29 dic 2014

DE VIAJEROS, TURISTAS Y EXCURSIONISTAS


Leyendo “Aproximación  a la Hª del Turismo en el Reino Unido, siglos XVIII-XX”, de John K. Walton (U. Central Lancashire) me he tropezado con la manida y problemática distinción entre viajeros, turistas y excursionistas (travellers, tourist, trippers) que en los años 80 y 90 del pasado siglo inundaban las disquisiciones académicas -y profanas- en nuestro país sobre “las clases” de turistas.

Y eso me ha llevado hasta el sociólogo francés Pierre Bourdieu, un “sociólogo de nuestro tiempo” que estudió los mecanismos de reproducción de las jerarquías sociales y llevó su análisis a todos los campos. Y entre ellos, al turismo, incluyendo la Teoría de la Acción, la Teoría de los Campos y el concepto “hábito” que tanta fama le dio; incluso esa frase que le he encontrado: “En el origen de la mayor parte de las fotografías están la familia y el turismo”. No sufrió Bourdieu el impacto del Facebook (todo quisque “colgando” fotos), pero la frase, reconozcámoslo, no tiene desperdicio.

Bueno, pues a lo que íbamos; que me pierdo.

El concepto de “distinción” entre viajeros, turistas y excursionistas (travellers, tourist, trippers) se remonta a las obras de Pierre Bourdieu, analizando el consumo francés a fines de los años sesenta del siglo XX, pero quizás la elaboración más influyente para esta historiografía, señala Walton, ha sido la del norteamericano James Buzard buceando en la literatura británica y en su análisis de la novela victoriana de Dickens y coetáneos, plasmado inmejorablemente en “The Beaten Track: European Tourism, Literature and The Ways to ‘Culture’: 1800-1918”/El circuito Turístico: Turismo europeo, Literatura y las maneras de ‘Cultura’; 1800-1918” (Oxford, 1993) donde parece que se aclara todo.

Resulta que  su encarnación turística este concepto -viajeros, turistas y excursionistas- se origina en los prejuicios de la aristocracia y, más tarde, de las nuevas clases adineradas del Reino Unido hacia las gentes menos pudientes que llegaron a compartir con ellas los espacios hasta entonces exclusivos, bien fuera una playa inglesa (porque a los ingleses les dio muy pronto por ir a las playas… que debió ser cosa de un cambio climático a comienzos del XVIII; incluso de la manía higienista), bien fuera un museo de bellas artes en Italia (menos).

La aristocracia británica (y las clases adineradas de la pérfida Albión) manifestaban un desprecio absoluto hacia la presunta falta de educación y de “capital cultural” (la célebre aportación al tema de Bourdieu) de los recién llegados -ahorradores que podían permitirse aquellos lujos-, acusándoles de pasar rápidamente por los sitios históricos y de moda, guía en mano, no entendiendo realmente lo que miraban por no haber experimentado la duradera instrucción clásica del gran señor y del caballero, como mantiene Buzard y que ya “denunciara” John Pemble en su “The Mediterranean Passion: Victorians and Edwardians in the South/La pasión mediterránea: victorianos y eduardianos en el Sur” (Premio Wolfson 1987; Faber & Faber). Este profesor de Historia Moderna en la Universidad de Bristol lo tiene más claro que nadie.

Según toda esta gente, especialmente Pemble, los viajeros (travellers) eran los de la aristocracia y la alta burguesía británicas que disponían de la formación cultural suficiente y el capital económico para permitirse el ocioso trance que les posibilitaba hacer viajes largos que les abrían oportunidades para explorar, elegir y entender todo lo que había en los lugares a los que viajaban. En un segundo nivel estaban los burgueses adinerados (tourist); sí, tenían el dinero suficiente y lograban el tiempo de ocio necesario para viajes -mucho más rápidos que los anteriores-, pero que carecían de su educación, con lo que miraban y experimentaban las cosas que les mostraba una creciente industria del turismo sin relajarse en su disfrute como lo hacían los primeros. Estos eran calificados de meros “turistas”. Finalmente estaban los integrantes de la pequeña burguesía, e incluso de la clase obrera cualificada, que sabían ahorrar dinero para pasar un día o un fin de semana en un lugar de esparcimiento; para ellos reservan la palabra “tripper” (excursionista), casi despectivo, para calificar a esa grey ruidosa, borracha e inmoral que ni mira ni contempla y sólo busca disfrutar el momento y el lugar, a su modo. Esa calificación y la reseña “británica” me suena a muy moderna; ¿a ustedes no?

Y así, resulta que estos discursos -o maneras de calificar-, que nacieron en el siglo XIX, se mantuvieron y afectaron a la política de muchos balnearios -y de otros sitios ingleses de vacaciones, incluso parecidos- que deseaban rechazar a los excursionistas (trippers), pero que no podían excluirles, ya que necesitaban su dinero constante y continuado. ¿Esto también les suena, no?
Y en esas que Walton sugiere que “Gran Bretaña no sólo dio al mundo el deporte del fútbol, sino también las vacaciones a orillas del mar, dos de las más difundidas invenciones culturales del mundo contemporáneo”. Y a ver quién se lo rebate.

Fue en Inglaterra donde se produjo el primer desarrollo de la ciudad especializada en baños de mar: Brighton fue casi la capital de verano del Reino Unido a partir de 1780.

Pero no olvidemos que Margate (el pueblín de pescadores cuyas playas captaron las vacaciones de mar desde 1735) fue el centro de vacaciones de playa de “los plebeyos” de Londres por antonomasia, sin olvidar a Scarborough y a su vecina Whitby disputándose, las cuatro y cada una en su nivel, el título dieciochesco de primera ciudad turística de baños marítimos del Mundo (moderno) en las frías aguas del Mar del Norte, estas tres últimas.

Famosas aún son, en el recuerdo, las “máquinas de baño” de Margate (como las de Brighton y los demás sitios de baños de mar)… que no son más que nuestras “casetas de baño” que no eran más que un carro, tirado por caballería (allí, y vacas aquí), que introducía el conjunto balneario sobre ruedas en el mar; la altura de las ruedas del carro permitía una buena entrada marítima. Vamos, que se perdían el inicial chapoteo en la orilla o la carrerilla hasta poder mojarnos medio cuerpo al menos. El carro estaba cubierto (madera y telas) para que en su interior se cambiaran los bañistas (lejos de miradas indiscretas) y disponía de escalera para “bajar al mar”. Hasta existía la figura del bañero (y la bañera), persona a sueldo que les ayudaba a bajar de la caseta o les daba la mano en el agua. Los “dippers” británicos eran los ayudantes del bañero y eran los encargados de empujar las “máquinas de baño” cuando se pensó que meter las caballerías en las playas y en la orilla del mar no era lo más higiénico.

En defensa de los trippers diré que lo suyo no estaba mal -las escapadas de fin de semana a la playa- pues la práctica médica aconsejaba, hasta bien entrado el siglo XX, no tomar más de 9 baños de mar en todo el verano… porque desgastaban mucho.

Ah, de lo de tomar el sol… ni les cuento. Los baños de mar eran saludables: pero los de sol, contraproducentes... llegando a perjudicar la piel.






27 dic 2014

DE TERREMOTOS EN ARGELIA. Y VAN…


A puntito de cumplir 10 años como “columnista” diario, y yo sin acordarme.

Ayer estábamos a una década del terremoto submarino de Sumatra-Andamán (26.12.2004) que provocó un tsunami (varios tsunamis) devastador (devastadores). El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), en 2009, estableció, en un informe complementario al inicial de 2006, que ocasionó 229.866 pérdidas humanas (186.983 muertos y 42.883 desaparecidos). Incluso Cruz Roja Internacional (IFRC) acaba de emitir un informe al respecto. Su escala, inicialmente establecida en 9.0 se elevó -tras los primeros estudios- a 9.3 y finalmente se ha rebajado a 9.1, con lo que es el tercero más grande desde que se dispone de sismógrafo para efectuar mediciones (desde 1875) y ha sido el segundo de mayor duración desde que hay registros: entre 8’3 y 10 minutos de zarandeo. El tsunami generado cruzó todo el Índico y llegó hasta Sudáfrica (8 muertos). Y yo escribí porque me parecía una ignominia comparar su potencia y trasladar sus efectos a Benidorm, como hizo un medio local, y… seguí y seguí escribiendo. En varias ocasiones, incluso, sobre tsunamis y terremotos.



