19 ene 2019

DE CELIA ROMERO Y EL CERTIFICADO DTI PARA BENIDORM, EL PRIMERO DEL MUNDO




Volvimos al Meliá Benidorm para retomar el curso de las tertulias y lo hicimos con una número 1. La tradición manda que sea una autoridad la que abra el ciclo anual. Y ¡qué mayor autoridad que la de Celia Romero.

Benidormense, desde los cuatro años, Celia es licenciada en Empresariales mientras oficia de doctoranda en estos días. Gerenció un grupo de empresas centradas en tecnologías turísticas (como beta tester) y desde 2014 es la CEO-cofunder de Inteligencia Turística, artífice de la coordinación para la consecución para Benidorm del primer certificado DTI del Mundo. Le acompañaba Fernando Molina con quien desarrolla sus proyectos profesionales y de vida.

En “Los cafés del Meliá” había -y sigue habiendo- división de opiniones tertulianas sobre el concepto DTI y lo que reporta; más bien sobre lo que reporta al común de los mortales locales. A pesar de la existencia de algún neandertal tecnológico (incluso hay uno que se define como analfabeto tecnológico) y que en el ambiente tertuliano hay algún que otro techno-cromañón, en líneas generales, estamos -así que así- en el nivel de homo Smart-sapiens. Así que, en líneas generales, los especímenes de homo sapiens tertuliensis intentamos, con las explicaciones de Celia, llenar algunas de nuestras muchas lagunas cerebrales.

Que “el turismo necesita tecnología” y que “la toma de decisiones en el sector turístico -hasta hace poco- no estaba sustentada en ella” era buenas premisas de las que partir; y la mitad de los tertulianos han vivido esos días. Y Celia comenzó recordando su paso por el Hotel Agir, lo que le animó a adentrarse en la cuestión de los datos, su gestión, la incidencia en la toma de decisiones, el Big Data y la Inteligencia Turística. Y dio la casualidad que fue invitada al Foro Internacional de Turismo de Benidorm (2016) para hablar de IT (Inteligencia Turística). Le pidieron una exposición de diez minutos.

Pasó de la cuestión horaria (‘minutaria’, deberíamos decir) y se explayó en el tema con tal pasión que al terminar Leire Bilbao (Visit Benidorm) le animó a sumarse al proyecto Big Data que acababa de comenzar Benidorm. En otra ocasión animó al alcalde Toni Pérez a quedarse a una de sus charlas porque “lo que vas a escuchar -le dijo, con total seguridad- es el futuro de Benidorm”. Y el alcalde se quedó y… Benidorm se embarcó en el proyecto.

Celia Romero e Inteligencia Turística han redactado la norma TDI y el esquema Benidorm TDI ha sido asumido por la Secretaría de Estado de Turismo para la Agenda Digital.


 Hay ciudades inteligentes que tecnifican y hacen la vida más fácil; nosotros hemos ampliado las fronteras hacia todos los ciclos del viaje de nuestros visitantes y los ciudadanos de Benidorm”, nos explicó.

Benidorm tenía claro, insistió Celia, “la necesidad de dar servicios a los turistas, además de a los benidormenses; ahora completa el ciclo en la línea ciudadanos-empresarios-turistas”. Y este modelo lo ha defendido Benidorm, mientras lo desarrollaba ante la UIT/UIT en un WSIS Fórum; y los tecnólogos lo tuvieron en cuenta a partir de entonces.

Y, ¿qué va a reportarnos ser DTI certificado?: Pues Celia Romero respondió que “ayudarnos a gestionar mejor y a captar tecnología, empresas e inversiones”. Tiempo al tiempo.
Celia Romero en la tertulia "Los cafés del Meliá". Fotos: M. Ayús


La clave del proceso, explicó Celia, ha sido “un alcalde implicado y más de veinte departamentos municipales absolutamente implicados”. Para conseguirlo, se creó un Ente Gestor DTI, se confeccionó un reglamento de organización, se puso en marcha un Consejo Rector para el Ente Gestor y se trabajó en cuestiones de gobernanza, innovación, tecnología, sostenibilidad y accesibilidad desarrollando Planes Estratégicos en todos los departamentos, en especial Turismo, con Mercedes Llorca. Se crearon Mesas de Creatividad para que desde esos departamentos se “inventaran” iniciativas a desarrollar que han dado sus frutos en varios productos que Benidorm ha hecho realidad. “Ahora hay un sitio de plasmar ideas de futuro y conseguir productos que hagan diferente la oferta turística de Benidorm”. Y enumeró las iniciativas que la BND Smart Office tiene en marcha: Smart Beaches, Booking Book, Wi-fi en playas, rutas históricas, paseos saludables…

Aquí se trabaja con datos” y planteó abrir mucho más el proceso a todos los sectores de Benidorm a los que pidió “generosidad” con esos datos. “Cruzar datos de comercio con ocupación hotelera nos abre nuevas vías”. La Smart Office (4ª planta del Ayuntamiento de Benidorm) es el centro neurálgico del proceso y en la mesa de estrategias se trabaja todo: agua, energía, control de tráfico y vectores de turismo con ocupaciones, conexiones aéreas, billetes a la venta, camas en hoteles y apartamentos, ocupación, precios, revenue (cifra de negocios), etc. Y líneas de trabajo en e-comerce y los nuevos campos de acción de la iniciativa.

Casi podemos decir que, desde ahora mismo, “de Benidorm se puede regresar más Smart que moreno”, como le señaló un amigo.

Y todo esto, aún, sin plataforma tecnológica. Porque lo importante son los datos y la depuración de los mismos.

Habló de las oficinas de turismo y en especial de la del Torrejó y sus cuatro tótems centrados en interactividad para descubrir Benidorm, el qué hacer en Benidorm, el cómo descubrir la comarca y en las cuestiones de la calidad.

Hay mucho trabajo detrás y no es casualidad que Benidorm sea el primer DTI certificado del Mundo; en noviembre próximo tendremos la primera auditoría. Esto es seguir y seguir”.

La accesibilidad tiene que ser física y sensorial; en marcha hay un mapa interactivo para la percepción en ausencia de visión y audición. “La pretensión no hacer un Benidorm distintos; es hacer un Benidorm mejor”. Así, se han desarrollado todo tipo de protocolos de actuación y seguridad ante emergencias o, sencillamente, iniciativas como los “facilitadores de salud” y cuestiones relacionadas con aspectos del llamado turismo sanitario.

Recordó los días finales de diciembre: “se acaba el mes de diciembre y no llegaba la certificación”. En octubre, en la clausura del Digital Tourism’18 la Secretaria de Estado tuvo un desliz y -yo, al menos, así lo entendí- lo dejó caer. Se sabía que se había trabajado más y mejor que nadie. Cuando la clausura del congreso mundial que organizó FASOCIDE en Benidorm, la reina doña Letizia se interesó vivamente por el tema. El presidente de Segittur, Enrique Martínez Marín, se deshacía en elogios a Benidorm, el proyecto y su alcalde. Nadie imaginó la envergadura del proyecto y su consecución. Sólo le falta un Plan Estratégico de Comunicación.

Y, por fin, el 27 de diciembre de 2018 se supo del otorgamiento del certificado. Y faltaba el libramiento, la comunicación -que hizo pública Toni Pérez el 2 de enero una vez que el presidente del ICTE, Miguel Mirones, lo anunció “después de superar con éxito la norma UNE 178501”- y la entrega que se materializó en Madrid el miércoles 17 de enero, San Antón, de manos de la ministra de Turismo Reyes Maroto… y aquí sí importó el tamaño.




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