29 ago 2021

A PROPÓSITO DE LO QUE DICEN… Y LA REALIDAD MANIFIESTA

  

La verdad es que me he sentido molesto.

Dicho esto, lo de la molestia, manifestarles que, a mí lo de Lucas -como lo de Ramón y otros; incluso colectivos como Cantabria no se vende-, me deja dormir. Imagino que lo mismo que esto que escribo yo a ellos; pero allá cada uno con su conciencia y al del rencor se la pique un pollo.

Molesto, insisto; me he sentido molesto. Es que son comparaciones que no vienen a cuento y solo están motivadas por el absoluto desconocimiento de una realidad que insisten en obviar.

Reflexiono: molesto está -como yo- el que siente molestias, siendo la molestia -en mi caso- el efecto de molestarme ante lo que leo, veo y oigo en la persona de quien desconoce la realidad. En fin: que se trata de la desazón originada por el un leve daño -que no ha sido físico, sino de incontinencia verbal en este caso-, por parte de un individuo o representación de un colectivo en su afán de salvaguardar lo suyo (como yo lo mío).

Insisto: no estoy ofendido. Porque, para estarlo, el ofensor debería haber querido ofender (y ofenderme) y no veo yo a ninguno a los que señalo en plan de intentarlo siquiera. Para ofender hay que, al menos, saber y pretenderlo. Insisto: no los veo yo en esa fase. Solo veo que exhiben su desdén intentando defender su quimera, dolidos como están porque la estulticia se abre paso a manotazos.

Es más, todos estos personajes deberían recordar -algunos son leídos e instruidos, también-, que ya en las cuitas de don Alonso Quijano es don Miguel quien nos dice muy a las claras que “las comparaciones son odiosas”. Y lo son porque en la génesis de la idea está el menospreciar[1]… y cada una de las partes -la que se cdefiende y a la que se ataca- tiene, indudablemente, sus propios valores. Eso no pueden obviarlo los que denuestan; ni yo tampoco.

Recalco (por justificarme): no creo que lo pretendieran; se dejan llevar, ofendidos que están (ellos sí), por su subconsciente. No encuentran otro argumento válido que confrontar lo suyo con una idea peregrina que han conformado y retroalimentado en su interior por puro desconocimiento de la realidad. Vale, entraron al trapo en planas de papel, reseñas de internet y Redes Sociales. Antes, como no se prodigaba el personal terreno en evidenciar sus carencias en estos altavoces, pues todos nos parecían normales en su simplicidad. Hasta yo mismo, por ponernos todos al mismo nivel. Ahora la cosa ha cambiado y cualquiera se siente en posición de proclamar sus vergüenzas a los cuatro vientos y través del medio que sea y pasa lo que pasa; siempre hay alguien dispuesto a escuchar, con lo que la necedad llega a sus más altas cotas. Y algunos van -hasta yo- y responden (respondemos), con lo que explosionamos la cuestión y saltan esquirlas que pueden herir a más. Lo mío, daños colaterales (que asumo)

Por ello, pensándolo bien, les ofrezco -aunque, ¿quién soy yo?- una salida airosa: no siempre es cierto que las comparaciones sean odiosas. Las comparaciones te dan que pensar y si le aplicas un DAFO a la cuestión, tiras la raya y… Y te das cuentas de lo que vales y de lo equivocado que está el comparador que lo comparara que, a la postre, mal comparador es.

Comparar es establecer -o no- semejanzas, características -cualidades- no privativas de nadie y habituales del común. En este caso, se trata de elementos que son intangibles en el concepto que va más allá de un verde prado verde, un mudo silencio y un aroma que no percibes pero que sabes que de “les vaques” solo pueden emanar esos olores y lo físico de esa moñiga[2]; no hay materia en el concepto, aunque sí sobre el terreno (en el caso del vacuno y su defecación).

Es que hablamos de sentimientos y emociones que surgen ante el verde del prado, el dorado de la arena de una playa, el gris de un cielo plomizo, el azul y la luz sin par del Mediterráneo, el impacto visual ante una solariega casona o una esbelta torre de apartamentos... las cosas que nos aguardan allá donde vamos. Y eso que no he señalado la redentora imagen de una buena cerveza en un bar.

Vale que lo nuestro como especie inteligente, por naturaleza -y por presunción-, es comparar y comparar. Y comparábamos tanto desde el principio de los tiempos que tirábamos cada uno por nuestro lado -como ahora: lo nuestro es lo bueno- por lo que fue necesario que nos pusiéramos de acuerdo en unificar -y aceptarlo- para que las comparaciones significaran algo y supiéramos de que hablábamos.

Por observación, nos dimos cuenta de la reiteración de fenómenos naturales; y de ellos obtuvimos un patrón físico arbitrario que hemos pasado a convertir en unidad. Así, comenzamos con el tiempo y luego nos implicamos en la longitud y la masa, que posteriormente complicamos con volúmenes y ángulos… y así, hasta con las personas y las cosas. Y digo complicamos porque los primeros patrones eran fácilmente mesurables, transportable y aplicables, representando una relativa uniformidad; utilizábamos la percepción, la sensibilidad muscular o visual y la combinación de elementos. Y luego nos fuimos buscando la perfección y, como dije, complicando.

Pero nos dimos cuenta enseguida, en el caso de género humano, de que cada individuo era -y es; en esto no hemos cambiado- un mundo. Y la imperfección de unos con otros (vaya, ya estoy comparando) exigía una uniformidad si queríamos avanzar como sociedad: porque trabajando lo mesurable habríamos de dar cartas de naturaleza. Y dimos, por dar, rango de ciencia a la Metrología y por ello encumbramos las Matemáticas, no sin dejar claro que la Geografía es la madre de todas las ciencias. ¡Cómo somos!

Y cada uno a lo suyo, todos nos organizamos y evolucionamos -aunque aún perdura el medir a palmos, media mano y dedos, obviando que cada uno tiene la mano que su genética le ha dado- hasta que a resultas de la Revolución Francesa los gabachos -que son muy suyos-, enardecidos por su éxito, dieron rienda suelta a sus ideas de cambiar el mundo y ordenarlo poniendo patrón a todo. Y nos dio por seguirlos. Es que lo de 1789, con el Terror[3] y todo, supuso un nuevo tiempo en la historia de la humanidad; un nuevo sistema de regir las relaciones humanas.

Pero el problema, para mí, es que lo pretendieron desde París, ciudad que -aquí levanto ampollas- tiene poco más de un paseíllo agradable (porque en cuanto dejas el culo en una silla ya es caro), pero no le busquen más; no lo tiene. Puestos en Francia, yo prefiero Lyon, donde se unen el Ródano con el Saona, y tomar una o más cervezas en My Beers o Les Fleurs du Malt. En fin, mi trocito cromañón del ADN que aflora cuando no debe.

Y claro, volviendo al tema, es que no a todos les gustó aquella nueva uniformidad que, sin querer ofender a los gabachos, ya los griegos practicaban y en el Tholos[4] de Atenas se verificaba. Del tamaño del dedo y del pie -desde el daktylos al pous- salieron muchas medidas… hasta la de la cantidad de tierra que un animal (o dos) podía arar y otras más hasta llegar a la moneda y a todo lo que se menea o imagina uno. Todo era y es comparable y mesurable desde incluso antes de Grecia.

Pero ¿lo son las emociones?; ¿son mesurables los sentimientos? Entramos ya en el campo de las fuentes de placer sensorial y… coloquen aquí la expresión de un hastío.