En 2010, lo conté: “De tsunamis mediterráneos en Levante…”. Y hasta localizo en mi blog seis entradas más con lo de “tsunamis” y ocho con lo de “terremotos”.

En 2003 (21.05.2003) tuvimos uno (terremoto con tsunami), con epicentro en la falla de subducción argelina, que nos desencadenó un tsunamito (tsunami pequeñito) que se notó en algún puerto de nuestro litoral. Incluso en El País tuvo su reseñacientífica y, obviamente, el Instituto Geográfico Nacional lo reflejó en su boletín (nº 15 – Julio/Septiembre 2003).

Secuencia del tsunami generado por el terremoto de Bumerdes (21.05.2003)

Y todo esto que les cuento viene porque llevo un tiempo que me quiero que agenciar el primero de mis escritos (publicado) de esta etapa, de enero de 2005, (que va de tsunamis) y porque mi vecino argelino, esta mañana -cuando nos hemos visto y hablado de la glotonería navideña y del tiempo (no nos habíamos visto desde el día 23)-, me ha contado que llevan una semanita que no veas -en Argelia, su país- con terremotos. Y que ayer hubo otro.



Total que con la psicosis del decembruno de 2004, en su efeméride, me he tirado como loco a la página del Servicio Geológico de losEstado Unidos dedicado a Argelia… y allí estaba todo. Y luego me he ido a la página del CRAAG argelino (Centro de Investigación en Astronomía, Astrofísica yGeofísica de Argel; el Observatorio de Argel) que tiene también información de primera mano. Y en efecto, vaya semanita de sensorround que se están dando por allí. Y llevan un año fino; que el del 1º de agosto lo sintieron pero que bien en Argel.

Es que el acercamiento geológico de Europa hacia África (unos 2 cm por año; y Europa, literalmente, se mete -falla de subducción- bajo el manto africano) se convierte en la principal causa de estos fenómenos en la zona.  Por el Magreb tenemos registros importantes desde hace siglos, pero, por ejemplo, desde 1960 para acá hay unos cuantos de órdago. El del 29.02.1960 destruyó por completo la ciudad de Agadir (Marruecos) y Argelia ha sido castigada por varios de importancia: El Asman (10.10.1980), Mascara (18.08.1994), Argel (04.09.1996), Bumerdes (21.05.2003), Argel (10.01.2004), Beni Haoua (24.04.2012 y 26.05.2013), Magtaa (18.07.2013), Argel (01.08.2014)...



Pero no sólo allí, en Argelia. En los últimos 10 días (17 al 27 de diciembre de 2014), el IGN en su catálogo de registros sísmicos tiene 58 sismos mayores de 1’5 puntos y de ellos 13, los más intensos, corresponden a Argelia. Aquí también hemos tenido los nuestros desde Boborrás, muy cerca de O Carballino (Ourense; 1’8 a las 23’12 de ayer), a Aielo de Malferit (Valencia; 1’5 a las 12’12 h del Día de Navidad); que esto no para de temblar.



Pero en las últimas fechas, las inmediaciones de la localidad argelina de Blida se llevan la palma con 9 registros confirmados de entre 3’5 (que ya se nota; menor alto) y 5’2 (moderado) en la Escala de Magnitud de Momento (que es la sucesora de la célebre Escala de Richter, y aunque siempre le coloquemos a la magnitud el sambenito de “en la Escala de Richter”, la que se usa es la Escala de Magnitud de Momento).

Blida es una ciudad fundada en 1535 por moriscos que salieron de al-Andalus tras la conquista de Granada en las estribaciones del Atlas Telliano y en ella, un célebre pirata (o corsario otomano) que hizo muchas de las suyas por estas tierras surestinas nuestras -Jeireddin Barbarroja- mandó erigir una importante mezquita. La Blida actual se encuentra a corta distancia de aquella primitiva Blida que un terremoto, en 1820, la arrasó.


Esto está vivo.





22 dic 2014

DE ‘MEDITERRÀNIA’, LA MARCA QUE NACIÓ EN MAL MOMENTO… Y PEOR LUGAR


Ayer domingo, en el digital Valencia Plaza, contaba Andrés García Reche, que fue conseller de Turismo, la historia de la marca fallida-Mediterrània- que él mismo había vivido en primera persona. Yo, recuerdo al conseller cuando un buen día se nos presentó en los estudios de Radio Benidorm a defender su propuesta; Benidorm era uno de los baluartes que se oponían a la marca paraguas y el bueno de García Reche imaginaba que acudía al nido de víboras que día a día, en el informativo diario de la SER, le lanzaba puyaditas. Y la negativa venía de sus correligionarios; la radio sólo lo contaba.

Y la verdad es que de aquél estudio de radio salió un conseller convencido de que en Benidorm, Mediterrània tenía las horas contadas. Y no por mí, que solo le hice preguntas.

Lo de la marca paraguas en la Comunitat Valenciana tiene lo suyo.

Con la promulgación de la Ley Orgánica 5/1982 -de 1 de julio- se creó el primer Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana que decretó la competencia absoluta de la Generalitat Valenciana en materia de turismo (Artículo 31.12), pero -ni entonces, ni ahora- en materia jurídico-legislativa no hay referencia alguna a las marcas turísticas de la Comunidad Valenciana.

No existe una regulación específica que defina cuáles son las marcas turísticas valencianas o que regularice su utilización.

Por su parte, el ITVA (Institut Turístic Valencià), surgido ante esa Ley y que estuvo funcionando como organismo gestor del turismo valenciano entre 1985 y 1995 -ya que a partir de la entrada en vigor de la Ley 8/1995, de 29 de diciembre, el ITVA pasó a denominarse Agencia Valenciana de Turismo (AVT), quedando adscrita a la presidencia de la Generalitat Valenciana-, intentó desde el primer momento implantar una única marca turística para todo el ámbito autonómico; un territorio tan dispar que ya disponía de marcas consolidadas… menos Valencia que con su Costa de Valencia no iba a ningún lado.

Y resulta que fue, precisamente, en ese mismo año de 1985 cuando Benidorm creó una grafía propia para utilizar el nombre del municipio, Benidorm, como marca turística específica para usarla en asuntos turísticos. El nuevo enfoque del nombre Benidorm como marca turística la realizó un creativo de Barcelona contactado a través de la empresa editora de los folletos turísticos de Benidorm en esos años. Hasta ese momento, desde el principio de sus pinitos en promoción, Benidorm colocaba su “Benidorm” en todo; pero sin concepto de imagen corporativa de marca.

Por su parte, Mediterrània surgirá del Llibre Blanc del Turisme del País Valenciá (1990) como marca propia que identificará al conjunto turístico de la Comunitat Valenciana; como marca paraguas y locomotora. “Una marca fuerte para dar un mensaje no disperso, reforzando el posicionamiento competitivo para atraer nuevos segmentos”, se dijo.

Decían los expertos, a los que alude Gª Reche en sus explicaciones, que Mediterrània surge para evitar palabras denostadas como “Costa”, porque “‘Costa’ era un epíteto asociado a imagen degradada y masificada”. Y, justamente, eso era lo contrario a lo que se quería transmitir -desde el ITVA- con Mediterrània; se quería mandar a la porra el Costa Blanca, el Costa del Azahar y el Costa de Valencia.

Obviamente, con esa explicación dada en su día, la marca Benidorm quedaba ya exenta de subordinación.

Y ante el éxito -dicen, pero yo no le constatado en ningún lado- de la campaña “Comunitat Valenciana, Llum del Mediterrani” y habida cuenta de que también gozaban de éxito (en la mismísima Valencia, claro está) la Mostra de Cinema del Mediterrani y la Mostra de Música de la Mediterrània, los expertos del momento, del mismísimo Valencia todos ellos, propusieron el palabro Mediterrània. Hasta argumentaron con lo de la CAM: varias entidades financieras se unieron en 1975 bajo el nombre de Caja de Ahorros de Alicante y Murcia… y desde 1988 cambiaron el “Alicante y Murcia” por el paraguas Mediterráneo: Caja de Ahorros del Mediterráneo. Mediterráneo era la clave, decían; Mediterrània era la “solución” al Turismo.

