en 1808 los ingleses habían desembarcado allí e intentaron comprarle el islote al sultán de turno en 1831, 1836 y 1865; Francia también lo intentó en 1868. Y hasta hay documentación diplomática española en 1808[25] y 1887[26] que deja sostener que no se le consideraba territorio español; pero el diccionario de Madoz[27] (1846-1850) la incluye[28]… ¿entonces? El acuerdo de paz hispano-marroquí de 1860 delimita el territorio ceutí[29] sin menciona a Perejil. Insisto, ¿entonces?…

Lo dicho: es una roca baldía que desde el mar tienen un acceso bastante complicado, salvo por dos calitas; y aún, así, como escollo, se habla de un faro que España quiso allí construir hacia 1867 con arreglo a las leyes de 1842 y sucesivas. ¿de quién era el terruño?

Ni siquiera el tratado hispano-francés de 1912 cita el islote; como tampoco cita a Ceuta, Melilla y demás posesiones consideradas españolas, por considerarlas españolas. Y, durante el protectorado, hasta 1956 aquellas piedras sólo desgastaban botas militares españolas, de vez en cuando. Pero ni aún así lo tenemos claro.



La única base sólida a la que agarrarnos para desfacer este entuerto sobre la titularidad del islote parece -dicen- salir de la conversación mantenida por Franco[30] y Hassan II[31] en el aeropuerto de Barajas el 6 de julio de 1963 -el llamado Espíritu de Barajas[32] [33]- que es donde -mantienen algunos- se acordó que el islote fuera tierra de nadie -el ‘statu quo’ que se invocará-, además de lo de la retrocesión de Ifni[34]. Y en base a ese espíritu, la acción militar de respuesta del 17 de julio de 2002 invoca la restauración del ‘statu quo’ previo; que no la soberanía.

Pero el caso es que leyendo lo que cuentan de Franco no parece acertado concluir que se alcanzaron acuerdos aquel 6 de julio barajudo; más bien todo lo contrario[35]. Así que, seguimos como estábamos. Nos agarramos a un clavo ardiendo… y nos quemamos.

Tal vez haya un detallito a contemplar: era embajador de España en Marruecos en aquel 1963 Manuel Aznar Zubigaray[36], abuelo de José María Aznar, que hace veinte años era presidente del Gobierno de España… y don Manuel estuvo presente en la reunión de Barajas -de los pocos que la vivió en primera persona- y estaba al tanto de la situación, pues informaba de continuo a sus superiores. Lo mismo el nieto conocía algún detalle de la comunicación epistolar del abuelo con Castiella[37], Muñoz Grandes[38], Fraga[39] y Carrero Blanco[40]; vamos, de haberlo oído por casa, casa, por cierto, de periodistas.  

Y vuelvo al encuentro en las dependencias aeroportuarias de 1963 porque resulta que para entonces ya habían pasado seis años de la retrocesión de Cabo Juby[41] -que lo de Ifni duraría hasta el 69- y Hassan II venía de París, de entrevistarse con el general De Gaulle[42], que de todo había en la tournée. En aquella reunión, Franco y Hassan II, se comprometieron, se dijo, a resolver por la vía pacífica y de la negociación todas sus diferencias, incluidas las reclamaciones territoriales. Ese fue el ‘Espíritu de Barajas’, un espíritu que Marruecos ha obviado siempre; la Marcha Verde[43], el ejemplo más palmario.

Sobre reclamaciones territoriales y para complicarlo, les cuento que, en el Estatuto de la Ciudad de Ceuta (1986), aprobado por el ayuntamiento ceutí en 1981, se citaba como territorio propio tanto el Peñón de Vélez de la Gomera como la isla de Perejil. No se aprobó; El País contaba el 12 de julio de 2002 que se debió a que Marruecos protestó[44]; señalando una vieja reivindicación de los noventa. Pero sí se aprobó el de 1995[45] que se descuelga en su artículo 2 diciendo que “el territorio de la ciudad de Ceuta es el comprendido en la delimitación actual de su territorio municipal[46] y que cada palo aguante su vela con lo de “actual”, que yo no he encontrado ni en el trabajo de Remacho Tejada[47] ni en otras sesudas consideraciones; ni en la web municipal. Aunque sí en Juan B Vilar, que cita Perejil, en la revista de la UCM y que aquí aludo; y en los mapas del Instituto Geográfico Nacional donde además de refrenciar las dos líneas fronterizas (en la Playa del Algarrobo de la bahía de Benzú) que delimitan la zona neutral, señalan a las claras Isla de Perejil (España). Y con eso me quedo.