Las emociones son reacciones ante hechos y acciones; vamos, digo yo que son una interpretación subjetiva del entorno. No son sencillas; son complejas. Los recuerdos son emociones; las experiencias generan emociones; las vivencias engendran emociones. En la comunicación, plasmamos emociones.

Cada emoción tiene su función. Paul Ekman[5] ha demostrado la existencia, al menos, de seis emociones innatas: alegría, tristeza, miedo, asco, enfado y sorpresa. Se generan en el cerebro emocional que es más rudimentario, pero más rápido en su respuesta (siempre a una acción) que el cerebro racional que se ocupa de la reflexión ante lo sucedido. Yendo a la erudición, el cerebro emocional está integrado por el sistema límbico, donde están la amígdala y el hipocampo como centros generadores de las emociones. La primera como generadora de alarmas y procesadora de las emociones; el segundo, registrando y creando una memoria a corto y largo plazo. Ambos forman la memoria emocional (la carga emocional de las experiencias que se queda marcada en la mente); Sin ella no hay acceso a las emociones, ni se produce el aprendizaje emocional; ello incapacita al sujeto para la toma de decisiones. (Y ahí lo dejo).

Y las emociones nos motivan, nos guían, nos preparan para afrontar realidades. Hablamos de estados afectivos, de reacciones subjetivas… Y -amigos que menospreciáis esta realidad en la que vivo, sabed que- cada individuo experimenta una emoción de forma particular. Y si algo gusta, gusta; y si no gusta, disgusta.

Aquí llegados, planteo con solemnidad que las emociones no son mesurables. ¿O sí?

Marion A. Wenger[6] sostuvo que todos sabemos lo que es una emoción; y lo tenemos muy claro hasta que intentamos definirla. Entonces, la liamos. Y eso es lo que me han hecho, Juan Ramón, Ramón, Irene y otra larga caterva de individuos que se dejan llevar y eligen mal el patrón de comparación y el valor de la emoción.

Tal vez sea porque no hay patrón para comparar lo tuyo. Es que la emoción es un proceso psicológico que nos genera el entorno, nos sitúa en el mismo y nos lleva a defenderlo sin pensar en más. Puente de plata que les brindo.

Desde Darwin[7] planteamos que las emociones -y el cómo expresarlas- son cuestiones biológicamente innatas. Y lo que es innato resulta que pertenece a la naturaleza biológica del ser y no vamos a complicarnos con ellas porque unos las defendemos mejor que otros (Y vuelta la burra al trigo; que esto es comparar, Juan. Somos todos incorregibles.)

Aunque ahora llegan los del neuromarketing[8] y dicen que sí son cuantificables. Para ellos, las emociones son observables, medibles y registrables. Acabo de leer (y no anoté a quien) que “los humanos actuamos más guiados por nuestras emociones que por nuestro raciocinio[9]”… y -¡coño!- entiendo a todos estos puñeteros[10]. Si se lo hubieran pensado, seguro que no lo hubieran dicho. Pero es que nuestro cerebro construye el conocimiento a partir de la experiencia y los intereses; y en esto de los intereses… cada uno arrima el ascua a su sardina. Y mi ascua es Benidorm que, mira por donde, acaba de cumplir 65 años con su plan de ordenación municipal de 1956, tiene desde entonces protegido más de la mitad del pequeño término municipal, aún le queda suelo programado para edificar desde el mayor raciocinio, es sostenible a más no poder, gestiona eficazmente sus consumos y sigue consumiendo cielo en lugar de suelo.  

Yo no comparo; me refugio en la incomparabilidad manifiesta. Es que hay tantos Benidorm como uno desee encontrar; porque los hay. Solo que hay que venir a descubrirlos.



[1] Conceder menos valor o interés del que merecen o tienen

[2] Lo correcto es boñiga, con “b”, pero se acepta moñiga, con “m”, en el Diccionario del español actual, de Andrés, Seco y Ramos. Y lo he puesto así para provocar un poco más.

[3] Brutal represión por parte de los revolucionarios mediante el recurso al terrorismo de Estado entre septiembre de 1793 a la primavera de 1794, bajo la égida del Comité de Salvación Pública y conocida como Terror Rojo. Tuvo sus réplicas. La llamada Reacción termidoriana (iniciada a la caída de Robespierre -con él, Francia vivió una orgía de sangre- en julio de 1795 y que llegará hasta octubre) se conocerá como Terror Blanco… y hubo más.

[4] Situado en el Ágora de Atenas, era atendido por 50 buleutas representantes de los barrios atenienses. Su misión era albergar las medidas y pesos oficiales y cualquier ateniense podría ir a comprobarlos en cualquier momento del día. También era un sitio para guardar los tesoros y objetos del culto además de albergar las leyes de Atenas y derechos y obligaciones de los ciudadanos para que, en caso de disputa legal/judicial, etc, estén escritas y nadie pueda modificarlas a su antojo.

[5] Psicólogo pionero en el estudio de las emociones y su expresión facial. Ha sido considerado uno de los cien psicólogos más destacados del siglo XX.

[6] Psicólogo estadounidense especializado en psicofisiología. Trabajó para la Fuerza Aérea de los EE.UU. y en la conceptualización del papel del sistema nervioso autónomo en el comportamiento emocional. Fue profesor en UCLA

[7] Charles, para los conocidos. Naturalista inglés, reconocido por ser el científico más influyente de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural.

[8] Aplicación de técnicas pertenecientes a las neurociencias, en el ámbito de la mercadotecnia y que analiza los niveles de emoción, atención y memoria evocados por estímulos.

[9] Un rastreo en Internet me lleva hasta Inma Marín; pero no fue a ella. Interesante su página.

[10] Los que hacen la puñeta y causan molestias

15 ago 2021

MARCHANDO UNA DE DESASTRES

 

Del Barraco del Lobo al Monte Arruit. El mes de julio no nos va.


En el centenario, leo que fue un 4 de agosto de 1921 cuando el ministro de la Guerra, vizconde de Eza, nombró al general Juan Picasso González, tío abuelo del pintor Pablo Ruiz Picasso y en aquellos días representante militar español ante la Sociedad de Naciones, investigador principal sobre el Desastre de Annual[1]. Y no fue singular la cosa; por “Desastre de Annual” conocemos -en singular, como queriendo minimizarlo- una sucesión de desastres acaecidos a lo largo de diecinueve días -y cuatrocientas mil noches; que aún se recuerda, como Sabina en su canción- de aquel verano de 1921: desde el 22 de julio (Annual) hasta el 9 de agosto (Monte Arruit). Ni fueron los primeros desastres de aquella maldita Guerra del Rif, ni los últimos desastres. Ah, y entiendan por desastre el que cientos de jóvenes soldados de reemplazo y cupo españoles terminaran sus días asesinados en medio de un secarral.

Los desastres en el Rif nos vienen desde el reparto colonial africano de 1904 y la Conferencia de Algeciras de 1906. Veníamos de los desastres en las islas de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Marianas y Carolinas (1898) y Francia y Gran Bretaña regalaron las orejas del gobierno de Segismundo Moret y le animaron a dominar militarmente el norte de África, una franja entre Larache y las Chafarinas, con minas de hierro y donde 66 cabilas bereberes vivían en estructura tribal, como en la Edad Media, pero con fusiles franceses del siglo XX. Y a Alfonso XIII, “el Africano” le encantó la idea y bendijo la iniciativa Moret y nos metimos en más líos, oficiando de gendarmes del territorio, explotándolo colonialmente y pagando en sangre las desavenencias tribales, que era muchas y constantes, propias de la etnia y del lugar.