Pero no, Benidorm no quiso perder su marca hegemónica.

Benidorm era entonces la única marca de renombre que existía en el mercado turístico de la Comunitat Valenciana, incluso antes de la llegada de la infundada crisis de 1987-88 -la cacareada crisis del “Sol y Playa”-, que es la que prologa la irrupción de la marca de Gª Reche. Costa Blanca y Costa del Azahar también estaban ahí, pero con el “sambenito” medioambiental de “Costa”. Y cuando se hacían las encuestas para la implantación de la marca Mediterrània, la única que marca que ya era una marca reconocida -como tal marca turística- era Benidorm. Y eso se lo quisieron pasar por la entrepierna en Valencia.

Pero la oposición a Mediterránia no fue solo cosa de Benidorm; apareció primeramente en la mismísima Valencia (Emili Obiol, Cuadernos de Turismo nº 9, 2002, dixit) y en Alicante, aunque especialmente en Benidorm que no quería perder su posición hegemónica y verla diluida en el logotipo de Mariscal al que implementaron la palmera (isotipo, lo llaman) de Gimeno, que nunca sabré (y me niego a preguntar) si es una idealización de la arecácea típica que campea por todo el territorio o una explosión pirotécnica (palmera, también). Sea como fuere, Benidorm no podía quedar relegada -o apellidada- por la marca Mediterrània.

Y el caso es que Benidorm es una marca relativamente reciente, de 1985.

Costa Blanca, por su parte, es mucho más antigua. Roc Gregori contaba que descubrió la marca “Costa Blanca” allá por 1959, en la correspondencia que enviaban los turistas, “pero probablemente ya existía con anterioridad”, nos ha dicho en repetidas ocasiones. España por aquellos días del desarrollismo turístico estaba dividida en costas y la Costa Blanca ocupaba una demarcación territorial que iba desde el Cabo de Gata en Almería hasta el Cabo de la Nao en Denia. Más arriba hacia el norte encontrábamos La Costa del Azahar, que iba desde el Cabo de la Nao hasta el Ebro, y más hacia el norte estaba la Costa Brava, hasta Francia. De estasmarcas turísticas ya he colgado más de un post.

El caso es que desde 1959 fue pasando el tiempo y Benidorm destacó sobre las demás zonas turísticas.

Yo recuerdo cuando Comunitat Valenciana reemplazó a Mediterrània por Comunitat Valenciana, y cuando le preguntaron a Roc Gregori, entonces responsable autonómico de Turismo, por la nueva marca, zanjó la cuestión diciendo aquello de que la marca Comunitat Valenciana es un “vehículo transportador de las ideas, de los mensajes de las otras marcas”; no es una marca en sí.

La marca, en Benidorm, es Benidorm.




21 dic 2014

DE UNA BRONCA (POLÍTICA) A COSTA DE CRUCEROS Y CRUCERISTAS


Al único político correoso y de trinchera que anida en la parte socialista del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Benidorm le salió la vena cuando a sus oídos llegaron (él no estaba allí cuando ello ocurrió) las palabras del conseller Buch cuando soltó aquello, antes del brindis de Navidad de HOSBEC, de que “el crucerista ensucia más que gasta” y que todos entendimos… menos él. Ahora, como va de político (lleva años destilándolo) pues se entiende que echara los pies por delante al día siguiente con lo de “ataqueal turismo”. ¿A qué “Turismo” atacó Buch?

En todo caso, le endilgó una colleja al alcalde, que orgulloso contó que se firmarían acuerdos con navieras en 2015 para visitas en 2016. ¡Largo me lo fiáis!, que no paraba de repetir Tenorio, don Juan

Y por eso no doy crédito a lo que le leí al día siguiente: “…que un conseller de Turismo llame sucios a los turistas que visitan la comunidad…” se atrevió a decir el concejal. Pero lo más grave es que nadie le replicó.

Y así, siguió a lo suyo confiando en que “… dentro de pocos meses será otra gente más profesional y cualificada la que valore si los turistas de crucero son interesantes…”.

¡Coño, Conrado!, que tú como yo -y varios miles de millones de personas más en el planeta- sabemos que lo de los cruceros y Benidorm no pasa de ser una anécdota, feliz anécdota, en la trayectoria turística de Benidorm. Y, lo más grave: el conceller tiene razón; que ahí están los estudios que demuestran lo errado de tu postura .

Y hoy domingo, el descojone supino: “Si al conseller le molestan loscruceristas, que nos los envíe a todos a ensuciar aquí” que califica al autor (es) de semejante exabrupto por su abultada connotación política y evidente ausencia de tino socio-económico.

Los productos turísticos más rentables (Delotte Turismo 2012) son el paquete vacacional y los cruceros. Vale, minipunto para Conrado y adláteres.

Pero luego está el análisis de Wind Rose Network (Industria del Crucero; Análisis General y Estimación. 2013) para bajarnos de la nube y ponernos los pies en el suelo y que cuenta que el único que saca tajada con el turismo de cruceros es la compañía que los trae: “Los principales ingresos de la industria del crucero son generados en su mayoría por los pasajeros, y la habilidad para atraer y mantener una clientela es consecuentemente esencial para su éxito financiero”.

Cada vez son más importantes las “estrategias para generar ingresos a bordo”. Actualmente, “los barcos de crucero ofrecen un elenco cada vez más amplio de tiendas y boutiques, spas y servicios de cuidado personal, departamentos de fotografía y subastas de arte -y todo lo que Ud. pueda imaginarse- a precios que compiten con los de los establecimientos en tierra”.

Las compañías de cruceros han introducido también diversas prácticas para atraer a clientes a gastar su dinero en, por ejemplo, restaurantes y bares alternativos o con tarifa extra, servicios de telefonía por satélite, cibercafés y diversas formulaciones para la generación de ingresos en los camarotes de los pasajeros. También existe una oferta creciente de actividades y servicios a bordo, tales como el Bingo y el juego de casino, deportes de aventura, talleres culinarios, videojuegos, centros de realidad virtual y ordenadores, noches temáticas, etc.”. que en tierra nunca van a encontrar, y menos a esos precios.

Y llegamos a puerto -a tierra que dicen ellos- porque no siempre vamos a estar en altamar. Y ahí es donde la compañía deja de controlar el gasto del pasajero. Y entonces, desde principios de los años 90, comenzaron a comercializar actividades y servicios en tierra para seguir controlando el gasto de los pasajeros. Desde entonces, las excursiones guiadas y los guías portuarios, contratados con concesionarios locales y operadores turísticos para ser vendidos después a los pasajeros a bordo, se han convertido en la mayor fuente creciente de ingresos para algunas empresas de cruceros. Por esta razón, no dejan que nada escape a su control. Se trata de “viajes desde el crucero de varias horas de duración mientras el barco está en puerto o anclado a unas pocas millas de la costa, que ofrecen diferentes temas y excitantes actividades: turismo visual, con excursiones a reservas naturales, ecológicas y de la biosfera, y a áreas protegidas que incluyen contemplación de vida salvaje; y excursiones basadas en la historia y cultura, con un contenido fuertemente educativo derivado de la oportunidad de visitar museos y reservas patrimoniales monumentales. A lo mejor, lo que nos interesa es que los cruceros que lleguen a Alicante y Valencia puedan vender excursiones a Benidorm, pero ¿Benidorm, por sí misma, interesa al turista de cruceros? ¿Qué le ofrecemos que él no encuentre a bordo o en las expectativas que se ha marcado en el viaje?

Preguntas, preguntas.

Por eso, ahora nos vamos a centrar en lo que nos pudiera interesar: operaciones en Tierra.

Así, “la industria del crucero también ha mostrado su habilidad para establecer y mantener relaciones efectivas con la industria del turismo en tierra. Más aún, el creciente poder de compra y negociación de las compañías de cruceros tiene un significativo impacto en los proveedores de tales servicios, en competencia y forzados a un recorte de precios para asegurar un contrato con una empresa de cruceros, lo cual permite a la industria la obtención de ingresos adicionales provenientes de la diferencia entre los precios de compra y venta de tales productos y servicios.