Perejil es tan minúscula que ni siquiera aparece citado en las referencias reivindicativas de Rachid Lazrak[48] de 1974 -tal vez por considerarlo marroquí-, ni en el contexto Ceuta, ni en nada; aunque en la vieja piel de toro, en la modernidad del siglo XX, hemos citado a Ceuta como los casi 20 km2 (19’3) que integran “la península e istmo de Almina, el territorio continental inmediato, isla del Perejil e islotes menores[49].

Y sobre Perejil, España ha venido llevando a cabo visitas de inspección regulares y continuadas -de la Guardia Civil, porque por ahí he leído que el Servicio de Vigilancia Aduanera no- para asegurar un control del contrabando y de la inmigración ilegal. Y como dijo la ministra Palacio: “la presencia española en Perejil nunca ha sido objeto de una protesta por parte de Marruecos”… hasta el desembarco del 11 de julio de 2002; aunque parece ser que sí.

En fin, que Marruecos cometido el mismo error estúpido con Perejil que Argentina con las Malvinas, que les conté en el post anterior.

Y en este caso también, la maniobra del incómodo vecino del sur fue condenada por la Unión Europea, la Alianza Atlántica y, significativamente, por Argelia, mientras el resto del mundo árabe guardaba silencio. España hizo lo que tenía que hacer: pedir por la vía diplomática durante cinco días el restablecimiento del statu quo anterior al 11 de julio y advertir que el Gobierno español no toleraría los hechos consumados. Y actuar en consecuencia, para que no se te suban a las barbas.

Así que ya podemos llegar a la mañana del 11 de julio de 2002 cuando todo estaba preparado para vivir -los días 12, 13 y 14 de julio- las celebraciones de la boda de Mohamed VI y los fotógrafos de las revistas del hígado españolas habían desembarcado en Rabat y todo Marruecos; que esa fue otra invasión, cámara en ristre

La cronología de los hechos que nos ocupa bien pudiera ser tal que así[50] [51] [52]:

I)                  11 de julio; La víspera[53] de comenzar los festejos reales por la boda de Mohamed VI, Marruecos “invade” la isla de Perejil[54]. A primera hora de la tarde era conocido el incidente con la Guardia Civil y la intimidación de que fueron objeto con las armas. A las tres de la tarde se decretan las primeras medidas militares; a las 18’30 horas Aznar reúne al Gabinete de Crisis. Marruecos reconoce la ocupación justificándola para proseguir con “la lucha contra la inmigración y el terrorismo” y por aquí se habla de “acto inamistoso[55].

II)               12 de julio; España refuerza sus posiciones en el norte de África, Ceuta y Melilla; unidades de la Armada se posicionan en torno a las Islas Chafarinas y los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera. Bruselas advierte a Rabat que su acto de fuerza puede dañar sus relaciones con la UE. A las 22 horas de se ordena preparar la operación militar de recuperación.

III)            13 de julio; Movimientos militares marroquíes en torno a la isla Perejil. El primer ministro marroquí, Yusufi, asegura a Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, que la solución al incidente sería “muy rápida”. A las 9 de la mañana en Madrid se le presenta al presidente Aznar la Operación Romeo-Sierra[56]: plazo de asalto de 10 horas desde la orden de activación, con 3’ para su cancelación. A las 22 h se decide que sea un grupo de Operaciones Especiales del acuartelamiento de Rabasa el que la ejecute, con inclusión de un equipo del Tercio de Armada.