En julio de 1909, tras unas detenciones por una revuelta por la supuesta titularidad de las minas de hierro del Rif (que aquí se decía eran del Conde de Romanones)[2], el imán de turno predica la Guerra Santa y comienzan los asesinatos de españoles. El presidente Maura ordena llamar a filas a los reservistas -varones, cuyo trabajo representaban el único aporte económico de las familias obreras[3]- a comienzos del mes de julio y se montan los primeros líos en Madrid y en media España (protestas antibelicistas, que hoy llamaríamos), que en Barcelona se conocen como la Semana Trágica[4]. Con las tropas ya en África, en las estribaciones de El Gurugú, en el barranco del Lobo, el 27 de julio de 1909 son masacrados un millar de soldados españoles, en retirada hacia Melilla. Al saberse el desastre en la península y ser parte de los embarcados en Barcelona el 18 de julio anterior, la Ciudad Condal estalló aún más.

Como no hay mal que por peor no venga, este desastre decidió la creación de las tropas de Policía Indígena[5] y, en 1911, las tropas Regulares de África[6] para que, con oficiales españoles, los rifeños se mataran entre sí. Luego, en 1920 se creó La Legión.

Y creciditos que nos pusimos, en 1912 nos repartimos el Marruecos aquel con Francia… y fuimos sumando desastres. Y así, de desastre en desastre, nos llegamos hasta el verano de 1921 donde aquel ministro de la Guerra con el que abríamos este post se desentendió del desastre que nos ocupa. El Vizconde de Eza, desde el primer momento, negó responsabilidad personal alguna en lo que había pasado. Para él, no en balde llevábamos desde 1909 pegándonos tiros con los rifeños y no se habían atendido las demandas del Ejército de África.

Luis de Marichalar y Monreal, aristocrático agricultor castellano, pasa a la historia por su título nobiliario: Vizconde de Eza. Don Luis llegó a ese ministerio, tras haber sido alcalde de Madrid y breve ministro de Fomento. Y llegó a ministro de la Guerra, contaba Luis Carandell, porque Eduardo Dato -a la sazón presidente del Consejo de Ministros- estando un día, paseando por el Retiro, cavilando sobre a quién endosar el marronazo del Norte de África -que coleaba, insisto, desde 1904- da con el nombre y el hombre. Acompañado en sus cavilaciones don Eduardo con un confidente. periodista sevillano, conocedor este de sus cuitas y pesares y ante una gachí de tronío que se cruzaron, le endilgó un “haga usté ministro a ‘eza’”. Y ¡zas!, me hicieron ministro al Vizconde de Eza. Cuando encargó el informe a Picasso ya estaba como presidente del consejo de Ministro el breve Manuel Allendesalazar, que tránsito hasta Miguel Maura.

El vizconde, abuelo de Jaime de Marichalar, también arrimó plumilla y escribió varios libros; aunque digo yo, sin haberlos jipiado, que vistos los títulos… “El enigma ruso y el ocaso del socialismo”, de 1930, o “Crítica del proyecto de impuesto sobre la renta”, de 1927… ¡carrerón del Vizconde!

El caso es que Picasso, el general, una vez ocurrido el desastre de desastres, montó su equipo de investigación[7] y comenzó a investigar, pie a tierra en Melilla. Hasta 79 testimonios recogió; le fueron suficientes.

Las coplillas populares le advertían: “Si Picasso alto pica, marrará”… y Picasso fue directo a compañero de generalato Fernández Silvestre[8]… y marró.

Manuel Fernández Silvestre había ganado sus galones en Cuba y tenía regios padrinos. Le dijeron a Picasso, por Real Orden, que la investigación debía centrarse en pocos jefes, varios oficiales y mucha tropa para averiguar por qué habían hecho picadillo a los soldados, humillado la institución y conseguido gran cantidad de armamento, que seguían utilizando contra España. Picasso advirtió por carta de que sin hablar con el principal jefe era difícil concretar responsabilidades… Y siguió investigando. No he leído los dos mil y pico folios del expediente (que se conserva, con su historia detrás), pero les avanzo que fue, principalmente, por desmoralización atizada por poco y obsoleto armamento, peor rancho y equipamiento; y porque las tropas rifeñas enroladas se pasaron al enemigo y les dejaban vendidos. Y la desmoralización era por el miedo: a los prisioneros los abrían vivos en canal, les cortaban los genitales o los quemaban, dejando siempre alguien que volviera para contarlo. El miedo como arma, funciona.

En enero de 1922, tras nueves meses recabando información, regresó la Comisión Picasso a Madrid y el 18 de abril entregaba el general el expediente que lleva su nombre al Consejo Supremo de Guerra y Marina.



El fiscal militar detecta de inmediato indicios de responsabilidades penales: el informe imputaba a las claras a 37 militares. El 6 de julio, el propio Consejo amplió la imputación a 39 militares más; entre ellos al propio general Dámaso Berenguer[9], que como era senador hubo de pedirse suplicatorio al canto. Un detallito: como el general Fernández Silvestre había muerto en el Monte Arruit -¿se suicidó ante el desastre o le alcanzaron los moros en la posición?-, todos le echaron la culpa, sin más, y querían darle carpetazo al tema. Pero la opinión pública que estaba muy quemada por desastres seguía pidiendo responsabilidades mientras los combates continuaban y continuaron en suelo africano haciendo más fuertes a militares que serían protagonistas a posteriori: Sanjurjo, Cabanellas, Despujol, Millán Astray, Queipo de Llano y Franco; que los africanistas salieron de este conflicto y luego pasó lo que pasó.

Se dice que los bomberos, entre sí, no se pisan la manguera; pues los militares en Madrid, ajenos a la contienda, tampoco. Pasaron el Expediente Picasso a las Cortes -¡craso error!- que creó la ‘Comisión de los 19’. Y en los debates salió a relucir lo de las 14.000 víctimas que había costado el desastre; la mitad de ellas, prisioneros capturados por los rifeños, asesinados tras los combates. Una cosa es que maten a un hijo en combate y otra es que lo despanzurren desarmado después. La cosa se iba liando más y más conforme llegaban detalles de lo sucedido. Encima, la oficialidad, que había caído prisionera, comenzó a ser repatriada gracias a las gestiones de Horacio Echevarrieta[10], un personaje sin paragón de la primera mitad del XX, y llegaban sanos y salvos a la península.

El que la carne de cañón la pusieran los segmentos más desfavorecidos del panorama español -jornaleros del campo y de las fábricas- dio alas a la minoría socialista de Indalecio Prieto[11] para entrar a saco, sacar rédito en comisiones parlamentarias y ríos de tinta impresa en periódicos con el único objetivo de responsabilizar al rey Alfonso XIII. Prieto, periodista, había viajado por Marruecos y desde las páginas de El Liberal ponía blanco sobre negro lo malo y lo peor de aquellos días.

De cara al verano de 1923, intentando que no se enquistara la cosa se decidió dar un arreón final y carpetazo al Expediente Picasso. El 10 de junio de 1923 se creó una comisión con 21 miembros que en 21 días -la ‘Comisión de los 21’- debían emitir una resolución… y en ello se nos fue el verano; que Madrid en verano, Baden-Baden. Y llegó septiembre con un enconamiento de narices que alcanzaba muchos ámbitos políticos y de la sociedad. Tal es así que nacionalistas radicales de Cataluña, Euskadi y Galicia se montaron la llamada Triple Alianza[12], con acuerdo firmado en Barcelona el 11 de septiembre de 1923; pensaban sumar a ella la República del Riff, de Abd el-Krim.