Resulta que las excursiones en tierra y las visitas a puerto proporcionan generalmente un ingreso extra a las empresas de crucero. Así, “los pasajeros suelen recibir un mapa para ilustrarles sobre los itinerarios más recomendables, incluyendo una guía de compra que identifica un listado de tiendas y establecimientos comerciales en el área, aprobados por la empresa de cruceros sobre la base de unos buenos precios y garantía de calidad. No todos saben que para ser aprobados e incluidos en las listas, esas mismas tiendas y negocios han tenido que pagar una tarifa por adelantado o accedido a compartir un cierto porcentaje de las compras de los pasajeros.

Si quieren, sigo. No hace falta. Pero si el comercio de Benidorm sabe de esto más que nadie… Por ello no entiendo esto. Si habláramos de 100.000 pasajeros año, pues tendría un pase esta diatriba; Pero es que hablamos de 300 pasajeros y un futuro de 3.000 pasajeros. ¡I-na-u-di-to!

Yo pediría más sentido común y menos vena política; que mayo está a la vuelta de la esquina. Si llegan los cruceros… no me malgasten tanto en recibimientos (que producen fotos con las que Amnistía Internacional podría iniciar actuaciones) y consigan que ofrezcamos una imagen lo suficientemente apetecible para que hablen bien de nosotros. Ahora, no esperen que esos mismos nos lleguen a visitar -el día de mañana- por tierra o aire. Ya lo hicieron por mar y esos, oscuras golondrinas, ya no volverán.

Y lo peor es que todos lo sabemos.

Ah, y estoy esperando al verdadero balance socio-económico de la visita de “Amadea” porque, como siempre, la realidad supera a los números de ficción. Me bastaría con que me engañaran con la cantidad extra de litros de cerveza que esos alemanes bebieron (y pagaron) en Benidorm aquella mañana. Por favor, dénmela en mililitros… que abulta más.

Esto es absurdo.






20 dic 2014

DE UN CAFÉ CON SABOR A PREMIO GOYA; DE BIKINI


Desde que tuve la primera noticia del corto “Bikini”, andaba dándole la vara al coordinador de las Tertulias para que en “Los Cafés del Meliá” tuviéramos al equipo: Óscar Bernàcer, director, y Jordi Llorca, productor; Nakamura Films. Al final estuvieron, los dos, con nosotros para cerrar la primera parte de la 6ª Temporada de Tertulias, con la número 189.

Óscar es mallorquín, hijo de valencianos, que llega al tema porque su suegro, un periodista vasco, le refiere “el sucedido” del bikini, la vespa, el viaje a Madrid y la charla con Franco. Jordi es de Finestrat, al costat de Benidorm, y “sabía del sucedido”. Así, sin más surge la historia que han trasladado a un cortometraje que desde marzo (cuando se estrena) a hoy (20 de diciembre 2014) ha cosechado 34 premios  y ha participado ya en 70 festivales por todo el mundo.

Y, con ello y tras visionar el corto, en la tertulia hablamos de la mitificación “del sucedido y concluimos, como siempre hemos mantenido, que cazara o no ratones el gato, lo importante es que hubo gato. No tenemos constancia de que la vespa (125 cc, mi general) llegara a Madrid y volviera a Benidorm, pero el que sí lo hizo fue Pedro, don Pedro, y eso, magistralmente, lo ha retratado Óscar, al que le gusta “retratar historias”. Pasó, con Jordi, la mañana, como tantas otras, buceando, aún hoy, en el Fondo Documental Pedro Zaragoza Orts de laUniversidad de Alicante, y sacaron hueco para tomar café con nosotros en el Meliá Benidorm.

Óscar Bernácer, ayer, en Los Cafés
del Meliá. Foto: M. Ayús
Son minuciosos -“investigar la época es clave”- pero proyectan visión cinematográfica cuando hacen entrar a Carmen Polo, Doña Carmen, en el triángulo que trata el tema, y así Franco, mi General, puede pedir argumentos a Pedro, don Pedro, para que “convenza” a “la Señora” y planteándole un festival “como el de San Remo”, ésta no le coloque el “va de retro” al invento de Réard. El corto engancha; decía Paco Amillo que tiene el ritmo perfecto.  

Jordi Llorca, el productor, a petición nuestra, esgrimió las cifras. Casi la mitad del coste del cortometraje es a cargo de la Generalitat Valenciana, y otro tanto lo pone la propia productora, Nakamura. A través de crowfunding, un 10%. Y luego las aportaciones: insuficiente (para lo que le reporta) del Ayuntamiento de Benidorm y, como siempre, activa de ServiGroup que toca todo los palos. Ellos -Óscar y Jordi- lo han entendido y están orgullosos de su trabajo y de cómo se ha hecho; son los tiempos que corren.

Óscar y Jordi llevan en esto el tiempo suficiente para haber vivido los días buenos del audiovisual y sufrido la temporada que nos ocupa en la que han sabido encontrar la idea para demostrar sus mimbres y son conscientes de que están ante “una historia muy local, que es muy universal” y que, a fin de cuentas, lo que hace es “vender Benidorm”.

Jordi Llorca, ayer, en Los Cafés
del Meliá. Foto: M. Ayús
Y mientras siguen recogiendo premios, están inmersos en la segunda parte del proyecto. Y, ¡ojo!, que el proyecto tiene una tercera fase. Pero ahora mismo están centrados en el Documental “Benidorm. La ciudad que embotelló el sol” que comenzarán a rodar en enero de 2015. Pretenden contar la evolución de Benidorm de 1920 a… por lo menos 1990. Lo tienen todo bastante embastado y hasta julio sus vidas serán un ir i venir, de aquí para allá, para compilar un trabajo vendido ya a proyecto. “Un documental como este, interesa”, sentenció Jordi Llorca. Y que tenga ya distribuidora internacional un trabajo que aún no ha empezado a plasmarse tiene un mérito total.

Aún les queda trabajo de gabinete, pero exhiben un optimismo no disimulado.

Y más que a contarnos cosas, Óscar y Jordi vinieron a saber más de aquél Benidorm “de brillante luna y espléndido sol” y de sus personajes; de todos aquellos que gravitaron en torno a la eclosión turística de estar realidad; desde don Luís Duart, el párroco, a Luis “el casillero”. Vinieron a confirmar aspectos que cogidos con alfileres penden de la cuerda floja que separa, en Benidorm, el mito de la realidad en una tierra donde hay tantos Pedristas como “pablistas”; a favor acérrimo de Pedro como en contra visceral de Pedro. Porque Pedro, don Pedro, hizo tantos amigos como enemigos y no todos, ni en un bando ni en otro, obvian la obnubilación cuando hablan de él.

Óscar y Javier van a viajar a Laponia, hasta Karigasniemi; Oscar y Javier van a ir a Zarza la Mayor, a la vieja mina “La Paloma”, en el Macizo Hespérico. Óscar y Javier, y su equipo, van a retratar la evolución de Benidorm y si bien toman como eje conductor la figura de aquél alcalde, recogen todo lo fascinante que encierra este reducto de la provincia de Alicante que comenzó 1898 a promocionarse para las vacaciones, que hizo sus pinitos de planteamiento urbanístico en los años 30 y  que en los años 50 planificó las bases de la ciudad que hoy es.

Después de este café con ellos, con Óscar y Javier, después de saber más de sus realidades (“Bikini”, el cortometraje que nos ocupa, aunque ellos ha realizado más) y proyectos (el documental sobre la ciudad que embotelló el sol y otras cosas más) estamos seguros, por lo que nos afecta, que lo harán bien, inmejorablemente bien, las segunda y tercera fases. Seguro.

Nosotros, en la tertulia “Los Cafés del Meliá”, les hablamos de casi todo; de personajes y momentos; de situaciones y anécdotas, de historietas que son leyenda y de leyendas que se forjaron sobre una realidad. De todo, creo; pero siempre queda mucho más. Incluso de Benidorm, de esta ciudad que si no se está dentro de ella no se sabe bien qué encierra, de las temporadas, de la envidia y de todo lo que iba surgiendo; incluso del derrotismo innato de la “gent del poble” (de la gent de este poble): “desde 1880 no hemos tenido un año bueno”, vino significar, con ironía y superior criterio un tertuliano de postín, al tiempo que otro, de agudo instinto musical -y ambos en l’Alfás, donde decía Pedro Delso, otro Pedro, que es el único lugar del mundo donde las lunas no cambian de nariz- queriendo obviar la cuestión de la envidia, pontificó con la frase de Kraus (Alfredo): “cuando se populariza, se vulgariza”.

