30 jun 2014

DE LA NEUTRALIDAD INDUCIDA DE ESPAÑA EN LA GUERRA DEL 14 (y II)


España, hasta 1907, no había entrado en la Política de Bloques. Los sucedidos de los años 1911 y 12 nos fueron bien ya integrados en el grupo “Atlántico”, pero en 1913 los franceses ya nos habían vuelto a poner alguna piedra en las ruedas del carro patrio con lo que desde Alfonso XIII al último ujier de la Cámara (entonces no había Comisión de Exteriores) ya se habían propuesto, por si se liaba la cosa, una posición de mediador: neutralidad.
Vamos, neutrales porque no podíamos entrar en el lío.

En realidad aquella propuesta no era más que confirmar una posición de impotencia: no teníamos flota -ni dinero para construirla- ni ejército. Eso sí, los planes militares se hacían como rosquillas (1906, 1908, 1912…) pero seguíamos sin disponer, año tras año, de los fondos necesarios. Por este motivo no interesábamos a ninguno de los dos bandos. El 7 de mayo de 1914 se aprobaba en las Cortes el último plan de construcción naval… que no hizo navegables y operativas las principales unidades hasta 1923. Es que conforme se desarrollaba el conflicto se iban viendo las cualidades de los navíos que habían pensado como idóneos -y no resultaron serlo-, la importancia del arma submarina, de la moderna artillería y de los novedosos carros de combate, y por aquí se iban cambiando los planes.

A eso hay que unirle una economía atrasada, dependientemente agrícola, y un sistema político que dejaba mucho que desear. La deuda había llegado al 160% del PIB (1902) y –renqueante- se venía recuperando. Nuestro Ejército, con Marruecos como escaparate, era considerado internacionalmente como absolutamente inoperante (Desastre del Barranco del Lobo, 1909, en la Guerra de Melilla) y eso condicionaba nuestra entrada en el lío.

El Ejército no sólo estaba mal organizado, sino que mantenía una mala relación con la sociedad. Sólo los que no podían hacer frente económicamente a la Redención en metálico y/o a la Sustitución (gratuita, si en lugar de uno iba un hermano o un familiar, y onerosa, si había que pagar a un propio) servían en ellos. Vamos, sólo los pobres terminaban en el frente. Existían hasta entidades crediticias ¡¡oficiales!! que libraban el dinero necesario a los quintados para evitar que fueran a filas; les cobraban intereses de usura que entrampaban a las familias de por vida. Había grupos de fulleros expertos en ofrecerse como sustitutos a cambio de un estipendio y que desertaban de filas a la primera ocasión. Y esto por no citar a los jóvenes que se automutilaban (con lesiones que les invalidaban para siempre y en vez de fuerza laboral pasaban a tullidos improductivos) para evitarse ir a filas, que era ir a la guerra de turno. Hasta 1912 estuvo imperante la Redención en Metálico y hasta 1924 la Sustitución. Aún se inventará la figura del Soldado de Cuota -que se mantuvo hasta 1936- para evitarse, los pudientes, ir, incluso, a los cuarteles. Y aquella “mili” de principios del XX duraba 8 años: cuatro de servicio activo y cuatro en la Reserva. El soldado de cuota elegía el destino y el regimiento y se pagaba el uniforme y el equipo. La cuota oscilaba entre las 1.500 y las 5.000 pesetas que poquísimos podían pagar.

Y el colmo militar español del momento era el armamento. El eficaz había que adquirirlo en el extranjero, con lo que no se fomentaba la industria nacional ni se evitaba pagarlo a precios elevados.

Con todo, la mitad de nuestros soldados en 1914 tenían que estar sobre el terreno en Marruecos (unos 70.000) y el resto permanecía en cuarteles peninsulares (algunos en las Islas) que aún eran del siglo XVIII.

Europa se había centrado nada más iniciarse el siglo XX en una carrera armamentística y España no sabía aún de qué iba la cosa. Con un Ejército así, ¿qué político iba a hacernos entrar en una guerra?

Así, a nadie le puede extrañar que el 7 de agosto de 1914 (la guerra había empezado el 28 de julio) el Gobierno publicara aquello de “Ordenar la más estricta neutralidad a los súbditos españoles con arreglo a las leyes vigentes y los Principios del Derecho Público Internacional”. Pero es que no podíamos meternos en aquél lío, aunque el Conde de Romanones advirtió de que hay “neutralidades que matan”… y tuvo razón.

Pese a todo, como todos conocían la realidad española, fue una neutralidad que ambos bandos vieron con buenos ojos y nadie la protestó. Éramos una rémora para cualquier bando.

Para complicarlo todo más, no olvidemos la efervescencia social de aquella España de inicios del siglo XX. Los conflictos sociales estaban a la Orden del Día. La clase obrera estaba ya totalmente concienciada de su importancia y de su olvido por los políticos de turno que, por turnos, se colocaban en la presidencia para regir los destinos de un país que tenía en el Rey su máxima representación. Los partidos de izquierda y los sindicatos proliferaban. Estaba tan caliente la cosa que una simple orden de reclutamiento para reservistas (padres de familia, única fuente de ingresos de muchas familias por entonces) en 1909 desembocó en la Semana Trágica de Barcelona (26.07-02.08). Ni la pensión de 50 céntimos diarios a las familias de los movilizados fue capaz de paralizar la movilización ciudadana. PSOE y UGT anuncian una huelga, se detiene a Pablo Iglesias (al del PSOE, que estamos en 1908; no vayan a pensar en coletas)… Barcelona ardió por los cuatro costados (112 edificios, 80 eran propiedad de la Iglesia). Se registran 78 muertos y medio millar de heridos.

Para qué contarles. 1911 fue, además, un año tenso y conflictivo. La minería estaba casi en armas. En 1910 se había creado el SOMA y Asturias era ya un polvorín. En medio de aquél lío unos pocos marineros se amotinan en la fragata Numancia (02.08.1911), proclaman la República y amenazan con abandonar el puerto de Tánger y bombardear Málaga. El cabecilla es fusilado en aguas de Cádiz una vez recuperado el control del barco. En tierra firme, el juez de Sueca es asesinado en Cullera (Sucesos de Cullera) en medio de la huelga general de septiembre. 1912 no fue un año más tranquilo; en medio de excesiva confrontación social cae asesinado el presidente del Gobierno, José Canalejas, en plena Puerta del Sol. Y para “limar” asperezas el sultán de Marruecos le cede la soberanía de su territorio a Francia, lo que será el despertar de Abd El-Krim y sus kábilas rifeñas contra las compañías minera y ferroviaria del Riff y Melilla, que eran españolas. 1913 comenzó mejor: tomamos Tetuán sin usar las armas, pero en el mes de abril se produce un nuevo atentado contra el Rey Alfonso XIII (13.04) durante una jura de Bandera con motivo de la nueva Ley de Reclutamiento. El anarquista le considera responsable de la Guerra de Marruecos. “Alarún”, el caballo del rey recibió uno de los tres disparos; el anarquista, Rafael Sancho, fue detenido. 1914 fue el mejor año de aquél periodo: una tensa tranquilidad hasta las elecciones legislativas (08.03) y en momento álgido del verano estalla la guerra. ¿En qué otra guerra nos íbamos a meter los españoles? No tuvimos más narices que ser neutrales.