Pero, sabiendo esto y más -mucho más de lo enconada que estaba la cosa, pues la proclama de la Triple Alianza termina diciendo en su acta fundacional lo de “unir las fuerzas en la lucha y, si es necesario, mezclar la sangre en el sacrificio”-, el 13 de septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera[13], da un golpe de Estado, disuelve las cortes y proclama una dictadura, con el visto bueno del rey.

Y en el Rif siguieron los combates que poco a poco íbamos ganando a costa de más bajas hasta que aliándonos con Francia, que tenía más intereses por allí, se puso fin a la Guerra del Rif. Había durado -oficialmente- 16 años (1911-1927), aunque los muertos se cuentan desde 1907. Aquí ya daríamos cuenta del Desembarco de Alhucemas (1925; el primer desembarco aeronaval de la historia; porque ya habíamos desembarcado con éxito en Larache, en 1911, haciendo historia). Y a partir de ahí la guerra ya le fue mal a Abd el-Krim[14] que se rindió a los franceses el 26 de mayo de 1926; lo mandaron a la Isla Reunión, próxima a Madagascar, y un viaje raro-raro de esos se les escapó en Port Said y el Rey Faruq lo asiló en Egipto. No quiso volver al Marruecos independiente (1956) de Mohammed V (abuelo del de hoy); y en El Cairo que terminó sus días.

Pero volvamos al Expediente Picasso que nos quedamos en lo de depuración de responsabilidades y el golpe de Primo de Rivera. Pues nada, en agua de borrajas que quedó la cosa. El dictador dictó que pasaran página y así se acabó la depuración de responsabilidades y muchas cosas más. Se dijo que toda la documentación de Annual había sido incautada cuando el golpe; para bien o para mal. Primo de Rivera no movió ficha y eso que entre los muertos en Monte Arruit estaba el teniente coronel Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, su hermano, jefe accidental que fue del Regimiento de Cazadores de Alcántara, Número 14 de Caballería que tratando de proteger aquella retirada. La unidad fue propuesta para la Cruz Laureada de San Fernando, la más preciada condecoración militar española, en 1929 y nadie movió un dedo hasta 91 años después cuando el rey Juan Carlos I, entregó el reconocimiento el primero de octubre de 2013.

Que me voy del tema, que es el Informe Picasso; informe que dejó la vía civil y política y regresó al seno militar en octubre de 1923. Se acordaron responsabilidades y por ello, el general Felipe Navarro, segundo jefe de la Comandancia de Melilla, y el propio general Dámaso Berenguer, fueron imputados. Se calificaba, en el Expediente Picasso, de negligente la actuación de los generales Berenguer (Alto Comisario) y Navarro; y se consideraba temeraria la del general Silvestre (al que se quiso dejar fuera en 1921). En el Consejo de Guerra, Navarro fue absuelto y a Berenguer se le separó del servicio pasando a la Reserva; a Silvestre ni se le mencionó. Una amnistía general sobre el Desastre de Annual lo dejó todo como estaba y Berenguer llegó a Jefe de la Casa del Rey.

Y a partir de ahí, Alfonso XIII entró en barrena. Aquella actuación de salvar la cara al Ejército, aún con guerra ganada (1927), no podía con la losa del Desastre -desastres- de Annual. José Ortega y Gasset[15], en el diario El Sol (15-11-1930), escribió ‘El error Berenguer, concluyendo con un “¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo! Delenda est Monarchia”… Y pitoniso que era, en nada estaba saliendo Alfonso por Cartagena.



Cuando la proclamación de la II República, el que había sido diputado liberal en las sesiones del año 1922 Bernardo Mateo Sagasta y Echevarría, entregó a las nuevas Cortes el Expediente Picasso que él había sacado en secreto del edificio de la Carrera de San Jerónimo y guardado en la Escuela de Ingenieros Agrónomos, de la que era director. Las nuevas cortes republicanas abrieron el expediente, lo tramitaron y hasta juzgaron y condenaron al rey Alfonso XIII ‘in absentia’; el dolor de Annual perduró mucho tiempo.

Aún me alcanza a mí porque no fue un desastre; fue una concatenación de desastres y cada uno peor que el otro.

Y eso que había querido escribir, hoy domingo, de la carga de la caballería del Alcántara….

 

 

 

 



[1] El desastre de Annual fue una grave derrota militar española en la guerra del Rif. Una concatenación de desastres entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de la localidad marroquí de Annual, situada entre Melilla y la bahía de Alhucemas.

[2] En realidad, el conde de Romanones era el séptimo mayor accionista de la compañía, con la tercera parte de las acciones que poseían los Gandarias o el Conde de Zubiría, por no citar al Marqués de Comillas

[3] Ante la presión popular se acordó otorgar una pensión de 50 céntimos diarios a esposas e hijos huérfanos de madre de los reservistas movilizados

[4] Las revueltas comenzaron el 18 de julio, aunque del 26 de julio al 2 de agosto son las fechas más graves por las huelgas obreras y los disturbios: armerías asaltadas, lugares de culto incendiados, saqueo y pillaje transformando en anticlerical una protesta antibelicista. El desastre del barranco del Lobo desató más violencia que sólo la llegada de tropas de Zaragoza y Valencia contribuyeron a apaciguar. El día 2 los obreros volvieron al tajo.

[5] Reclutadas en 1911 como unidades indígenas pagadas con los presupuestos del Protectorado para garantizar el orden en los territorios ocupados y realizar también tareas de información, aunque impropiamente fueron a veces utilizadas en combate. Su actuación fue a menudo controvertida y sus mandos españoles. También se reclutó a Tropas indígenas Irregulares para alguna operación concreta o por cortas temporadas, siendo licenciados al terminar. Los mandos eran indígenas, pero iban acompañados de oficiales españoles en misiones de instrucción o como asesores. Fueron las Harkas, Gums y otras menos utilizadas. En este grupo encontraríamos a los Tiradores del Riff, las tropas jalifianas o la Mehal.la.

[6] Por Real Orden de 30 de junio de 1911 se crea el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla num. 1, que conservó su nombre hasta 1916 en el que pasó a nominarse de Tetuán. Al mando, el teniente-coronel Dámaso Berenguer y Fusté con el compromiso de completar hasta cuatro compañías de fusiles y un Escuadrón de Caballería. Entre 1922 y 1924 cambiaron su composición los Grupos de Regulares formando tres Tabores de Infantería (a tres compañías de fusiles, una de ametralladoras y una sección de granaderos y explosivos) y otro Tabor de Caballería (con tres Escuadrones de sables y uno de máquinas automáticas). El primer encuadrado en los Regulares fue el veterinario tercero José Huguet.