Espero que ellos -Óscar y Jordi- se hayan llevando de la tertulia algo de lo mucho que allí se dijo; nosotros nos llevamos la mejor impresión del trabajo de estos dos jóvenes profesionales que sí saben lo que hacen: “lo importante es vender Benidorm”.  

Sólo espero que el próximo 8 de febrero, no sólo esté entre los nominados en su categoría sino que, gane el muy merecido Goya.




19 dic 2014

DE LA COPA DE NAVIDAD 2014 DE HOSBEC; CRÓNICA MUNDANA


Ya más que una tradición, se trata de un rito[1] que en cuanto media diciembre celebra HOSBEC (Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm y la Costa Blanca): el presidente de la patronal le dice a tirios y a troyanos cómo está la cosa y unos y otros (PP y PSOE, que son los que gobiernan a uno u otro nivel) le suelen decir que sí, y entre ellos se dicen lo que quieren. Y como los ritos son la celebración de los mitos (acontecimientos prodigiosos), resulta que estábamos como en casa; porque acontecimiento prodigioso es que Benidorm siempre salga adelante… que trabajo cuesta, oiga.

Nada más llegar nos ofrecían una copa de cava y nos decían: “para el brindis”. Pues a brindar.

Y en eso que Toni Mayor (Antonio Alcalde, le endilga el traductor de Google cuando salen noticias de HOSBEC en “inglé”) comenzó su jaculatoria con las evidencias de siempre: “verano caluroso, cambio calendario escolar, quiebras de TTOO…” pero nos dio la primera: “cifras positivas en los índices económicos”. Sí, como los druidas de antaño, de observar en las vísceras del pájaro del turismo podemos tejer la alfombra del futuro. Y no toda iba a ser malo: “bajada del precio del petróleo y revalorización de la libra”, sin obviar que el euro queda blandito. Rusia es una preocupación latente; es que se habían puesto tantas esperanzas en el oso ruso este año 2014 que desde Ucrania al petróleo…

El caso es que comenzó a pedir: “Sugerimos promocionar en lo de siempre y mejorar en Internet”, no sin lanzar un “Agradecemos a la Generalitat su confianza en HOSBEC”, aunque sin olvidar su pátina de miembro superior de Orden Mendicante (en realidad, la Órdenes Mendicantes del XIII buscaban la racionalidad de la sociedad) recordó que “siempre son pocos los dineros para promoción”. Y ya metido en faena pidió que esos “dineros” del Fondo Junker (53.000 millones de €) vayan a “inversiones de retorno y a sectores estratégicos”, dicho lo cual recordó a los presentes que “el turismo es un sector estratégico”… por si alguno de los que allí estaban -calentando la copa- no se había percatado. Y teniendo a mano a la autoritas pidió -en su discurso hay tintes de tirón de orejas, pero en sus palabras hay almíbar- que nos “definan bien las principales arterias de la ciudad, que concluyan el Centro Cultural, que pongan en marcha el Centro de Alto Rendimiento y lo del tren de la Costa”; que sea capaz de ver el mar, porque ‘costa’ y ‘mar’ son una unidad de destino en lo universal… (esto último, me suena; lo habré leído en algún lado tiempo ha).

Me infundió confianza Toni Mayor, mientras la copa apuntaba maneras de comenzar a hervir, cuando dijo que “Es posible que en 2015 no tengamos que luchar contra los elementos, sino que sean los elementos los que trabajen a nuestro favor”, al mismo tiempo que despertó mi desazón hacia mayo de 2015 (incluso para 2016) cuando mentó aquello de “la imposible aritmética postelectoral para gobiernos estables” a futuro. Y volvió a animarme cuando sacó pecho ante los políticos para restregarles que “Nuestras empresas han incrementado el poder adquisitivo de sus trabajadores en más de un 10% en todo el periodo de la crisis” cuando todos sabemos que en España eso mismo ha bajando un 10%, mínimo… lo que es una brecha de 20 puntos. Y también recordó que “la inversión hotelera no ha cesado en estos tiempos” tan grises; que todo hay que decirlo.

Su último requiebro a los que mandan fue para pedirles que actúen “contra el alojamiento ilegal”, y sin perder la sonrisa, bajó del estrado.

Y mientras tanto, todos con la hirviente copa de cava (¿o era champán?; no me fijé) en la mano para el brindis. Ya estaba cual magma volcánico cuando subió al estrado el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, y reclamó “cuidar un sector estratégico como el turismo” al tiempo que blandía éxitos: la Fundación Turismo Benidorm, las decisiones urbanísticas o que “el gas natural vendrá bien a la cuenta de resultados de los hoteles”. Y como el momento lo aceptaba (estos actos son tan sufridos; lo aguantan todo) no dudó en ondear la Jolly Roger de los cruceros y anunciar que “en 2015 firmaremos con tres naviera para 2016” porque “lo importante es que puedan venir a Benidorm”… que luego le sirvió, tras la puntillita del conseller, para decir “que puedan venir -la segunda vez- por tierra o aire”.

También Navarro lució su hábito de Terciario (ya sabemos que el hábito no hace al monje, ni en las Ordenes Mendicantes) y pidió “desatascar lo del AVE desde Alicante” y ya que estaba lanzado, pues insistir en lo del Tren de la Costa (y ya iban dos citas)… y en los de las plazas del IMSERSO y en la lógica y abigarrada demanda benidormera de la figura del Municipio Turístico. “Gracias por lo que hacéis; pero hacer más”, dejó caer el alcalde -¿a HOSBEC?, ¿al conseller?- al tiempo que recordaba a todos que en Benidorm “ni fabricamos capuchas de bolígrafo; aquí todo es Turismo”.

Y con las copas para el brindis, que ya estaban al rojo vivo, en las mesas (porque en las manos, quemaban) que estratégicamente estaban dispuestas por el salón del CDT “Domingo Devesa” que alberga, tradicionalmente, este acto, cerraba el conseller Máximo Buch, feliz de acompañar el rito una vez más, porque “Benidorm es el destino más importante de la Comunitat” y “ha sido y es palpable el apoyo de la Generalitat”. Y viene, y lo reconoció, porque HOSBEC concentra más del 20% de la oferta alojativa y suma (de enero a octubre) más de 9’5 millones de pernoctaciones.

En 2013 llegamos a los 22’8 millones de turistas en la Comunitat; y en 2014 terminaremos en 23’2 millones de turistas, un aumento alrededor del 5%.

Los hoteles de Benidorm ya han recibido, dijo -hasta octubre-, 1’6 millones de viajeros”, lo que se traduce en el 25% de los visitantes de la Comunitat y en el 42% de las pernoctaciones hoteleras. Por ello, desde la Consellería “se profundizará en las líneas de trabajo con HOSBEC”, lo que amplió la sonrisa de Mayor (renovar el convenio de 450.000 € en promoción y actuaciones del Plan Operativo y de Márketing 2015). Ahí abundó en el innovador Booking Monitor y en “la lucha contra el intrusismo en el subsector del alojamiento” con acciones colaborativas entre la Agencia Tributaria y la Consellería de Gobernación que asegura “la continuidad del Plan de Inspección 2014” que ha aflorado 1.431 apartamentos que ya están en el Registro (legal) y suman 7.500 plazas. Anunció, también, nuevos decretos: el Decreto Regulador de la Vivienda Turística y el nuevo Decreto Hotelero con el nuevo sistema de clasificación europeo (Hotelstar[2]) antes de mayo de 2015 (a la vuelta de la esquina) y una nueva línea de ayudas para implantar avances tecnológicos. También, estudiar la evolución de los paquetes turísticos y apuntar el Turismo a las NNTT punteras ya a nivel Turismo 4.0 que, parece ser, lo dice todo.

Estaba contento Buch porque el Turismo había sido capaz de “generar la mitad del empleo creado este año en la Comunitat Valenciana” y que las previsiones eran optimistas para 2015.