Bueno, pues pese a todo hubo españoles luchando en la IGM como voluntarios, tanto en la Legión Extranjera francesa como en las fuerzas expedicionarias norteamericanas del general John J. Pershing… pero esa, como la de la gripeespañola -que coincidió con la fase final de la guerra- fueron nuestra contribución y son otras historias.

Lo nuestro fue una neutralidad inducida. Y las neutralidades, como dijo Romanones, también matan. Pero, ¿a dónde íbamos a ir con aquella España?




29 jun 2014

DE LA NEUTRALIDAD INDUCIDA DE ESPAÑA EN LA GUERRA DEL 14 (I)


Acabamos de conmemorar el centenario del magnicidio que provocó el estallido de la IGM. Comenzó la guerra justo un mes después (28.07.2014): Austria-Hungría atacó Serbia y Alemania hizo lo propio con Bélgica. Se lió la mundial, nunca mejor dicho. Todos los Medios ahora, cien años después, destacan la neutralidad española. Neutralidad inducida. Pero es que hay neutralidades que matan (Romanones, dixit: 19.08.1914).

En el aperitivo de hoy nos ha dado la IGM. He oído tanto disparate que ahora mismo no tengo más remedio que remontarme hasta la Conferencia de Berlín (1884, cuando las potencias europeas se repartieron África para no pelearse entre ellas) para explicar nuestra neutralidad. Añadir que bajo manga se pactó lo mismo con Asia e incluso con China. El acuerdo no funcionó; prueba de ello es el Incidente de Fachoda (1898) entre británicos y franceses en lo que hoy es Sudán del Sur. Y luego vino lo de Mozambique, entre portugueses y alemanes. Y luego estaba la pugna por Marruecos entre España, Francia, Inglaterra y Alemania que no se arregló hasta la Conferencia de Algeciras (1906) que nos otorgó un buen trozo de Marruecos que empezamos a tener de defender en 1909 a costa de vidas de españoles.

Los EE.UU., por su parte, quedaron al margen de todo aquello pero ellos iban por su cuenta y ya estaban intencionadamente actuando en México, Hawái y Japón. El Caribe era objetivo prioritario yanqui y así resulta que hasta cuatro presidentes norteamericanos habían hecho fuertes ofertas económicas al Reino de España para comprarnos Cuba. Por aquellos días España, la metrópoli, impedía a Cuba comerciar con los EE.UU. y eso molestaba mucho a los norteamericanos y a muchos cubanos. Para generar un sentimiento antiespañol de calado en la isla llegaron las leyes y aranceles que protegían la industria textil catalana frente a la cubana y tras la primera revuelta (10 años de guerra) la Paz de Zanjón sólo nos abocó a la Guerra Chiquita (chiquita, chiquita, de tan sólo un año, porque no teníamos ni para balas), casi prólogo de la Guerra de la Independencia Cubana (como ellos la llaman) que trajo a los norteamericanos a la isla y a nosotros nos colocó al benidormer condestable Zaragoza en la Historia.

Un poco antes, en 1885, los alemanes se empeñaron en quedarse con nuestras Islas Carolinas (ahora Micronesia y Palaos) donde lo único español era la bandera, unos guardias civiles, unas monjas y un médico. Medió el Papa León XIII y los alemanes se contuvieron un poco; nosotros tuvimos que dejarles establecer factorías. Después de eso, las Filipinas quedaban muy expuestas. Allí sólo teníamos alguna dotación militar (acuérdense de Baler) y muchos curas, monjas y frailes. Los tagalos filipinos comenzaron su insurrección en 1896. En Cavite (Bahía de Manila; 01.05.1898) nos pasó lo mismo que Santiago de Cuba (03.07.1898): los yanquis nos dieron pal pelo. 2 escuadras a pique.

Total que con los Acuerdos de París (10.12.1898) acabaron nuestras guerras coloniales: Cuba comenzará su andadura (tutelada por los yanquis) hasta su independencia (1902) y a cambio de 20 millones de dólares les cedimos a los americanos Puerto Rico, Filipinas y Guam. Sin flota y sin soldados terminamos vendiendo a los alemanes “sus” ansiadas Carolinas y las Marianas por 25 millones de dólares más. Y así prácticamente entramos en el siglo XX, con 45 millones de dólares en la buchaca, sin flota, con pocos soldados, con dificultades económicas y sociales y sin posesiones de ultramar.

Hombre, siempre nos quedaba recurrir a Gibraltar; incluso tuvimos la ocasión con una Inglaterra enfrascada en la Guerra de los Bóers (1899-1902), pero no teníamos el cuerpo para nada. En 1903 Gran Bretaña construyó más barracones en Gibraltar y aquí todos nos tiramos de los pelos por la oportunidad, decía la prensa de entonces, perdida. Mientras tanto Europa se debatía entre si tener un Ejército tipo prusiano o más colonial; y en España aún estábamos en que si traje de rayadillo, alpargatas ó  botas.

Conferencia de Algeciras, 1906
Gran Bretaña maniobró para que la influencia de Francia en el norte de África fuera protagonista y los acuerdos de los gabachos con España e Italia trajeron unos meses de tranquilidad entre 1904 y 1907 porque Gran Bretaña y Francia necesitan ponerse de acuerdo, entre ellas, sobre Egipto -y lo que hoy es Oriente Medio- y nos les importaba ceder mayor protagonismo a España en el flanco atlántico del norte de África. Así Francia se centraba en atender el Marruecos mediterráneo. En 1904 estábamos tan hundidos económica y moralmente que Gran Bretaña optó por apoyarnos para que no vendieramos o cediéramos nuestras posesiones africanas a Alemania, y las Potencias Atlánticas (Francia, Gran Bretaña, Portugal junto a Italia y Rusia, apoyaron a España (Conferencia de Algeciras) Pero entonces Alemania enarboló derechos comerciales en puertos y todos callaron. Es más, exigió Alemania el tendido de cables telegráficos submarinos hasta las Islas Canarias (camino de América del Sur) y los ingleses se mosquearon nuevamente con España porque ellos eran hegemónicos en las Canarias, a pesar de ser territorio español. Por aquél entonces a los isleños les era más fácil ir a Liverpool que a Cádiz. De hecho, alguna isla era más británica que española.