IV)             14 de julio; La Presidencia de la UE exige a Marruecos que se retire de Perejil[57]. El ministro marroquí de Exteriores considera “desproporcionadas” las reacciones europea y española: sostiene que el desplazar gendarmes a la isla no puede considerarse “acto de guerra”. La ministra Palacio se movió por las cancillerías[58]. Aznar es partidario de la acción; el vicepresidente Rato pide agotar plazos y negociar[59].

V)                15 de julio; Una unidad de infantería de marina marroquí llega a la isla y España hace presente su fuerza naval en Ceuta y Melilla. La OTAN exige a Rabat que vuelva el 'statu quo' a isla Perejil. Decenas de bañistas marroquíes intentan, abriendo otro frente, cruzar a nado hasta el Peñón de Alhucemas y aposentarse sobre una roca próxima que se encuentra deshabitada y que también se considera de soberanía española. El gobernador, Mohamed Oufoud consiguió que los gendarmes marroquíes desalojaran la playa de Sfiha y no se produjeron incidentes con la guarnición militar española. El Gobierno Aznar da un ultimátum a Marruecos: la unidad militar debe abandonar la isla[60].

VI)             16 de julio; España retira a su embajador en Marruecos después de que el ministro de Exteriores marroquí asegurase que no pensaban retirarse de la isla. En España, el Congreso de los Diputados respalda la actuación del Ejecutivo Aznar en esta crisis de forma absolutamente mayoritaria; sólo Esquerra Republicana critica. A las 18’15 horas, por tercera vez -las otras dos anteriores se habían abortado en distintas fases del operativo- salen los helicópteros y el personal de Rabasa -con las reglas de enfrentamiento bien claras[61]- para repostar y artillarse a la base de Morón (Sevilla), aunque se cambia a punto de abastecimiento para no alertar, de facto, a los americanos en una base de utilización conjunta. No obstante, dos de los helicópteros terminaron en Morón (¿fallo de comunicación?) y a las doce de la noche, la agencia Reuters lanzaba un despacho: “Helicópteros de combate españoles se arman en Morón[62].

VII)          17 de julio; Marruecos hace una última oferta a las tres de la madrugada, hora española: ellos se retiran de Perejil si España hace lo propio de los peñones de Vélez y de Alhucemas, así como de las Islas Chafarinas. Inadmisible -entonces y ahora- por la posición previa adoptada. Y vencido el ultimátum (4AM hora española, 2AM hora marroquí) tropas españolas desalojan la isla de Perejil[63]. No se produce ningún herido. Para el día siguiente estaba organizada una visita al islote, desde Marruecos, de periodistas; y la cuestión era realizar el operativo en ese momento, o nunca. Y así se hizo. A las 8 de la mañana, 75 legionarios toman el relevo a los 28 integrantes del equipo que ha realizado la operación. España ofrece entonces retirar sus tropas si Rabat garantiza el 'statu quo' del islote. Marruecos habla de “declaración de guerra” y exige la inmediata retirada de las tropas, aunque -acto seguido- se aviene a negociar.

VIII)       18 de julio; José María Aznar lanza una propuesta negociadora para cerrar la crisis.

IX)            19 de julio; el ministro Benaisa asegura que, cuando las fuerzas españolas se retiren, se podrá dialogar sobre Perejil y de cuestiones pendientes como Ceuta y Melilla. La ministra Palacio dice que España dialogará de lo que sea, excepto de Ceuta y Melilla. Entra en escena el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell. El Congreso respalda la acción[64].

X)                20 de julio; Los gobiernos de España y Marruecos llegan a un acuerdo para reestablecer el 'statu quo' anterior al 11 de julio en Perejil. Se hace público a las 19’45h. Los legionarios abandonan la isla en torno a las 21.00 horas. El Ejecutivo de Aznar agradece el papel clave de Colin Powell en la negociación.




Por en medio quedan detalles de importancia para aquellos días. Me cuentan que hasta la isla de Benidorm sirvió de escenario para ensayar la operación en la madrugada del 13 de julio (¿con un Benidorm a tope de turistas?). Bueno, a determinadas horas todos los gatos son pardos… Y no era la primera vez que esto sucedía; en alguna madrugada (invernal).