[7] con su ayudante de campo, el teniente coronel de Estado Mayor Vicente Calero, el auditor de brigada Juan Martínez de la Vega y el oficial primero de Oficinas Militares Vicente Collado

[8] Comandante general de Ceuta (1919-1920) y de Melilla (1920-1921), en el transcurso de la guerra del Rif, y principal responsable, como comandante en jefe del ejército español, del desastre de Annual

[9] Hijo de un callosino de Callosa d'En Sarrià y nacido en Cuba, el 1er conde de Xauen fue un militar y político español, presidió el penúltimo gobierno de la monarquía de Alfonso XIII, la Dictablanda que continuó la dictadura de Primo de Rivera. A finales de enero de 1919, fue nombrado alto comisario de España en Marruecos, y desde ese puesto diseñó un ambicioso plan tendente a la pacificación definitiva del territorio del protectorado. Obtuvo algunos éxitos iniciales, como la toma de Xauen en octubre de 1920, por el cual el rey Alfonso XIII le concedería en 1929 el título de conde de Xauen. Sin embargo, toda la operación comandada por Berenguer se vino abajo con el desastre de Annual (1921). Había sido nombrado senador vitalicio el tres de enero de 1921, seis meses antes de los hechos.

[10] Empresario, industrial y político español, triunfó en los negocios de explotación minera, inmobiliario, construcción naval y de armamento, medios de comunicación (fundó el periódico El Liberal y participó en Unión Radio, la actual SER), aviación (Iberia) o el sector eléctrico con empresas como Saltos del Duero (que luego sería Iberdrola). Hombre serio y de palabra, se encargó con éxito de la negociación para la liberación de los prisioneros españoles en Marruecos tras el llamado desastre de Annual, con lo cual adquirió un gran prestigio. Sus ideas republicanas no fueron obstáculo para mantener una amistad personal con el rey Alfonso XIII, aunque rechazó el título de Marqués del Rescate que este le ofreció como agradecimiento por sus labores negociadoras en África.

[11] Ovetense de origen humilde, muy pronto se fue a vivir a Bilbao en cuya Agrupación Socialista ingresó en 1899. Inició su vida laboral como taquígrafo en el diario La Voz de Vizcaya. Ya convertido en periodista, empieza a trabajar como redactor del diario El Liberal, del que con el tiempo llegaría a ser director y propietario, y que sería el altavoz de sus opiniones políticas. Muy crítico con la actuación del Gobierno y del Ejército en la guerra de Marruecos, tuvo frases muy duras en las Cortes con motivo del denominado desastre de Annual de 1921, así como sobre la más que probable, aunque no probada, responsabilidad de Alfonso XIII en la imprudente actuación militar del general Manuel Fernández Silvestre en las operaciones de la zona de la comandancia de Melilla. Opuesto a la facción liderada por Francisco Largo Caballero favorable a la colaboración del partido con la dictadura de Primo de Rivera,5 mantuvo agrios enfrentamientos con Largo, lo que le llevó a apartarse de la dirección del partido. En este sentido, Prieto representó una posición intermedia entre la moderación de Julián Besteiro y el radicalismo sindical de Largo Caballero. Proclamada la Segunda República el 14 de abril de 1931, Prieto fue puesto al frente del Ministerio de Hacienda del Gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora.

[12] Triple Alianza fue el pacto que dio sentido a Galeusca (GALicia-EUSkadi-CAtaluña). Firmado en la sede del Centre Autonomista de Dependents del Comerç i de la Indústria (CADCI) el 11 de septiembre de 1923 por representantes de varias asociaciones y partidos: por Cataluña, de Estat Català Francesc Macià, de Unió Catalanista Josep Riera y Pere Manen, y de Acció Catalana Jaume Bofill y Antoni Rovira i Virgili; por Galicia, de las Irmandades da Fala Alfredo Somoza y Federico Zamora y de la Irmandade Nazonalista Galega Vicente Risco; por el País Vasco, Elias Gallastegi Gudari, José Domingo Arana, Manuel Eguileor y Telesforo Uribe-Etxebarría, del Partido Nacionalista Vasco (sector Aberri). Más tarde se unieron Julien Arrien y Jesús María de Leizaola, de Comunión Nacionalista Vasca. En el documento se reclamaba la plena soberanía política para las tres regiones de las que procedían, definidas como naciones y se proponía la creación de un consejo conjunto para unir fuerzas. Y otros puntos más beligerantes.

[13] (1870-1930). Militar español que gobernó como dictador entre 1923 y 1930. Desarrolló la mayor parte de su carrera militar en destinos coloniales, como Marruecos, Cuba y Filipinas. Marqués de la Estella, Grande de España, Primo de Rivera consiguió encauzar el problema de Marruecos gracias a la operación del desembarco de Alhucemas de 1925. En 1927 fundó la Asamblea Nacional Consultiva, considerada la primera cámara de carácter corporativista en Europa durante el período de entreguerras, que llegaría a elaborar un anteproyecto de constitución de carácter antiliberal y autoritario. Crecientemente impopular, dimitió el 28 de enero de 1930 tras perder el favor del monarca y del Ejército y se trasladó a París, donde falleció poco más tarde.

[14] Muhammad Ibn 'Abd el-Karim El-Jattabi (1882-1963); fundador y primer Presidente de la República Confederal de las Tribus del Rif. Encabezó la resistencia contra las administraciones coloniales de España y Francia durante la denominada Guerra del Rif. Cursó Bachillerato español en Tetuán y Melilla, marchando a Fez a estudiar derecho islámico mientras que su hermano estudiaba ingeniería de minas en Málaga y Madrid. Pasó un tiempo en la Universidad de Salamanca. Sirvió a la administración colonial española como traductor de árabe en la Oficina Central de Tropas y Asuntos Indígenas en Melilla; escribía en árabe en el periódico El Telegrama del Rif.

[15] (1893-1955) Filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica, está situado en el movimiento del novecentismo. Muy vinculado al periodismo. Su abuelo materno, Eduardo Gasset y Artime, había fundado el periódico El Imparcial; y ahí comenzó él a escribir. Fue el primer director del semanario España, en 1915, y colaborador del diario El Sol desde su fundación en 1917. En 1923 funda la Revista de Occidente, siendo su director hasta 1936. Doctor en Filosofía por la Universidad de Madrid (1904), entre 1905 y 1907 realizó estudios en Alemania donde se vio influido por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp, entre otros. De regreso a España es nombrado profesor numerario de psicología, lógica y ética de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid (1909), y en octubre de 1910 gana por oposición la cátedra de metafísica de la Universidad Central, vacante tras el fallecimiento de Nicolás Salmerón. Durante la II República es elegido diputado por la provincia de León con la Agrupación al Servicio de la República. Permaneció en el escaño durante un año, tras criticar públicamente el curso que la República tomaba en su célebre discurso conocido como «Rectificación de la República» de diciembre de 1931. En julio de 1936 y a pesar de su grave enfermedad, huyó de España (lo que consiguió gracias a la protección de su hermano Eduardo, persona de valimiento cerca de diversos grupos políticos de izquierda) y se exilió; primero en París, luego en los Países Bajos y Buenos Aires, hasta que en 1942 fijó su residencia en Lisboa. Regresó a España en 1945 y residió (salvo viajes al extranjero, especialmente a Alemania) en Madrid. Habiéndosele impedido recuperar su cátedra (aunque al parecer consiguió cobrar sus sueldos atrasados), optó por fundar un «Instituto de Humanidades» donde impartía sus lecciones. Durante estos años, y hasta su muerte en 1955, fue fuera de España —sobre todo en Alemania—, donde recibió el crédito y las oportunidades de expresión que correspondían a su prestigio.