9 Reyes; 20.05.1910 Sentados, Alfonso XIII, Eduardo VII y el rey de Dinamarca
Detrás del monarca británico, el Kaiser Guillermo II
Para evitar que funcionara más y mejor el nuevo acercamiento telegráfico España-Alemania, en 1907 se llevan a cabo en Cartagena (Murcia) los llamados Acuerdos Mediterráneos (16.05.1907), también conocidos como Declaraciones de Cartagena. En resumidas cuentas: Gran Bretaña asistiría a España en caso de agresión a las Canarias y Fernando Po; también a las Baleares. Se firmaron en una base naval porque nadie se fiaba de la seguridad en aquella España; los acuerdos se iban a firmar en Madrid pero el atentado de Mateo Morral (31.06.1906) en la boda de Alfonso XIII aconsejó a los servicios de seguridad británicos a aconsejar a Eduardo VII (tío político del monarca español) hacerlo en una base naval como Cartagena; y dijimos que sí. Francia vio con buenos ojos todo esto y, al final -confianza-, en Londres y París se ratificaron estos acuerdos. España se olvidaría de Gibraltar, al que no se citaba en los textos pero todos entendían que era la máxima prioridad británica, y nos ponían de gendarmes de un trocito del norte de África. Y todo esto venía porque sin flota (tras el desastre de 1898) España no podía defender nada que no estuviera en tierra firme y de paso los ingleses mantenían operativo su eje Gibraltar-Mahón-Malta (como en el XVIII; Menorca permaneció bajo dominio británico, en tres largos periodos, entre 1708 y 1802) y aspiraban a sumar al grupo a Italia y Grecia. En unos meses, aún en 1907, sumaron a la Entente a Rusia y Japón. El objetivo era aislar a las potencias centrales de Europa y el vínculo franco-británico lo estaba logrando.

Así llegamos a las negociaciones sobre el protectorado (Marruecos) de 1911-12 donde se le volvió a otorgar a España el papel protagonista “planetario” que le fue arrebatado cuando la Conferencia de Berlín de 1848 y en la de París de diciembre de 1898.

Mañana, más.





28 jun 2014

DE VIVIR DEL JUEGO


Mi relación con los casino es la de tomar una copa; nunca jugar ni un céntimo de la moneda del lugar. Tal vez esto venga, me psicoanalizo ahora, porque en la familia hubo antaño un jugador, al que llamaban “Manosduras” (en todas las manos del juego las cartas le venían muy duras), y la “abuelita del mantón” (mi bisabuela, que ahora mismo no recuerdo cómo se llamaba, pero yo, con inmenso cariño, le llamaba “abuelita del mantón”) siempre nos decía que “de jugar; nada”. Y nunca jugué a nada… excepto a la Primitiva y al Cupón de la ONCE de cuando en vez; que no siempre es de vez en cuando. Ah, y a la Lotería de Navidad y al Sorteo de la Cruz Roja. ¿Mucho, no?, mucho para haber comenzado diciendo que no juego. Bueno, yo me entiendo.

Menos mal que para las empresas de juegos de azar soy un bicho raro… atendiendo a las cifras oficiales. En la Memoria Anual de los Juegos de Azar están todas las cifras del juego en España; si quiere investigar, investigue. Claro, no figura el “trile” de guadiánica aparición en las playas de Benidorm porque, sencillamente, no es un juego.

No pisé un casino hasta los 30 años y fue en una cena  de aquellas que hacía el Casino Costa Blanca, en La Vila Joiosa, donde conocí a Isidro García de la Llave, su director comercial, y luego nos tomamos una copa en la sala. Desde entonces he visitado algunos casinos más para tomarme una copa en ellos: Madrid, Montecarlo, Atlantic City (varios; estábamos de Congreso Internacional), Asunción, Venecia (Ca’Vendramin Calergi, precioso), Baden-Baden y… La Vila. Esa ha sido toda mi relación con los casinos (para tomarme una copa, o dos).

Por eso me llamaba la tención poder conversar con Miguel Ángel Franco, director Comercial del Casino Mediterráneo (sucesor del Casino Costa Blanca) que en nada y menos abre sala en la Avenida del Mediterráneo de Benidorm, invitado a nuestra tertulia del Meliá. Es que Miguel Ángel es un hombre que… vive del juego… de los demás. Y no son muchos los que pueden decir eso en este país.

La historia de Benidorm y “su” casino es antigua; desde mediados los sesenta, que sí, que si no. Que si en el Club Sierra Helada (hoy Ciudad Patricia), que si en el (frontón) Eder Jay, que si en algún otro sitio, y luego la concesión se fue a quedar en el arroyo aquél donde cayó el borracho pinteño que se choteaba de estar en un municipio o en otro: en esta ocasión, entre Benidorm y La Vila. Por cierto, el magnífico edificio está en venta.

Miguel A. Franco
Foto: Mario Ayús
Bueno, Miguel Angel Franco es ahora el director comercial del Casino Mediterráneo (1 sala principal -ahora Alicante- y hasta 7 salas anexas -hoy dos: en La Zenia y, en nada, Benidorm-) y tuvo a bien aceptar la invitación tertuliana de “Los Cafés del Meliá” para contarnos cosas de su vida y de su profesión. Este ceutí (1954) llegó a Benidorm a finales de los setenta porque su padre (después de recorrer en destinos profesionales media España) había recalado profesionalmente en esta localidad; en verano hubo que venir a ver a los padre. Y aquí es dónde vio el anuncio de prensa de le necesidad de personal para el Casino Costa Blanca, y decidió probar suerte. Comenzó de croupier y poco a poco fue subiendo en el escalafón hasta dedicarse por completo al Casino y dejarse su actividad como Administrador de fincas, que en un principio compatibilizaba.

Con maestría, Miguel Ángel nos introdujo en el mundo de los casinos, a los que “hay que ir a por dinero”. Su premisa es clara: “al casino se va a jugar con la pretensión de ganar o a disfrutar”. Por ello en la nueva sala plantean una importante oferta cultural añadida, ya que, por lo general, “si llevas dinero es muy posible que se quede allí”. Y en base a esa vertiente -que piensan potenciar al máximo- “lo vamos a pasar muy bien también sin jugar”.