A los pocos días de resolverse el tema de Perejil, aún en el mes de julio, un periodista británico, Stephen Moss (The Guardian), nos invadió[65] la isla de Ses Rates, situada frente a Platja d'en Bossa y Ses Figueretes; incluso la bautizó como Stilton Island[66], por aquello del queso -británico- (y las ratas). Criticaba así, dijo la postura y actuación española. Le dediqué un Post en este blog[67].

El 4 de agosto de 2002 Juan Carlos de la Cal, periodista de El Mundo, se fue a Perejil con el periodista marroquí El Houssine Majdoubi para analizar ‘en caliente’ el lío que se había montado. Y fue un lío[68]; uno de los dos parece no tener clara la génesis del conflicto en el que, sostengo, Marruecos se pasó un largo brazo de mar. Y el tema no está resuelto.

Y el tiempo pasa…

En 2012, miembros del Comité de Liberación de Ceuta y Melilla volvieron a pasear su banderita por Perejil[69] y de nuevo fueron desalojados; aunque el gobierno lo negó[70].

Y una pincelada final a nivel de chorrada; me niego a llamarla de otra forma. En 2016 el director de cine marroquí Ahmed Boulane estrenó su particular visión sobre la crisis de Perejil; ‘La Isla’. La cinta contó con dos subvenciones: la obvia, porque ya es moda, del organismo cinematográfico marroquí (390.000 euros) y -¡ojo al dato!, que decía García- un pellizquito de 250.000 euros de la Junta de Andalucía[71]; Canal Sur se reservó los derechos de emisión televisiva en España. Fue grabada en árabe, francés, inglés y español y, ¡como no!, ridiculiza el operativo español y la postura del Gobierno de España. Obviamente, en el territorio del PSOE de Andalucía le concedieron el premio ASECAN del Cine Andaluz; en la taquilla fue un fracaso y apenas tuvo recorrido comercial en las salas españolas.

Veinte años no es nada; ya verán.

 


 

 



[1] Carlos Gardel. Cantante, compositor y actor de cine. Es el más conocido representante en la historia del tango. Iniciador y máximo exponente del tango canción. Hay quien sostiene su origen uruguayo (Tacuarembó, 11 de diciembre 1883/1887) frente al francés (Toulouse, 11 de diciembre de 1890). Vivió su infancia en Buenos Aires y se nacionalizó argentino en 1923. Falleció el 24 de junio de 1935 en Medellín, Colombia, en un accidente aéreo. En 2003 la voz de Gardel fue registrada por la Unesco en el programa Memoria del Mundo, dedicado a la preservación de documentos pertenecientes al patrimonio histórico de los pueblos del mundo. Gardel realizó 957 grabaciones, cubriendo 792 temas diferentes

[2] Compuesta en 1934 por el cantante y músico Carlos Gardel y por el poeta Alfredo Le Pera, popularizada en la película “El día que me quieras” (1935), ha sido versionada por Andrés Calamaro (2004), Ana Guerra (2017) o Juanes (2021).

[3] Colin Luther Powell (1937-2021).​ Militar, diplomático y político estadounidense. General de Cuatro Estrellas, fue Jefe del Estado Mayor Conjunto durante la Guerra del Golfo y a la finalización del conflicto pasó a ser Secretario de Estado durante la administración de George W. Bush.

[13] El 2 de marzo de 1956 Francia, oficialmente y de manera unilateral, dio por terminado el régimen de Protectorado instaurado por el Tratado de Fez (1912). España hizo lo mismo el 7 de abril, cuando se firma en Madrid el acuerdo de transferencia de poderes, la Declaración conjunta hispano-marroquí. De inmediato surgieron desencuentros en materia territorial. El nacionalismo marroquí reivindicaba desde los años 40 una independencia completa, que recuperase la integridad del Gran Marruecos que planteaba el líder del Istiqlal Allal el-Fasi.

[22] Cuando quieras que algo no se sepa crea una comisión (versión libre de la célebre frase atribuida tanto a Napoleón como a Churchill) y, parodiándola, cuando quieras que algo no se lleve a efecto, desarrolla un plan.

