24 mar 2019

DEL BREXIT; A ESTAS ALTURAS DE MARZO, BAJO LA INCERTIDUMBRE Y CONFIANDO EN LA FIDELIDAD (II)





Bueno, al tema. En una sesión anterior en la temática Brexit -buscábamos, entonces, mercados alternativos- el director del aeropuerto, Tomás Melgar, explicaba el papel del aeropuerto en la película esta del turismo -ya lo he contado- con el ejemplo del cine: “Yo soy el cine y ustedes la película; si no hay una buena película, la gente no viene al cine”. Y luego, ya en tiempo de café, explicaba que si la peli era buena pero el cine no reunía condiciones, tampoco. Pero no es el caso; que el cine este está de dulce; como el destino.

Y el 21M, con la pregunta en el estrado, entró al trapo y sobrado el director del aeropuerto sobre la buena salud que tiene ‘el cine’: “Hemos subido un 2% en el 2018 y nos hemos quedado al borde de los catorce millones de pasajeros”. Sí, 13.981.320 pasajeros en 96.734 operaciones (+1’5%) durante el año pasado. Sin lo de Monarch, hubiéramos saltado la cifra de los 14 millones y… ¿los cien mil vuelos? Se lo preguntaré en breve, porque tenemos que hablar del proyecto de la segunda pista del aeropuerto y lo de superar las 100.000 operaciones.

En la radiografía del aeropuerto, Tomás Melgar explicó que estamos conectados con 26 países (123 destinos; donde el Reino Unido, con 28, es el principal), en el que operan 42 aerolíneas (de las que 12 son low cost, aunque manejan el 79% de las operaciones), con 217 rutas (28 domésticas y 109 internacionales) donde el 64% de sus pasajeros viene y va por vacaciones; el 15% es de segunda residencia o familias de ellos.

Así, con todo, opera 1.900 vuelos a la semana con un movimiento de 270.000 personas por semana, con 36 operaciones a la hora (que aún siguen siendo de 60 minutos).

Melgar define así el ‘estado de salud’ del aeropuerto dela Costa Blanca: “en un año difícil hemos crecido un 2%; bajamos un poco en julio y agosto, pero nos hemos recuperado” .

El 89% del trafico son conexiones internacionales (12’4 millones de pasajeros; casi un 1% más); el 11% restante corresponde a vuelos domésticos (1’59 millones; casi un 12% más).

El Reino Unido supone el 40% del aeropuerto: 5’6 millones de pasajeros. Con Londres (Gatwick, Stansted y Luton, que se vuela a los tres) estamos a nivel de puente aéreo; hay días con una docena de vuelos.

El aeropuerto alicantino tradicionalmente ha estado entre el 40 y 56% de tráfico con el Reino Unido

El aeropuerto alicantino es una referencia, como tantos otros, para y por Ryanair con el 30% del tráfico y moviendo 4’2 millones de pasajeros; easyJet está en 1’8 millones y el 13%; Vueling es la tercera aerolínea y mueve 1’4 millones de pasajeros siendo la primera nacional con un poquito más de la mitad de esa cantidad. Norwegian mueve 1’3 millones y Jet2 está en 1’25 millones.

Lo verdaderamente importante del aeropuerto es que, explicó Melgar, “el tráfico británico viene representando entre el 40 y el 50% del total del aeropuerto desde los años 80” y, lo principal es que “el tráfico británico se ha mantenido a través de los años, con variaciones cíclicas menores al resto de países”. Vamos, la fidelidad del post anterior.

Y, de cara al Brexit, contó que los escenarios nuevos están en el movimiento de personas, en el movimiento de bienes (aquí entra el equipaje, oiga) y en el sistema de seguridad bajo el planteamiento OSS (One Stop Security) imperante que, para el tema actual del Reino Unido y terceros países se ha solucionado “desde julio 2018 con el nuevo sistema de control de fronteras, tanto de llegada como de salida”. Se trata del sistema ABC (Automatic Border Control System) que opera con 70 nuevas máquinas que se encargan de procesar el pasaporte electrónico y -si no lo han probado ya, sepan que es ‘divertido’, apunto yo- “para escanear el rostro del pasajero y la comprobación de la huella dactilar”. Todo esto, señaló, en coordinación con el Cuerpo Nacional de Policía.


El reconocimiento OSS permite a pasajeros, equipajes y carga que llegan a la UE no ser sometidos nuevamente a dichos controles de seguridad cuando se transfieren a aeropuertos de la UE”, explicó. “La Comisión Europea continúa trabajando en medidas de preparación para garantizar que el Reino Unido permanezca en este régimen”. El tema es la piedra angular. Sabemos, por Melgar que el control de Aduanas está definido, “pero se trabaja aún pendiente del Brexit”. Operacionalmente, explicó, “habrá una única sala” y coordinación con Guardia Civil y Aduanas-Agencia Estatal de Administración Tributaria.

En fin, que en materia de aeropuerto el tema del Brexit está en que todos coincidimos en que “el mercado británico es muy importante, tanto para el aeropuerto como para la región”. El Altet -yo le seguiré llamando así- es un aeropuerto que usan también manchegos, murcianos, almerienses, etc.

Y así las cosas, Tomás Melgar se mostró optimista: “El turista británico seguirá viniendo a la Costa Blanca sea cual sea el escenario final. Venía antes y seguirá haciéndolo en el futuro”. Fidelidad.

Y su confianza, nos congratula. Además, resulta que “el aeropuerto Alicante-Elche (reproduzco sus palabras) está preparado, desde un punto de vista operativo, para cualquiera de los escenarios posibles”.

La clave para que no tengamos problemas- aún en el peor de los escenarios- es que “funcione la coordinación entre las diferentes administraciones” y en esto, también Melgar, nos trasladó optimismo y confianza.

Tal vez sea porque Melgar está ya en los 112.240 movimientos de aviones al año (aterrizajes y despegues) previstos en el horizonte 2035; año en el que según la documentación consultada, el aeropuerto atenderá a 17 millones de pasajeros.

El de hoy es un aeropuerto coqueto con una sala de facturación de 15.500 m2, 148 mostradores de facturación, 42 puertas de embarque, 21 pasarelas y 25 cintas de recogida de equipajes. Tiene incluso una previsión para la llegada del TRAM y/o el ferrocarril, la gran asignatura pendiente.

Que pendiente queda.










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