Miguel Ángel Franco recordó dos etapas del Casino: la del Casino Costa Blanca, que prefiere soslayar, y la del Casino Mediterráneo, donde destaca la gestión y la profesionalidad de la dirección. La Vila se cerró en 2009, con toda la carga social que comportó -una situación traumática para 120 familias- por mor de la crisis, y desde entonces hay una nueva vertiente de acción -“Acrismátic cambió el concepto del Casino de la Provincia de Alicante, ahora es más alegre y dinámico”- que llega hasta las apuestas deportivas -con la marca Juegging- y hasta una versión on-line, e-fortuny.

Contando los días que quedan para inaugurar la Sala de Benidorm del Casino Mediterráneo (Avda. del Mediterráneo, Rincón de Loix) Miguel Ángel nos descubrió los 14.000 m2 que están ya, prácticamente, a punto: una planta para los juegos (Black Jack, Bacarrá. Póker, ruletas), que incluye una sala para apuestas deportivas, y cafetería. Una planta estará dedicada a torneos “Texas Holder” (todo el mundo, menos yo, sabía de que hablaba) y que tendrá un carácter polivalente y en la última planta habrá “un restaurante ‘diferente’”. Están rematando los detalles y nos contó que “hay expectación por el casino de Benidorm”. Casino que abrirá a las 10 de la mañana y que cerrará, en verano, a las 5 de la madrugada.

Franco hizo un repaso al variopinto universo social del casino señalándonos los mercados potenciales más interesantes, las incidencias particulares de cada uno de ellos, el mundo de las fichas y del dinero, los listados de prohibidos, la procedimentación del juego, la seguridad, la picaresca, los espectáculos, la restauración, el personal, la psicología y todo lo que se mueve en torno a los casino.

Y, naturalmente, las anécdotas. Contaron en la tertulia la de un ilustre del lugar, asiduo del casino de La Vila (porque el Casino Costa Blanca, por aquí -tal vez con desdén porque se fue unos metros más allá- era el de La Vila) que una vez al poco de comenzar a jugar ya se había hecho con un pellizco (en los ochenta) de medio millón de pesetas y le animaban a retirarse “con lo que había ganado” y él dijo que no, que él “había acudido al casino a jugar, no a ganar”. Y Roc dejó ahí la anécdota y nos quedamos sin saber si ese día ganó (más) o se volvió a su restaurante con las manos en los bolsillos. 

Es, sin lugar a dudas el Casino, una apuesta que dinamizará el Rincón de Loix. Yo ya me preparo para tomarme mi copa de rigor, aunque de jugar: nada. Nos dijo Miguel Ángel Franco que habrá “mucho más que juego” en el Casino Mediterráneo de Benidorm. Porque, y es cierto, “no nos acabamos de creer el potencial que encierra un casino”. Ansiosos estamos de verlo, y disfrutarlo.




25 jun 2014

DE UNA ALARGADA MESA REDONDA QUE NO SÉ PARA QUÉ SE MONTÓ


Por Tutatis[1], ¡qué bochorno! Que me aspen[2] si lo entiendo. ¿Mesa Redonda con el alcalde de Miami…? ¿Miami-Benidorm: dos referentes turísticos de éxito? Pues sí, pero que muy, muy, distintos.

Vale que Antonio Magraner tenga inmejorables relaciones con Miami y que él sea el nexo de unión, pero ¿de qué iba la cosa? Yo me abochorné.

Miami, de noche
A mí, el comparar Miami con Benidorm me llena de dudas. Datos, tengo a porillo; el mismísimo Benidorm en cifras me despeja todos los datos locales (¿les habrán dado algún ejemplar?), pero es que de ellos, de los de Miami, sólo tengo ahora mismo los datos del GMCVB (Gran Miami Convention & Visitors Bureau) y eso es un problema, porque el Gran Miami es Miami-Fort Lauderdale-West Palm Beach-Pompano Beach-Miami Beach-Boca Ratón-Deerfield Beach-Boynton Beach-Delray Beach-Homestead y Júpiter (que uno ha estado por allí)- y ese conjunto suma para 2013 la cifra de 14’3 millones de visitantes (13’8 en 2012 y 13’4 en 2011), de los que 7’3 millones son internacionales y otros 7 millones son domésticos; vamos, yankees que van allí de vacaciones porque van de vacaciones al Sun Belt. Y lo mejor: esos 14’3 millones de turistas se dejaron 22.800 millones de dólares.

Otro sí, digo que, por el Aeropuerto de Miami pasaron 20’1 millones de pasajeros, oiga, y el Puerto de Miami, a demás de cruceros (4 millones de pasajeros, pero es que hay 2 puertos más por allí: Puerto Cañaveral y Puerto Everglades, con 3’76 millones y 2’97 millones de pasajeros), resulta que procesa el 40% de las exportaciones de los Estados Unidos a Iberoamérica y al Caribe, que es exportar.

Benidorm, de día
No, yo no puedo comparar Miami (ni sola -412.000 habitantes [2012] ni como Gran Miami) con los 30 kilómetros cuadrados (y 72.000 habitantes) que suma Benidorm. No, yo no las puede comparar. Es que en el batiburrillo de cifras y suponiendo que comparáramos Miami con Benidorm, pues tendríamos que comparar Florida (La Florida) con Alicante (provincia) -como alguien por allí apuntó-  y… también saldríamos malparados: el estado de Florida recibió 94’7 millones de turistas en 2013… y es que le he leído al republicano Carlos Trujillo (presidente del subcomité de Desarrollo Económico y Turismo de la Cámara de Representantes de Florida) que “cada 85 visitantes generan al Estado 1 puesto de trabajo, convirtiendo a la industria del Turismo en una fuente líder de crecimiento de empleos en el Estado Dorado”. 1 pues de trabajo por cada 85 visitantes, ¡quién los pillara!

Y a lo que íbamos, a la alargada mesa redonda.

Tomás P. Regalado, alcalde de Miami
Tomás Regalado, el alcalde de Miami, es un republicano reelecto que gana de calle en su ciudad. Fue periodista y conecta bien. Recordó que “la burbuja inmobiliaria” que deflagró la crisis “tuvo su epicentro en Miami, pero la ciudad se ha recuperado gracias a la prudencia en la gestión del dinero de los contribuyentes y en la confianza en los empresarios; porque es la empresa privada la que crea empleos”. Dijo que venía a aprender, y yo me desconcerté. Bueno, se interesó por cómo Benidorm ha vencido la estacionalidad y en la multifuncionalidad de tan reducido resort, y pidió mantener la comunicación abierta.