[23] En 1762, el ingeniero Alonso de Figueroa elaboró un proyecto de fortificación, en cuya memoria quedó escrito: «...que, si fortificáramos la isla del Perejil y pusiéramos baterías de veinte y quatro, assi en esta como en las puntas llamadas del carnero y del fray, seríamos tan dueños del estrecho de Gibraltar como del suyo son los dinamarqueses». ABC, Archivo. Crisis Perejil

[24] En 1836, los Estados Unidos reclamaron que se les permitiese establecer una estación carbonera, pero el Reino Unido vetó la pretensión estadounidense.

[25] el 19 de abril de 1808, el cónsul general español en Marruecos advierte al sultán Solimán de la ocupación de la isla de Perejil por los británicos, señalándole que “S.M. como dueño de aquel territorio puede libremente hacer lo que sea de su agrado”. https://historia-actual.org/Publicaciones/index.php/hao/article/view/937

[26] El ministro plenipotenciario español en Marruecos, José Diosdado Castillo, en un despacho enviado el 17 de noviembre de 1887 al ministro de Estado, Segismundo Moret, le recuerda a éste que España siempre había reconocido la pertenencia del islote a Marruecos. https://historia-actual.org/Publicaciones/index.php/hao/article/view/937

[27] Pascual Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. 1846-1850

[28] Se eleva sobre el nivel del mar la citada isla 72 varas y 1/3, toda de piedra y cubierta de arbustos; su figura es casi triangular y su circunferencia de 2,200 varas formando un canal con la costa de 330 varas de ancho con muchas brazas de fondo sobre arena, piedra y arena piedra, encontrándose de 14 brazas hasta 20 en sus dos extremos del E. y el O. y por su medianía 6, 5 y 4 brazas, igual calidad de fondo y lo mismo por la parte del N

[29] desde la punta oriental de la primera bahía de Handag Rahma en la costa Norte de la plaza de Ceuta por el barranco o arroyo que allí termina…

[30] Francisco Franco Bahamonde (1892-1975); militar y dictador español. Fue investido como jefe supremo del bando sublevado el 1 de octubre de 1936, y ejerció como caudillo de España​ —jefe de Estado— desde el término del conflicto hasta su fallecimiento en 1975.

[31] Al-Hasan ibn Muhammad o Hasán II (1929-1999); rey de Marruecos (y príncipe de los creyentes, cual califa) desde 1961 hasta su muerte. Fue el segundo hijo de Mohamed V, sultán primero y después rey de Marruecos

[32] Hay quien sostiene que en aquellas dos entrevistas (antes y después de comer) se trataron cuatro cuestiones: a) que España debía poner fin a su presencia en el territorio de Ifni en 1969; b) llegar a un entendimiento sobre el Sahara español; que Marruecos se olvidara sine die -en un informe posterior se dice que por “al menos tres o cuatro generaciones”, o por lo que hay que seguir ojo avizor- de Ceuta y Melilla, ciudades que España consideraba como irrenunciables y; d) respecto al islote del Perejil, se decidió que pasara a ser una especie de tierra de nadie, aunque la interpretación correcta debe ser de ninguno de los dos, de forma que ninguno de los dos países tuviera presencia militar o civil permanente en el islote. Pero esto no pasa de ser una interpretación. https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/17569/file_1.pdf?sequence=1

[33] En la entrevista estuvieron presentes, además de Hassan II y el general Franco, los respectivos embajadores Laraki y Aznar, un hermano del monarca alauí, el general Muñoz Grandes (vicepresidente del gobierno), el ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne, y los ministros de Asuntos Exteriores, señores Castiella y Balafrech.