Y con las copas de burbujeante líquido amarillo en la mesas (y no por los rosarios de burbujas producto de del proceso de vinificación de los cavas y champañas que erectos quieren llegar a la superficie, sino porque estaban ya en pleno proceso de ebullición a punto de temperatura de evaporación) terminó el conseller asegurando al alcalde Navarro “el apoyo a las reivindicaciones de Benidorm”. Y dicho lo cual, le sacudió el trompazo del año diciéndole que “el crucerista ensucia más que consume”. Tras ello, alzó su copa y suavizó con “bueno, el negocio del crucerista da volumen”. Lo que Navarro tomó como un salvavidas ya que ambos coincidieron en eso del volumen (por números, uno, y porque aspira a que vuelvan, y sumen, el otro).

Y volumen fue la cuestión. Volumen de turistas y volumen evaporado ya en la copa, lo cuál no fue óbice para brindar por el 2015 con un mejunje tan caliente como dicen los calentólogos que termina 2014.

Los chicos y chicas del CDT paliaron los efectos del incandescente líquido que albergaban las copas del brindis con un correctísimo aperitivo, que para algunos fue ya comida, donde el arroz y los gazpachos competían con unos canapés de diseño que hicieron proliferar, gracias a la cerveza, las muestras de amistad, euforia y ganas de desear un Feliz 2015… que era a lo que habíamos ido: el tradicional rito de fin de año de HOSBEC.

Y que no falte.








[1] Acto ceremonial (también religioso) repetido invariablemente
[2] El sistema de la Unión Europea Hotelstars se basa en el sistema Hotelstars alemanes, con cinco estrellas y una marca superior para los extras. En lugar del estricto tamaño mínimo de la habitación y los elementos que debe tener el cuarto de baño, hay ahora un catálogo de criterios con 270 elementos, obligatorios -según categoría- y otros opcionales. Los más significativos están en la gestión de calidad, bienestar y alojamiento. Cada nivel Hotelstars requiere una suma mínima de puntos, además de algunos criterios que son obligatorios en cada nivel. El requisito mínimo para el añadido “Superior” a la categoría requiere la misma cantidad de puntos que para el siguiente nivel Hotelstars al que optaba y que no le fue otorgado debido a no haber cumplido, al menos, un requisito obligatorio.

17 dic 2014

DE OLÉ-OLÉ SI-ME-ELIGEN Y EL BODIO DE PELÍCULA SOBRE PRIM QUE NOS EMPITONÓ LA 1 DE TVE


Y yo fui, y me lo creí. Hasta hice un alto en el camino de la lectura del libro de Ángeles Ruiz sobre las almadrabas para ver “Prim. El asesinato de la calle del Turco”… (hoy, calle del Marqués de Cubas; arquitecto, diputado, senador y alcalde que fuera de Madrid).

Sí, me creí lo que decían los papeles: “Prim, un digno sucesor para la serie Isabel”.

¡Mentira! Una absurda tv movie basada en poses y planos cortos para que veamos lo bien que, aseguran, caracterizan a los personajes de época y lo que terminan por parecerse, dicen, nuestros actores a los personajes que interpretan. Fue un ladrillo del 9; infumable.

Y la época -y el magnicidio- no digo yo que no merezcan la película, pero hacérsela sufrir a los telespectadores es casi delito de lesa majestad[1]. Sí, vale que uno podía escaquearse y no verla, pero cuando sabes que es un trocito de Historia de España, ahora que hay tal desconocimiento de la misma, a lo mejor resulta que se puede ver... y algo se aprende. Y, hombre, esta peli de Prim, ver, lo que se dice ver, se puede ver mientras se juega al candy ese de los caramelos.

Benito Pérez Galdós, que en la peli dicen que acaba de publicar “La Fontana de Oro”, contó lo sucedido luego en su “España trágica”. Y es que trágico resultaba ver a Javivi en el papel de Antonio de Orleans, duque de Montpensier (cuñado de Isabel II y padre de María de las Mercedes, prima de Alfonso XII -hijo de Isabel II-, y del que fue esposa, llorada por otra peli y una canción), muñidor de buena parte de todo aquél lío a los dos años de La Gloriosa, la Revolución de 1868, que largó a Isabel II.

Leopoldo Olé-Olé Si-me-eligen
Leopold Hohenzollern-Sigmaringen
Yo, la verdad, presté atención al festival de Eurovisión que se montaron para elegir a quién sería Rey de España y me quedé con las ganas de oír nombrar a Olé-Olé si-me-eligen. Sí, porque al candidato teutón Hohenzollern-Sigmaringen, don Leopoldo, ante la imposibilidad material cañí de pronunciar correctamente su apellido, le llamaron Olé-Olé si-me-eligen… porque al oído castizo venía a sonar igual, mismamente, que Hohenzollern-Sigmaringen. Hagan la prueba y verán: Hohenzollern-Sigmaringen / Olé-olé si-me-eligen. Mismamente igual, ¿o no?

Este Leopoldo era el candidato del general Prim, marqués de los Castillejos, y del canciller Bismark. Y se cayó del concurso cuando el Kaiser Guillermo, que estaba tomando las aguas en Bad Ems (qué mejor cosa podía hacer el buen Caesar), le envió un telegrama a Bismark. En realidad el que envió el telegrama fue el consejero Hans Abeken, y el telegrama decía que Francia les exigía no dar su apoyo a la candidatura de Olé-Olé si-me-eligen al trono de España y que el Kaiser había mandado a paseo al enviado francés. Bismark, que lo estaba deseando, aireó el telegrama y lo tomó como una provocación de tal calibre que aquello terminó en guerra; en la Guerra Franco-Prusiana de 1870 (casi 10 meses pegándose tiros), que ganó Prusia. Y por ella apareció el Imperio Alemán, se fue al traste el francés de Napoleón III y surgió la Tercera República francesa… con lo que también se pusieron las bases para la IGM. Y todo por un telegrama -el Telegrama de Ems- y el famoso Olé-Olé si-me-eligen, por allí Leopold Hohenzollern-Sigmaringen, se bajó en marcha de la carrera a la Corona de España..

Bueno, pues sí, a mí me apetecía algo más en la noche del lunes que oír que era difícil de pronunciar Hohenzollern-Sigmaringen y le habían endilgado el Olé-olé si-me-eligen. Pero me quedé con las ganas y aquello, para mí, era fundamental.

Amadeo de Saboya; Amadeo I
Aquí nadie se libraba del nombrecito: a Amadeo de Saboya, de fácil pronunciación carpetovetónica, le llamaron de antemano Macarroni. Y sí, escrito en un cartelito, sí que aparece en la peli lo de Macarroni, cuando en un teatrillo representan una obra teatral e irrumpe La Partida de la Porra -queya tuvo un post en este Blog- y revienta aquello.

Y ya que estamos en ello, el caso es que -después de tiroteado- Prim murió de septicemia[2] casi tres días después del atentado; atentado que parece ser que solo le causó unas pocas heridas, y en el bodrio que nos despachó el lunes TVE-1 parece que lo fusiló un pelotón de alcoyanos (por los arcabuces, aunque se cita a gente de Alcoy en la peli); doce, declaró el ayudante del general que habían sido los que dispararon al interior del vehículo. ¡Doce!, en una noche cerrada con niebla londinense, como la que aparece en la peli… cuando dice el Sumario, que existe, que el atentado se produjo a las 7’30 de la tarde… que por aquellas latitudes y aquellos tiempos, también es noche.

Luego, ¡toma Jeroma, pastilla de goma… que son pa la tos!, está “la testigo” del atentado; la auténtica resultó ser una buena mujer de 52 años (igualito que la de la tele) que iba por la calle del Turco (a la casa donde servía, y no pidiendo limosna) y resultó herida en el tobillo y en el vientre con 7 postas. ¡Pero hacia dónde disparaban estos tíos!

Total que Prim, señala el Sumario -y dicen que corroboró la autopsia-, recibió 8 impactos de postas: uno en el dedo anular (que prácticamente lo amputó), otro en el codo (que le rompió la articulación) y 6 en el hombro. Como los disparos fueron a quemarropa, le dejaron sus buenas marcas de pólvora. Y… esa escena, por sí sola, dibuja lo malos que fueron los tiradores y lo pésimas que eran las armas empleadas.