Juan Bautista Riera, por la Cámara de Comercio, señaló la coincidencia climatológica y de playas (que yo cuestionaría con la boca chica) y señaló que Miami ha sabido definir y diferenciar la marca Miami y que funciona ahora hasta en turismo residencial. Dicho lo cual, preguntó: “¿Hemos sido capaces de conocer todas las ventajas competitivas de la marca Benidorm?” Nadie le respondió. ¿Se ha entendido a Juan Bautista?, pregunto yo. Y me respondo: ¡No! Es que habían ido a oír al alcalde de Miami, oiga.

Antonio Galván, de COEPA, se preguntó, a su vez, si “¿somos la Florida de Europa?” -refiriéndose a la provincia de Alicante-; nadie le respondió, faltaría más. En plan serio, además, se repreguntó: “¿Es eso un sueño?” -refiriéndose a lo de la Florida europea-. Prefiero no responderle. No se dió cuenta -embargado por la emoción del momento, quiero imaginar- de la capacidad exportadora… agrícola (por ejemplo) de Florida. Si hasta “Naranjito” era de Florida. Qué te digo de sandías, tomates o caña de azúcar: ¡hasta nísperos, don Antonio! Y no quiero entrar en otras facetas exportadoras industriales y tecnológicas. Ah, y le preguntó al alcalde Regalado lo del “¿qué nos falta (para ser como vosotros)?”.

Y el alcalde miamiense (miamians), nacido en Cuba -y que llegó a Miami con 14 años-, nos ofreció la primea concomitancia (porque hay alguna más, pero no seré yo quien las saque a relucir… al menos hoy): “somos ciudad donante; aportamos más que recibimos”. ¡Por fin una coincidencia! Pero expuesta esta, se acabaron. Además, explicó, hay muchas iniciativas público-privadas en marcha, interesantísimas: comunicación rápida Miami-Orlando y Miami-Miami Beach y otras.

Al que entendí poco, muy poco, fue a Toni Mayor, el representante de HOSBEC. Debo reconocer que más allá que “Benidorm se nutre de Europa y vosotros os nutrís de los EE.UU y medio mundo” no entendí nada. Luego desbarró con lo del concepto de “ausencia de ciudad compacta”. Uno de los dos (él o yo) ha pateado poco Miami.

Y al que no le entendí nada, ¡palabra!, fue al alcalde Agustín Navarro quien señaló “los problemas comunes” a ambas ciudades y la necesidad de aprender “cómo han solucionado los problemas de financiación”. Reconoció Navarro que nuestro principal problema es, hoy por hoy, la conectividad (¿del AVE con Benidorm?) y que como máxima similitud tenemos nuestra “nueva” vocación crucerista anunciando que “el primer crucero que llegará a Benidorm lo hará el 16 -o 17- de octubre, por espacio de 9 horas”. Nadie se arrancó a aplaudir.

Y tal vez por eso -y porque ya eran casi las 2 de la tarde- terminó la mesa redonda, que no fue redonda; que fue alargada.

Si de verdad hubiera sido redonda, en la que ninguna persona sobresaliera del resto, nos hubiéramos evitado un incidente de protocolo que desde donde yo estaba se vivió con total y negativa intensidad. “No te preocupes, que mañana aquí ya no estamos”, le dijo un miembro de la comitiva visitante al jefe de Prensa del Sr. Regalado, alcalde de Miami. Pues así, poco vamos a mantener la comunicación.

Me pregunto, tras el bochorno: ¿Les habrán dado un ejemplar de Benidorm en cifras? ¿Nos habrán dado ellos un documento sobre cómo se gestiona la ciudad de Miami? Allí el City Manager Johnny Martínez gestiona aquello como una empresa, y el alcalde y sus cinco concejales -uno por cada distrito- supervisan al City Manager. Y hay mucho más. Por cierto, ahora tienen por allí un problema de narices por los recortes sociales de Obama (Demócrata) y la avalancha de nuevos jubilados que ya no son como los de antes; que en todos lados cuecen habas.


Nota: Benidorm está hermanada con Miami Beach… o eso nos habían vendido un buen día de finales de los ochenta.





[1] En la mitología gala, Tutatis -o Teutates, o Albiorix, o Caturix- era Dios del Pueblo y de la Guerra, el padre de la Tribu, el rey del Mundo, el amo de las batallas, muy mentado por Asterix y Obelix
[2] Que me crucifiquen; aspar es fijar en el aspa o cruz

24 jun 2014

DEL CONCEPTO DE TURISMO Y DE LOS PRIMEROS HOTELES


Fue en el siglo XVIII cuando Anthony Ashley-Cooper, tercer conde de Shaftesbury, ya aventuró la importancia que tendría el “turismo”, palabra esta cuya primera plasmación impresa se produce a partir de 1760 cuando se apunta su derivación del latín “tornus” (volver); de volver tras hacer el Grand Tour que ponía a los británicos en contacto con las civilizaciones mediterráneas y les acercaba a la joya imperial de su Corona, la India, cuando le añadían el plus del Indian Mail.

Vale.

Pero la cosa no podía quedar ahí, en el latín. Había que buscarle un matiz más antiguo y así llegó Arthur Haulot (humanista belga y fundador del Buró Internacional de Turismo Social), quien en su Manual de Turismo Social, se va hasta el vocablo hebrero “tur” -que significa “viaje de descubierta”- y mantiene que el primer tur -que hasta “sabemos” que duró 40 días- lo realizaron los israelitas cuando Moisés envió, desde el desierto de Parán, exploradores a Canaán[1]… y estos regresan y no sólo lo contaron sino que se trajeron los primeros “souvenirs” (Números 13).

No se quedaron en el lugar más tiempo porque aquella zona “carecía de infraestructura hotelera”, que si no, lo de de hoy tendría más rancio abolengo.

Pero con el tiempo, hasta se inventaron los hoteles. Fue un proceso largo, con altibajos y fantásticas realizaciones.  

En la Antigüedad ha habido lojamientos, de cualquier tipo, de todos los colores. Siempre se instalaban junto a los lugares “turísticos” del momento: santuarios y otros sitios de peregrinación.

En el Siglo II aC tiene lugar la edad de Oro de la “Operación Asfalto” del Imperio Romano. Cual Plan Redia del momento se ponen a construir como locos carreteras (vías) para ir a casi todos lados. Y en aquellas vías encontramos también hospedajes, las llamadas mansiones, con reglamentación específica a su actividad. Vamos, que lo del alojamiento no es ayer tarde.
Pero esto no sólo ocurría por el Mediterráneo; ya era un fenómeno global.