[34] Que llegará en el 69;  Ana Torres García (U Sevilla); Consideraciones  sobre  el  encuentro  en  Barajas  (1963):  Una  ocasión  perdida para las relaciones hispano-marroquíes https://hispania.revistas.csic.es/index.php/hispania/article/view/415/411 n

[36] Manuel Aznar y Zubigaray (1894 - 1975); periodista, diplomático y político español, muy destacado durante la dictadura de Franco. Iniciado en el nacionalismo vasco. Dirigió varios de los periódicos más importantes de la época como El Sol o La Vanguardia Española, este último ya durante el régimen franquista; fue director gerente y uno de los fundadores de la agencia de noticias EFE, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, representante permanente de España ante la ONU. Embajador en la República Dominicana, Marruecos y Argentina, así como ministro plenipotenciario ante los EE. UU. Su hijo Manuel Aznar Acedo (1916 - 2001) desarrolló buena parte de su carrera profesional en el campo de la radiodifusión (Cadena SER y RNE); fue director adjunto de Radiodifusión en el Ministerio de Información y Turismo (1964-1967) y en 1967 se convirtió en el primer director de la Escuela Oficial de Radiodifusión y Televisión. Fue el padre de José María Aznar, cuarto presidente del Gobierno de España desde la reinstauración de la Democracia: VI y VII legislaturas.

[37] Fernando María Castiella y Maiz (1907– 1976); diplomático y político español durante la dictadura franquista. Catedrático de Derecho Internacional Privado, embajador de España en Perú y ante la Santa Sede y ministro de Asuntos Exteriores entre 1957 y 1969, así como miembro del Tribunal Permanente de Arbitraje Internacional de La Haya (desde 1939 hasta su muerte). De carácter reformista y aperturista siendo ministro de Asuntos Exteriores consiguió el ingreso de España en la OCDE y en el FMI: fue artífice del desarrollo completo de la independencia de Guinea Ecuatorial. Asimismo, presentó la primera carta solicitando en 1962 la entrada de España en la Comunidad Europea y trató de resolver el conflicto gibraltareño.

[38] Agustín Muñoz Grandes (1896-1970); militar y político español, conocido por haber tenido un papel relevante durante la Guerra Civil Española y la dictadura franquista, así como haber comandado la División Azul durante la Segunda Guerra Mundial. Ministro del Ejército en 1951, en julio de 1962 fue nombrado vicepresidente del gobierno hasta julio de 1967.

[39] Manuel Fraga Iribarne (1922-2012); político, diplomático y catedrático de Derecho Político y de Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Su trayectoria política se desarrolló desde la década de 1950 hasta 2011, ocupando casi ininterrumpidamente cargos de relevancia política e institucional, tanto en la dictadura de Franco como en el periodo democrático. Fue ministro de Información y Turismo (1962-1969), vicepresidente del Gobierno y ministro de la Gobernación (1975-1976) y presidente de la Junta de Galicia (1990-2005).Fue uno de los padres de la Constitución de 1978, fundador del partido Reforma Democrática (embrión de Alianza Popular y, a su vez, del actual Partido Popular) y candidato a la presidencia del Gobierno de España entre 1977 y 1986.

[40] Luis Carrero Blanco (19042​-1973): I duque de Carrero Blanco y grande de España, fue un militar y político español. Marino de profesión, llegaría a alcanzar el rango de almirante; tomó parte en la guerra civil española y llegó a ser nombrado jefe de operaciones del Estado Mayor de la Armada en agosto de 1939. Terminada la contienda, durante la dictadura franquista pasó a ocupar puestos de responsabilidad en el seno de la administración. Figura de confianza de Franco, no tardó en convertirse en su mano derecha. Desde su puesto de subsecretario de la Presidencia ejerció una posición clave, actuando como colaborador del propio Franco e interviniendo en los conflictos internos del gabinete frente a otras facciones políticas. Desempeñó la jefatura del Gobierno durante la etapa final de la dictadura hasta su asesinato llevado a cabo por ETA durante la llamada ‘Operación Ogro’.