Bueno, el Sumario (Causa 306/1870) se las trae: se conservan más de seis mil folios (en 81 libros encuadernados casi un siglo después), pero rebasó los 18.000 folios. Curiosamente, falta, por ejemplo, lo que correspondería al tomo 42 que, he leído, que es el clave.

Lo dicho, una peli infumable que recrea una y otra vez los duelos a pistola que duran más que un día sin pan.

Es lamentable que estas pelis no se acompañen de un tocho de fe de erratas, una enmienda del director pidiendo público perdón y una vacuna contra las licencias de guión.







[1] Crimen contra un Estado. De latín, laesus majestas; ofender la dignidad.
[2] Septicemia; podredumbre. Respuesta sistémica del organismo ante una infección conocido como Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica tras una infección grave. La causa el propio sistema inmune y es muy rápida. Las bacterias avanzan por los vasos linfáticos y el cuerpo se inflama en cascada.

16 dic 2014

DE ATÚN, ALMADRABAS Y SUS CAPITANES. UN LIBRO DE ÁNGELES RUIZ


Conocí a Ángeles RuizGarcía a través de Carles Llorca Baus. Carles era uno de los nuestros; era de la AAPET. Un buen día, sin más, Carles nos dejó. Llevábamos una temporadita en que raro era el día que no nos saludábamos y brevemente charlábamos en el tránsito entre el parking y los Institutos Universitarios de de la UA. Y, de repente, no nos vimos más. Pero nos quedaron sus libros e investigaciones.

Y en esa línea, ampliándola y yendo a más, mucho más, está Ángeles Ruiz García, la gaditana que compartió con él tantas cosas y que sigue ahí en la brecha como líder indiscutible de los periodistas gastronómicos de la Comunitat Valenciana: 20 libros e infinidad de artículos y trabajos donde la gastronomía y las cosas de La Terreta, aunque hay cositas de este largo territorio, campan por sus fueros.

Ayer, sin más, el Ayuntamiento de Benidorm, con llenazo de bandera, fue el marco de la presentación de su último trabajo: “De atún, almadrabas y sus capitanes”.

En este blog, desde 2010, hemos dado cancha a las cuestiones de la almadraba y de Benidorm; porque es casi increíble que en la patria chica de los más afamados arráeces de almadraba de todos los tiempos, la historia marinera de ellos esté, a flor de piel, olvidada. Puede que sepultada por una pátina de descuido. Ayer mismo, Jaume Climent -un viejo amigo- me decía que aún resonaban en sus oídos aquellas voces de mocedad que cada mañana oía: nombre de la almadraba y número de capturas. Era hacerse el Paseo de la Carretera y saber cómo le había ido a las gentes de Benidorm el día anterior en las almadrabas del Estrecho, principalmente. Llegaban los escuetos telegramas y de voz en voz los cantaban; el pueblo entero se enteraba, porque el que no estaba en una estaba en la otra.

Ayer, Ángeles Ruiz se dejó la mano firmando libros. La almadraba toca la fibra sensible de las gentes de Benidorm; hay tanto poso en sus casas y calles. La historia de Benidorm, una moderna historia de mujeres, no se puede entender sin aquellos hombres en la mar y ellas haciendo Benidorm a golpe de templanza. La toponimia local o los nombres de algunos veteranos hoteles llevan su carga de almadraba: el Agir sigue evocando la almadraba de Agadir.

Me impacto, al llegar al Ayuntamiento, el rótulo de la pantalla que presidía el Salón de Actos: “De atún, almadraba y sus capitanes” y “Ángeles García Ruiz”. Pero había algo más, una frase rotunda que definía perfectamente Benidorm y la temporada de la almadraba: “En memoria de los marinos de Benidorm que al zarpar metían su corazón en salazón para soportar la ausencia”. Más verdad que Dios; la temporada era larga y los de Benidorm dominaban todas las almadrabas del Mediterráneo y las bocas atlánticas de Europa y África, comenzaba a marchar nada más apuntar la flor del almendro para preparar la almadraba de paso… y hasta el cachondeo de finales de octubre, hasta que terminaban de faenar la almadraba de retorno y la levantaban, no volvían los últimos.

Yo que también he desarrollado un trabajo sobre la Almadraba, desde el ámbito de la Geografía, celebro la labor de investigación y contactos de Ángeles Ruiz García; como la de hablar con los hermanos Zaragoza que abren una larga lista de ilustres apellidos benidormeros ligados a la almadraba y de tantos y tantas benidormeros más. Es que Benidorm se prendó del atún, tanto del atún de paso como el de retorno, sin siquiera poseerlos en abundancia, y Ángeles la ha sabido reflejar. ¿Y las sagas familiares?, ¿los Tudela, los Xarrina, los Barceló, los Orts,, los Bayona, los Beches, los Besó, , los Maripepa, los Garullo, los La Sal, los Furier, los Zaragoza, los Candelaria…? Tantos y tantos hombres; tantos y tantos oficios: arráez, sotarráez, tercero… copejadores, varillas, almóceros, peteros, almokaenes, armadores, ronqueadores, arráeces cristianos, brebiones, cuchillas, escribanos, mandones, miradores, remeros, saladores, torreros, veedores y vigilantes; hasta tunantes y ventureros. La almadraba es grande, muy grande.

Para la presentación del libro, prologado por el chef Ángel León (del laureado Rte. A Poniente, el que se puso la mar por montera, y de Top Chef), acudió Susi Díaz (del no menos laureado e ilicitano La Finca y de Top Chef), que elogió el nivel gastronómico del Benidorm que acababa de descubrir; Vicente Leal, cuarta generación de salazoneros alicantinos y José Zaragoza Casamayor, con sangre almadrabera y un sentido elogio: “Ángeles no se ha quedado en los relatos de segunda boca y ha ido a la fuente original”. ¡Bien!

Para reforzar su aserto José Zaragoza no dudó en referirse a un célebre del folletín decimonónico que ahora ya nadie recuerda, y criticó que la almadraba fuera “una palabra que apenas se oye en Benidorm” aunque fue “el apaño de muchas familias y el paño de lágrimas de todos en Benidorm”.

Y Ángeles glosó su trabajo, de este trabajo, que es “un viaje personal” al epicentro del mundo de la almadraba. Se lamentó, como tantas veces lo hago yo, de que ahora ya sólo queden 4 almadrabas funcionando en España. Ella, gaditana, nació, contó, en una casa que se asienta sobre una vieja factoría fenicia; y allí siguen excavando, como ella ha excavado en los recuerdos de mucha gente, muchos de Benidorm, para sacar a la luz buenas pinceladas de una historia casi olvidada -la de Benidorm y la almadraba- que es la historia también de toda la provincia de Alicante; historias de hombres, de cáñamo y esparto, y de sal: sangre y sudor. ¿Dónde no hay un pal, un amerador, una cala de la almadraba?

Me he devorado el libro en una noche; se deja leer. He disfrutado mucho; es abundar en lo que sé, conocer nuevas pinceladas y estar a la última, con el fattening (engordar). Yo me quedó en proyectos de investigación de 2009 y cuando escribí aún operaban 8 almadrabas; con Ángeles sólo operan cuatro. La almadraba no puede morir.

La Almadraba no se puede perder; y menos olvidar. Es historia de Benidorm aunque la calen lejos, muy lejos. Una vez hubimos de cambiar hasta la fecha de celebración de las fiestas patronales porque los hombres de aquí aún estaban en la almadraba.

Bueno, y el colofón a la presentación del libro fue sensacional. Una decena de establecimientos ofrecieron un detalle de cocina con atún, desde el sangatxo al taco, pasando por la mojama de atún. Yo tuve que conformarme, en su día, con un arroz con atún y alcachofas, que no estaba nada mal.

Ofició de maestra de ceremonias la concejal de Turismo, Gema Amor, y cerró el acto el alcalde, Agustín Navarro.

“De atún, almadrabas y sus capitanes”, de la colección Cuadernos de Bitácora gastronómicos.

Enhorabuena, Ángeles: sencillo, ameno, documentado y que llega. Sana envidia. Y sí Ángeles; también a Carlos, allá donde esté navegando.