Un buen día en Japón, en el siglo VIII, en la gran isla de Honshu -cuentan-, estaba un tal Taicho Daishi, afamado monje budista, en el monte Hasukan (uno de aquellos montes sagrados), allá por el año 717 (hace casi mil trescientos años), cuando el dios de guardia del promontorio le contó, en sueños, que en el valle, en Awazu, había un manantial de aguas medicinales de grandes propiedades. Bajó, encontró la fuente, comenzaron los baños y como fue tan bien la cosa ordenó a su discípulo Garyo Hoshi la construcción de un albergue que pasa por ser el más antiguo del mundo en activo. Aún hoy sigue como Hoshi Ryokan y tiene su página web por si se anima a reservar.

Otro hito hospedero llega con las peregrinaciones religiosas. Los monasterios y sus casas de acogida hicieron bandera tanto en Roma, como en Jerusalén, como en La Meca. Hasta el siglo IX no se unirá a este selecto grupo Santiago de Compostela que tuvo tanto éxito que además de “cadenas” de hospedaje surgieron hermandades de cambiadores de moneda, como la Hermandad del Cirial de San Ildefonso, pues era mucho y variado el dinero circulante y había que convertirlo en moneda hispana. Incluso fue tal el éxito “turístico” de Santiago que hasta contó con guía de viaje; la primera fue la del monje de Vézelay (Francia) Hugo el Potevino[2] (descartado ya que Aimeric Picaud fuera el autor, aunque se cree fue el compilador).

Como Las Cruzadas no consiguieron recuperar Jerusalén, Santiago se convirtió en el destino favorito y las posadas, hasta el XI generalmente caritativas, pasaron a ser negocio mondo y lirondo al cobrar los servicios.

Durante la Edad Media hubo hostelería, pero no gozaba de fama. Más bien, aquellos garitos sólo tenían mala fama, y a partir del XV, por ello, comenzaron a ser reglamentados en España y Francia, y sobre todo en Alemania y Suiza. Los mesones, además de alojamiento, cuadra y alimento proporcionaban servicios hasta como “agencia de viajes”.

El Renacimiento trajo un hálito de cultura y modernidad y los viajeros reclamaron unos mejores servicios; incluso habitaciones individuales y una cierto equipamiento sanitario. Así surge el primer hotel de concepción “moderna” en El Cairo; se trata del Hotel Wekalet-Al-Ghury (siglos XVI) que en la actualidad alberga (después de innumerables modificaciones) un centro cultural y artístico. Aquél hotel fue referencia obligada de aquellos británicos que realizaban el Grand Tour (hasta la India).

Pero volvamos al XVII y veremos que serán las ciudades balnearias las que copen la atención “turística” y precisen de paliar las necesidades de alojamiento. La británica Bath es un buen ejemplo de este auge, como lo es la brega por dotarlas de alojamientos en consonancia. El siguiente paso alojativo se da en Londres donde en 1784 se inaugura el Grand Hotel (Evan’s Grand Hotel, desde 1840) en Covent Garden (43 King Street), auspiciado por David Low, para gente bien.

No obstante, habrá que llegar al siglo XIX para encontrarnos con el primer hotel moderno propiamente dicho. En 1807, en otra ciudad balneario y muy de moda como era la alemana Baden-Baden (desde tiempos de los romanos, como Bath), el arquitecto Friedrich Weinbrenner transforma un convento capuchino, con sus celdas acondicionadas, en el Badischer Hof, el primer hotel que podemos considerar como un hotel moderno.

El alojamiento turístico de playas se iniciará a partir de 1830, coinciden varios autores, en las costas rumanas del Mar Negro al mismo compás que en California y Florida… pero eso es ya otra historia.





[1] Las tierras no desérticas, entre la actual Gaza y el río Orontes/Asi. Los cananeos eran mercaderes y la zona, muy fértil y próspera.
[2] Del Potú (Poitou), Francia. Gentilicio de los de Poitiers

23 jun 2014

DE LA NOCHE DE SAN JUAN...


La de hoy es una noche muy especial; incluso atávica[1]. Desde tiempo inmemorial celebramos la llegada del verano. El Solsticio de Verano (la Puerta de los hombres, en la cultura clásica) discurre entre el 21 y 2l 22 de junio, y la noche de San Juan (la del 23) precede a la amanecida del 24 de junio.

Llama la atención que la Iglesia Católica celebre siempre el día de la muerte del santo/santa de turno, pero en el caso de San Juan (Bautista) celebra sólo su nacimiento. Es que San Juan (Bautista) fue santificado en el vientre de su madre y ya vino al mundo sin culpa; que eso tenía -y tiene- su mérito.

Bueno, vale, bien.

Y ¿por qué el 24… de junio? Pues, tirando de San Lucas (el del toro; que era médico y su Evangelio está destinado a los no judíos) y con un calendario en la mano si la Virgen María fue a ver a su prima Isabel (la madre del Bautista) cuando ésta estaba en su sexto mes de embarazo y seis meses antes del nacimiento de Cristo (24 de diciembre, que siempre se ha dicho), pues en la Calendas de Junio nació el San Juan El Bautista que nos ocupa, y que me lo hicieron coincidir con el mismísimo solsticio. Total, que 24 de Junio, San Juan, como 24 de Diciembre, Nochebuena.

¿Y lo de las hogueras en la noche de San Juan, qué?

Oiga, hay explicancias[2] para todo. El padre de San Juan se llamaba Zacarías (sacerdote judío con muchos años a sus espaldas) y como dudó del embarazo de su esposa (Isabel, la prima de María, estéril -en principio- y también con muchos años a sus espaldas) fue -divinamente- castigado con la pérdida de la voz (así que cuando Ud. reciba la visita de un ángel -y si es el tal Gabriel, mucho más- ¡no dude!, oiga). Total que pasado el tiempo reglamentado y en el momento -nocturno- del alumbramiento el feliz -y mudo- padre no tuvo mejor ocurrencia que encender hogueras para “comunicar” la feliz noticia a sus convecinos que, ¡qué duda cabe!, gozosos acudieron a felicitar al atribulado padre y festejar el hecho. Ah, Zacarías recobró el habla, tal como le había anunciado el ángel, cuando escribió en la tablilla (recordemos: estaba mudo) “Se llamará Juan”. Y Juan se llamó.

Vamos, que en un par de párrafos ya hemos destripado el argumento de esta noche y todo el día de mañana.