11 ago 2021

DEL ÉXITO DE UNA OPERACIÓN ULTRASECRETA DE TRANSPORTE MILITAR… A LA REALIDAD DEL CHARTER TURÍSTICO

 

 

El Daily Maill subió el otro día un breve artículo, casi en plan línea del tiempo, sobre el ‘invento del Turismo’ -cuyo comienzo es para ellos Victoriano- que olvida el milenario Camino de Santiago que (como sostenía Pedro, don Pedro Zaragoza) es el primer movimiento turístico; nadie lo dude.

Pero no vamos a pelearnos en una batalla perdida por algo que ya le han dado carta de naturaleza mundial: el turismo lo inventan los british con el Grand Tour y lo populariza, al paquetizar los viajes, Thomas Cook[1]. Y toda la historia está plagada de referencias a británicos y a las islas británicas como epicentro mundial del fenómeno.

En su brevísimo repaso, Tom Isacke, se me deja muchos nombres fuera y detalles de lado; pero es lógico, pasa tan rápido sobre todo que, aunque me arranca en 1841, se le queda en el tintero la clave. Tanto, tanto, quiere resumir Isacke que no hila un detalle que considero es crucial. Sí, vale que, Vladimir Raitz[2], un emigrado ruso, es un eje pivotante al crear Horizon Holidays en 1950 con vuelos de Gatwick a Córcega en Douglas DC-3: 6 horas en lugar de las tradicionales 48 horas largas de tren y barco. Pero hay otras más; y entre ellos el que le llevó a Córcega por primera vez. Y de Córcega, un saltito más hasta Cerdeña; y luego un viraje hasta la Costa Brava y un saltito a Mallorca; y la llegada a Alicante (aeropuerto)/Benidorm; y hasta un poco más allá que estaba Gibraltar, Málaga y la Costa del Sol.

Vale todo ello, pero la clave de bóveda -apunto-, estuvo en el operativo que dio carta de naturaleza a todo esto de los viajes en avión para el turismo; a los combinados.

Me estoy refiriendo al sistema de Servicios de Correos del Ministerio Británico de Defensa hacia Woomera. Fue un operativo aéreo secreto que englobaba los vuelos de transporte de personal del gobierno británico (y sus familias) -que incluían carga operativa clasificada- entre el Reino Unido y Singapur y el entonces ultrasecreto RAAF Woomera Test Rocket Range, (Área Prohibida de Woomera) en Australia Meridional/South Australia, que estuvo operativo hasta 1976, pero que vamos a centrar en sus inicios, que doctoraron a los que luego desarrollaron el sistema de viajes.

Los pasajeros (científicos y militares, con sus familias) llegaban hasta Woomera Village[3], a modo de resort. Aquellos contratados por Defensa trabajan en el desarrollo de los misiles y sus familias disfrutaban del rico sol del desierto australiano en un lugar de vacaciones. La aventura comenzó en 1947 en un atípico resort que componían una base militar ‘secreta’ y de alta seguridad, un aeródromo y un núcleo habitado de nuevo diseño -Woomera Village- que llegaría a albergar en los primeros años a 7.000 científicos, aviadores y militares australianos y británicos con sus familias. Al final, desde la RAAF Woomera Test Rocket Range los habitantes itinerantes esporádicos de Woomera consiguieron un misil de 1.400 millas de alcance y dentro de ese gran campo de acción que era la base estaban también operaron los territorios zonales de Maralinga y Emu Field, donde los británicos hicieron varias de sus pruebas nucleares[4].

Bueno, el caso es que para operar un servicio de mensajería militar regular entre Gran Bretaña y Woomera comenzaron desde el MoD de Whitehall utilizando transportes de la RAF, pero a medida que aumentaron las actividades en Woomera y Maralinga, el MoD británico recurrió a aerolíneas chárter británicas. Parece, el programa era secreto, que los primeros fueron Freddie Laker's Air Charter Ltd. de Londres; y a ella la siguieron Dan-Air, Skyways, Britavia, Eagle Aviation Ltd., etc.

No era cómodo el viaje; planteo yo. Eran 2 etapas: Heathrow a Estambul (5 h 30 min), repostaje, Estambul-Bombay (7 h 30 min), repostaje, Bombay-Singapur (9 h 30 min) y noche en Singapur. Al día siguiente Singapur-Darwin (6 h 30 min), repostaje y un último saltito entre Darwin y Adelaide (5 h 00 min) y de allí a Woomera Village que por ser un lugar secreto no figuraba el trayecto.

Aquí llegados meto en el post a un joven Harold Bamberg bregado como piloto en la IIGM que al final de esta opta (1948) por volver a los cielos para transportar fruta desde Italia y España al mercado de Covent Garden, con dos aviones. El incidente del marco[5] en Berlín y el bloqueo soviético le pilla negociando la adquisición de la aerolínea Air Freight Ltd. que suma tres aviones más. Y con los cinco que opera consigue ser uno de los puntales del Berliner Luftbrücke[6]. Al final de 1949 operaba Bamberg once aviones que lo mismo transportaban tropas a Singapur que, cuando el sol del verano estaba en todo lo alto, llevaban turistas de vacaciones a las islas de Córcega y Cerdeña. Ahí comenzó todo.

En 1952 Bamberg se alió con Bristish European Airways (BEA) para en 1953 distinguir dos líneas de negocio: la de contratos con el gobierno para transportes del Ministerio de Defensa (Eagle Aviation) y la de chárters para turismo (Eagle Airways) allí donde la estatal BEA era incapaz de ofertar.


Y Bamberg fue creciendo y se sintió ya a nivel de negociar con el Ministerio de Aviación un permiso -en 1954- para operar un programa, al principio limitado, de un servicio que llamó ‘viaje inclusivo’ (paquete turístico, viaje combinado por agregación de productos) a base de tarifas bajas que unían transporte aéreo y alojamiento en hotel de vacaciones a un coste sustancialmente inferior al que supondría adquirir cada servicio si se hacía por separado. Este nuevo concepto permitió a Eagle Airways eludir las restricciones regulatorias que impedían a las aerolíneas privadas competir con las estatales BOAC[7] y BEA[8], con la que estaba asociado, recordemos, para algunos servicios. Bamberg ya planteó aquello de que un avión en tierra es perder dinero y volando lo gana.

Estaba Bamberg tan crecido -y le iba tan bien- que cuando los directivos de Thomas Cook & Son rechazaron la oferta que les hacía para convertirlo en el operador turístico de la aerolínea se fue a la competencia y adquirió la cadena competidora creada por Henry Lunn[9] -Sir Henry Lunn Ltd.- y así Eagle Airways pasó a ser líder del grupo de los llamados de viajes integrados. Y más crecido, Bamberg compró Polytechnic Touring Association la agencia de viajes de la Regent Street Polytechnic (hoy Universidad de Westminster) nacida hacia 1886 para organizar vacaciones en el Reino Unido -y en el extranjero- de estudiantes y profesores. De la unión de todo esto y sobre la base del primigenio competidor de Cook, Bamberg conformó Lunn Poly -la mayor cadena de agencias de viaje del Reino Unido- en 1962 y por muchos años[10].

En este proceso Bamberg tuvo algún altibajo financiero; esto permitió a la Cunard Steamship Company a conseguir una participación mayoritaria en la compañía, que cambio el nombre a Cunard Eagle Airways; pero Bamberg recuperó el control financiero en febrero de 1963 y reposicionó British Eagle Airways.