15 dic 2014

DE CUANDO JOAN FUSTER ELOGIABA BENIDORM; DE AGOSTO DE 196O


Destino fue un semanario fundado en Burgos, en mayo de 1937. Ya el mismo nombre lo decía todo: Destino.

Portada del nº 1201 del Semanario DESTINO
Se inspiraba en la frase de José Antonio Primo de Rivera “España, unidad de destino en lo universal”.

Destino; ahí es nada. Dos intelectuales catalanes vinculados a Falange y afines a la causa nacional lo pusieron en marcha, y la intelectualidad catalana lo tomó como enseña. Tanto, tanto, que en acabar la contienda (1939) la cabecera marchó a Barcelona. Al poco, Josep Pla tomó la batuta y, la verdad, comenzó toda una larga y fecunda segunda etapa -que acabó, como el semanario, en 1980, cuando era ya propiedad de un grupo liderado por Jordi Pujol (desde 1975)- en que Destino fue un referente liberal de intelectuales no franquistas y un baluarte de la llamada resistencia intelectual.

Uno de aquellos intelectuales que publicaba en Destino su Postal de Valencia fue Joan Fuster, el abogado suecano que fue figura clave del nacionalismo valenciano. Nadie va a poner hoy en día, ni entonces, la talla literaria del autor (en entras muchas obras) de Nosaltres, els valencians. De Fuster decía Pla que “No es un valenciano estricto, ni un catalán de Valencia, ni un valenciano catalanizado”. Un poco antes de escribir sobre Benidorm había publicado Fuster su Presència valenciana donde reclamaba la catalanidad de los valencianos y provocó incluso la respuesta del Grup Torre -que estaba en franca confrontación literaria con Lo Rat Penat (anticatalanistas)- y que inicia el capítulo de los Països Catalans (que defendía Fuster) frente al de Comunitat Catalànica (que pretendían los del Grup Torre porque defendían el fet diferencial valencià)… pero eso es otra historia.

Pero volvamos a Joan Fuster. Resulta que el 13 de agosto de 1960, en el número 1201 de Destino, apareció una Postal Valenciana –como siempre, firmada Fuster- que bajo el título Benidorm: parada y fonda señalaba su dedicación turística ya en aquellos días y que, considero, merece la pena recordar hoy… 54 años y 4 meses después.

Decía Fuster…

El caso de Benidorm es ejemplar. Admira comprobar la rapidez, la limpieza y el aplomo con que la gente de este bello lugar del sur valenciano ha realizado la tarea de convertir un paraje agrario absolutamente mediocre, en una feliz oportunidad de turismo veraniego. Benidorm pertenece a una de las zonas más áridas de nuestro litoral. Como en tantas poblaciones de la provincia de Alicante, la sequía endémica nunca permitió a sus habitantes el modesto desahogo de un “ir tirando” apacible. La tierra sedienta, irremediablemente sedienta, no daba para mucho. Y la pesca, el trabajo del mar, tampoco parece ser que rindiese beneficios excesivos. Con una economía tan precaria, se comprende que Benidorm fuese un pueblo condenado a la más rica atonía. Su vecindario emigraba. Un día había contado con siete u ocho mil almas: de esa cifra llegó a bajar a las dos mil, y creo que el dato en sí, mondo y lirondo, revela el drama local. Pero alguien, hace tiempo, descubrió que existía una opción por explotar para los benidormenses: la playa, el clima, la hospitalidad. El negocio podía ser salvador y así ha sido.

No sé exactamente desde cuando marcha la cosa. No es de hace cuatro días, desde luego. Ya Gabriel Miró, que había tomado el paisaje y el ambiente de la Marina valenciana como tema de sus almibarados encajes verbales, se había lamentado de la “turistificación” de Benidorm, y el autor de ‘Años y Leguas’ murió en 1930. Don Gabriel era más sensible a los encantos plásticos de la naturaleza que a los agobios materiales de los paisanos: el Benidorm letárgico, patriarcal, pescador y labrantín vegetando entre rocas peladas y olas avaras, tenía para él una fascinación deliciosa y sedante; la invasión de forasteros dedicados al baño y al reposo de lujo, no le gustó, decididamente. “La felicidad y la inocencia se han perdido”, escribía. Pero es más que probable que la gente de Benidorm pensase de modo muy distinto. La afluencia progresiva de veraneantes opulentos les brindaba una forma imprevista de ganar algunos “cuartos”. Y los benidormenses han hecho todo cuanto estaba de su parte para que el crédito turístico de su pueblo prospere de día en día.

Ignoro si la esplendorosa industria hotelera del Benidorm actual se debe a la exclusiva iniciativa -idea capital- indígena. Pero aunque así no fuere, el vecindario entero tenía que beneficiarse de un modo u otro del auge de sus hoteles y del tráfico de la clientela. Basta darse una vuelta por las calles de la población para darse cuenta de ello. El aire cosmopolita de los transeúntes explica, sin duda, un importante movimiento en las diferentes e insospechadas ramas del comercio. Bares, pensiones, residencias y otros establecimientos vinculados a la nutrición y al refugio de los forasteros, se multiplican con evidente justificación. Y no digamos ya la parte de la playa, donde los grandes hoteles, las villas de personas pudientes y los restoranes finos, se alternan en una deslumbrante opulencia. Benidorm es la playa más animada de todo el país valenciano. Ha superado, y con creces, al mismísimo y vecino Alicante, presunta “playa de Madrid” y feudo caciquil de don José Canalejas, que en paz descanse. Alicante, en este aspecto, se sobrevive; Benidorm está en su plenitud, y hasta se diría que lleva camino de aumentar su éxito cada vez más.

Hay que reconocer que no todo es cuestión de dones naturales. El sitio, ya lo diré, es bonito; la temperatura, agradable; el mar, bonanzón y tentador. Pero eso ocurre también en muchos otros lugares de nuestra costa que se quedaron, y se quedarán para siempre, en cita de veraneos comarcales. Si Benidorm dio el gran salto hacia la clientela políglota y remuneradora, se debe a que se ha puesto un gran tacto y una hábil inteligencia para conseguirla. Los “managers· de la aventura turística de Benidorm saben lo que se hace, y no cesan de promover eficaces trucos propagandísticos que proyecten sobre el nombre de su pueblo una importante expectación. Se podrían citar alguno de ellos, muestra ingeniosa de eficiencia comercial. Baste recordar el más reciente: ese Festival de la Canción, que reúne por unos días en torno a Benidorm, la atención de grandes masas de aficionados al bolero y al cha-cha-chá. El tipo de cantables en cuestión es verdaderamente  lastimoso -piénsese en el “Telegrama” (“¡Ya lo sabía, ya lo sabía!”) del año pasado-; pero la ola de popularidad que el certamen despierta, resulta indiscutiblemente provechosa para el prestigio turístico de Benidorm. Los ilustrados y benéficos señores de Sociedad Económica de Amigos del País, si levantasen la cabeza de su sepulcro dieciochesco, aprobarían el festival.

Pese al trasiego de los extranjeros y de subsecretarios, que dan vida a la contabilidad de los hoteles, Benidorm ha sabido preservarse en su clara autenticidad de pueblo valenciano. Eso es importante. El turismo suele tener la pega de inducir a la despersonalización a las poblaciones que suelen vivir de él. Por servilismo o por mimetismo, los autóctonos tienden a desvirtuarse en sí mismos, como si por eso el negocio fuese a rendir más. Afortunadamente Benidorm no ha llegado a contaminarse. Es más, parece que hasta se haya intentado hacer algo para resaltar ante los ojos foráneos, el irreductible carácter original de su gente.

Un gesto simpático, pero a la vez listo y sabio, de las autoridades locales ha sido el de restaurar en los rótulos de las esquinas los nombres típicos de las calles en la lengua del país. El hecho, a simple vista, no tiene trascendencia, pero en el fondo, sí. Es como una afirmación de personalidad, de finalidad a ellos mismos, que los vecinos de Benidorm han hecho. La mirada curiosa de tanta señora y señorita de ropas internacionalmente breves, de tanto caballero anglosajón o germánico (o quizás carpetovetónico), chocará con las inscripciones vernáculas, y no podrán dejar de hacerse algunas preguntas; la respuesta debida será, necesariamente, la de la profunda autenticidad, intacta y sólida del alma y la tierra de Benidorm.