Bueno, ¿y esa diferencia entre la fecha del solsticio y la noche de San Juan? Pues… es cosa de no cuadrar bien los calendarios, y una vez cuadrados… ¿para qué quitar a la tradicional noche mágica de San Juan su cometido? En realidad, el sol permanece en lo más alto entre el 21 y el 23, que es cuando empieza a decaer. Así pues, la Noche de San Juan es como el fin de los días largos y esas hogueras en la noche es como si pretendiéramos que siguieran durando el cénit del sol un poquito más, iluminando la noche.

¿Y a Ud. qué más le da saltar el fuego en la atávica noche de San Juan o en la que siga al Solsticio de Verano? La cuestión es disfrutar la noche y saltar o lo que sea el 21, el 22, el 23… o el que sea.

Por lo general, en estas fiestas -como en todas las fiestas paganas, cristianizada o no- los ritos ancestrales son de fuego, de agua y de plantas. En la Noche de San Juan los hacemos todos: los fuegos del gozo (hogueras para saltarlas o quemar en ellas lo viejo), las aguas mágicas (beberlas, bañarse, lavarse) y los ritos vegetales de recoger plantas y flores, hierbas y plantas medicinales o hacer enramadas.

El mar, en la noche de San Juan, tiene su aquél. Los golpes de ola en un baño de mar nocturno tienen (cuentan los cronicones) su impacto fertilizador en mujeres: siete (hay quien apunta a nueve) golpes de mar en el bajo vientre, cuenta, eran mano de santo para la preñez. Pero no hay que irse tan allá; contaba Julio Caro Baroja (el antropólogo y folclorista) estas y otras muchísimas prácticas, incluso alguna de belleza, que se consiguen con los ritos al comenzar la noche de San Juan.

En fin, que ustedes se lo pasen bien esta noche que es la Noche de San Juan. Yo por si acaso, al margen de lo que nos deparen los chicos de La Roja en su cierre mundialista, me he preparado una cajita de brevas de Albatera porque… “Verdes o maduras, por San Juan brevas seguras”.

Pero que no nos llueva: “Agua por San Juan quita aceite, vino y pan”. Aunque lo único cierto es que “Por San Juan los días empiezan a acortar”.

Y mañana ya quemaremos Les Fogueres de El Campo y La Cala.







[1] Comportamiento que imita o mantiene costumbres o formas de vida propias de otras épocas.
[2] Explicación complaciente -aunque chirriante- y nada científica.

22 jun 2014

DE “EL QUE LA SIGUE LA CONSIGUE”; DE JAUME CLIMENT SUCH


Le dicen JaumeLa Era”; es Jaume Climent Such (1933), benidormer de pro, del carrer Tomás Ortuño, “cuando el sol estaba todo el día en lo alto de la calle” (esto viene por los post anteriores). Jaume es tertuliano de “Los Cafés del Meliá” y… mantiene que el que la sigue, la consigue. Es la constancia personificada y oficia de auténtico Fill del Poble. Fue concejal del Ayuntamiento de Benidorm entre 1970 y 1977 y atesora grandes páginas de la historia local. Su aventura en el turismo local la comenzó en 1962 con el Hotel “La Era”.

Lo último que ha hecho es localizar unos antiguos documentos, en Callosa d’En Sarriá, que cuentan lo de la Isla de Benidorm y el tajo en el Puig Campana: lo del gigante del Norte, la Isla y la hendidura en esta nueva versión de un clásico local.

Y ya metido en materia ha buscado el lugar donde coincidiendo con el Solsticio de Verano el Sol se conjunta con el “tajo de Roldán”. Y lo ha encontrado.

Si para el Solsticio de Invierno la gente se da cita, al amanecer, en el Tossal de La Malladeta (La Vila Joiosa), ¿por qué no encontrar algo similar en Benidorm? Y lo ha conseguido: Este año, por tercera vez, Climent ha reunido a un grupo de  amigos en las tapias del Cementerio Nuevo de Benidorm para poder ver, en la tarde-noche del 21 de junio, como el sol se encuadra perfectamente en “el tajo del Roldán” o del Gigante del Norte, que lo mismo da.

21 de Junio. Solsticio de Verano. El Sol se oculta por el Tajo de Roldán
Foto: Ángel Rosique

El caso es que ya se ha convertido en espectacular rutina: cada 21 de junio se puede ver cómo el sol entra por el “tajo” del Puig Campana y se oculta. Ángel Rosique fue el primero en fotografiarlo.

Jaume Climent no paró hasta dar con el lugar desde donde podemos ver este espectáculo de la naturaleza. Y cada año son más los que allí acuden; a las tapias del cementerio nuevo pasadas las nueve de la noche… que esta vez fue a las 21’28 horas.

Enhorabuena Jaume, por encontrar el lugar.




21 jun 2014

DEL BARRIO CERO DE BENIDORM (y V)


Y como no hay quinto malo, sigo y termino con lo que yo llamo Barrio Cero de Benidorm porque no sé cómo llamarlo; que si Casco Antiguo, que si Casco Viejo, que si Casco Tradicional. Ni en eso nos ponemos de acuerdo.

Ya saben, esto viene por lo que pasó el viernes 13 (¡vaya fecla anglosajona!) por Los Cafés del Meliá...

Detalle de fachada en vivienda del Barrio Cero de Benidorm. Los Patronos de la Villa

Ya les he contado que el Barrio Cero que nos ocupa es el núcleo original habitado que fue el embrión del Benidorm que hoy conocemos. Fue, en sí, la ciudad y hasta bien entrado el siglo XX concitó todas las funciones: administrativa (aún en el Siglo XXI alberga sedes municipales), residencial (faltaría más), comercial (de esto tenemos que hablar), cultural (miedo me da hablar de esa función), urbana (concepto urbanista), turística (pa qué más) y de servicios (unos cuantos). Hasta que llegó el siglo XX combinó hasta conceptos de vida rural (inmediata) y dependencia de los trabajos del mar.

Sólo durante la segunda mitad del siglo XX el Barrio Cero de Benidorm ha ido abandonándose en sus funciones residencial y urbana. ¡Háganselo mirar!

El aspecto comercial ha salido muy perjudicado. Pasó del comercio al por menor en establecimientos familiares de tendencia permanente al comercio, también al por menor, de productos manufacturados -preferentemente no alimenticios-, en establecimientos que mantienen cierta tónica de inestabilidad, en función del momento. Los establecimientos de moda y calzado, de todos los espectros comerciales imaginables y posibles, tienen implantación periférica. La oferta de servicios complementarios de restauración, ocio y diversión genera importantes flujos y sectorializa, se quiera o no, el barrio.