Pero esto duró sólo cinco años más. En 1968, una serie de problemas comerciales y financieros provocaron que British Eagle Airways, que en noviembre de aquel año tenía 2.300 empleados, se viera obligado a cesar sus operaciones el día 6. Aquello fue un palo del nivel del as de bastos. La crisis económica que vivió el Reino Unido y el final del contrato hacia la base australiana de Woomera echaron el cierre al sueño de Bamberg.

Por si hay por ahí alguien que ni lo recuerde -ni lo haya estudiado-, el mayo del 68 no solo fue francés. En mayo de 1968, el Reino Unido pasaba por una situación terrible a consecuencia de la crisis monetaria internacional, la devaluación de la libra[11], la tensión en Checoslovaquia, el movimiento estudiantil desatado, la ley de inmigración y las repatriaciones por la crisis de África del Este y el temor a una huelga general de los mineros del carbón; la libra agonizaba y amenazó con colapsar el sistema. Harold Wilson y sus responsables de Economía pusieron sobre la mesa el Mad Plan (Plan Loco) y la Operación Brutus. Se anunció la prohibición de los viajes de los británicos al extranjero a pesar de que casi ninguno estaba en condiciones de poder hacerlo. Incluso Londres fue escenario de una conspiración para derrocar, mediante un golpe de Estado[12] (sí, ha leído bien), al Gobierno de Harold Wilson… y va Massiel y gana Eurovisión, en Londres, con el “La, la, la”. Si es que…

Mejor le fue a Wladimir Raitz, que fue uno de los primeros clientes de Eagle Aviation Ltd. para disfrutar unas vacaciones en Córcega, en 1949. Vio Raitz que la idea de Bamberg era buena, pero manifiestamente mejorable; Bamberg estaba más por el contrato de los militares llevando tropas a Singapur y familias de científicos a Woomera. Animado por Nicholas Steinheid y con Lenny Koven como socio, se embarcó en una aventura que ofrecía dos semanas de vacaciones en Córcega por menos de 35 libras esterlinas[13]. Y fundó Horizon Holidays el 12 de octubre de 1949. Con un avión de 11 pasajeros comenzó a operar vuelos con Córcega (1950), Mallorca (1952) y Costa Brava (1954) hasta convertir Horizon en un referente.

Raitz dejó Horizon en 1972 después de que la Court Line (que operaba aviones desde 1957 y se metió en el lío de los viajes inclusivos, porque había negocio) se hiciera cargo de la compañía tras haber asumido a otra de las grandes, Clarksons (fundada por Tom Gullick en 1959). Raitz se convirtió en consultor de viajes. Court Line entró en liquidación en agosto de 1974 a consecuencia de otra crisis económica[14] y las secuelas de la Crisis del Petróleo.

Podíamos seguir con Global y Cosmos… que lo mismo me da para otro Post…; podríamos haber entrado en la guerra de campamentos de verano -y cupones (savings stamps) para ir pagando las vacaciones durante todo el año con ciertas compras- entre Butlin’s[15] y Pontin’s[16], que ya han tenido su post en este Blog (en la historia del All Inclusive), pero -por favor les pido que- por nada del mundo me olviden Woomera, plis, en esto del Turismo; lo inició todo. Y todo esto por el éxito de una operación de transporte de personas a una base militar ultrasecreta…

No me digan que la intrahistoria del turismo no es interesante.

 

 

 

 



[1] Thomas Cook (22 de noviembre de 1808 - 18 de julio de 1892) pionero de la industria de viajes y el fundador de la agencia de viajes que llevó su nombre por más de 150 años. Nació en el pueblo de Melbourne en Derbyshire y dejó la escuela alrededor de los 10 años, desarrollando varios trabajos antes de convertirse en misionero bautista en 1828. Emprendedor, cuando en 1841 se iba a celebrar una reunión religiosa en Loughborough, Cook organizó con Midland Railway un tren, ida y vuelta desde Leicester, cobrando a los pasajeros un chelín sólo por el viaje de regreso. Se considera que fue el primer viaje en tren de excursión pública en Inglaterra. Animado, Cook comenzó a organizar excursiones de ocio a comisión por la venta de billetes de tren. En 1844, la Midland Counties Railway Company firmó su primer contrato en exclusiva como vendedor. En 1856, Cook ofrecía giras ferroviarias por Europa y en la década de 1860 organizó grupos a Suiza, Italia y Egipto; incluso a los Estados Unidos. En 1972, con su hijo John, adquirió un local comercial en Fleet Street, Londres, y comenzaron a operar como Thomas Cook & Son. La empresa se convirtió en un agente de viajes -nacionales e internacionales, y comenzó a ofrecer servicios extras como guías, equipaje y calzado. Al poco, introdujo el “cupón de hotel”, que los mismo servía para una comida en un restaurante o para pasar la noche en un hotel, siempre que el viajero estuviera inscrito en la Lista de Cook. Se jubiló en 1879, dejando a su hijo y nietos el negocio. Vivió una vida tranquila en Leicestershire hasta su muerte en 1892.

[2] Vladimir Raitz (23 de mayo de 1922 - 31 de agosto de 2010), fue un judío moscovita cuya familia -y él, siendo un bebé- salió por piernas de Rusia huyendo de los comunistas y se fue hasta Berlín; y desde allí a Londres huyendo de los nazis. Fue el fundador, con Lenny Koven, de Horizon Holidays una de las primeras empresas en ofrecer vacaciones con todo incluido. Formado en el London School of Economics comenzó como traductor para una agencia de noticias durante la Segunda Guerra Mundial. En 1949, durante sus vacaciones en Córcega, concibe la idea de lo que se convertiría en Horizon. Al año siguiente, con el dinero de la herencia de su abuela, Vladimir pudo fletar un Dakota DC3 excedente del gobierno para transportar 11 pasajeros a Córcega. A partir de aquí, la compañía continuaría transportando clientes a Málaga, Mallorca y la Costa Brava, convirtiéndose, con el tiempo, en uno de los operadores turísticos más grandes del Reino Unido. En los años sesenta, la industria turística había experimentado un crecimiento sin paragón y se llegaron a vender cien millones de paquetes de vacaciones en el extranjero cada año. En 1965, el grupo editorial de periódicos Thomson Organization encargó a Vladimir la adquisición de dos empresas de viajes combinados, Riviera Holidays y Sky Tours, que se fusionaron con una aerolínea más pequeña, Britannia Airways, para formar Thomson Holidays. En 1970, fundó el Club 18-30. La crisis del 68 y el mazazo de la primera crisis del petróleo dieron la puntilla a Horizon, pero Vladimir Raitz continuó ofreciendo viajes combinados desde su nueva empresa Medallion Holidays, y desde la Oficina de Turismo de Malta. Raitz fue un puntal de la industria del turismo durante muchos años y directivo de ABTA.

[3] Diseñada en 1947 por Charles Howard y William Reilly, Woomera Village fue concebida como ciudad jardín en medio del desierto australiano. Era una especie de oasis de árboles y jardines, piscinas y muchas otras instalaciones de ocio. Woomera Village creció hasta finales de los 70. Como ciudad diseñada, contaba con varios tipos de alojamiento; desde habitaciones para hombres y mujeres solteros a apartamentos y casas familiares para el personal militar y civil. Woomera Village contaba con escuela, guardería y un centro de salud infantil; varias tiendas y supermercados, consultorio médico, teatro, biblioteca, áreas deportivas, iglesia, ayuntamiento y edificios administrativos y de servicios de emergencia que completaban una ciudad. Woomera Village es posiblemente la primera ciudad planificada de posguerra diseñada y construida a partir de la nada en Australia.