[41] Cabo Juby pasó a soberanía marroquí el 2 de abril de 1958 en función de los Acuerdos de Cintra.  La ejecutoria de lealtad de España hacia Marruecos y, más concretamente, hacia la dinastía alauita reinante, comienza antes de la independencia, cuando Francia decide deponer a Mohamed V -abuelo del actual monarca y símbolo de la independencia marroquí-, exiliarlo a Madagascar y proclamar sultán a un títere de París, Mohamed Ben Arafa. El Gobierno de Madrid se niega a reconocer la autoridad del nuevo sultán y no sólo mantiene su apoyo a Mohamed V, sino que, clandestinamente, suministra armas a los independentistas a través de una red de agentes montada por el entonces Alto Estado Mayor español. Un año después de la independencia, el 22 de noviembre de 1957, elementos del denominado Frente de Liberación del Sur, alentado y financiado por Rabat, atacan Ifni (y hostigan a algunas guarniciones del Sáhara) de improviso cuando se iban a iniciar conversaciones para la retrocesión del antiguo territorio a Marruecos. Se inicia la llamada Guerra de Ifni que cesó el 30 de junio de 1958. El Tratado de Fez, de 1969 fijó las condiciones de la cesión a Marruecos del territorio. La retrocesión del territorio supuso también la eliminación del Grupo de Tiradores de Ifni, una unidad militar que había sido fundada tras la ocupación de 1934. El territorio de Santa Cruz de Mar Pequeña, que sería finalmente conocido como Ifni, fue adquirido por una concesión del sultán a finales del siglo XVIII y reocupado en 1934 por el coronel Osvaldo Fernando Capaz en plena República. Irónicamente, muchas de las armas utilizadas en el ataque a Ifni formaban parte de las suministradas por España a los independentistas durante la campaña previa a la independencia. https://elpais.com/diario/2002/07/21/domingo/1027223554_850215.html

[42] Charles André Josep Marie de Gaulle (1890-1970); militar y político francés. 1er presidente de la 5ª República francesa entre 1959 y 1969

[43] La marcha verde fue la invasión marroquí de la provincia española del Sahara. Anunciada el 28 de abril de 1975 se desarrolló entre el 6 y el 9 de noviembre de 1975. El plan consistió en transportar a 300 000 civiles con unidades militares armadas camufladas entre ellos.​ Fue diseñado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y contó con su apoyo logístico y el de la CIA. En 1970, la Organización de las Naciones Unidas aprueba la Resolución 2711, que solicita a España la celebración en su provincia del Sáhara de un referéndum de autodeterminación. Tras negarse en un principio a celebrarlo, España accede en 1974 a la celebración, movida por la presión en el territorio —en 1973 se fundó el Frente Polisario, que luchaba por la independencia de la provincia— y la animadversión internacional. El Gobierno anuncia que el referéndum tendrá lugar en 1975. Los ataques diplomáticos marroquíes y la guerrilla con el Frente Polisario complicaron el proceso. Marruecos se oponía de frente a la consulta, y pidió al Tribunal Internacional de Justicia que se pronunciara sobre si el Sahara era res nullius (cosa de nadie). La ONU pidió a España que paralizase el proceso hasta que la Corte se pronunciase y Hasán II incluyó en enero de 1975 también en el litigio a Ceuta y Melilla. El rey alauita venía de sufrir 2 atentados (1971 y 1972) y tenía una situación interna muy complicada. Invadido el territorio español el día 6, el día 9 de noviembre el rey da la orden de repliegue y los civiles abandonan la provincia española.

A las columnas de civiles que marchaban hacia el sur vía Tarfaya se unieron también 25 000 soldados de las Fuerzas Armadas Reales, que se dirigían a la provincia española por el este. España, Marruecos y Mauritania firmaron el Acuerdo Tripartito de Madrid (14.11.1975), en el que España reiteró su intención de descolonizar el Sahara «poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como potencia administradora» e instituyó una administración temporal «en la que participarán Marruecos y Mauritania, en colaboración con la Yemaá», la asamblea de notables tribal, estableciendo que esta sería la expresión de la opinión del pueblo saharaui. Por último, se estableció que España pondría fin a su presencia en el territorio antes del 28 de febrero de 1976, como así fue. El Consejo de Seguridad se volvió a pronunciar aprobando otra resolución, la 380, en la que «deplora la realización de la marcha» e «insta a Marruecos a que retire inmediatamente del territorio del Sáhara Occidental a todos los participantes en la marcha», así como volver a hacer un llamamiento al diálogo.​ Sin embargo, y en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos y Francia dieron su beneplácito a la anexión marroquí del territorio, ya que Argelia y el Frente Polisario eran cercanos a la Unión Soviética.