La identidad residencial se ha resentido.  El despegue demográfico sostenido desde los años sesenta afectó al Barrio Cero; las corrientes migratorias propiciadas por el turismo supusieron modificaciones del natural proceso de las estructuras urbana y demográfica que cabía esperar. Así, en el quinquenio 1960-65 se incrementaron notablemente -como bien explicó en su estudio Gabino Martín-Serrano- las licencias de obras para reformas, ampliación, ¡¡¡cambio de uso!!! y distribución de las viviendas del Barrio Cero en base a que el Plan General del 56 fue tremendamente inconsecuente con el lugar atendiendo a una serie de condiciones que los propios del lugar, en los años setenta, desmadraron en cuanto a alturas y usos del suelo.

Echemos la vista atrás y recordemos, gracias a Pepe Bayona, cuando el Barrio Cero era el habitual suministrador de mercaderías al conjunto total de la población gracias a sus cordelerías, alpargaterías, carpinterías, zapateros remendones, venta de prensa y tebeos, tiendas de salazones y salmueras, barberías, carbonerías, carnicerías, fruterías, hornos y panaderías, tiendas de ultramarinos, pescaderías, herrerías, sastrerías, boticas, bodegas y tabernas; calles -contaba Bayona- en donde se alzaban voces que vendían tramussos, arrop i talladetes y aigua de llima i de cibà. Pero el abnegado Bayona insistía en que no existía ni una sola identidad local en cuanto a construcción o estilo; “se mantenía la tónica y las formas comarcanas condicionando la distribución de las viviendas la situación económica de sus propietarios”. Eso sí, el pavimento, contaba Bayona, solía ser de matacans[1] y el envigado de madera. Rosa María Llorca Pérez en su “Vivim a Benidorm” explica mucho más.

Hasta mediados de los sesenta el Barrio Cero albergó hasta el Juzgado de Paz, la centralita telefónica, la oficina de correos y telégrafos e incluso el mercadillo semanal.

Ahora mismo no ha perdido centralidad comercial, pero… En las calles del Barrio Cero de Benidorm podemos encontrar hasta 121 establecimientos de moda y complementos, 2 galerías de arte, 2 estancos, 6 establecimientos de alimentación, 4 perfumerías, 11 de artesanía y regalos, 2 hornos, 2 floristerías, 14 joyerías, 6 academias, 9 consultas médicas, 2 despachos de farmacia, 6 de juegos de azahar, 22 peluquerías, 99 bares y restaurantes, 18 hoteles y pensiones, 33 locales de ocio nocturno, 31 despachos profesionales, 4 agencias de cambio y 5 bancos.

Cartografía digital propia del Barrio Cero de Benidorm

Sin lugar a dudas el Barrio Cero de Benidorm forma parte, absolutamente integrado, del conjunto ciudad-producto que es Benidorm porque la marca optimiza su funcionamiento interno. El soporte de la actividad industrial de ocio de Benidorm es el conjunto de la ciudad aunque, por su disposición, el Barrio Cero soporta un peso descomunal.

Detalle de puerta en calle singular del
Barrio Cero de Benidorm
Las Ordenanzas Particulares de la Edificación y los Usos del Suelo Urbano (2001) reconocen que estamos ante “el caserío más antiguo y tradicional de Benidorm, con un trazado viario irregular y tortuoso” que conforma extrañas geometrías en manzanas de muy escaso fondo. La edificación original, explica -aunque yo mantengo que denuncia- es la vivienda urbana baja entre medianeras y alineada al vial en pequeña parcela que ha sido, en un porcentaje elevadísimo, alterada y sustituida por nuevas edificaciones de variadísima concepción de alturas y cubicajes con una fase de clarísima terciarización de usos. El principal problema detectado no es otro que el “relajo en el complimiento de las normas urbanísticas” (en un proceso entrópico cocido entre los propios del lugar) y graves deficiencias de circulación rodada y aparcamiento.

El Plan del 56 (con el que comenzaron las bondades de Benidorm) inició las maldades en el Barrio Cero: permitía construir sobre el 100% de la parcela y hasta 12 metros de altura. Para comenzar no estaba mal, pero llegaron las modificaciones de 1958, 1963 y 1974 -como ya denunció Mario Gaviria en su día y por escrito (Benidorm, ciudad nueva. 1977)- posibilitaron “cegar la luz” de las estrechas calles con alturas inapropiadas, gracias a tretas como aceras porticadas (para ganar en altura) y volúmenes pantalla de 12 m3/m2. Se rompieron las armonías; todos querían sacar la máxima rentabilidad a su mínima parcela y así llegamos a edificaciones inadaptadas a la anchura de las calles y excesos de altura.

En fin, sí que es muy duro que un pueblo pierda la memoria y también lo de que “antes, la calle era nuestra. Olvidar de dónde viene uno es muy malo; no reconocer los errores es peor. Resulta que antes, en aquél Benidorm que alguno/a echa de menos, la calle era una dependencia más de aquellos hogares; las calles eran soleadas porque la altura máxima de aquellas casas podía llegar a planta baja y 1 o 2 alturas (y la segunda era solo “el altillo”); muchas, contaba Bayona, tenían hasta porche, permitiendo la buena entrada de luz y radiación solar. Es más, la calle era lugar auxiliar de determinados trabajos y ocupaciones caseras.

En el Barrio Cero de Benidorm, desde 2001 están regulados tanto la parcela mínima (150 m2) como el lindero frontal (no menos de 10 m); incluso la altura máxima (excesiva, pero con lo que allí hay…) de 4 plantas (incluida la planta baja), etc. Se pretende la compatibilidad de usos; incluso el tema de balcones, marquesinas, impostas, rejas y cornisas… Pero sigue faltando un catálogo de tipologías urbanas, un concepto claro del papel del Barrio Cero en el conjunto de la ciudad y que hayan ganas de cumplir las Ordenanzas; todas. Incluso para proteger fachadas, por el resto lo han arreglado ya a su gusto.

Asín que… ¡Menos lobos caperucita!





PD. No hemos incluido en el concepto Barrio Cero de Benidorm nada al Norte del Paseo de la Carretera porque “mi” Barrio Cero se corresponde con la delimitación natural. El PGOU de 1956 señala que “por encima del Paseo de la Carretera la zona tendrá el epígrafe urbanístico de ‘Zona de Ensanche de Casco’”.






[1] Suelo aspillerado, loseta de barro cocido muy similar a la loseta catalana