[4] Reino Unido detonó su primera bomba atómica (Operación Hurricane) el 3 de octubre de 1952. Como son muy suyos los british en britishlandia, no tenían espacio para pruebas nucleares y no querían líos con los pacifistas, la detonaron en secreto a bordo de la vieja fragata HMS Plym, surta en aguas de la isla Trimouille, del archipiélago Monte Bello, a unos 130 kilómetros de la costa noroeste de Australia, y de paso comprobaban lo que podía pasar al barco (desintegrado, oiga). Al año siguiente, otras dos bombas atómicas británicas fueron detonadas en la parte superior de torres metálicas al efecto en Emu Claypan, en el desierto de Sudáfrica -que seguía sin ser tierra británica, pero era de la Commonwealth…-. El lugar de pruebas sudafricano y el campamento de Emu fueron abandonados porque acabaron contaminados por la nube radiactiva de la segunda prueba. Se buscó un nuevo sitio de pruebas atómicas, ahora en Australia, y se delimitaron dos campos en Woomera: Maralinga y Emu Field, para llevar a cabo la Operación Totem, donde una serie de dispositivos atómicos se detonaron a ras de suelo o se lanzaron desde aviones Valiant de la RAF, hasta 1960.

[5] El Deutsche Mark fue la moneda oficial de Alemania Occidental (1948-1990) y de Alemania (1990-1999) hasta la adopción por esta del euro en 1999. Un marco alemán se dividía en 100 pfennig. En el Berlín ocupado por los soviéticos, estos introdujeron sellos especiales que se añadían a los antiguos Rentenmark y Reichsmark buscando evitar la entrada de billetes desde el oeste, pero como seguían entrando (tenían valor frente a la depauperada moneda del Este) los rusos los prohibieron y se llegó a un incidente internacional.

[6] Puente aéreo de Berlín; el sistema de vuelos que rompía el bloqueo impuesto a Berlín tras el cierre de las fronteras terrestres que compartía el Reino Unido y los Estados Unidos con la Unión Soviética en el territorio alemán ocupado. Se desarrolló entre el 24 de junio de 1948 y el 12 de mayo de 1949

[7] British Overseas Airways Corporation (BOAC) fue la única compañía aérea estatal del Reino Unido entre 1939 y 1946 y la única de largo alcance desde 1946. La compañía nació de la fusión entre Imperial Airways y British Airways Ltd. En 1974 BOAC y British European Airways fueron fusionadas creándose así la actual British Airways, como consecuencia de una Ley del Parlamento Británico aprobada en 1971.

[8] British European Airways fue creada en 1946 por una Ley del Parlamento Británico. La aerolínea operaba en rutas europeas y del norte de África desde una gran variedad de aeropuertos del Reino Unido. BEA era también la mayor aerolínea doméstica del Reino Unido, operando vuelos a las principales ciudades del país. BEA cesó sus operaciones en 1974 cuando se fusionó con la British Overseas Airways Corporation para formar British Airways.

[9] Precursor del Movimiento Ecuménico en el Reino Unido, confundó Co-operative Educational Tour en 1893 y comenzó a operar organizando retiros espirituales y retiros de salud que fueron muy bien atendidos desde las iglesias anglicanas. De ahí a pegar el salto “turístico” fue coser y cantar. Innovó diferenciando entre viajes de ocio y de negocio; y terminó creando una línea de viajes combinados que fue un éxito. Suiza fue uno de sus objetivos turísticos; su hijo Arnold fue un pionero del esquí alpino y en 1908 fundó el Alpine Ski Club.

[10] En 1972, Lunn Poly pasó a formar parte de Thomson Travel Group manteniendo su nombre. El 2 de noviembre de 2004 las 800 tiendas Lunn Poly en el Reino Unido lucieron ya como Thomson

[11] Estados Unidos pidió a Gran Bretaña que cerrara hasta el mercado del oro por lo mal que estaba la economía de la City; hubo una reunión ministerial de emergencia con la reina y el secretario de Relaciones Exteriores, George Brown, renunció ante la imposibilidad de enderezar la situación. Un memorando ultrasecreto de Thomas Balogh, asesor económico del primer ministro Harold Wilson, revela el 16 de marzo detalles del paquete de emergencia que se está considerando en la Operación Brutus que cuenta con tres niveles (Brutus 1, 2 y 3) que implicaban desde el abandono inmediato y permanente del sistema de la libra esterlina. Harold Wilson nunca lo puso en funcionamiento. Si lo hubiera hecho, no se sabe cuáles podrían haber sido las consecuencias para Gran Bretaña. El caso es que la economía finalmente se recuperó para principios de 1970 y Wilson perdió las elecciones de ese año ante el tory Edward Heath. (BBC News; 01.01.1999)

[12] El País: 31/03/1981

[13] La comparativa más antigua que con la premura de este post he conseguido es con respecto a la libra en 1956 y una libra de 1956 tenía el mismo poder adquisitivo que 21,32 libras esterlinas en 2021. Así que ofrecía una semana de vacaciones por 742’6 libras (al cambio de hoy), pero sería muchísimo más el impacto de entonces en una economía familiar

[14] La recesión duró en el Reino Unido desde 1973 hasta 1975. El producto interior bruto (PIB) se contrajo más de un 3% y tardó catorce trimestres en recuperar sus niveles previos al inicio de la recesión. La crisis del petróleo fue en gran parte la culpable de la recesión en el Reino Unido, como en medio mundo, aunque la verdadera crisis vino al implantar la Semana de Tres Días (sólo 3 días porque no había ni carbón ni petróleo para producir más energía que permitiera a la industria y al consumo doméstico mantener un nivel de normalidad durante toda la semana) fue el resultado de los temores gubernamentales sobre la escasez de energía tras el anuncio de una huelga de mineros en diciembre de 1973. La semana de tres días fue un estado de emergencia impuesto por el primer ministro conservador Edward Heath, que entró en vigor el 1 de enero de 1974 y que le costó el 10 de Downing Street en las elecciones anticipadas siguientes, como le había costado a Harold Wilson, que volvió al poder con un gobierno en minoría hasta que ganaron unas segundas elecciones en octubre de 1974, logrando una estrecha mayoría absoluta. El paro alcanzó cifras de desastre y marcó los casi dos años siguientes, hasta la dimisión del premier Harold Wilson en marzo de 1976. Su sucesor, James Callaghan, tuvo que pedir al Fondo Monetario Internacional un rescate multimillonario para sacar adelante la economía británica.

[15] Los Campamentos Butlin’s se hicieron famosos en la primera posguerra porque ofrecía vacaciones con alojamiento, actividades y 3 comidas al día para toda la familia por el equivalente a una semana de salario del cabeza de familia. Tras la IIGM consiguieron su etapa dorada y hasta donde pude rastrear, el salario estaba en 35 chelines en 1946 (Hasta 1971 -cambio del Sistema Imperial por el Métrico Decimal- 20 chelines = 1 libra; 1 chelín = 12 peniques y 240 peniques = 1 libra)

[16] Los Campamentos Pontin’s fueron la competencia de los Butlin’s tras la IIGM; operaron con ese nombre desde 1946 y en 2011 pasaron a ser propiedad de Britannia Hotels, considerados como “complejos de Vacaciones”. Pugnaban con los Butlin’s hasta en animadores en una guerra paralela entre Bluecoats (Pontin’s) y Redcoats (Butlin’s).