[45] Ley Orgánica 1/1995, de 13 de marzo, de Estatuto de Autonomía de Ceuta.

[48] (1947-); doctor en derecho público (U. París II Pantheón) y diplomado del Instituto de estudios políticos (IEP Ciencias Po) de Paris. Es profesor emérito Facultad de Derecho de Casablanca. Autor de Le Contentieux Territorial entre le Maroc et l’Espagne – Dar El Kitab 1974

[49] Juan Bautista Villar. La frontera de Ceuta con Marruecos: Orígenes y conformación actual Cuadernos de Historia Contemporánea, núm. extraordinario de 2003; páginas 273-287 ISSN: 0214-400-X https://www.researchgate.net/publication/27578729_La_frontera_de_Ceuta_con_Marruecos_Origenes_y_conformacion_actual

[54] En el mediodía del 11 de julio de 2002, sobre la una y media, un grupo de doce militares marroquíes al mando de un suboficial perteneciente a la Marina Real de Marruecos desembarcó en Perejil. Los militares colocaron dos banderas e instalaron unas tiendas de campaña. Advertida de la situación, la Guardia Civil se acercó a investigar y a avisar a los militares de que se encontraban en territorio español. Estos replicaron, con las armas en la mano: «Marchaos de aquí, esto no es tierra española».

Los marroquíes encañonaron con sus AK-47 a los guardias civiles y amenazaron con dispararles «por error». Los agentes, armados solo con sus pistolas reglamentarias, decidieron retirarse. A continuación, se desplazaron dos patrulleras de la Armada española y la Guardia civil a vigilar lo que estaba ocurriendo en Perejil.

[56] La operación militar española para hacerse con la isla del Perejil recibió el nombre R. S. , iniciales de recuperar la situación . Acabó conociendo por los nombres de esas dos letras en el alfabeto fonético: “r” romeo y “s” sierra. Operación Romeo Sierra.

[57] el presidente de turno de la UE y primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, exigió a Rabat que «retire inmediatamente sus tropas», al tiempo que expresó su «total solidaridad con España». Archivo ABC

[58] Palacio logró el apoyo tanto de la Unión Europea como de OTAN, que calificó la actuación marroquí como «gesto inamistoso», pero EE.UU. mantuvo una premeditada ambigüedad para no herir la sensibilidad de su tradicional aliado en el norte de África. Francia también volvió a ponerse del lado de Marruecos. Archivo ABC.

[59] Rodrigo Rato, uno de los vicepresidentes, optaba por enfriar la situación y con él se alineaba, para sorpresa de muchos, el almirante Antonio Moreno Barberá, entonces jefe de Estado Mayor de la Defensa. Archivo ABC.

[60] El Gobierno exigió que las tropas marroquíes se retiraran de la isla antes de las 02:00 de la madrugada (hora de Marruecos) del día siguiente, ultimátum que expiró sin novedad en el Peñón y dio paso a la operación 'Romeo-Sierra'. Archivo ABC.

[63] Una patrullera marroquí descubrió a la flotilla de helicópteros en plena misión y enfocó a uno de los aparatos con un halo de luz. Una corbeta española puso proa hacia la patrullera, obligando a su tripulación a cambiar el rumbo y a desviar su línea de tiro. Hay constancia de que el buque había avisado a su base de Tánger de la irrupción de los helicópteros españoles, pero no recibió instrucción alguna ni destapó su artillería. No estaba autorizada a disparar. Se interpreta que los servicios de inteligencia españoles lograron anular las comunicaciones y evitar que Rabat recibiera la información y diera paso a medidas de carácter ofensivo. Archivo ABC.

[64] El desalojo de los militares marroquíes recibió en el Congreso el respaldo del PP, PSOE, CiU, Coalición Canaria y Partido Andalucista, y el rechazo de Izquierda Unida y PNV. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que su partido será «plenamente responsable» en la crisis con Marruecos y tras ofrecer al Gobierno su «apoyo, comprensión y solidaridad», exigió a cambio información y una gestión de este problema «con serenidad y calma». Archivo ABC